jueves, 30 de julio de 2015

La Farsa Está Llegando a un Punto Intolerable



Los Infortunios de Grecia Muestran Cómo Fracasó la Política de Deuda en Europa 

Por Theo Papadopoulos               22-Jun-15
FUENTE: http://theconversation.com/greece-woes-show-how-the-politics-of-debt-failed-europe-42787


El texto que aparece [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente, lo marcado en amarillo aparece como texto simple en el original.

Declaración de Transparencia
El autor es conferencista del Depto. de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad de Bath.
Theo Papadopoulos no trabaja para, ni asesora a, ni posee acciones en o recibe financiamiento de ninguna compañía u organización que se beneficiaría de este artículo y ha declarado no tener afiliaciones relevantes más allá del nombramiento académico mencionado antes.

Socios
La Universidad de Bath proporciona financiamiento como miembro de The Conversation UK.

Atenas es el epicentro de una peligrosa relación.
Simela Pantartzi/EPA, CC BY.
En el mundo de la política de riesgo calculado, eliminatorias y concesiones de último minuto que han venido a definir la relación de Grecia con Europa, podemos ver el plan de acción de una relación abusiva.
Maurizio Lazzarato, en su libro Gobernando Mediante la Deuda,  arguye que la política centrada en el acreedor-deudor del capitalismo contemporáneo es sustancialmente diferente a la política centrada en el capital-trabajo del capitalismo de postguerra. De hecho, para entender lo que está en juego en la Europa contemporánea necesitamos abordar la deuda en su totalidad —deuda gubernamental, corporativa, financiera y familiar. Tenemos que reconocer que la relación de deuda no es meramente una relación económica de dinero adeudado y cobrado, sino una profunda relación política del poder ejercido por una persona o institución sobre otra.
Considere la siguiente gráfica que muestra la deuda total por sector en países seleccionados de la UE, a fines de 2014:

 Datos del McKinseyGlobal Institute (2015)

Un continente ahogado en deudas
Cuando la deuda es vista en su totalidad, emerge un cuadro diferente del usualmente presentado por los medios. Las deudas totales de los Países Bajos e Irlanda son casi 7 veces su PIB, las de Dinamarca son 5.5 veces y las del R.Unido más de 4 veces. ¿Cuán sostenibles son en el largo plazo los niveles de deuda no-gubernamental en estos países? ¿La excepcionalmente baja exposición del sector financiero griego a la deuda es un indicador de que sus pasivos han sido disfrazados como la deuda gubernamental griega? ¿Y cuán sostenible es la deuda de las familias?
Años de austeridad han resultado en las familias europeas hundiéndose bajo la deuda mientras experimentan una creciente inseguridad en el empleo, reducciones en las pensiones y la gradual privatización de los servicios de salud y educación. [¿Todos los países, gobiernos, empresas y familias endeudados? ¿y de dónde sacan los bancos los recursos para prestarles a todos? ¿y por qué los bancos nunca se quejan de falta de recursos? y cuando andan quebrando ¿a quién recurre el gobierno para obtener más deuda y rescatarlos? Ya es hora de los ciudadanos y legisladores se hagan seriamente estas preguntas y se den cuenta que mediante un truco de prestidigitación «alguien» les cambió la democracia por la plutocracia. Y si no lo creen, pregúntenle al electorado griego].
Estos diferentes tipos de deuda no son independientes entre sí. Son mutuamente constitutivos. Detrás de ellos están numerosas relaciones acreedor-deudor entre actores a menudo con intereses diametralmente opuestos y con poder desigual: estados, corporaciones, bancos, instituciones financieras, pequeños negocios, votantes.
Este “sistema” de deuda europea interactúa con la arquitectura financiera global, dominada por las demandas del sector financiero. Lejos de ser prudente, este sector está en sí mismo expuesto a colosales cantidades de riesgo relacionado con la deuda, poniendo en peligro todos los demás sectores. [El sistema es una mentira; puesto que el dinero y por ende el crédito bancario es literalmente creado mediante asientos contables en un computador, NO SE TRATA de que se estén arriesgando los RECURSOS REALES de alguien. El riesgo es tan falso como el «tope» del endeudamiento del gobierno de USA. La deuda —interna y externa— se ha convertido en un arma de control geopolítico, pero ejercido por entidades PRIVADAS].

Peligros bancarios
Considere los siguientes números. De acuerdo a un reciente reporte del Banco de Inglaterra, la cantidad global agregada de derivados —una vez descritos por Warren Buffet como “armas financieras de destrucción masiva”— fue estimada en 500 bd£; al menos 10 veces el PIB del planeta. La sola exposición del Deutsche Bank al mercado se estimó en 54 bdd, casi 20 veces el PIB de Alemania. Para dar un grado de comparación: la deuda soberana griega es apenas el 0.5% de esa cantidad.
Hasta aquí, la narrativa dominante ha presentado el problema de la deuda de los ciudadanos europeos como primariamente un problema de deuda (gubernamental) soberana. A nivel nacional, la deuda se supone que sea curada mediante dosis contínuas de austeridad. A nivel de la UE, la austeridad ha sido constitucionalizada como la única opción de política económica disponible para los gobiernos electos. Dentro de este contexto, financialización adicional de la economía europea y la titularización de la deuda soberana —esencialmente empacar la deuda para venta —son promovidas como soluciones. Sin embargo, como describió Lazzarato:
La titularización de la deuda pública es el instrumento para una inmensa transferencia de riqueza de los asalariados y la población hacia los inversionistas extranjeros. Puesto que desde el comienzo de la crisis, Europa ha ido de una deuda pública promedio de 66.55% del PIB en 2007 a un 90.5% en 2012, permitiendo que los acreedores se enriquezcan con los intereses... La deuda pública ha capacitado la recuperación y expansión de los mercados financieros.

