El Completo Desastre de Europa en Cámara Lenta
Por Pepe
ESCOBAR 02-Mar-16
FUENTE:
http://www.strategic-culture.org/news/2016/03/02/europe-slow-motion-debacle.html
El texto [en
rojo] NO aparece en el original y fue agregado por el equipo de traducción;
igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto normal en el original.
Desde un intento fallido de limpiar la Jungla de Calais [campamento de migrantes en las inmediaciones de Calais,
Francia] a la horrible situación en la frontera greco-macedónica, la UE se
desmorona bajo la tensión de una masiva crisis de refugiados. Incluso la
kafkiana creación eurócrata de Bruselas lo admite —extraoficialmente, porque la UE oficial debe siempre proyectar una
imagen mítica de unidad: «Estamos al borde de un abismo».
A través de la UE y
en medio de las élites intelectuales rusas, proliferan los escenarios sobre el
inminente colapso de la civilización occidental, a medida que un gigantesco
número de refugiados no puede ser asimilado apropiadamente. En Rusia, este
proceso es examinado con extremo interés porque ocurre no lejos de las
fronteras occidentales de Rusia e implica lo que el Kremlin tradicionalmente
define como «nuestros socios».
Pero ¿qué ocurriría
si este colapso europeo en cámara lenta no fuera actuado como una distopia Mad
Max, sino más bien producido por un tsunami de musulmanes en último término
desplazados por las guerras urdidas por Occidente?
Miren la Fortaleza Europa
Fue hace sólo seis
meses que el gobierno de la canciller Angela Merkel aceptó una gigantesca
apuesta al adoptar la llamada política «humanitaria» hacia los refugiados;
llámenla la cara civilizada del de otro modo concepto sucio del R2P («responsabilidad de proteger»,
que fue manipulado sin piedad para la invasión y destrucción de Libia.
Seis
meses más tarde, tenemos enjambres de refugiados varados a lo largo de la Ruta
Balcánica —y progresivamente rodeados/atrapados por estrictos controles fronterizos,
la desaparición de beneficios sociales, el trepado de cercas y murallas y la
abolición práctica de los acuerdos de Schengen. La apuesta de Merkel se acabó;
la Fortaleza Europa está de regreso y con una venganza.
¿Pueden oír el
sonido de un jarrón de mitos quebrándose? He aquí algunos. La noción de
«solidaridad europea» —para no hablar de igualdad y fraternidad. La noción de
que los miembros de la UE aceptarían una distribución sensible, armoniosa y
proporcional de refugiados. La noción de que Europa no rechazaría, deportaría o
repatriaría a gente huyendo de zonas de guerra. La noción de que Turquía
«protegería» a la UE de la crisis.
La Ruta Balcánica,
para propósitos prácticos, está ahora sellada para los refugiados mientras
Ankara, por su parte, lentamente está levantando un muro que se extiende desde
la frontera turco-siria —no tanto realmente para contenerlo (después de todo
Ankara debe mantener abierta la autopista yihadista), sino como un golpe
propagandístico.
La política
humanitaria alemana para los refugiados está en ruinas y corroída por la
auto-duda; hace sólo dos semanas la canciller Merkel estaba considerando si
debería perseguir «nuestro enfoque euro-turco» o si pura y simplemente la UE
debería ordenar el absoluto sellado de la frontera greco-macedónica.
Y eso nos lleva
cerca del quid de la cuestión —que por supuesto es Turquía.
La mayoría de los
políticos conservadores alemanes quieren que Merkel selle las fronteras
alemanas a los refugiados mientras que ella aun cree en la Mano de la Providencia;
la ayuda de los «socios europeos» —que no vendrá— y más que nada de Ankara.
Y allí es
exactamente donde el sultán Erdoğan, de Turquía, quiere tenerla; como
suplicante, no como la líder de la potencia económica europea N° 1.
