jueves, 29 de septiembre de 2016

Huexit: ¿Jean-Claude Juncker sigue con diarrea?



¿Hungría Será la Siguiente en Salir de la UE?

Por F. William Engdahl                                         17-Ago-16
FUENTE: http://journal-neo.org/2016/08/17/will-hungary-be-next-to-exit-the-eu/



El texto [en rojo] NO aparece en el original y fue agregado por el equipo de traductores; igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

¿Hungría será la siguiente nación en salir de la disfuncional Unión Europea? La pregunta no es tan inverosímil como puede parecer. El 02-Oct, los votantes en Hungría participarán en un referéndum nacional para decidir si aceptan o no el forzoso asentamiento de migrantes en Hungría impuesto por la UE. En Hungría es un problema mayor, una tierra de gente orgullosa y de mentalidad tercamente independiente que soportaron 150 años de dominio otomano; guerras con la Austria de los Habsburgo hasta el Compromiso Austro-Húngaro de 1867 que creó una coexistencia pacífica bajo la monarquía dual de Austria-Hungría. Luego de eso estuvieron sujetos a la Unión Soviética desde 1945, inicialmente bajo el temido Mátyás Rákosi, hasta que llegó a ser el primer país comunista del Pacto de Varsovia en declararse república constitucional en Octubre de 1989 y abrir sus fronteras con Austria, poniendo en movimiento un efecto dominó en Alemania Oriental y luego en el entero Pacto de Varsovia y, finalmente, en la Unión Soviética. Como toda nación, tienen una historia muy especial.

Bien pude decirse que los húngaros, siempre una población de mezcla étnica cuyo parlamento puso en vigor las primeras leyes de derechos étnicos y de minorías en el mundo en 1849, no son gente pasiva cuando sienten que algo está equivocado en el modo en que están siendo tratado. Así es hoy respecto a la propuesta de Bruselas de que Hungría y otros estados miembros de la UE deben aceptar un número, determinado por Bruselas [debe ser interesante conocer cuántos van a asentar en Bélgica y particularmente alrededor de Bruselas y cuántos en Luxemburgo, donde nació Jean-Claude Juncker], de refugiados políticos de guerra del Medio Oriente y pagar por todos sus costos sea que los quieran o no. Los países que se nieguen a tomar su cuota enfrentarían severos castigos financieros [sería mejor que esos castigos financieros se impusieran a los gobiernos que han provocado las guerras que dieron origen a la migración en masa y que paguen por asentarlos de nuevo]. En 2015 unos 400,000 refugiados llegaron a Hungría antes de se levantara una cerca de 4 mts de altura con alambre de púas en la frontera con Serbia.
Aproximadamente la mitad (o 200,000), intentaron ganar asilo en Hungría y luego de los procedimientos del gobierno, sólo a 264 refugiados se les concedió asilo político. Desde la erección de la valla el flujo vía la llamada Ruta Balcánica casi se ha detenido. El gobierno austríaco ha decidido también cooperar con el gobierno Orban para patrullar conjuntamente la frontera común.
En la oposición a la propuesta de Bruselas de cuotas obligatorias de refugiados se han unido a Hungría la Rep. Checa, Eslovaquia y Polonia el llamado grupo Cuatro de Visegrad. Hasta ahora sólo Hungría ha decidido un referéndum nacional sobre el problema. Las encuestas muestran que más del 66% se opone a las cuotas obligatorias, incluyendo Orban, quién ha exhortado a votar No.
El claridoso primer ministro de Hungría, Viktor Orban, el único primer ministro desde 1989 en servir un término completo y ser re-electo, es muy popular entre los húngaros por expresar su pensamiento contra lo que siente son políticas equivocadas procedentes de Bruselas. Muchos húngaros lo ven como un moderno David enfrentado contra el mucho más grande Goliat, la no-electa y sin rostro [y así, comodísima], Comisión de la UE.
El 02-Oct los húngaros votarán sobre una sola cuestión en el referéndum nacional especial: “¿Ud quiere que la Unión Europea ordene el asentamiento obligatorio de ciudadanos no-húngaros en Hungría aun sin consentimiento del Parlamento?”.

