jueves, 24 de abril de 2025

Más sobre las imprudencias de Trump

Cuando baja la marea, sabemos quién está nadando desnudo

El rey Trump es el emperador sin ropa

Por Hua Bin                                                                                                Abr 14, 2025

FUENTE: https://huabinoliver.substack.com/p/when-the-tide-goes-out-we-know-who

 

 

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

 Cuando escribí mi último ensayo La estrategia de China para derrotar a USA mediante la bancarrota (https://huabinoliver.substack.com/p/china-s-strategy-to-defeat-the-us) justo antes del "día de la liberación" de Trump, pensé que haría un seguimiento dentro de un mes, después de que el polvo se calmara un poco. Las cosas se han movido a lo largo de la trayectoria como se predijo, pero a un ritmo mucho más rápido de lo que anticipé.

 

Con el anuncio del viernes por la noche de que Trump eximirá a los teléfonos inteligentes, chips, computadoras y productos electrónicos fabricados en China del arancel del 125% "recíproco (una farsa completa [en el rancho le dicen chupaleta])", lo que representa aproximadamente una cuarta parte de las exportaciones de China a los USA, el rey Trump esencialmente dobló las rodillas y capituló. Independientemente de cómo lo haga Karoline Leavitt, Trump no solo parpadeó, sino que esquivó.

Antony Blinken tenía razón. En las relaciones internacionales, o estás en la mesa o estás en el menú. Hemos descubierto que la gallina Trump está en el menú junto con la gallina Kiev.

Comenté en el último ensayo que la política comercial de Trump era como ponerse una pistola en la cabeza para amenazar al mundo. No sabía que se pondría una navaja de afeitar en la garganta con la otra mano, y también comió un poco de veneno para ratas para acompañarla.

Por lo general, sacaría conclusiones después de "deja que la bala vuele un poco más". Sin embargo, algunas cosas ya están claras desde el 2 de abril, Día de los Inocentes. Podemos anticipar lo que probablemente vendrá en los próximos meses y años.

En este ensayo, compartiré mis predicciones. Me centraré en el panorama general y aconsejaré no ser cautivo de los titulares del día a día (incluso hora a hora) que seguramente provendrán de los medios de distracción masiva.

En un ensayo de seguimiento que se publicará más adelante, compartiré las lecciones aprendidas de los eventos de la semana pasada: tantos mitos se rompen y tantas verdades desnudas han salido a la luz cuando las mareas bajan.

Aquí están mis predicciones principales:

 

Trump ha perdido y obtendrá pocas concesiones de China.

Quitando toda la teatralidad de las últimas 2 semanas, está claro que el objetivo principal de la guerra arancelaria total de Trump es China. Desafortunadamente para él, como le dijo a Zelensky, el propio Trump esta vez no tiene cartas.

La guerra comercial ocurre en dos niveles: económico y político.

A nivel económico, USA es el tercer mercado más grande para las exportaciones chinas después de la ASEAN y la UE, con un 12.5% (440,000 mdd de 3.5 bdd), frente al 20% de 2018. Ésas exportaciones por 440,000 mdd representan el 2.3% del PIB de China (19 bdd). El comercio de China con USA se ha reducido desde 2018. Su comercio con el resto del mundo (Rusia y el sur global en general) ha crecido rápidamente.

USA ya no es un mercado tan importante para los productos chinos. Por ejemplo, China no exporta ningún vehículo eléctrico a USA (arancel del 100% gracias a Biden) y sigue siendo el exportador número 1 de vehículos eléctricos del mundo.

Incluso si el comercio con USA llega a cero, China puede compensar la pérdida de las exportaciones estadounidenses consumiendo más en el país y vendiendo más al resto del mundo.

El gobierno chino tiene muchas herramientas fiscales y monetarias para estimular el consumo interno. Hay 3 bdd de reserva extranjera (incluidos 760,000 mdd en bonos del Tesoro de USA) y 13 bdd de ahorro interno. Solo el superávit comercial de China fue de 1 bdd en 2024. Muchos de estos fondos se pueden utilizar para compensar el impacto negativo de una guerra comercial con USA.

Profundizando un poco más: el 90% de las exportaciones de China a USA son productos tecnológicos, maquinaria, productos farmacéuticos, baterías, productos de energía verde y minerales críticos. Solo el 10% son productos de bajo valor añadido como zapatos, ropa, juguetes y muebles. Entre el 30 y el 40% de las exportaciones chinas a USA se destinan al proceso de fabricación en USA como piezas y componentes.