‘Piadosas tonterías’
El impacto de la política de deuda está bien documentado: crecientes niveles de desempleo, especialmente para los jóvenes, proliferación del empleo precario, endeudamiento familiar, desigualdad del ingreso, escandalosa concentración de riqueza y estancamiento del crecimiento económico. Más alarmantemente, la austeridad ha dado lugar a la polarización social y política, atizando la retórica de la xenofobia y el temor. Difícilmente una visión inspiradora para Europa.
¿Cuánta credibilidad queda en esta política? Tomemos el caso de Grecia. El principal comentarista del Financial Times, Martin Wolf, recientemente arguyó que “la vasta mayoría de los préstamos oficiales para Grecia no fueron hechos para su beneficio, sino para el de sus inútiles acreedores
privados”, esto es, primariamente, bancos e instituciones financieras europeas. Después de exponer la futilidad de la austeridad, el ex asesor económico del FMI, Jeffrey Sachs, recientemente declaró: “Los líderes europeos están detrás de una montaña de piadosa y estúpida retórica” [si ésta es la “piadosa” retórica, ¿cómo lucirá la desalmada retórica?] arriesgando el desastre económico y social “para insistir en cobrar algunas migajas de los pensionados del país”.[eso es un pretexto; lo que les interesa es la privatización de los nuevos yacimientos petrolíferos del Mediterráneo Oriental].
Describiendo el tratamiento de Grecia como “la Guerra Iraquí de las finanzas”, Ambrose Evans-Pritchard, del Daily Telegraph, escribió: “raramente en los tiempos modernos hemos sido testigos de tal despliegue de impaciencia y mal juicio de aquellos que supuestamente están a cargo de la estabilidad financiera global”.

Esperanza y gloria
“Cualquiera que iguale Europa con el euro ya ha renunciado a Europa”, proclamó el finado sociólogo alemán Urlich Beck. De París a Atenas, de Dublín a Bruselas, de Londres a Madrid, las clases políticas europeas son retadas a “ponerse del lado de sus ciudadanos”, en reorientar su economía nacional hacia otra Europa, digna de sus valores. Necesitamos una nueva política de esperanza que, finalmente, reafirmará que los estados europeos democráticos son responsables ante los ciudadanos europeos y sirven al bien público. No simplemente a las demandas de un sector de la economía.
Con todas sus limitaciones, fue la democracia representativa y el capitalismo del estado de bienestar quienes trajeron la paz, la estabilidad y la prosperidad a Europa; no los bancos, ni las bolsas de valores ni los mercados no-regulados. Sin duda alguna, fue el compromiso de que las naciones no deberían estar sometidas a cantidades punitivas de deuda que destruyen su cohesión social y desarrollo económico. Esa fue la gran lección del Tratado de Londres de 1953 que canceló casi la mitad de la deuda alemana de postguerra.
La política de deuda le ha fallado al pueblo de Europa. Es tiempo de sanar a ésta y traer de regreso la esperanza al continente.

jueves, 23 de julio de 2015

¿Primero Grecia y luego los demás?



¿Salida Griega o Jubileo? Cómo Podría Anularse la Deuda Griega

Por Ellen Hodgson Brown                                   14-Jul-15
FUENTE: http://dissidentvoice.org/2015/07/grexit-or-jubilee-how-greek-debt-could-be-annulled/



El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción.
La aplastante deuda griega podría ser cancelada del (mismo) modo que se hizo mediante prestidigitación. Pero salvar al pueblo y la economía griegas evidentemente no está en el plan de juego de los eurócratas.

Los acreedores de Grecia finalmente lograron poner al país de rodillas, forzando al primer ministro Alexis Tsipras acordar medidas de austeridad y privatización más severas que las abrumadoramente rechazadas por el voto popular una semana antes. [¿y la democracia, apá, dónde quedó?] Ninguna rebaja a la deuda de Grecia fue incluida en el trato, aunque el FMI ha advertido que la actual deuda es insostenible.
El ex ministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis, califica el acuerdo como “un nuevo Tratado de Versalles” y “la política de la humillación”. El ministro de defensa griego, Panos Kammenos lo llama un “coup d’état” realizado “chantajeando [igual podría ser a través de soborno; no sería el primer caso] al primer ministro griego con el colapso de los bancos y una completa reducción de los depósitos”.
“Chantaje” no es una palabra fuerte. El Banco Central Europeo ha cerrado su llave de liquidez para los bancos de Grecia, algo que todos los bancos necesitan, como se explicó aquí con anterioridad. Todos los bancos son técnicamente insolventes, prestando dinero que no tienen. Ellos no prestan sus depósitos sino que crean éstos cuando hacen préstamos, como lo confirmó recientemente el Banco de Inglaterra. Cuando los depositantes y prestatarios vienen por su dinero al mismo tiempo, el banco debe pedir prestado de otros bancos; y si esa liquidez se agota, el banco se vuelve al banco central, el prestamista de último recurso autorizado para crear dinero a voluntad. Sin la malla de protección del banco central, los bancos deben robar a sus depositantes con “quitas” o colapsarán.
¿Qué hizo Grecia para merecer este golpe de estado? De acuerdo a Peter Koening, ex economista del Banco Mundial:
El pueblo griego, los ciudadanos de un país soberano... han tenido la audacia de elegir democráticamente un gobierno socialista. Ahora tienen que sufrir.  No se conforman a las reglas autoimpuestas del imperio liberal de privatización globalizada irrestricta de los servicios y propiedades públicas de las cuáles la élite está maximizando las utilidades —para sí mismos, por supuesto. Esto es robo descarado de la propiedad pública.
 De acuerdo a un artículo del 05-Jul titulado “Grecia —La Mayor Mentira Que los Medios Te Están Contando”, el país no falló por sí mismo. Fue hecho fallar:
Los bancos arruinaron al gobierno griego, y luego deliberadamente lo empujaron a una deuda insostenible... mientras los activos públicos generadores de ingreso fueron vendidos a oligarcas y corporaciones internacionales.
Un Comité de la Verdad convocado por el parlamento griego reportó en Junio que la mayor parte de la deuda de 320,000 md€ es “ilegal, ilegítima y odiosa” y no debería pagarse.

