Cómo USA Llegó a Ser una Oligarquía
La democracia
sucumbe ante la globalización
Por ELLEN BROWN 07-Abr-15
FUENTE:
http://www.counterpunch.org/2015/04/07/how-america-became-an-oligarchy/
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y fueron agregados por el equipo de traducción.
“Los políticos son puestos
allí para darles la idea de que Uds tienen libertad de elección. No la
tienen.... Uds tienen dueños” [acaso ¿G.Carlin era
extraterrestre? porque debía haber dicho “para darNOS la idea de que NOSOTROS
TENEMOS libertad... No la TENEMOS... TENEMOS dueños]
— George Carlin, El Sueño
Americano
[George Bernard Shaw dijo que los
pañales y los políticos deben ser reemplazados con frecuencia y, a menudo,
por la misma razón]
De acuerdo a un nuevo estudio de la Universidad de Princeton, la
democracia estadounidense ya no existe. Utilizando datos de más de 1,800
iniciativas políticas de 1981 a 2002, los investigadores Martin Gilens y
Benjamin Page concluyeron que los ricos, los individuos con influencias en las
escena política ahora determinan [por lo visto «ahora» es un término relativo. Esa situación
lleva más de un siglo] la dirección del país, independientemente de —o incluso en
contra de— la voluntad de la mayoría de los votantes. El sistema político de USA
se ha transformado de una democracia en una oligarquía, donde el poder es
ejercido por las élites del dinero.
“Hacer el mundo seguro para la democracia” fue la lógica del presidente
Woodrow Wilson (para participar) en la 1GM [en sentido
estricto, esa lógica no era de él; simplemente se la impusieron; recuérdese que
él hizo campaña justo con el concepto
opuesto: el mantenerse al margen de dicha guerra], y desde
entonces ha sido utilizada para justificar la intervención militar
estadounidense. ¿Podemos justificar el enviar tropas a países extranjeros para
difundir un sistema político que no podemos mantener en casa? [la respuesta es no, AUN si lo pudieras mantener en casa.
Los demás países tienen derecho a ser tan soberanos como USA].
La Carta Magna, considerada como la primera Declaración de Derechos en
el mundo occidental, establecía los derechos de los nobles frente al rey. Pero
la doctrina de que “todos los hombres son creados iguales” [aunque parece que había unos más iguales que otros] —que toda la gente tiene “ciertos
derechos inalienables”, incluyendo “la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad”— es una innovación estadounidense [que muy
convenientemente omitía aclarar que los negros, y otros que no eran WASPs, no
eran considerados gente]. Y todos esos derechos, supuestamente
asegurados por la Declaración de Derechos, tienen en su médula el derecho al
voto. Tenemos el derecho de votar pero la voluntad colectiva de los votantes ya
no prevalece.
En Grecia, el partido populista de
izquierda Syriza salió de la nada y ganó la elección presidencial por sorpresa;
y en España el populista Partido Podemos parecer preparado para hacer lo mismo.
Pero por más de un siglo, ningún candidato de un tercer partido ha tenido
siquiera la mínima oportunidad de ganar una elección presidencial
estadounidense. Tenemos un sistema de dos partidos donde el ganador toma-todo,
en el cual nuestra elección es entre dos candidatos, ambos de los cuales
necesariamente satisfacen al gran capital. Simplemente requiere grandes recursos
montar las campañas de medios masivos requeridas para ganar una elección que
implica 240 millones de personas en edad de votar.
En las elecciones estatales o
locales, los candidatos de terceros partidos en ocasiones ganan. En una ciudad
de tamaño pequeño, los candidatos pueden realmente influir en el voto yendo de
puerta en puerta, entregando volantes y calcomanías para las defensas, haciendo
presentaciones locales y apareciendo en la radio y TV locales. Pero en una
elección nacional, esos esfuerzos son fácilmente superados por los medios
masivos. Y los gobiernos locales también están comprometidos con el gran
capital.
Cuando los gobiernos de cualquier tamaño necesitan pedir dinero
prestado, los megabancos que están en posición de proveerlo generalmente pueden
poner las condiciones. Aun en Grecia, donde el populista Partido Syriza se las
arregló para imponerse en Enero, la plataforma anti-austeridad del nuevo
gobierno está siendo estrangulada por los prestamistas que tienen al gobierno
apergollado.