El juego de poder de Ankara
Uno de los mitos
clave de toda la crisis de refugiados es que el gobierno AKP de Erdoğan está
haciendo todo lo que puede para «contenerla».
Tonterías. La
crisis misma fue urdida por Ankara [esta afirmación es
falsa. Erdoğan NO es el estratega que ello supone. Erdoğan es apenas un
político tercermundista que recibe órdenes y no tiene los alcances para una
operación de esa envergadura. Si alguien lo duda, es cosa de ver su historial:
Cuando Benedicto XVI anunció una visita al Patriarca Ecuménico en Estanbul, una
organización nacionalista turca convocó a una ‘manifestación monstruo’ contra
la visita, manifestación que se suponía convocaría a 2 millones de turcos. Erdoğan,
se apresuró a cancelar la visita de cortesía que le iba a hacer Benedicto XVI
so pretexto de una reunión que iba a tener con los eurócratas en Letonia.
Cuando la manifestación a duras penas reunió unos pocos miles, Erdoğan,
haciendo gala de su audacia como estadista, declaró que ‘siempre sí recibiría a
Benedicto XVI’. Posteriormente, luego del acto de piratería cometido en aguas
internacionales por comandos israelíes contra el barco Mavi Marmara, que llevaba ayuda humanitaria a Gaza, y donde
perdieron la vida 7 ciudadanos turcos, Erdoğan se apresuró a declarar que él
visitaría Gaza a bordo de un destructor turco y quería ver si los comandos se
atrevían a abordarlo como al Mavi Marmara.
Obviamente JAMÁS hizo el más mínimo intento de visitar Gaza] en 2015
—cuando los refugiados fueron «liberados» de sus campos de retención en Turquía
bajo la amenaza de que ya no podrían ser cuidados. La inundación de refugiados
no fue un surgimiento «espontáneo», como si los sirios, iraquíes y/o afganos
repentinamente decidieran huir hacia la UE; fue directamente instigada por
Ankara. Y Erdoğan desde el inicio ya estaba contemplando el Gran Premio;
sobornar a la UE, especialmente a Merkel, para pagar —al menos 3,000 md€— de
modo que la mayoría de los refugiados permaneciera no en suelo turco, sino en
una de sus propias sub-áreas neo-otomanas; una «zona segura» a ser construida
dentro de territorio sirio.
Evidencia adicional
que apunta hacia el complot de Ankara [es más creíble
que Washington esté mimetizándose como Ankara. Es como la baja en el precio del
petróleo: se le atribuye a Arabia Saudita, cuando eso significaría hacerse
harakiri, ya que el petróleo es casi la única fuente de divisas (los dátiles y
los paseos en camello no son significativos como fuente de dólares), y le
conviene más a Washington como arma contra Rusia e Irán] es el hecho de
que Turquía no haya incrementado las patrullas en su costa mediterránea —el
punto de partida de veintenas de refugiados para probar su suerte en botes en
su ruta a la seguridad de las islas griegas. La prioridad de Ankara era
«cerrar» la frontera turco-siria. No realmente «cerrarla», puesto que permanece
como paso seguro garantizado para selectos «rebeldes moderados».
Frontex, la agencia
de control de fronteras con sede en Varsovia, está absolutamente convencida de
que el juego de poder de los refugiados entre Turquía y la UE continuará.
Diplomáticamente, el director de Frontex, Fabrice Leggeri, comenta que «Turquía
tiene que ponérsela más difícil a los contrabandistas de migrantes».
Sin embargo, eso no
ocurrirá. Y Alemania —y la UE como un todo— continuarán siendo rehenes de las
maniobras políticas de Ankara.
Una reunión
UE-Turquía fue mantenida en Noviembre de 2015. En ese entonces, Erdoğan
prometió que habría más vigilancia en la costa egea y más redadas sobre los
contrabandistas de migrantes. Muy poco, muy tarde. La costa egea de Turquía es
de 2,800 kms de largo. Ankara no tiene los recursos para vigilarla
apropiadamente [sólo que los refugiados no están
LLEGANDO a la costa egea de Turquía; están SALIENDO de Turquía a través de la
costa egea; es decir, entraron a Turquía por otro lado y ese otro lado no mide
2,800 kms de largo].