Cómo Reducir la Deuda Sin Pérdida para los Tenedores de Bonos
La deuda no puede ser pagada y no debería pagarse, pero los líderes de la UE justifican su intransigencia como necesaria para salvar a los acreedores de tener que pagar —los contribuyentes de la UE, gobiernos, instituciones y bancos que mantienen bonos griegos. Sin embargo, es bastante posible conceder un alivio de la deuda sin dañar a los tenedores de bonos. [esto es una falacia; si la deuda es espúrea, entonces fue un robo; y la justicia exige que quienes se beneficiaron ilegalmente con ella, ahora “pierdan” esa ganancia ilegítima]. Los bancos estadounidenses fueron rescatados por la Reserva Federal de USA al ritmo de más de 16 billones de dólares en préstamos virtualmente libres de intereses, sin elevar los impuestos. Los bancos centrales tienen una imprenta que les permite crear dinero a voluntad.
El BCE ya se ha embarcado en este tipo de programa de compra de deuda. En Enero, anunció que compraría 60,000 md€ de activos de deuda por mes, iniciando en Marzo y continuando hasta Septiembre de 2016 como mínimo, para un total de 1.14 bd€ de compras de activos. Éstos están siendo comprados a través de la “facilitación cuantitativa” —expandiendo la base monetaria simplemente con entradas contables en los libros del BCE.
El FMI estima que Grecia necesita un alivio de deuda de 60,000 md€ —apenas 1 mes del programa de facilitación cuantitativa del BCE. Éste podría resolver el problema de Grecia oprimiendo unas cuantas teclas de computadora. Además, en el actual ambiente deflacionario, el efecto realmente sería estimular la economía europea. Como lo señala el escritor financiero Richard Duncan:
Cuando un banco central imprime dinero y compra bonos gubernamentales, es lo mismo que cancelar ese bono (mientras el banco central no revenda ese bono al público).
... Los planes del Banco Central Europeo de crear 1.1 bd€ a través de los próximos 20 meses efectivamente cancelará los déficits presupuestales combinados de los gobiernos nacionales de la Eurozona tanto del 2015 como del 2016, con un considerable sobrante.
La Facilitación Cuantitativa solamente ha sido posible porque ha ocurrido en un momento en que la Globalización está reduciendo el precio de la mano de obra y los bienes industriales. La combinación de dinero fiat y la Globalización crea un momento único en la historia donde los gobiernos de las economías desarrolladas pueden imprimir dinero en una escala agresiva sin causar inflación. [en USA la facilitación cuantitativa (QE) no ha causado inflación porque ha sido una simple sustitución de los créditos incobrables, créditos basura, que tenían los bancos, por el dinero recién emitido; en realidad no se emitió, fue un simple asiento contable, seguramente con la condición de que NO sea gastado. La QE literalmente ha rescatado a los bancos, pero cuando éstos vuelquen esos recursos a la economía real, entonces se verá el efecto en los precios].
Ellos deberían aprovechar esta oportunidad única-en-la-historia para pedir prestado más para invertir en nuevas industrias y tecnologías, para reestructurar sus economías y reentrenar y educar a su fuerza de trabajo en un nivel post-graduado. Si lo hacen, no sólo podrían terminar la crisis económica global, sino también asegurar que el nivel de vida en el mundo desarrollado continúe mejorando, más bien que reduciéndose a niveles tercermundistas.
Así es como funcionó para Alemania luego de la 2GM. De acuerdo al economista Michael Hudson, el jubileo de deuda más exitoso de tiempos recientes fue el dado a Alemania, el país actualmente más opuesto a hacer lo mismo con Grecia. El milagro económico alemán siguió al masivo perdón de la deuda por los Aliados:
Todas las deudas alemanas internas fueron anuladas, excepto las deudas de los empleadores con su fuerza de trabajo y saldos básicos de trabajo. Más tarde, en 1953, sus deudas internacionales fueron reducidas en los registros.
¿Por qué no hacer lo mismo para los griegos? Escribe Hudson:
Fue fácil anular las deudas que eran debidas a los nazis. Es mucho más difícil hacerlo así cuando las cantidades son adeudadas a poderosas y arraigadas instituciones —especialmente a bancos [es mucho más difícil, no por cuestiones teóricas, sino porque los nazis, derrotados en la 2GM no podían impedirlo. Ahora, los perpetradores del despojo, que son los mismos que aplicaron la medida a los nazis, no van a dejarse que se les aplique lo mismo que ellos hicieron. Es una cuestión de poder, no de teoría ni de justicia].

Los Préstamos Creados Mediante Entradas Contables Pueden Cancelarse con Entradas Contables
Eso puede ser cierto para los acreedores no-bancarios. Pero para los bancos, recuérdese que el dinero que se les debe no es tomado de las cuentas de los depositantes. Simplemente es creado con entradas contables en los libros. Los préstamos podrían cancelarse del mismo modo. En la extensión que la deuda griega es adeudada al BCE, al FMI y a otras instituciones financieras, ésa es otra opción para cancelarla.
El economista británico Michael Rowbotham exploró esa posibilidad en 1998 para las onerosas deudas del Tercer Mundo con el Banco Mundial y el FMI. Él escribió que de los 2.2 bdd de deuda entonces pendiente, la vasta mayoría era dinero simplemente creado por los bancos comerciales. Representaba un pasivo en los libros de los bancos solamente porque las reglas de la banca decían que sus libros deben estar balanceados. Él sugirió dos modos en que las reglas podían ser cambiadas para liquidar las deudas injustas y opresivas:
La primera opción es remover la obligación de los bancos de mantener la paridad entre activos y pasivos, o, para ser más preciso, permitir que los bancos mantengan reducidos niveles de activos equivalentes a los bonos de deuda del Tercer Mundo que cancelen. Así, un banco comercial que mantenía bonos de deuda de un país en desarrollo por valor de 10,000 mdd, luego de la cancelación, se le permitiría a perpetuidad tener un déficit equivalente en sus activos. Esto es una simple cuestión de mantenimiento de registros (contables).[Cuando se “creó” la deuda, no fue necesario remover ninguna obligación de los bancos, ni violentar la teoría de la partida doble y sin embargo, los recursos no llegaron a donde debían de llegar. Tiene que haber una forma perfectamente legal de dar reversa a esas deudas espúreas sin necesidad de alterar conceptos contables.
Por otro lado, si el BCE presta a los bancos privados al 1% anual, en tanto que la deuda griega genera intereses a razón de 18% anual, parece bastante razonable concluir que esos intereses de la deuda griega son tan ilegítimos como el principal que les está dando origen].
La segunda opción, y en términos contables probablemente más satisfactoria (aunque equivale a la misma política), es cancelar los bonos de deuda, aunque permitiendo a los bancos retenerlos para propósitos contables. [Si la cancelación de deudas pudo hacerse cuando los nazis eran los acreedores, también puede hacerse ahora cuando se trata de deudas odiosas que el ciudadano griego NO SOLICITÓ y MUCHO MENOS RECIBIÓ].