¿Cómo perdimos
nuestra democracia? ¿Los Padres Fundadores fueron negligentes y dejaron algo
fuera de la Constitución? [la ingenua idea gringa de
rodear a los fundadores de la república con un aura de omnisciencia. ¡Por eso los
tienen como los tienen!] ¿O simplemente hemos llegado a ser demasiado
grandes para ser gobernados por el voto de la mayoría?
Ascenso
y Caída de la Democracia
Las etapas de la captura de la democracia por el gran dinero son
rastreadas en un artículo titulado “El Colapso de los Estados-Nación Democráticos”,
del teólogo y ambientalista Dr. John Cobb. Retrocediendo varios siglos, señala
el surgimiento de la banca privadda, que usurpó a los gobiernos el poder de
crear dinero:
La influencia del dinero fue ampliada
grandemente por el surgimiento de la banca privada. Los bancos fueron capaces
de crear dinero y prestarlo en cantidades muy por arriba de la verdadera
riqueza de ellos. Este control de la creación de dinero... ha dado a los bancos
un abrumador control sobre los asuntos humanos. En USA, Wall Street toma la
mayoría de las decisiones verdaderamente importantes que son directamente
atribuidas a Washington.
Hoy la vasta mayoría de la oferta monetaria de los países occidentales
es creado por los banqueros privados. Esa tradición data del siglo 17, cuando
el Banco de Inglaterra, de propiedad privada, la madre de todos los bancos
centrales, negoció el derecho de imprimir el dinero de Inglaterra luego de que
el parlamento arrebató ese poder de la Corona. Cuando el rey Guillermo
necesitaba dinero para hacer la guerra, tenía que pedirlo prestado. El gobierno
como prestatario entonces llegó a ser un sirviente del prestamista.
En USA, sin embargo, los colonos desafiaron al Banco de Inglaterra y
emitieron sus propios pagarés; y prosperaron. Cuando el rey Jorge prohibió esa
práctica, los colonos se rebelaron.
Ganaron la Revolución pero perdieron el poder de crear su propia oferta
monetaria, cuando optaron por el oro más bien que por el papel moneda como su
medio oficial de intercambio [Da la casualidad de que
los que ganaron la Revolución fueron los mismos que implantaron la reserva
fraccionaria, para seguir manteniendo su poder]. El oro estaba limitado
en oferta y era controlado por los banqueros [recuérdese
que toda la producción mundial de oro —salvo quizá Rusia y China— está controlada por los mismos de siempre], quienes subrepticiamente expandieron la oferta monetaria emitiendo
múltiples notas de banco contra una oferta limitada de oro.
Este sistema fue eufemísticamente llamado banca de “reserva fraccionaria”,
y quiere decir que sólo una fracción del oro necesario para respaldar las notas
emitidas privadamente por los bancos se encontraba verdaderamente en sus
bóvedas. Estas notas eran prestadas a interés, colocando al gobierno y a los
ciudadanos en deuda con los banqueros que crearon las notas con una imprenta.
Era algo que el gobierno podía haber hecho por sí mismo libre-de-deuda, y las
colonias estadounidenses habían hecho con gran éxito hasta que Inglaterra fue a
la guerra para detenerlas.
El presidente Abraham Lincoln revivió el sistema del papel moneda de
los colonos cuando emitió las notas del Tesoro denominadas «Greenbacks» que
ayudaron a la Unión a ganar la Guerra Civil. Pero Lincoln fue asesinado y las
emisiones de Greenbacks fueron descontinuadas [¿Sería
casualidad el asesinato y la
descontinuación de las emisiones? Dice el dicho que la burra no era conspiracionista
sino que la hicieron a palos].
En cada elección presidencial entre 1872 y 1896, hubo un tercer partido
nacional corriendo con la plataforma de la reforma financiera. Típicamente
organizados bajo auspicios de organizaciones sindicales o de granjeros, éstos
fueron partidos del pueblo más bien que de los bancos. Incluyeron al Partido
Populista, al Partido Greenback y al Partido Laborista Greenback, Partido
Laborista de Reforma, Partido Antimonopolista y Partido Laborista de la Unión.