Así el contrabando
a escala masiva continúa sin limitaciones [nótese que
los refugiados no son ‘balseros’ al estilo cubano o libio; las fotos muestran
botes inflables en forma, proveídos por los contrabandistas]. Los
círculos de contrabando con los «contactos» correctos —dentro de la policía
turca y de los políticos relacionados con el AKP— sólo necesitan pagar
aproximadamente €3,000 por cada grupo de refugiados para limpiar la frontera y
alcanzar el mar.
En paralelo, Ankara
está claramente en guerra en el sureste de Anatolia contra los kurdos del PKK.
Ésta es la prioridad N° 1, no el contrabando de refugiados, para no mencionar
el combate al ISIS/ISIL/Daesh. El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, no
pudo ser más directo al respecto cuando visitó Berlín a fines del año pasado:
el Plan A Erdoğan/ Davutoglu es «aniquilar» a los kurdos del PKK. No hay ningún
Plan B.
El Caos, creado y luego aplaudido
Nadie en Bruselas
lo hará. Así Frau Merkel finalmente tendrá que ser la única líder de la UE en
confrontar a Erdoğan y cantarle las cuarenta. No solamente es una cuestión de
cortésmente pedir a Ankara que reduzca el número de refugiados. Es ordenarle
que lo haga así; interrogarlo de por qué el año pasado los liberó en masa en
primer lugar; y retener cualquier paquete de rescate financiero futuro,
incluyendo la construcción de campos de refugiados dentro de territorio sirio.
El hecho escueto es
que toda la crisis de refugiados —una crisis existencial para Europa— está
siendo utilizada por Ankara como elemento de negociación en un elaborado
esquema de extorsión [Esto sí es creíble. Los círculos
contrarios a la UE en USA le ordenaron a Erdoğan implementar la avalancha de
refugiados y éste simplemente está aprovechando la situación para sus propios
fines]. Erdoğan quiere un tsunami de efectivo de la UE; y quiere un
tsunami de concesiones respecto a las negociaciones para el ingreso de Turquía
a la UE.
Mientras tanto, no
se alcanza a ver una unificada política de refugiados en la UE. Ni siquiera un
acto de equilibrio entre los intereses humanitarios y la «disuasión», el
altruismo y la realpolitik. Ningún «líder» político de la UE confrontará la
responsabilidad por las guerras de la OTAN (con «apoyo» de los petrodólares del
GCC) que han originado toda la crisis. La absoluta mayoría de los refugiados
son sirios, afganos y africanos que salen del continente vía la Libia [puesto que Libia está algo lejos de las costas turcas y
griegas, se trata de una modalidad adicional de la misma crisis] destruida
por la OTAN.
Las encuestas
muestran consistentemente que una mayoría de ciudadanos de la UE ya no quieren
«dar la bienvenida» a los refugiados. Como correctamente ha enfatizado Jean
Bricmont, autor belga de Imperialismo Humanitario, los ciudadanos de la UE que
«nunca fueron consultados sobre el problema de los refugiados y a quienes
constantemente se les pide hacer sacrificios porque ‘no hay dinero’,
comprensiblemente ya no aceptan este discurso moral».
Bricmont está entre los muy pocos en Europa que conectan
los puntos: «La misma gente que animó las intervenciones ‘humanitarias’ y
‘apoyó’ las insurrecciones armadas en el extranjero, que han conducido a
guerras perpetuas, generando un flujo constante de refugiados, están ahora demandando
que la población de nuestros países ‘dé la bienvenida a los refugiados’.
Primero generan el caos allá, y luego aplauden el caos aquí».
Bueno, ésa es la lógica del Imperio del Caos en pocas
palabras.
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