El Verdadero Obstáculo es Político
Los eurócratas podrían terminar la crisis económica anulando la deuda odiosa impagable ya sea a través de facilitación cuantitativa o cambiando las reglas contables bancarias. Pero terminar la crisis evidentemente no entra en sus planes. Como Michael Hudson lo expone: “la finanza ha llegado a ser la forma moderna de la guerra. Sus objetivos son los mismos: adquisición de tierra, de materias primas, de monopolios”. Él escribe: [si la deuda es impagable, entonces lo de los “rescates” es pura farsa y el verdadero objetivo es hacer creíble la necesidad de apoderarse de los activos públicos. Y ¿qué activos públicos tiene Grecia? En 2010 se descubrieron depósitos de petróleo en el Mediterráneo, que se dijo podrían convertir la zona en un nuevo Golfo Pérsico. Éste es el verdadero objetivo de la “crisis” y de la intransigencia de la Troika. Aparte del carácter espúreo de la deuda, esos depósitos petroleros valen varias veces el descomunal monto de la deuda griega].
Grecia, España, Portugal, Italia y otros países deudores han estado bajo la misma modalidad de ataque que fue usada por el FMI y su doctrina de austeridad que llevó a la bancarrota de Latinoamérica desde los 1970s en adelante.
El Prof. Richard Werner, quien estuvo en la escena mientras evolucionaba la Unión Europea, sostiene que el intento para la UE desde el inicio fue el abandono de la soberanía nacional en favor de un sistema de moneda única controlada por los eurócratas llevando a cabo las órdenes de los financieros internacionales. El modelo tenía fallas desde el inicio. La solución, dice, es que los países de la UE recuperen su soberanía nacional abandonando el euro en masa, Él escribe:
Abandonando el euro, cada país recuperaría el control sobre la política monetaria y así podría resolver su propio problema particular. Algunos, tal como Grecia, podrían incumplir, pero su banco central podría limitar el daño comprando al valor nominal los bonos fallidos de los bancos y mantenerlos en su balance sin ajustarlos a su valor de mercado (los bancos tienen esta opción, como lo demostró nuevamente la Fed en Octubre de 2008). Los bancos tendrían entonces hojas de balance más fuertes que nunca, podrían crear crédito nuevamente y a cambio de este rescate sin costo, los bancos centrales podrían insistir que el crédito bancario —que crea dinero nuevo— sea permitido solamente para transacciones que contribuyan al PIB de una manera sostenible. Podrían entonces organizarse el crecimiento sin crisis y sin desempleo en gran escala. [Es obvio que los propósitos de formar la Unión Europea han sido desvirtuados por las élites globalistas que carecen de patria, y que mediante la deuda externa y leyes opuestas a la ley natural y a la idiosincracia de los pueblos europeos, pretenden esclavizar a éstos. En tal situación, es preferible que se deshaga la UE, aunque un efecto secundario indeseado sea la prolongación de la hegemonía del dólar].
Pero el Dr. Werner reconoce que esto no es probable que ocurra pronto. Bruselas ha sido instruida por el presidente Obama, sin duda instruido por Wall Street, para mantener unido el euro a cualquier costo.[don’t be naive, Ellen. ¿Adivina a quién le conviene que la UE —y con ella el euro— desaparezca, de modo que no pueda competir con USA y con su moneda?]

La Promesa y Peligros de la Salida de Grecia
Los acreedores puede que hayan ganado este round, pero los infortunios financieros de Grecia están lejos de estar resueltos. Luego de la próxima crisis financiera, aun podría encontrarse fuera de la UE. Si los parlamentarios griegos fallan en respaldar el trato recién acordado por su primer ministro, la “Salida de Grecia” podría ocurrir aun antes. Y eso podría ser el evento del Cisne Negro que finalmente rompa la UE. Puede ser en interés de los acreedores considerar un jubileo de la deuda para evitar ese resultado, justo como los Aliados sintieron que era en su provecho eliminar las deudas alemanas luego de la 2GM.
Para Grecia, dejar la UE puede ser peligroso; pero abre provocativas posibilidades. El gobierno podría nacionalizar los bancos insolventes junto con su banco central y comenzar a generar el crédito que el país desesperadamente necesita para volver a estar de pie. Si lo escoge, podría hacer esto mientras aun usa el euro, justo como Ecuador emplea el dólar de USA sin ser parte de los Estados Unidos. (Para más sobre cómo esto podría funcionar, ver: http://ellenbrown.com/2015/07/09/guerrilla-warfare-against-a-hegemonic-power-the-challenge-and-promise-of-greece/).
Si Grecia cambia a las dracmas, las posibilidades de fondeo son aun mayores. Podría generar el dinero para un dividendo nacional, empleo garantizado para todos, expandidos servicios sociales y una variada inversión en infraestructura, energía limpia y comercio local. Liberada de sus eurócratas opresores, Grecia podría ser modelo para el mundo de lo que puede lograr un país soberano usando bancos de propiedad pública y moneda emitida públicamente para beneficio de su propia economía y su propio pueblo. [Las cosas no son tan simples... porque la pregunta obligada es: ¿por qué no lograron todo eso CUANDO AUN tenían la dracma? Si esto resultara así como dices, es obvio que Tsipras sería acusado de tener armas de destrucción masiva, estar masacrando a su propio pueblo y un bombardeo de la OTAN —aunque eso sí, humanitario, por supuesto— no se haría esperar.
Los de siempre no van a esperar a que Grecia les muestre el camino a los demás para que a éstos les entren ganas de imitarla, ¿verdad?]