Orban: “riesgo de terror...”
Respecto al problema de los refugiados de guerra Orban no tiene pelos en la lengua: “Hungría no necesita un solo migrante para que la economía funcione, o la población se sostenga a sí misma, o para que el país tenga futuro”, dijo en una reciente entrevista. Al contrario, declaró, “Cada migrante soltero representa un riesgo de terror y a la seguridad pública. Ésta es la razón de que no se necesita una política europea común de migración. Quienquiera que necesite migrantes puede llevárselos, pero no forzarlos sobre nosotros, nosotros no los necesitamos”. En cuanto a lo que se refiere a Hungría, él declaró en una entrevista con RT, “la migración no es una solución sino un problema... No la necesitamos y no la aceptaremos”. El gobierno húngaro insiste que el derecho para decidir sobre problemas de refugiados debería estar reservado exclusivamente a los gobiernos nacionales.
Hungría y otros tres estados centro-europeos que constituyen el grupo Cuatro de Visegrad, que incluye la Rep. Checa, Eslovaquia y Polonia, han estado oponiéndose a las cuotas obligatorias que la UE quiere imponer sobre cada estado miembro. En Diciembre pasado Hungría interpuso una demanda ante la Corte Europea de Justicia para frustrar el intento de la UE de redistribuir a los que estaban entrando a través de la Unión Europea. Una decisión pudiera tomar años. El referéndum se intenta para dar un amplio mandato popular contra los intentos de cuotas forzadas de Bruselas.

¿Primer paso para Salir de la UE?
Claro para todos de Bruselas a Berlín a Budapest es que los húngaros votarán un abrumador NO a las cuotas forzadas de refugiados. En ese punto la verdadera cuestión será si los húngaros mantienen un segundo referéndum, como los británicos lo hicieron recientemente, para votar sobre salir o no de la UE cuando llegue a ser claro que Bruselas ignorará el voto húngaro con su usual silencio ensordecedor. La idea de una salida húngara de la UE no es impensable en absoluto en este momento luego de que el R.Unido ha llegado a ser el “primero en salir por la puerta”, estableciendo un precedente de que la salida es posible.
El gobierno Orban a la fecha se ha movido con cierta cautela para probar los límites de las reglas de la UE. Lejos de un “tirano de derecha” como los burócratas de Bruselas y los principales medios políticamente correctos de la UE lo han pintado, Orban, egresado de Oxford, es un altamente sofisticado, aparentemente no-corrupto (una verdadera rara avis en la política de hoy si es cierto) y genuino demócrata que siempre recurre a sus votantes sobre decisiones clave de política para asegurarse que están con él, algo que es anatema para la oligarquía no-electa de Bruselas.
Los puntos de vista de Viktor Orban sobre la actual crisis de refugiados, que los medios deliberadamente maldefinen mucho más benignamente como situación de migración masiva de la UE, los delineó en detalle en su discurso anual de Estado de la Unión el 28 de Febrero a la nación, a la mitad de su tercer período como primer ministro (electo).
Refiriéndose a la reciente experiencia del país liberándose de las destructivas décadas de régimen comunista, ahora como un estado miembro de la UE desde 2004, Orban señala, “nos interesa cómo deberíamos proteger nuestros intereses nacionales dentro de la Unión Europea”. Suena bastante razonable a menos que uno se dé cuenta que el objetivo de la UE como institución es precisamente lo opuesto finalmente destruir todos y cada uno de los intereses nacionales en favor de una autocracia vertical no-electa centrada en Bruselas [y si esto no se logra, entonces deshacer la UE para mantener a los países divididos y débiles].