Dada la posición de China en la cadena de suministro global, a las empresas y los consumidores estadounidenses les resultará muy difícil reemplazar económicamente los productos chinos, ya sea directa o indirectamente en el comercio con otros países. De lo contrario, las exportaciones de China a USA ya habrían sido mucho más bajas después de la primera guerra comercial de Trump en 2018.

Por otro lado, el 70% de las importaciones de China desde USA son productos agrícolas y energéticos que pueden ser reemplazados por otros proveedores en Brasil, Rusia y otros lugares.

En 2022, USA dependía de China para 532 categorías de productos clave, casi cuatro veces más que en 2000, mientras que la dependencia de China de los productos estadounidenses se redujo a la mitad en el mismo período. USA depende casi exclusivamente de China para las tierras raras para la fabricación de alta tecnología y para los API (ingredientes farmacéuticos activos [por sus siglas en inglés]) para la producción de medicamentos. El 95% de los antibióticos utilizados en USA se producen en China. Si se cortan, las industrias tecnológica y farmacéutica de USA sufrirán. La mayor dependencia que China tenía de USA eran los semiconductores, pero ese comercio ya se ha visto interrumpido por el embargo de chips de Biden.

En resumen, China simplemente tiene una dependencia comercial mucho menor de USA que al revés. A nivel general, China se encuentra en la cima de la cadena de suministro global (como productor) y USA está en la parte inferior (como consumidor). China puede causar tanto o más dolores a las empresas y hogares estadounidenses.

Además, en el frente financiero, China puede infligir una enorme perturbación a la economía estadounidense si decide deshacerse de las tenencias de bonos del Tesoro estadounidense, lo que aumentaría los costos de endeudamiento para todos en USA. Esto podría asestar un golpe masivo a USA, ya que el país está altamente apalancado en todos los niveles, desde el gobierno, las empresas hasta los hogares. Hasta ahora, China se ha abstenido de ejercer esta opción nuclear, pero ciertamente está sobre la mesa si la guerra económica se intensifica.

A nivel político, la guerra comercial entre USA y China se ha convertido en una contienda de determinación nacional. Es parte de la confrontación de espectro completo entre USA y China. Xi tiene un apoyo interno casi universal para mantenerse firme contra Trump, cuya guerra comercial contra China se ha convertido en un llamado a la movilización. La total falta de respeto de Trump hacia los socios comerciales de USA ("besándome el trasero") que están dispuestos a negociar (como Vietnam y Japón) solo sirve para repeler a los chinos y hacer que cualquier concesión sea extremadamente desagradable.

Por otro lado, el caos en los mercados financieros de USA (acciones, bonos, divisas) y la perspectiva de una inflación galopante están llevando a un resentimiento generalizado por los dolores autoinfligidos de Trump desde los multimillonarios hasta la clase trabajadora. Incluso los acérrimos de MAGA están preocupados por el impacto en sus billeteras. El rey Trump no tiene ni el capital político ni la determinación personal para mantenerse firme.

Mientras Trump se jacta de que otras naciones "me besan el trasero", Xi le da de nagladas con los pantalones bajados frente al mundo. Si bien Trump proclamó patéticamente que "Xi es mi buen amigo", el afecto nunca es correspondido y es tratado con total desdén por Pekín. Xi ni siquiera ha mencionado el nombre de Trump en público desde el 2 de abril.

Dado que el objetivo más importante de la guerra comercial es perjudicar a China, la dura postura de China ha hecho que toda la política arancelaria de Trump sea irrelevante y sea el blanco de una broma de mal gusto.

 

Trump obtendrá algunas concesiones limitadas de los países débiles y los estados vasallos y declarará una gran victoria.

Como dijo Trump crudamente, muchos países se han acercado para "besarme el trasero... Por favor, señor, por favor". No hay duda de que está jugando con los números: eran "más de 50 países", "70 países" y luego "más de 75 países" de un portavoz a otro. Sin embargo, países como Vietnam, Japón, Corea del Sur, India, Canadá, México, etc. se inclinarán ante su coerción en diversos grados.

Ofrecerán reducir los aranceles, prometerán comprar más productos estadounidenses y tal vez invertir en la fabricación estadounidense o comprar más deuda estadounidense. El chantaje de Trump extraerá su libra de carne de las víctimas débiles.