jueves, 16 de julio de 2015

Dos Perspectivas Diferentes a la Mediática... una de ellas [entre corchetes]



La «Crisis Griega», Vista Desde Grecia

por Dimitris Konstantakopoulos                          11-Jul-15
FUENTE: http://www.voltairenet.org/article188115.html




El texto que aparece [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por este blog. Lo mismo, el texto resaltado en amarillo aparece como texto simple en el original.

Vista desde Grecia, lo único que la crisis griega tiene de “griega” es el nombre. Se trata de una situación en la que se encuentran en juego intereses estratégicos cuyo alcance va mucho más allá de los Balcanes y que actúa como una trampa en la que han caído los principales dirigentes de la Unión Europea. Ya que, si en efecto se trata de un rejuego geopolítico, las reacciones de Alemania y de sus aliados van a volverse contra ellos mismos y contra todos los europeos.


De izquierda a derecha: Sentado, Wolfgang Schauble, actual ministro alemán de Finanzas, que anteriormente fue varias veces ministro del Interior. Son notorios su alineamiento con Washington, su oposición a las alianzas con Moscú, su apoyo a la guerra contra Irak y al campo de prisioneros de Guantánamo. Al centro, Angela Merkel, canciller alemana. Ex responsable de propaganda en la desaparecida RDA, de la noche a la mañana se unió al gobierno de Helmut Kohl y la CIA aún la mantiene bajo vigilancia. En tercer plano, Otmar Issing, profesor de Economía. Simultáneamente consejero del banco Goldman Sachs y administrador del Banco Central Europeo, publicó en 2012 un libro a favor de la expulsión de los «PIIGS» (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) de la Eurozona.
«No moriremos por Dantzig», decían los franceses hace 70 años. «No pagaremos por los griegos», dicen hoy los alemanes. Y si en 70 años la fuerza del dinero reemplazó, en Europa, la fuerza de las armas, el resultado no es menos mortal para los pueblos. Tampoco es, a fin de cuentas, menos autodestructiva.
El ataque contra Grecia iniciado por poderosas fuerzas «geoeconómicas», las del capital financiero totalmente liberado de toda forma de control, de un Imperio del Dinero en gestación, reviste a nivel mundial una importancia enorme, que sobrepasa ampliamente la dimensión de ese pequeño país. Es la primera de una serie de batallas que decidirán el futuro de los Estados y de los países europeos, el del ideal de una Europa unida, independiente, social, la de nuestra democracia y nuestra civilización. La interrogante a la que hoy se trata de responder, en Grecia, es saber quién va a pagar la deuda acumulada de la economía mundial, incluyendo la deuda vinculada al salvamento –en 2008– de los grandes bancos.
¿La pagarán los pueblos de los países desarrollados, aunque ello implique la supresión de los derechos sociales y democráticos conquistados a lo largo de 3 siglos de lucha, en otras palabras, sacrificando la civilización europea? ¿La pagarán otros países? ¿La pagaremos destruyendo el medio ambiente? ¿Prevalecerán los bancos ante los Estados o sucederá lo contrario? ¿Logrará Europa dominar nuevamente ese monstruo que es el capital financiero totalmente desregulado, reinstaurando una regulación de los flujos de capitales, en el marco de un proteccionismo razonable y de una política de crecimiento, contribuyendo a la construcción de un mundo multipolar, dando así un ejemplo de envergadura mundial? ¿O bien, sucumbirá Europa en medio de implacables conflictos internos, consolidando el papel dominante —aunque hoy vacilante— de Estados Unidos y quizás mañana el de otras potencias, o quizás incluso de totalitarismos, a nivel mundial o regional?

La crisis griega
Los gobiernos europeos y su Unión, que han dedicado sumas colosales al salvamento de los bancos, imponen a Grecia la adopción de medidas que implican la mayor regresión de toda la historia de ese país, exceptuando únicamente el paréntesis de la ocupación alemana, de 1941 a 1944 [habría que ofrecer alguna prueba de esta afirmación. La deuda actual es tan colosal que ni los nazis hubieran podido, ya no digo superarla, sino simplemente igualarla, en apenas 3 años] , hundiéndola además en la mayor recesión que ese país haya conocido en varias décadas, privándola por tiempo indeterminado de toda perspectiva de crecimiento. Lo cual puede, además, hacer simplemente imposible el pago de su deuda [eso de “puede hacer imposible el pago”, YA ES IMPOSIBLE. Según una nota aparecida el 08-Jul-15 en el periódico El Horizonte, se enumeran los acreedores y la suma de sus créditos asciende a 267,500 md€. Hace 2 o 3 años, el gobierno de Italia estaba siendo forzado a solicitar créditos al 6.5%; puesto que el caso de Grecia es bastante más grave, ¿cuál podría ser la tasa? Recuérdese que el BCE y el FMI ya no le quieren prestar. Supongamos una tasa del 12%, es decir, el 1% mensual. Estaríamos hablando de 2,675 md€, UNICAMENTE POR PAGO DE INTERESES SIN REDUCIR UN CENTAVO DE CAPITAL.
Es decir, la deuda es impagable y debe revisarse su origen. Si el pueblo griego no pidió y MENOS RECIBIÓ esos recursos, tampoco está obligado a pagar una deuda espúrea y como tal, es un intento legalizado de robo], o sea corriendo el riesgo de convertir a Grecia en una especie de Lehman Brothers en la nueva fase de la crisis mundial iniciada en 2008.
Hemos llegado a un punto en que el Banco Central Europeo presta a los bancos a una tasa de interés de 1% para que éstos le presten a Grecia a tasas de 6 o 7%. [éste simple dato da indicio de quiénes son los dueños  —accionistas privados— del BCE]. Al mismo tiempo, los gobiernos europeos se niegan a aceptar la emisión de las euro-obligaciones que podrían ayudar a normalizar las tasas que paga el Estado griego.