Verdaderos logros
En cuanto que los verdaderos logros de Hungría y de Orban son ignorados o distorsionados por los principales medios no-húngaros, conviene notar primero algo de lo realizado por Viktor Orban en su primer período de 1998-2002 cuando su Partido Fidesz ganó en coalición con el Foro Democrático Húngaro (MDF, por sus siglas en húngaro) y el Partido Independiente de Pequeños Agricultores y Trabajadores Agrarios (FKGP, por sus siglas en húngaro) y en su gobierno mayoritario a partir del 2010. Después de 8 años fuera del puesto, el Partido Fidesz de Orban ganó un abrumador mandato popular con 53% del voto y dos tercios de los asientos del parlamento en 2010 y la re-elección en 2014 hasta el presente.
Como Orban señala en su discurso de Febrero a la nación, “en tres años tuvimos consolidado el presupuesto, estabilizada la economía, evitado la bancarrota, contenida la inflación y reducido el desempleo éste último no de manera marginal, sino de 11.5% al 6.2%. Enviamos el paquete del FMI, reembolsamos nuestro préstamo por delante de la fecha de vencimiento, y este año también reembolsaremos el último bendito centavo de nuestra deuda a la Unión Europea [librarse de las deudas, obviamente es un crimen de leso-FMI, que merece mínimo un cambio de régimen]. En resumidas cuentas, en 2014 terminamos este período de estabilización con un crecimiento económico del 3.7% y abrimos un nuevo capítulo”-
Además, en el período de Orban, el gobierno se las arregló para “en cinco años reducir el impuesto al ingreso de 35% al 15%, y en cinco años hemos dejado 1.3 billones de florines [~4,800 mdd] en los bolsillos de las familias. Hemos reducido los recibos familiares de servicios públicos en 25% y en cinco años el salario mínimo en Hungría se ha incrementado en un 50%. Hemos logrado esto juntos: el estado y el mercado; el gobierno y el sector empresarial; empleadores y empleados; las micro, pequeñas y medianas empresas húngaras y los subsidios de conglomerados globales... Comparado con 2010, hemos asignado 40% más de financiamiento al servicio de salud. Hemos reducido a la mitad las listas de espera. Hemos asignado más de 0.5 billón de florines [1,845 mdd] al desarrollo de nuestros hospitales”.
Éste es el historial de la actual economía húngara bajo el régimen de Orban y el historial para entender por qué la población apoya su llamado a ningunas cuotas obligatorias de refugiados. Ahora son relevantes sus observaciones sobre la crisis de refugiados.

‘el nombre de este peligro es migración en masa’
Orban continúa, “Me gustaría ahora explicar por qué he dicho todo esto. En resumen, es porque todo esto está ahora en peligro. La estabilidad financiera por la que hemos trabajado tan duro está en peligro... Nuestra política exterior orientada nacionalmente que ha sido construida trabajosamente con atención al detalle está en peligro. El reestablecido orden público y la seguridad pública libre de amenazas terroristas están en peligro. Y nuestra cultura nacional... también está en peligro”.
Él precisa: “El nombre de este peligro es migración en masa... El año 2015 trajo a un fin la edad en la cual, creyendo que estaba bajo control de Europa, dimos por asegurada la protección y seguridad de nuestro continente. Hace un año, en esta misma ocasión estuvimos advirtiendo que había comenzado una nueva era de migración en masa. Fuimos burlados sin misericordia e insultados por amigos, aliados y rivales por igual... La realidad es que los que están viniendo aquí no tienen intención ninguna de adoptar nuestro modo de vida, porque ven el propio como más valioso... Y ¿por qué, en realidad, renunciarían? La realidad es que no proveerán la mano de obra requerida por las fábricas de Europa Occidental. Los hechos muestran que, a través de generaciones enteras, la tasa de desempleo es mucho más alta a veces varias veces más alta entre los nacidos fuera de Europa. La realidad es que las naciones europeas han sido incapaces de integrar incluso gradualmente las masas llegadas de Asia y África, a través de muchas décadas. ¿Cómo podrían lograrlo ahora, tan rápidamente y en tan gran cantidad?”.