Sin embargo, podría haber conseguido fácilmente esos acuerdos a través de negociaciones bilaterales (ya que muchos son estados vasallos con poca capacidad de acción) y sin humillar a estos socios comerciales. En su lugar, optó por cabrear a todo el mundo, incluso a aquellos demasiado débiles para oponerse no les gusta que los llamen así...

 

La trayectoria económica de USA no cambiará

Con o sin los aranceles "recíprocos", USA no se reindustrializará ni recuperará los empleos manufactureros de manera significativa, en el corto plazo.

Esto se debe a que la política arancelaria no abordará la verdadera causa raíz de los problemas económicos de USA en la actualidad. La desindustrialización es el resultado de décadas de financiarización, externalización impulsada por las ganancias, infraestructura y educación domésticas deficientes, sobrerregulación y prácticas económicas neoliberales centradas en los accionistas a corto plazo.

Las transformaciones tecnológicas como la IA y la automatización erosionan aún más cualquier perspectiva de recuperar los empleos manufactureros.

USA de hoy es una economía de alto costo. Su infraestructura, desde carreteras, puentes, puertos hasta ferrocarriles, se está desmoronando y no es capaz de soportar la producción industrial a gran escala.

Su mano de obra está poco cualificada y no está capacitada para llevar a cabo la fabricación de alta tecnología. Los empleados de Starbucks y los volteadores de hamburguesas de McDonald's no fabrican automáticamente la mecánica de la batería. Y no habrá "millones y millones" de trabajadores estadounidenses colocando pequeños tornillos en los iPhones como [Howard] Lutnick [el bocón y billonario Srio de Comercio] pontificó muy amablemente.

Su clase gerencial está impulsada por las ganancias trimestrales y tiene aversión a la inversión a largo plazo y la toma de riesgos.

Su élite gobernante son financieros y abogados, no ingenieros [que saben hablar de más y cuyo mejor ejemplo es el propio Trump]: no saben cómo construir fábricas, desarrollar la cadena de suministro, diseñar y producir cosas, y administrar una fuerza laboral.

Después de todo, es mucho más fácil ganar dinero en el mercado de valores o como cabezas parlantes en la televisión o como influencer en línea. Es más fácil estudiar marketing o derecho que física e ingeniería. El arduo trabajo de hacer cosas ya no está en el ADN de USA.

Los costos de la reindustrialización son simplemente demasiado altos, en muchos billones, más allá de un país que ya tiene una deuda nacional de 36 bdd (sin contar los muchos más billones en deuda de empresas y hogares).

 

Los refugios seguros tradicionales, como bonos del Tesoro y la moneda de USA, se desmoronarán, y la desdolarización se acelerará

A pesar de amenazar en voz alta a cualquier país con desdolarizarse en su campaña electoral ("Pondré un arancel del 100% a cualquiera que no quiera usar el dólar estadounidense"), Trump ha entregado el mayor regalo a los defensores de la desdolarización.

Como moneda fiduciaria, todo el valor del dólar estadounidense reside en la credibilidad del emisor: el gobierno de USA. Trump, el agente del caos con sus cambios de humor, divagaciones incoherentes, toma de decisiones irracionales y falta total de sentido común económico básico, ha logrado hacer lo imposible : ¡hacer caer las acciones, los bonos y la moneda estadounidenses al mismo tiempo!

El resultado de sus movimientos locos es mayores costos de endeudamiento, inversiones reducidas, mayor inflación, menor nivel de vida y un éxodo acelerado de los dólares estadounidenses no solo por parte de los enemigos de USA, sino incluso de sus "amigos".

Xi y Putin no pueden hacer nada de lo anterior. Solo el rey Trump puede manejar esto: ¡convertir a USA en un estado canalla terrorista económico!

 

La rivalidad de USA con China se militarizará aún más y una guerra caliente es más probable que nunca

Después de fracasar de bruces con la guerra comercial y tecnológica con China, USA se preparará aún más para un enfrentamiento militar. Ya está aumentando el gasto militar a un histórico billón de dólares (según el profuso agradecimiento vía tweet de Hegseth al Presidente).

