Donald Trump impone su autoridad a sus aliados
por Thierry Meyssan 08-Abr-17
FUENTE: http://www.voltairenet.org/article195907.html
No se deje engañar
por los rejuegos diplomáticos y los medios de difusión que reaccionan como
rebaño. Lo sucedido en Siria este viernes no tiene nada que ver ni con la
presentación de los hechos que se está divulgando ni con las conclusiones que
muchos exponen.
Estados Unidos anunció que en la
madrugada de este viernes disparó desde el Mediterráneo 59 misiles del tipo crucero
para destruir la base aérea siria de Sha’irat. Supuestamente se trata de una
acción unilateral de Estados Unidos como castigo al ataque químico atribuido al
Ejército Árabe Sirio.
Sorprendidos ante la envergadura
de la acción estadounidense, todos los comentaristas concluyen que la
administración Trump ha dado un giro de 180 grados en cuanto al tema sirio. La
Casa Blanca supuestamente ha acabado plegándose a lo que le exigían su
oposición estadounidense y sus aliados británicos, franceses y alemanes.
¿Es realmente así?
La realidad no concuerda con
lo que nos dicen los comunicadores
Los misiles crucero
estadounidenses atravesaron sin problema la zona actualmente cubierta por el
nuevo armamento radioeléctrico ruso que permite anular los sistemas de comunicaciones,
control y mando de la OTAN. Según reconoció el general estadounidense Philip
Breedlove, cuando aún era Comandante Supremo de las fuerzas de la OTAN, con ese
nuevo dispositivo Rusia ha tomado ventaja sobre Estados Unidos en materia de
guerra convencional. Ese dispositivo tendría que haber anulado, o al menos
haber afectado, los sistemas de guía de los misiles estadounidenses. Pero como
eso no sucedió, nos vemos ante 2 posibilidades: Estados Unidos ha encontrado
una contramedida que neutraliza el dispositivo ruso o… Rusia desactivó ese
sistema.
La defensa antiaérea del
territorio sirio incluye ahora los misiles antiaéreos S-300, en manos de las
fuerzas armadas de la República Árabe Siria, así como los S-400, en manos de
las fuerzas rusas presentes en suelo sirio. Aunque se trata de una situación
que nunca se ha presentado en el campo de batalla, los S-300 y los S-400 son
considerados como ampliamente capaces de interceptar los misiles crucero. Y se
trata, por supuesto, de un tipo de armamento que funciona automáticamente. Pero
tampoco funcionó. No se disparó ningún tipo de misil antimisiles, ni por parte
del contingente ruso, ni por parte de las fuerzas armadas de la República Árabe
Siria.
Cuando los misiles crucero
estadounidenses se abatieron sobre su objetivo, la base militar siria acababa
de ser evacuada y se hallaba prácticamente vacía. El ataque estadounidense
destruyó la pista de la base, varios radares y algunos aviones que desde hace
tiempo se hallaban fuera de servicio, así como algunos hangares e instalaciones
destinadas a albergar el personal de la base. Pero hubo una docena de víctimas,
9 de ellas fatales.
Aunque no se ha reportado
oficialmente ningún misil crucero estadounidense perdido ni destruido, en la
base de Shairat cayeron sólo 23 de los 59 misiles disparados.
¿Qué significa todo este
teatro?
Desde su llegada a la Casa
Blanca, el presidente Trump ha estado tratando de modificar la política de su
país y de reemplazar los actuales enfrentamientos por diversas formas de
cooperación. En lo referente al «Medio Oriente Ampliado», Trump se pronunció
por la «destrucción» de las organizaciones yihadistas, en vez de la «reducción»
que mencionaba su predecesor Barack Obama.
En los últimos días, la
administración Trump había reconocido incluso la legitimidad de la República
Árabe Siria y, por ende, había aceptado que el presidente sirio Bachar al-Assad
–democráticamente electo por el pueblo sirio– pudiera mantenerse en el poder.
Trump recibió en la Casa Blanca al presidente de Egipto, el mariscal Abdel
Fattah al-Sissi, aliado de Siria, y lo felicitó por su lucha contra los
yihadistas. Incluso restableció un canal directo de comunicación entre
Washington y Damasco.
El problema del presidente Trump
era cómo convencer a los aliados de Estados Unidos para que apliquen la
política que él preconiza, a pesar de todo lo que ya han gastado en su empeño
por acabar con la República Árabe Siria.
Claro, siempre es posible que el
presidente Trump se haya dejado convencer por alguno de los videos que están
circulando en YouTube… pero es más probable que su acción militar de este
viernes forme parte de la lógica de su acción diplomática anterior.
Con este ataque contra una base
militar siria, el presidente Trump satisface a sus opositores, que ya no podrán
por tanto oponerse a lo que venga después. La propia Hillary Clinton reclamaba
este miércoles un bombardeo contra Siria como reacción estadounidense ante el
supuesto uso de armas químicas por el «régimen sirio».
De todo lo que están diciendo
los medios de difusión, nos queda como hecho concreto que Donald Trump ordenó
disparar casi 100 misiles crucero contra una base siria prácticamente vacía…
después de haberle anunciado a Rusia, y por ende a Siria, lo que iba a suceder.
Aceptando ese sacrificio, Siria
confiere de cierta manera al presidente Trump una forma de “autoridad” para
actuar contra todo el que use armas químicas. Y, hasta el momento, los únicos
utilizadores de armamento químico claramente identificados por la ONU son… los
yihadistas.
Por su parte, los yihadistas del
Emirato Islámico (Daesh), también avisados sobre el inminente ataque
estadounidense –pero por sus jefes británicos, franceses y alemanes– iniciaron
de inmediato un ataque contra la ciudad de Homs, que ahora carece de la
protección que le garantizaba la base aérea.
Habrá que esperar a ver cómo
reaccionan Washington y sus aliados ante el posible avance de los yihadistas en
esa zona. Sólo entonces sabremos si la maniobra de Donald Trump y la apuesta de
Vladimir Putin y Bachar al-Assad realmente funcionan.
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