Todas estas declaraciones pueden ser discutidas. Pero aquí está el quid en que Orban basa su estrategia del Referéndum, y la razón última por la que será forzado luego del 02-Oct para comenzar a preparar el “Huexit”, la salida de Hungría de la UE:
“... es duro para los migrantes con quienes deberíamos estar tan enojados. La mayoría también son víctimas: víctimas de los gobiernos colapsando en sus países, víctimas de las malas decisiones internacionales, víctimas de los contrabandistas de gente. Están haciendo lo que creen es lo mejor para sus intereses. No hay mejor palabra para lo que está haciendo Bruselas que “absurdo” [otra palabra pudiera ser «ingeniería social»]. Es como el capitán del barco que va a chocar y quien, en vez de querer tomar una acción para evitarlo, está más interesado en decidir cuáles botes-salvavidas deberían ser de no-fumar. Es como si, en lugar de reparar la filtración del casco, estamos discutiendo cuánta agua debería entrar en cuáles camarotes...”
Orban luego continúa:
“Es un gran problema que Bruselas no sea capaz de organizar la defensa de Europa, pero es un problema aún mayor que carezca de la intención de hacerla. En Budapest, Varsovia, Praga y Bratislava es difícil para nosotros entender cómo hemos llegado a un punto en el que incluso es posible que los que quieren venir aquí de otros continentes y otras culturas pueden ser dejados entrar sin controles. Es difícil entender el debilitamiento del instinto natural y fundamental de nuestra civilización para la defensa de nosotros mismos, nuestras familias, nuestros hogares y nuestra tierra. Esto es Europa. Europa es Hellas, no Persia; es Roma, no Cartago; es la Cristiandad, no un califato. Cuando decimos esto no estamos alegando que somos mejores, sino que somos diferentes. Señalar la existencia de una civilización europea independiente no significa que sea mejor o peor; significa solamente que “somos como esto, y ustedes son como aquello”.
Este movimiento de Hungría, de su primer ministro y de su población no es una estratagema política superficial para negociar un mejor trato de Bruselas como el intentado por David Cameron con su fracaso del Brexit (visto desde el punto de vista de Cameron). Es un trazo fundamental de una línea en la arena de la entera Unión Europea entre países que creen en una disuelta soberanía nacional a favor de una Europa supranacional basada en Bruselas, y los países que fieramente intentan, siguiendo los pasos de esta crisis de refugiados y todas sus ramificaciones, demandar los derechos nacionales soberanos esenciales.
Bruselas, y claramente el Berlín de Merkel, se opondrán a Hungría con uñas y dientes para defender su concepto supranacional. Harán eso con el respaldo de George Soros y su centro de estudios Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. No es ninguna sorpresa, Viktor Orban repetidamente se ha opuesto abiertamente al billonario especulador húngaro George Soros y sus ONGs por intentar desestabilizar Hungría. El dinero de Soros también financió el documento conocido como el Plan Merkel, que está en oposición directa a la defensa de Orban de la soberanía nacional respecto a la admisión de refugiados.
En este punto el desafortunado experimento conocido como la Unión Europea está disgregándose en todas direcciones. Hungría bien puede ser forzada a repensar su identidad en la UE luego del 02-Oct si no es que antes por los sucesos que están ocurriendo, y que ineluctablemente alimentan las fuerzas de disolución en la UE, tal vez una no tan mala consecuencia.