La gente dice que Trump es un presidente de paz y que no le gustan las guerras. Nunca me he creído esa mierda ni por un segundo. Si has aprendido algo sobre él, desde su comportamiento público hasta los estantes de libros publicados por personas que han interactuado con él, debes saber que Donald Trump no tiene brújula moral, es un fraude y un matón beligerante de principio a fin. No es un pacificador. Sus acciones en Yemen y sus amenazas contra Irán son una clara prueba de ello.

Es una conclusión ya antigua: la prioridad número uno del régimen estadounidense es debilitar y destruir a China por cualquier medio disponible [que por lo visto, no tiene muchos]. La única razón por la que no ha estallado una guerra caliente es porque las probabilidades están en contra del ejército estadounidense y el régimen estadounidense todavía alberga la ilusión de derrotar a China económica y tecnológicamente. Sin embargo, a medida que el ascenso de China se vuelve imparable, y todas sus cartas se reparten y fallan, USA recurrirá a la fuerza.

Al igual que con la guerra comercial y la guerra tecnológica, China se ha preparado durante mucho tiempo para un eventual enfrentamiento en el Pacífico occidental. Ya sea que estalle una guerra caliente en Taiwán o en el Mar de China Meridional, ya sea una guerra de poder o una guerra directa, China luchará hasta el final y ganará. https://huabinoliver.substack.com/p/comparing-war-readiness-between-china

 

La carrera está en marcha: ¿implosionará USA y se declarará en bancarrota primero o estallará primero una guerra caliente entre USA y China?

Como expliqué en mi ensayo anterior, la estrategia de China para derrotar a USA es forzarlo a la bancarrota antes de que estalle una guerra caliente, al igual que la estrategia de USA que derrotó a la URSS [ésa fue una situación bastante diferente].

La guerra arancelaria de Trump y el presupuesto del Pentágono han acelerado el ritmo: USA se enfrenta a un mayor costo de endeudamiento (por lo tanto, mayores pagos de intereses) y un mayor gasto militar al mismo tiempo, los dos mayores gastos del gobierno de USA También puede contar con que Trump seguirá adelante con el plan neoconservador Proyecto 2025 para reducir los impuestos a sus donantes ricos.

Reducir los ingresos y aumentar los costos es una forma segura de ir a la bancarrota, algo en lo que Donald Trump tiene mucha experiencia. Después de todo, ¡este es un tipo que se arruinó 6 veces y de alguna manera logró llevar a los casinos a la bancarrota!

Mientras China persigue la estrategia del arte de la guerra de Sun Tzu para ganar sin luchar, Trump persigue sus sueños guajiros para fanfarronear y estafar. Como dije la última vez, Trump es el mejor agente no remunerado de la (orgullosamente) comunista China.

 

 

jueves, 17 de abril de 2025

El otro lado del garrote utilizado imprudentemente por Trump

En la Guerra Comercial con USA, China Dispone de Muchas Más Cartas de las que Cree Trump — De Hecho Puede Tener una Mano Ganadora

Por Linggong Kong                                                                                   15-Abr-25

FUENTE: https://scheerpost.com/2025/04/15/in-trade-war-with-the-us-china-holds-a-lot-more-cards-than-trump-may-think-%e2%88%92-in-fact-it-might-have-a-winning-hand/

 

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmen- te lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.




El presidente Donald J. Trump y el presidente Xi Jinping en el G20, el 8 de julio de 2017. La Casa Blanca desde Washington, DC.

 

Cuando Donald Trump retiró su plan de imponer aranceles exorbitantes a sus socios comerciales de todo el mundo, hubo una excepción clave: China.

 

Mientras que el resto del mundo recibiría un aplazamiento de 90 días sobre los aranceles adicionales más allá de los nuevos aranceles del 10% a todos los socios comerciales de USA, China sentiría la presión aún más. El 9 de abril de 2025, Trump elevó el arancel sobre los productos chinos al 125%, lo que elevó el arancel total de USA sobre algunas importaciones chinas al 145%.

La medida, según Trump, fue impulsada por la "falta de respeto por los mercados globales" por parte de Beijing. Pero es muy posible que el presidente de USA se haya molestado por la aparente voluntad de Beijing de enfrentar los aranceles estadounidenses.

Si bien muchos países optaron por no tomar represalias contra los aumentos recíprocos de aranceles [si no respondieron, ¿de dónde sale lo “recíproco”? Parece un adjetivo engañapentontos] ahora pospuestos por Trump, favoreciendo en cambio la negociación y el diálogo, Beijing tomó un rumbo diferente. Respondió con contramedidas rápidas y firmes. El 11 de abril, China desestimó las medidas de Trump como una "broma" y elevó su propio arancel contra USA al 125%.