Alemania contra Europa
Hace 20 años, el primer acto de la Alemania recientemente reunificada, alcanzando su plena «mayoría estratégica», fue dar el tiro de gracia a la Yugoslavia multinacional y federal, imponiendo a sus socios el reconocimiento de las diferentes Repúblicas que la componían. El resultado fue, en primer lugar, una serie de guerras que sembraron la ruina y la muerte en los Balcanes, pero sin resolver ninguno de sus problemas. Otros resultados fueron la temprana muerte de la balbuceante política exterior y de defensa de la Unión Europea así como el solemne regreso de Estados Unidos a su papel de amo absoluto del sudeste europeo [otro resultado fue la emigración de 2 millones de personas, de la zona de guerra hacia 3 países: Francia, Alemania e Italia; y el desplaza- miento de esa mano de obra redujo la presión al alza de los salarios en los países de destino].
Pero todo eso parecerá un simple delito en comparación con lo que puede pasar ahora por causa de la miopía de Berlín y de la manera dogmática, extremadamente egoísta, en que defiende las reglas de Maastricht, dispuesto —según parece— a sacrificar uno o varios de sus socios, incluso pertenecientes al «núcleo duro» de la Unión Europea, la Eurozona, hundiéndolos en el desastre económico y social [se habla de Alemania o Berlín como si fuera una entidad soberana. Es conveniente preguntarse: ¿a quién bene-ficiaría la disolución de la UE? ¿A Alemania? Si se deshace la UE, el euro dejaría de constituir una amenaza para la hegemonía del dólar...].
Hoy en día, lo que está en juego con la crisis «griega», con la crisis «española», con la crisis «portuguesa» o con cualquier otra crisis que pueda aparecer mañana, no es solamente la política común europea, ni el destino de los Balcanes. Es el ideal mismo de la Europa unida lo que está al borde de la desaparición, y con ello su moneda común, como ya han señalado los políticos y analistas económicos más brillantes, tanto en Europa como a escala internacional.
Si bien en 1990-91, la política alemana sentó… el papel de Estados Unidos en el sudeste de Europa, la política alemana actual conduce a la consolidación de su papel hegemónico, hoy debilitado no sólo en la escena europea sino a nivel mundial. Y al mismo tiempo priva a Europa de la posibilidad de desempeñar, basándose en sus ideas y su civilización, un papel de vanguardia en la tan necesaria revisión del sistema mundial. Errores históricos de tan enorme envergadura no carecen de precedentes en la historia de Alemania. Berlín sobrestima hoy su poderío económico, exactamente de la misma manera como sobrestimó su poderío militar en los años 1910 y 1930, contribuyendo así a la destrucción de Europa —y a su propia destrucción— durante las dos Guerras Mundiales. [Parece como si el autor tuviera miedo de enunciar la verdad: Alemania NO ES una entidad soberana y las acciones de su actual élite NO buscan el bienestar de la nación; esa élite alemana obedece a una entidad que se mantiene en la sombra y que ni siquiera es el gobierno de USA].
La instauración de la moneda única y el modo de funcionamiento de la Unión Europea han sido provechosos principalmente para Alemania, que sin embargo se niega a «abrir su cofre» para ayudar a sus socios en dificultades. Alemania no defiende a Europa, en el plano exterior, de los ataques bancos internacionales bajo control de los anglo-estadounidenses, ni de los ataques del capital financiero, designados eufemísticamente como «los mercados». Tampoco defiende a Europa en el plano interno, no sólo porque se niega a prestar ayuda a un supuesto socio, en este caso a Grecia, sino además porque incluso insulta a ese país, a través de una campaña sádica y racista de los medios de prensa alemanes, ¡precisamente cuando ese país enfrenta graves dificultades! [¿Y no se te ocurre pensar que Alemania está más controlada aun que Grecia misma, por esos mismos intereses financieros anglosajones que se mimetizan bajo el nombre de «los mercados»?]