jueves, 22 de septiembre de 2016

La verdad sobre el endeudamiento de los países



El Fraude de la Deuda Privada

Por Alain Soral                                                                   20-Abr-16
FUENTE: http://katehon.com/es/article/el-fraude-de-la-deuda-privada



El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de redacción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.


Ningún partido político de extrema izquierda o extrema derecha se atreve a sacar este asunto fundamental, que es que, desde 1974 en Francia, y 1912 en los Estados Unidos, el poder soberano del estado que es crear moneda [esto coincide con la información dada por Ellen Brown en su artículo “The E.C.B. Fiddles While Rome Burns (http:// dissidentvoice.org/2011/11/the-e-c-b-fiddles-while-rome-burns/#more-39735), del 30-Nov-11; hay traducción en https://hechosyrealismo.wordpress.com/tag/reserva-federal/] y tomar préstamos de sí mismo a interés cero con el que crear inversiones productivas, que es la condición del estado del bienestar y de una política social equitativa, está en manos privadas. Nadie cuestiona esta cosa, la cual sería la misma base de un giro a la auténtica izquierda política.
¿Por qué es el final del Estado del Bienestar en Francia? ¿Por qué las disparidades y la hiper-deuda se dan en Francia? Solamente porque Francia, como otros países europeos, solía pedir prestado para sus propias inversiones al propio Estado, con interés cero, y era compensado al crear valor añadido y dinamismo económico. Hoy está obligada por leyes traicioneras, es decir, por traición de nuestras élites, a pedir prestado a mercados privados, a bancos privados que piden interés. Y esta diferencia, que es en sí misma fundamental, hace que hayamos cambiado de una política social a una política de empobrecimiento y desigualdad. Y nunca verás a la extrema izquierda sacando este tema.
Kennedy lo intentó en algún punto de su mandato. Tres meses después estaba muerto. Podéis encontrar toda esta información en internet, vídeos sobre el dinero como deuda, vídeos sobre la privatización de la Reserva Federal Americana… Es la clave para comprender la explotación y la creación de la miseria, y por supuesto para comprender este gigantesco fraude mundial donde la [“cierta”] gente crea dinero virtual, que nosotros tenemos que pedir prestado a ellos, siendo lo único real los intereses que pagarás de vuelta con el sudor de tu frente.[y curiosamente los países, que por una razón u otra no completan con los recursos disponibles, se ven obligados a pedir prestado, en tanto que los prestamistas JAMÁS tienen escasez  de sus recursos para prestar. «’ta raro, apá»].
Así como la explotación en el Antiguo Régimen, donde la gente decía “Dios me dio esta tierra, puedes trabajarla para mí si me dan un tanto por ciento, de modo que yo puedo continuar sin hacer nada”, pasamos de la explotación fiduciaria basada en la tierra y justificada teológicamente a algo que se llama explotación bancaria, del poder de la nobleza al poder de los bancos. Es exactamente la misma violencia, el mismo fraude. Es el asunto político supremo y no es aireado nunca por nadie, ni por el centro, ni por la extrema izquierda, y los pocos políticos que lo hicieron acabaron muertos [cuya mayoría era de extrema derecha, faltó aclarar]. Es una lucha a muerte que comenzó en los Estados Unidos antes de la Primera Guerra Mundial, sin la cual ésta no hubiese durado cuatro años, sino más bien 8 meses.
El asunto fundamental es esta incautación de poder por parte de los bancos en el mundo Occidental, por gente que crea algo que no tiene valor real, el papel moneda, pero detentan este privilegio político unos personajes que se lo han adueñado para extorsionar dinero del mundo entero a través de intereses.

jueves, 15 de septiembre de 2016

La verdad sobre la inmigración



Inmigración: El Ejército de Reserva del Capital