Las dos economías se encuentran ahora enzarzadas en un enfrentamiento comercial total y de alta intensidad. Y China no muestra signos de retroceder.

Y como experto en las relaciones entre USA y China, no esperaría que China lo hiciera. A diferencia de la primera guerra comercial entre USA y China durante el mandato inicial de Trump, cuando Beijing buscó ansiosamente negociar con USA, China ahora tiene mucha más influencia.

De hecho, Beijing cree que puede infligir al menos tanto daño a USA como viceversa, al tiempo que expande su posición global.

 

Un cálculo cambiado para China

No hay duda de que las consecuencias de los aranceles son graves para los fabricantes chinos orientados a la exportación, especialmente los de las regiones costeras que producen muebles, ropa, juguetes y electrodomésticos para los consumidores estadounidenses.

Pero desde que Trump lanzó por primera vez un aumento de aranceles a China en 2018, una serie de factores económicos subyacentes han cambiado significativamente el cálculo de Beijing.

De manera crucial, la importancia del mercado estadounidense para la economía china impulsada por las exportaciones ha disminuido significativamente. En 2018, al comienzo de la primera guerra comercial, las exportaciones con destino a USA representaron el 19,8% de las exportaciones totales de China. En 2023, esa cifra había caído al 12,8%. Los aranceles pueden impulsar aún más a China a acelerar su estrategia de "expansión de la demanda interna", liberando el poder adquisitivo de sus consumidores y fortaleciendo su economía interna.

Y aunque China entró en la guerra comercial de 2018 en una fase de fuerte crecimiento económico, la situación actual es bastante diferente. La lentitud de los mercados inmobiliarios, la fuga de capitales y el "desacoplamiento" occidental han empujado a la economía china a un período de desaceleración persistente.

Tal vez contrariamente a la intuición, esta prolongada desaceleración puede haber hecho que la economía china sea más resistente a los shocks. Ha empujado a las empresas y a los responsables políticos a tener en cuenta las duras realidades económicas existentes, incluso antes del impacto de los aranceles de Trump.

La política arancelaria de Trump contra China también puede permitir a Beijing un chivo expiatorio externo útil, permitiéndole reunir la opinión pública y culpar de la desaceleración económica a la agresión estadounidense.

China también entiende que USA no puede reemplazar fácilmente su dependencia de los productos chinos, particularmente a través de sus cadenas de suministro. Si bien las importaciones directas de USA desde China han disminuido, muchos bienes ahora importados de terceros países todavía dependen de componentes o materias primas fabricadas en China.

En 2022, USA dependía de China para 532 categorías de productos clave, casi cuatro veces más que en 2000, mientras que la dependencia de China de los productos estadounidenses se redujo a la mitad en el mismo período.

Hay un cálculo relacionado con la opinión pública: se espera que el aumento de los aranceles haga subir los precios, algo que podría generar descontento entre los consumidores estadounidenses, en particular entre los votantes de cuello azul. De hecho, Beijing cree que los aranceles de Trump corren el riesgo de empujar a la economía estadounidense, que antes era fuerte, hacia una recesión.

 

Potentes herramientas para la represalia

Además de los cambios en el entorno económico, China también tiene una serie de herramientas estratégicas para tomar represalias contra USA.

Domina la cadena de suministro mundial de tierras raras, fundamental para las industrias militares y de alta tecnología, y suministra aproximadamente el 72% de las importaciones de tierras raras de USA, según algunas estimaciones. El 4 de marzo, China colocó a 15 entidades estadounidenses en su lista de control de exportaciones, seguidas de otras 12 el 9 de abril. Muchos eran contratistas de defensa de USA o empresas de alta tecnología que dependían de elementos de tierras raras para sus productos.

China también conserva la capacidad de apuntar a sectores clave de exportación agrícola de USA, como las aves de corral y la soja, industrias que dependen en gran medida de la demanda china y se concentran en estados de tendencia republicana. China representa aproximadamente la mitad de las exportaciones de soja de USA y casi el 10% de las exportaciones avícolas estadounidenses. El 4 de marzo, Beijing revocó las aprobaciones de importación de tres importantes exportadores de soja de USA.