Alemania y Maastricht
Alemania tiene razón cuando sostiene que, al actuar así, está defendiendo las reglas de Maastricht, que prohíben todo tipo de solidaridad y de ayuda entre los miembros de la Unión Europea [¡Vaya “Unión”, entonces!] e imponen, para la eternidad, una política monetaria que no existe en ninguna otra parte del mundo.
Esas reglas son las que convienen a los intereses alemanes [¿y estás seguro que son alemanes?], al menos tal y como los conciben los medios dominantes de Berlín, y sobre todo a los intereses de los bancos y más generalmente de los grandes propietarios del capital financiero. Las reglas de Maastricht garantizan sus ganancias, como también lo hace el régimen de liberalización total de los intercambios de capitales y mercancías, reglas que prohíben explícita o implícitamente a los europeos la práctica de una política inflacionista, keynesiana, anticíclica, cuando pudiese resultar necesario, pero que también les prohíbe defenderse contra el antagonismo económico exterior [extrañas reglas aprobadas por sus víctimas], venga de Estados Unidos o de China.
Sin embargo, al afirmar, con toda razón, que su política actual se basa en el tratado de Maastricht, texto que hay que respetar como si fuese el Evangelio, Berlín revela, sin querer, el carácter monstruoso del actual edificio europeo. No hace falta ser economista, basta el simple sentido común, para entender que ninguna unión entre personas, pueblos, Estados, o lo que sea, puede durar mucho si se basa en… ¡prohibir la solidaridad entre sus componentes!
Si los pueblos de Europa aceptaron la idea de la unificación europea no fue para encaminarse a la ruina. La aceptaron para obtener más garantías de seguridad y de prosperidad [la aceptaron para defenderse entre sí, no para legalizar la falta de colaboración. Esta crisis suena artificial y responde a intereses EXTRA-EUROPEOS y, por si alguien lo ignora, Alemania está DENTRO de Europa]. Al negar a sus socios la ayuda que necesitan, los dirigentes alemanes deslegitiman, en gran medida, tanto el ideal de la Europa unida como el de la moneda única, así como su propia ambición de encabezar esa Europa. ¿De qué sirve una Unión que moviliza todo sus medios para salvar a los bancos que provocaron la crisis de 2008 pero que se niega a salvar un pueblo europeo amenazado por esos mismos bancos, anteriormente salvados del naufragio gracias al dinero de los fondos públicos?
La única razón que hace que los miembros de la eurozona afectados por la crisis se mantengan aún en ella es su temor por las consecuencias que podría tener su salida (y ciertos intereses de sus clases dirigentes). Pero, ¿por cuánto tiempo bastará esa razón, sobre todo ante una posible agravación de la crisis económica que transformará amplias zonas de Europa en una especie de Latinoamérica? Al igual que en el siglo XX, Alemania pagará de nuevo, ella también, el precio de su egoísmo. Políticamente, porque su propio papel se verá socavado. Económicamente, porque su actitud ahogará a los compradores de sus productos. Pero es muy posible que sólo se dé cuenta de ello cuando ya sea demasiado tarde [¿de verdad crees que los alemanes sean tan tontos? Parece más bien que una fuerza no-alemana e incluso no-europea les está haciendo «manita de puerco» a los dirigentes alemanes. El culpar a Alemania les brinda un excelente disfraz a los verdaderos perpetradores y les permite amarrar navajas entre las víctimas].

La crisis griega como crisis de la eurozona
Es casi evidente que la crisis griega no está relacionada únicamente, ni siquiera fundamentalmente, con los problemas internos bastante importantes del país, con la debilidad de su Estado y de su sistema político, fuente de una extensa corrupción. Esos problemas, así como el hecho que Grecia invierte sumas colosales para defenderse de una Turquía negacionista [¿y esto no es culpa más bien de las empresas alemanas y francesas y de bancos alemanes y franceses, es decir, intereses PRIVADOS —no de Alemania o Francia— que sobornaron a los políticos griegos para que compraran A CRÉDITO armas que Grecia NO NECESITABA?], son sin embargo factores que determinan la forma, el momento de aparición de esta crisis y la capacidad del país para enfrentarla. Pero no son la causa, como lo prueba la crisis en España, en Portugal y también en otros países.
En Grecia puede tomar el aspecto de una crisis de la deuda pública y en España el de una crisis del endeudamiento privado. El hecho es que la crisis está en todas partes. Lo que refleja es la incapacidad a largo plazo de los países más débiles de la Unión para enfrentar, por un lado, una política monetaria diseñada en función de los intereses de Alemania [más bien diseñada en función de intereses bancarios PRIVADOS, sean alemanes o no] y de los bancos internacionales, así como la supresión de toda barrera de protección externa de la eurozona.
El funcionamiento «interno» de la moneda única conduce, a falta de mecanismos compensatorios, a una transferencia permanente de la plusvalía del sur de Europa hacia el norte. El funcionamiento «externo» de la eurozona, que voluntariamente se prohíbe a sí misma todo tipo de protección contra la competencia estadounidense y china, [¡qué políticos europeos tan pendejos que lo aprobaron!  Pendejos o corruptos, aunque las opciones no son excluyentes] y toda política industrial y social, toda armonización, conduce a la degradación de la capacidad europea de producción en el conjunto de la Unión, comenzando por los países más débiles. La industria griega, por ejemplo, se traslada del norte de Grecia hacia los Balcanes y los turistas abandonan el país donde impera una moneda cara —el euro— para irse al litoral turco.
El problema va a empeorar con el fin, dentro de poco, de las políticas de cohesión. Es evidente que el problema estructural griego ha acentuado la situación y puesto a Grecia en medio de la crisis europea, pero ese problema no creó la crisis de la Unión. El sur de Europa no es la única región que enfrenta esos problemas. Francia, país central y metropolitano, corazón político de Europa, si se considera que Alemania es el corazón industrial, también los ha detectado y tiene que enfrentarlos. Esos problemas dieron origen al rechazo del pueblo francés a la Constitución europea propuesta en 2005. Desde entonces, importantes intelectuales franceses han resaltado el callejón sin salida al que se encamina la eurozona. Por ejemplo, Emmanuel Todd, Jacques Sapir, Bernard Cassen y ATTAC, así como Maurice Allais, por citar sólo algunos, subrayan que es imposible que una Europa productiva y social logre sobrevivir sin adoptar algún tipo de proteccionismo.
La obstinación en las reglas de la eurozona, bajo su forma actual, conduce al totalitarismo, estima Emmanuel Todd. Europa va derecho a la catástrofe con el sistema ultraliberal de intercambio y la supresión, por las autoridades de Bruselas, de la preferencia comunitaria [Si las autoridades de Bruselas no están sirviendo a la comunidad europea, es hora de preguntarse: ¿para quién trabajan?]. Hasta ahora, las ideas de reforma de la eurozona no se podían aplicar, por falta de voluntad política. Sería una tragedia para el pueblo griego que, debido, entre otras cosas, a la manera como el sistema político griego y una élite política en plena degeneración administran el país, ese pueblo tuviese que vivir una catástrofe como precio de la energía necesaria para una reforma del euro, que —si finalmente tuviese lugar— llegaría demasiado tarde para Grecia.