Por Alain de Benoist                                                         06-May-16
FUENTE: http://katehon.com/es/article/inmigracion-el-ejercito-de-reserva-del-capital




El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de redacción; igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto normal en el original.

 Este movimiento significa ejercer presión a la baja en los salarios de los trabajadores franceses, reducir su celo de protesta, y además, romper la unidad del movimiento de los trabajadores. Los grandes jefes, “siempre quieren más”.
Cuarenta años más tarde, nada ha cambiado. En un tiempo en que no hay partido político que se atrevería a pedir una mayor aceleración del ritmo de inmigración, sólo los grandes empresarios parecen estar a favor de ello – simplemente porque está en sus intereses. La única diferencia es que los sectores económicos afectados ahora son más numerosos, van más allá del sector industrial y el sector servicios de catering y hostelería – ahora incluye a las otrora profesiones “protegidas”, tales como ingenieros y científicos de computadoras.
Francia, como sabemos, empezando desde el siglo 19, extendió el brazo enormemente a inmigrantes extranjeros. La población inmigrante era ya de 800.000 en 1.896, solo alcanzó 1.2 millones en 1911. La industria francesa era el centro primario de atracción para inmigrantes italianos y belgas, seguidos por inmigrantes polacos, españoles y portugueses. “Tal inmigración, no cualificada, no sindicada, permitió a los empleados evadir los requisitos crecientes pertenecientes a la ley laboral” (François-Laurent Balssa, “Un choix salarial pour les grandes entreprises” Le Spectacle du monde, Octobre, 2010).
En 1924, a iniciativa del Comité para minas de carbón y grandes granjeros del noreste de Francia, se fundó una “agencia general para la inmigración” (Société générale d’immigration). Abrió oficinas de empleo en Europa, que operaban como bombas de succión. En 1932 había 2.7 millones de extranjeros en Francia, esto es, el 6,6% de la población total. En este tiempo, Francia mostraba el más alto nivel de inmigración en el mundo (515 personas por cada 100.000 habitantes). “Esto fue un camino práctico para un gran número de grandes empresarios que ejercieron presión a la baja en los salarios… desde entonces el capitalismo entró en la competición de la fuerza de trabajo extendiendo el brazo a los ejércitos de reserva de los gana-salarios”.
En el periodo posterior a la segunda guerra mundial, los inmigrantes empezaron a llegar cada vez con más frecuencia desde los países del Magreb; primero desde Argelia, y después desde marruecos. Camiones fletados por grandes compañías (especialmente en las industrias del automóvil y la construcción) llegaron con cientos de inmigrantes reclutados en los asientos. Desde 1962 a 1974, cerca de dos millones más de inmigrantes llegaron a Francia de los que 550.000 fueron reclutados por el Servicio de Inmigración Nacional (SIN), una agencia estatal, aún controlada bajo la mesa por los grandes negocios. Desde entonces, la ola ha continuado creciendo. François-Laurent Balssa apunta que cuanto ocurre una falta de fuerza de trabajo en un sector, entre estas dos posibilidades uno debe elegir entre subir el salario, o debe echar el brazo a trabajadores extranjeros. Normalmente era la segunda opción la favorecida por el Consejo Nacional de Empresarios Franceses (CNEF) y desde 1998 por su sucesor, el Movimiento de Empresas.
Esta elección, que sostiene el testigo del deseo por los beneficios a corto plazo, retrasó el avance de las herramientas de producción y la innovación industrial. Durante el mismo periodo, sin embargo, como ejemplo que Japón demuestra, el rechazo de la inmigración extranjera, mientras se favorecía la fuerza de trabajo interna, permitió a Japón que lograse su revolución tecnológica, poniéndose delante de muchos de sus competidores occidentales.