Y en el lado de la tecnología, muchas empresas estadounidenses, como Apple y Tesla, siguen profundamente vinculadas a la fabricación china. Los aranceles amenazan con reducir significativamente sus márgenes de ganancia, algo que Beijing cree que puede usarse como fuente de influencia contra la administración Trump. Según los informes, Beijing ya planea contraatacar a través de la presión regulatoria sobre las empresas estadounidenses que operan en China.

Mientras tanto, el hecho de que Elon Musk, un alto funcionario de Trump que se ha enfrentado con el asesor comercial de USA, Peter Navarro, contra los aranceles, tenga importantes intereses comerciales en China es una cuña particularmente fuerte que Beijing aún podría explotar en un intento de dividir a la administración Trump.

 

¿Una apertura estratégica para China?

Si bien Beijing cree que puede resistir los amplios aranceles de Trump sobre una base bilateral, también cree que la andanada de USA contra sus propios socios comerciales ha creado una oportunidad estratégica generacional para desplazar la hegemonía estadounidense.

Cerca de casa, este cambio podría remodelar significativamente el panorama geopolítico de Asia Oriental. Ya el 30 de marzo, después de que Trump aumentara por primera vez los aranceles a Beijing, China, Japón y Corea del Sur celebraron su primer diálogo económico en cinco años y se comprometieron a avanzar en un acuerdo trilateral de libre comercio. La medida fue particularmente notable dado el cuidado con el que USA había trabajado para cultivar a sus aliados japoneses y surcoreanos durante la administración Biden como parte de su estrategia para contrarrestar la influencia regional china. Desde la perspectiva de Beijing, las acciones de Trump ofrecen una oportunidad para erosionar directamente la influencia de USA en el Indo-Pacífico.

Del mismo modo, los fuertes aranceles de Trump a los países del sudeste asiático, que también fueron una importante prioridad regional estratégica durante la administración Biden, pueden acercar a esas naciones a China. Los medios estatales chinos anunciaron el 11 de abril que el presidente Xi Jinping realizará visitas de Estado a Vietnam, Malasia y Camboya del 14 al 18 de abril, con el objetivo de profundizar la "cooperación integral" con los países vecinos. En particular, las tres naciones del sudeste asiático fueron objeto de aranceles recíprocos ahora pausados por parte de la administración Trump: 49% sobre productos camboyanos, 46% sobre exportaciones vietnamitas y 24% sobre productos de Malasia.

Más lejos de China se encuentra una oportunidad estratégica aún más prometedora. La estrategia arancelaria de Trump ya ha llevado a China y a funcionarios de la Unión Europea a contemplar el fortalecimiento de sus propios lazos comerciales previamente tensos, algo que podría debilitar la alianza transatlántica que había buscado desacoplarse de China.

El 8 de abril, la presidente de la Comisión Europea mantuvo una llamada con el primer ministro de China, durante la cual ambas partes condenaron conjuntamente el proteccionismo comercial de USA y abogaron por un comercio libre y abierto. Casualmente, el 9 de abril, el día en que China elevó los aranceles a los productos estadounidenses al 84%, la UE también anunció su primera ola de medidas de represalia —imponiendo un arancel del 25% a importaciones estadounidenses seleccionadas por valor de más de 20.000 md€—, pero pospuso su implementación tras la pausa de 90 días de Trump.

Ahora, funcionarios de la UE y China están manteniendo conversaciones sobre las barreras comerciales existentes y considerando una cumbre completa en China en julio.

Por último, China ve en la política arancelaria de Trump un potencial debilitamiento de la posición internacional del dólar estadounidense.

Tradicionalmente, el dólar y los bonos del Tesoro de USA han sido vistos como activos refugio, pero las recientes turbulencias del mercado han puesto en duda ese estatus. Al mismo tiempo, los elevados aranceles han generado preocupaciones sobre la salud de la economía estadounidense y la sostenibilidad de su deuda, socavando la confianza tanto en el dólar como en los bonos del Tesoro de USA.

Si bien los aranceles de Trump inevitablemente dañarán partes de la economía china, Beijing parece tener muchas más cartas que jugar esta vez. Tiene las herramientas para infligir un daño significativo a los intereses de USA y, quizás lo más importante, la guerra arancelaria total de Trump está brindando a China una oportunidad estratégica rara y sin precedentes.