Economía y geopolítica
En cuanto a la dimensión geopolítica del problema, los dirigentes alemanes no parecen haber sacado ninguna enseñanza de su propia historia, o sea recordar que durante las décadas anteriores a la Primera Guerra Mundial fueron incapaces de obtener las ganancias esperadas de sus progresos científicos y tecnológicos. El capitalismo de casino engendrado por la desregulación de estas últimas décadas, y que ellos mismos aceptaron de manera interesada y caracterizada por una total ausencia de perspicacia estratégica, es un engendro anglo-estadounidense [una y otra vez el autor, con esa insistencia en la torpeza alemana, ayuda a mimetizarse al «engendro anglo-estadounidense». Sería una explicación mucho más sencilla y lógica, advertir que los dirigentes alemanes NO SON autónomos, como tampoco lo son David Cameron y Barack Obama. TODOS actúan conforme a las órdenes de intereses PRIVADOS y no de sus países]. ¡Ningún jugador, por muy bueno que sea, puede ganarle al dueño del casino! Tenemos derecho a preguntarnos si existe algún plan estratégico tras la crisis actualmente desatada, no sólo en relación con la deuda griega sino también contra el euro, precisamente cuando esta moneda estaba a punto de convertirse en una divisa mundial [esa sincronicidad —demasiado oportuna para ser casual— debería darte un indicio de «la mano que mece la cuna»].
Sobre todo teniendo en cuenta, como ahora sabemos, que Goldman Sachs estaba detrás del ataque contra Grecia y contra el euro. Escudándose tras el tratado de Maastricht, en una Europa-«dictadura de los bancos» los alemanes se aprovecharon ciertamente de su supremacía económica, pero a la vez permitieron la instalación de una enorme trampa potencial [¿y si esa supremacía era la carnada para que aceptaran la trampa?], que acaba de ser activada, contra la Europa unida. Era de esperar, además, que las cosas evolucionaran en ese sentido cuando vemos, por ejemplo, que el arquitecto de la política monetaria no es otro que… el hombre de Goldman Sachs, Otmar Issing, otro más —es justo señalarlo— entre los tantos miembros de la vasta red de influencias de ese banco en Europa. Es posible, por consiguiente, que hoy estemos siendo testigos del desarrollo del plan estratégico que integra la geopolítica y la geoeconomía en la arquitectura del tratado de Maastricht.
La crisis estaba inscrita en el tratado mismo con dos posibles resultados: la transformación de Europa en estructura totalitaria y sometida o su disolución en componentes, con la variante de mantenerla, en todo caso, en un estado de desgarramiento provocado por sus problemas internos que le impida obtener su autonomía en relación con Estados Unidos e imponer reglas al capital financiero mundial. La política de Berlín parece basarse en la esperanza de sacar de la globalización más provecho que si reclamase, en nombre de una Europa reformada, un estatus de igualdad con Estados Unidos en el marco de un mundo multipolar con flujos reglamentados de mercancías y capitales. Y es así precisamente porque Berlín tiene todavía en mente las derrotas sufridas cuando corrió tras la hegemonía europea y mundial [esto parece propaganda gringa]. Pero, al mismo tiempo, parece olvidar que la globalización se halla bajo el dominio del sector financiero y del crédito, y no de la industria, que constituye el punto fuerte de Alemania, país que a fin de cuentas corre el riesgo de encontrarse nuevamente en la misma situación que conoció hacia el final del «gran» siglo liberal, justo antes de la Primera Guerra Mundial.
Los dirigentes alemanes quizás piensan que una «expulsión» o una salida forzosa de Grecia de la eurozona sería una solución que, por un lado, «serviría de escarmiento» a los demás miembros de la Unión y reforzaría, por otro lado, la homogeneidad de un núcleo duro europeo que parece haberse «ablandado». La idea de una «Europa desigual» y en círculos homocéntricos, como la que había formulado Karl Lammers, sigue siendo muy popular en Alemania. El problema es que los círculos finalmente podrían resultar heterocéntricos.
Es evidente que para Grecia, pero también para otros miembros de la eurozona, el problema se planteará por sí solo y todo indica que eso ocurrirá más pronto que lo previsto. Para Grecia y otros países, mantenerse en la eurozona sólo tendría sentido si dicha zona se reformara muy rápida y profundamente. Pero no es nada seguro que la retirada de uno o de varios países reporte a Alemania las ventajas que ésta espera.
Al perseverar en esa política, Berlín corre el riesgo de provocar una crisis muy grave, tanto en la eurozona como en la Unión Europea. Y provocará, al mismo tiempo, una importante derrota estratégica de Europa en el este del Mediterráneo, contribuyendo así a concretar el objetivo estratégico central de Estados Unidos en la región, o sea la constitución de una zona de influencia estadounidense y turca que se extendería desde el Mar Adriático hasta el Cáucaso y Chipre.
Esa zona, siguiendo la visión de la «ocupación del centro» del «tablero estratégico» planteada por [el ex consejero estadounidense de Seguridad Nacional] Brzezinski, se interpondría entre Europa y los hidrocarburos del Medio Oriente y también entre Rusia y los «mares cálidos». Sería además parte de la Unión Europea. En otras palabras, sería uno de los centros de una Eurasia dominada por Estados Unidos, una herramienta al servicio de la «parálisis estratégica» de Europa y una base de «contención» contra Rusia.
En Europa deberíamos saber —pero dudo que alguien quiera saberlo—, desde los famosos informes de Wolfowitz y de Jeremia que cristalizaron la estrategia post-guerra fría de Estados Unidos, que el objetivo estratégico de Washington es impedir el surgimiento de fuerzas que pueden hacerle frente y para evitarlo aplica políticas destinadas a impedirlo desde ahora, programando cuando es posible la aparición de crisis o creando obstáculos que impiden colaboraciones o alianzas entre diversos polos del sistema internacional.
Hay un caso en el que Alemania entendió esto perfectamente. Fue cuando ella misma decidió construir el gasoducto North Stream para conectarse directamente con Rusia. Pero, en general, Alemania sigue siendo estratégicamente ciega.[¿nos quieres hacer creer que Alemania, como país, tiene una ceguera selectiva? ¡Por favor!, seamos realistas].