Ellos abogaban por la expansión de la moneda nacional para enfrentar las
necesidades del comercio, reformar el sistema bancario y el control democrático
del sistema financiero.
El movimiento Populista de los 1890s representó el último reto grave al
monopolio de los banqueros sobre el derecho de crear el dinero de la nación. De
acuerdo al historiador monetario Murray Rothbard, la política luego de la
vuelta del siglo llegó a ser una lucha entre los dos gigantes bancarios
rivales, los Morgan y los Rockefeller. Los partidos en ocasiones cambiaban de
manos, pero los titiriteros que tiraban los hilos siempre eran uno de estos dos
jugadores del gran capital.
En (el libro) Todos los Banqueros
del Presidente, Nomi Prins [un libro más
interesante sería Todos los Presidentes
de los banksters; por cierto, la autora trabajó en Lehman Bros, Bear &
Stears y fue directora administrativa en Goldman Sachs] menciona
seis gigantes bancarios y familias bancarias asociadas que han dominado la
política por más de un siglo. Ningún candidato de un tercer partido popular ha
tenido una oportunidad real de triunfar, porque tienen que competir con dos
partidos atrincherados y financiados por estos poderosísimos bancos de Wall
Street.
La Democracia Cae ante la Globalización [cayó
mucho antes de la Globalización, frente a la Plutocracia; no se ha levantado y
ya se perdió la cuenta de los años]
En una era anterior, el Dr. Cobb señala que los ricos terratenientes eran
capaces de controlar las democracias restringiendo la participación en el
gobierno a la clase propietaria. Cuando esas restricciones fueron quitadas, el
gran capital controló las elecciones a través de otros medios:
Primero, el participar para el puesto llegó a
ser costoso, así que aquellos que buscaban un puesto requerían ricos
patrocinadores con quienes quedaban comprometidos. Segundo la gran mayoría de
los votantes tienen poco conocimiento independiente de aquellos por quienes
votan o de los problemas con los que hay que tratar. Sus juicios,
consecuentemente, dependen de lo que llegan a saber a través de los medios
masivos de comunicación. Estos medios, a su vez, están controlados por los
intereses adinerados.
El control de los medios y la palanca financiera sobre los funcionarios
electos entonces posibilitaron esos otros frenos sobre la democracia que
conocemos actualmente, incluyendo mínimos más altos para votación de terceros
partidos y su eliminación de los debates presidenciales, supresión de votos,
restricciones de registro, leyes de identificación, depuración del padrón de
votantes, manipulación, votos por computadora y secrecía en el gobierno [Olvídate del bloqueo a terceros partidos, ¿Y la vulgar
compra de funcionarios?, Apá. ¿Dónde la dejaste, por qué no la mencionas?].
El golpe final a la democracia, dice el Dr. Cobb, fue la
“globalización” —un mercado global en expansión que hace caso omiso de los intereses
nacionales:
Hoy la economía global es totalmente
transnacional. El poder del dinero no le interesan mucho las fronteras entre
los estados y generalmente trabaja para reducir su influencia sobre los
mercados y las inversiones... Así las corporaciones transnacionales
inherentemente trabajan para debilitar los estados nación, sean democráticos o
no.
El más evidente ejemplo hoy el el acuerdo comercial secreto de doce
países llamado Sociedad Trans-Pacífico (TPP, por sus siglas en inglés). Si
tiene éxito, el TPP expandirá
dramáticamente el poder de las corporaciones multinacionales para utilizar tribunales
a puerta cerrada y desafiar y suplantar la legislación nacional, incluyendo
protecciones ambientales, de trabajo, de salubridad y otras.
Buscando
Alternativas
Algunos críticos preguntan si nuestro sistema de toma de decisiones
mediante voto popular masivo que es fácilmente manipulado por los medios [privados] es el modo más efectivo de gobernar por
cuenta del pueblo. En una interesante presentación Ted Talk, el científico
político Eric Li presenta un convincente alegato a favor del sistema de “meritocracia”
que ha sido bastante exitoso en China.