Los grandes negocios y la izquierda; una santa alianza
Al principio, la inmigración era un fenómeno enlazado con los grandes negocios. Todavía continúa estando en este camino. Aquellos que claman siempre por más inmigración son las grandes compañías. Esta inmigración está de acuerdo con el espíritu del capitalismo, que apunta a la eliminación de las fronteras (“laissez faire, laissez passer”). “Mientras obedece a la lógica del “dumping” social, Balssa continúa, un mercado laboral “de bajo coste” ha sido así creado con los “indocumentados” y los de “baja cualificación” funcionando como una solución intermedia “de mil usos”. Así, los grandes negocios han extendido su mano hacia la extrema izquierda; los primeros apuntando al desmantelamiento del estado del bienestar, considerado demasiado costoso, los segundos para matar el estado-nación considerado demasiado arcaico”. Esta es la razón por la que el Partido Comunista Francés (PCF) y la Unión de Sindicatos Francesa (USF) que han cambiado radicalmente desde entonces habían batallado, hasta 1981 [posiblemente el año del extraño amasiato entre los neoconservadores y la izquierda, contra los trabajadores], contra el principio liberal de fronteras abiertas, en el nombre de la defensa de los intereses de la clase trabajadora.
Para el otrora inspirado católico liberal-conservador, Philippe Nemo, solo confirma estas observaciones:
“En Europa, hay gente al cargo de la economía que sueñan con traer a Europa trabajadores baratos. En primer lugar, para hacer trabajos por los que la fuerza de trabajo local es pequeña; en segundo lugar, para ejercer considerable presión a la baja en los salarios de otros trabajadores en Europa. Estos “lobbies”, que poseen todos los medios necesarios para ser escuchados, o por sus gobiernos o por la Comisión en Bruselas, están hablando en general, tanto a favor de la inmigración como de la ampliación de Europa [hacia Turquía, que no es Europa, sino Asia (Menor)] – que facilitaría considerablemente las migraciones laborales. Son correctos desde su punto de vista – una vista desde la pura lógica económica […] El problema sin embargo, es que uno no puede razonar sobre este asunto en términos puramente económicos, dado que el influjo de población extra-europea tiene también graves consecuencias sociológicas[graves consecuencias igualmente buscadas por los promotores de la inmigración]. Si estos capitalistas ponen poca atención a este problema, es quizá porque disfrutan, en general, de beneficios económicos de la inmigración sin sufrir ellos mismos de sus contratiempos sociales. Con el dinero ganado por sus compañías, cuya rentabilidad está asegurada de esta manera, pueden residir en bonitos barrios, dejando a sus compatriotas menos afortunados que puedan con su propia población extranjera en las áreas suburbanas pobres” (Philippe Nemo, Le Temps d’y pense r , 2010).
Según figuras oficiales, los inmigrantes que viven en hogares regulares suman 5 millones de personas, lo que era el 8% de la población francesa en 2008. Los nichos de los inmigrantes, que son descendientes directos de uno o dos inmigrantes, representan 6,5 millones de personas, lo que es el 11% de la población. El número de ilegales se estima que está entre 300.000 y 550.000. (La expulsión de los inmigrantes ilegales costaría 232 millones de euros anualmente, esto es, 12.000 euros por caso). Por su parte, Jean-Paul Gourevitch, estima que la población de origen extranjero que vive en Francia en 2009 está en 7,7 millones de personas (de las 3,4 millones son del Magreb y 2,4 millones del África sub-sahariana), esto es, el 12,2% de la población metropolitana. En 2006, la población inmigrante sumaba el 17% de los nacimientos en Francia.
Francia está hoy experimentando asentamientos de inmigrantes, que es una consecuencia directa de la política de reunificación familiar. Sin embargo, más que nunca antes, los inmigrantes representan el ejército de reserva del capital.
En este sentido es sorprendente observar como las redes en nombre de los “indocumentados”, dirigidas por la extrema izquierda (que parece que ha descubierto en los inmigrantes su “proletariado sustituto”) sirven a los intereses del gran negocio [as usual, aunque durante décadas hayan navegado con bandera «anti-Establishment»]. Redes criminales, traficantes de personas y bienes, grandes negocios, activistas por “derechos humanos”, y empresarios en negro – todos ellos, por virtud del mercado global, se han convertido en los animadores de la abolición de las fronteras.
Por ejemplo, es revelador el hecho de que Michael Hardt y Antonio Negri en su libro “Imperio y Multitud”, apoyan la “ciudadanía mundial” cuando apelan a la retirada de las fronteras, que debe tener como primer objetivo en los países desarrollados, el asentamiento acelerado de masas de trabajadores del tercer mundo de bajo salario. El hecho de que muchos inmigrantes hoy deben su desplazamiento para la externalización, ocasionada por la lógica sin fin del mercado global, y que su desplazamiento es precisamente algo que el capitalismo se esfuerza por encajar a todo el mundo en el mercado, y finalmente, cada territorio adjunto podría ser parte de las motivaciones humanas – no molesta a estos autores en absoluto. Por el contrario, anotan con satisfacción que “el capital mismo requiere movilidad incrementada del trabajo así como migración continua a través de las fronteras nacionales”. El mercado mundial debería constituir, desde su punto de vista, un marco natural para la “ciudadanía global”. El mercado “requiere un liso espacio de flujo sin codificar y desterritorializado”, destinado a servir a los intereses de las “masas”, porque “la movilidad lleva una etiqueta de precio del capital, que significa el deseo realzado por la libertad” [bullshit!].
El problema con tal apología del desplazamiento humano, visto como una primera condición de “nomadismo liberal”, es que depende de una perspectiva completamente irreal de la situación específica de los inmigrantes y gente desplazada. Como Jacques Guigou y Jacques Wajnsztejn escriben, “Hardt y Negri se engañan a sí mismos [quizá simplemente son plumas mercenarias] con la capacidad de los flujos de inmigración, pensados para ser una fuente de nuevas oportunidades para valoración del capital, así como las bases para la oportunidad de mejora para las masas. Sin embargo, las migraciones no significan nada más que un proceso de competición universal, mientras que los inmigrantes no tienen más valor emancipador que estar en casa. Una persona “nómada” no está más inclinada a la crítica o a la revuelta que una persona sedentaria” (L’évanescence de la valeur. Une présentation critique du groupe Krisis, 2004).
“Mientras que la gente siga abandonado a sus familias, añade Robert Kurz, y mire por trabajar en todas partes, incluso con el riesgo de sus propias vidas sola y finalmente serán trituradas por la rueda de molino del capitalismo ellos no serán los heraldos de la emancipación, sino los agentes de la auto-felicitación del occidente postmoderno. De hecho, solo representan su versión miserable”  (Robert Kurz, «L’Empire et ses théoriciens», 2003).
Cualquiera que critique el capitalismo mientras aprueba la inmigración, cuya clase trabajadora es su primera víctima, es mejor que se calle [lo que se deduce de esto es que esa “izquierda” que decía defender a las masas, en realidad, servía a los grandes negocios desde hace décadas]. Cualquiera que critique la inmigración, mientras permanece en silencio sobre el capitalismo, debería hacer lo mismo.