En (el libro) Estados Unidos Más
Allá del Capitalismo, el prof. Gar Alperovitz argüye que USA simplemente es
demasiado grande para operar como democracia al nivel nacional. Excluyendo
Canadá y Australia, que tienen grandes extensiones vacías, USA es
geográficamente más grande que todos los otros países industriales avanzados de
la OECD (Organización para la Cooperación yDesarrollo Económico) combinados. Él
propone lo que llama la “ Mancomunidad Pluralista”: un sistema anclado en la
reconstrucción de comunidades y en la democratización de la riqueza [Pura saliva]. Implica formas plurales de propiedad
común y cooperativa comenzando con la descentralización y moviéndose a niveles
superiores de coordinación regional y nacional cuando sea necesario [Más saliva: la honestidad, desgraciadamente, no tiene
sustitutos, aunque los legisladores hagan como que creen que las cosas se
arreglan con leyes].
El Dr. Alperovitz es cofundador de la iniciativa llamada el Proyecto
del Siguiente Sistema, dirigido a definir los problemas en un debate político
nacional como un primer paso para lograr lo posible. Él cita al prof. Donald
Livingston, a quien preguntó en 2002:
¿Qué valor hay en continuar
impulsando una unión de este tamaño monstruoso?...
Hay amplios recursos en la
tradición federal estadounidense para justificar que las comunidades
estatales y locales revoquen, mediante su propia soberanía, los poderes que han
permitido que usurpe el gobierno central.
[Esto es una completa falacia; las
monstruosas son las corporaciones PRIVADAS que han llegado a ser más poderosas
que los gobiernos (o para el caso, que los políticos individuales, a quienes
sobornan) y este tipo, Alperovitz, propone debilitar al gobierno. ¿Para que las
corporaciones no batallen tanto para controlarlo o que los sobornos salgan más
baratitos? Es como la falacia de combatir las drogas, legalizándolas; o sea,
combatir el incendio, echándole gasolina. Por cierto, los poderes no fueron usurpados por el gobierno central sino por la Fed, que ni siquiera es parte del gobierno sino una entidad privada].
Recuperando
Nuestro Poder
Si los gobiernos están intentando recuperar sus poderes soberanos,
pueden comenzar con el poder de crear dinero, que fue usurpado por los
intereses privados mientras la gente estaba dormida al volante. [La gente no estaba dormida; los funcionarios electos fueron simplemente
sobornados]. A los gobiernos estatales y locales no se les permite
emitir sus propias monedas; pero pueden poseer bancos, y todos los bancos de
depósito crean dinero cuando hacen préstamos, como recientemente lo reconoció
el Banco de Inglaterra.
El gobierno federal podría volver a tomar el poder de crear la oferta
monetaria nacional emitiendo sus propias notas del Tesoro como lo hizo Abraham
Lincoln. Alternativamente, podría emitir algunas monedas de muy grande
denominación como lo autoriza la Constitución; o podría nacionalizar el banco
central y usar la flexibilización cuantitativa para financiar infraestructura,
educación, creación de empleos y servicios sociales, respondiendo a las necesidades
del pueblo más bien que a las de los banqueros. [Todo
esto no pasa de ser una cartita a Santa Claus. Efectivamente, “el gobierno
podria esto y lo otro”, pero los usufructuarios del sistema no se van a quedar
de brazos cruzados mientras Ellen o cualquier otro intenta quitarles el
negocito que tan redituable les ha resultado durante poco más de un siglo. Y
eso lo defenderán mediante lo que sea: desestabilización de gobiernos, guerra,
ataques con drones, asesinatos o campañas de difamación. Cuentan con los
recursos para sobornar a CUALQUIERA y, sobre todo, carecen de escrúpulos].
La libertad de votar tiene poco importancia sin la libertad económica —la libertad de
trabajar y obtener alimento, abrigo, educación, atención médica y un retiro
decente. El presidente Franklin Roosevelt sostenía que necesitamos una
Declaración de Derechos Económicos. Si nuestos representantes electos no
estuvieran comprometidos con los prestamistas, podrían ser capaces tanto de
aprobar tal declaración como conseguir el dinero para financiarla [¡Claro! Y si no fueran corruptos, les alcanzaría el dinero
de los impuestos sin necesidad de endeudar al país. La cuestión es que no
existe ese «si... no estuvieran» condicional y “nuestros” representantes van a
seguir comprometidos con los prestamistas, y entonces, ¿cuál opción queda?].
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