Matando a Europa: USA Lanza la Guerra de Sanciones 2.0 vs el Viejo Mundo
Por Eduard
Popov 01-Ago-17
FUENTE: http://www.fort-russ.com/2017/08/killing-europe-us-launches-sanctions.html
El texto [en rojo] NO
aparece en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente
lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.
El 25-Jul, la Cámara de Representantes del congreso de USA
votó la aprobación de el acta HR 3364, o Acta para Contrarrestar los Enemigos
de USA Mediante Sanciones. La ley ya ha sido aprobada por el senado e incluso
firmada por el presidente de USA, Donald Trump. Mientras que otros países del
“eje del mal”, es decir Irán y CdN, son singularizados en la ley, el principal
objetivo de ella es Rusia, siendo el pretexto para tales alegatos que Rusia
interfirió en las elecciones presidenciales estadounidenses [o sea, primero la sanción ¿antes de comprobar la
culpabilidad? Parece que como pretexto resulta bastante endeble].
Además de la importante dimensión política de esta ley que recurre
a las autoridades rusas en la forma de un ultimátum para limitar su actividad
política, militar y mediática fuera de las fronteras de Rusia, el principal
aspecto de esta iniciativa legislativa es la puesta en la mira a los sectores
energético y bancario rusos. La ley limita el máximo volumen de inversiones
permitido en proyectos de petróleo y gas hasta el punto de que cualquier
compañía invirtiendo más de 5 mdd al año en proyectos energéticos rusos
automáticamente estará sujeta a sanciones.
En otras palabras, este aspecto de las sanciones está
también dirigido contra las compañías energéticas europeas, en particular las
que participan en el proyecto Nord Stream 2. Las nuevas sanciones también prohíben
a las compañías el hacer negocios en USA participando en proyectos energéticos
en los que el lado ruso posea menos de 1/3 de las acciones.
Trump firmando la ley.
Estas “sanciones 2.0” pueden confiadamente llamarse anti-europeas.
Por ejemplo, ellas podrían impactar también a los socios europeos de Gazprom,
la alemana E.ON, la británico-holandesa Shell, la francesa Engie y un montón de
otros participantes del gasoducto Nord Stream 2, cuya construcción está puesta
para iniciar 2018 y las compañías están buscando abogados para defender sus
intereses en los tribunales. Pero ¿qué ocurrirá luego?
¿Quién se beneficia?
Una congelación o cancelación completa del Nord Stream 2
primero y sobretodo beneficiaría a Ucrania. En la sec. 257, la HR 3364
específicamente se provee un “plan para incrementar la seguridad energética de
Ucrania”. [¡pura saliva!]. El encargo de la Nord
Stream 2, después de todo, privaría a Ucrania de aproximadamente 2,000 mdd en
ingresos anuales [que en último término sería la
consecuencia de estarle dando patadas al pesebre]. Lo que es más,
Ucrania prácticamente dejaría de existir como un país de tránsito, limitando
agudamente su capacidad de chantajear y robar gas ruso, y haciendo obsoleta su
extensa red de gasoductos que se extienden aproximadamente por 30,000 kms a
través del país, incluyendo redes internas, la mayoría de las cuáles fueron
tendidas hace más de 30-40 años.
En 2013, Nikolay Azarov, entonces presidente del gabinete de
ministros de Ucrania, en un artículo para el periódico alemán, Frankfurter
Allgemeine Zeitung escribió que la modernización del sistema ucraniano de
transporte de gas (GTS, por sus siglas en inglés) costaría 4,500 md€ (6,000 mdd). Hoy los especialistas
estiman que el costo de modernizar el GTS de Ucrania sería de 7,700 mdd y el
costo de bombeo (a los precios de hoy) en US$2.70 por mil m3. El
costo de construir el gasoducto Nord Stream 2 se estima en 9,900 mdd y el costo
de bombeo en US$2.10 por mil m3. La Nord Stream 2 es exactamente 2,000 kms más corta que
la ruta ucraniana y el bombear combustible será 22% más barato. Además, una
gran parte de esta ruta está en aguas internacionales, lo que
significativamente reduce los costos de tránsito.[Oiga apá, ¿qué no funciona así el sistema capitalista de buscar el precio
más bajo a igual calidad, particularmente en este caso donde el proveedor y el
producto son el mismo y lo único que difiere es la ruta de abastecimiento?].
Aún si
se mantiene el tránsito ucraniano del gas ruso hacia los países de la UE (pero
Gazprom ha anunciado que no prorrogará el contrato luego del 2019), entonces
será muy difícil para Ucrania, si no imposible, reunir fondos para modernizar
su muy desgastado GTS. En 2010, Rusia propuso crear una empresa conjunta
con Ucrania y unificar los campos de Gazprom y los gasoductos de Ucrania. Sin
embargo, el liderazgo pro-estadounidense de Ucrania en ese entonces (cuando
Viktor Yushchenko, que dirigía el país como resultado de una revolución de
color, era presidente) rechazó el proyecto, viéndolo como una “amenaza” a la “dignidad
nacional”, i.e. el GTS de Ucrania.
Tomando en cuenta el enfoque del senado de USA a las
relaciones con Rusia, lo anterior probablemente de un modo u otro tratará de
imponer los costos de modernizar el GTS de Ucrania sobre Rusia. En opinión del
autor, tal posible escenario podría incrementar agudamente las tarifas de
bombear gas ruso hasta el punto de los costos de producción. En cuanto a otras
formas de “renta de gas”, Ucrania consumirá el gas ruso esencialmente al precio
que impone sobre Rusia y los cabilderos, con la ayuda de su aliado
estadounidense. Aún esto, sin embargo, no excluye el riesgo constante de que el
gas ruso simplemente sea robado del GTS ucraniano [Desde
el momento que Poroshenko se negó a pagar los 3,200 mdd de gas ruso consumido a
precio SUBSIDIADO, eso también cuenta como robo].
Así, el
plan para “incrementar la seguridad energética de Ucrania” contenido en la HR 3364
significa convertir a Ucrania en un monopolista del tránsito bajo control de
las compañías estadounidenses. Aceptar las condiciones de USA es
económicamente desventajoso para Rusia y la hace políticamente dependiente del
paso impredecible a través de Ucrania. Por no mencionar la humillación que
enfrentaría Rusia por renovar su contrato con Ucrania.
Si este
acto es implementado, las compañías energéticas de USA serán capaces de
participar en la privatización del GTS de Ucrania (como está establecido
en el Tercer Paquete Energético) y beneficiarse con el transporte de gas a
través de territorio ucraniano. Así, el principal ingreso del paso del gas ruso no iría a los
ucranianos, sino a sus amos de ultramar.
Sin embargo “apoyar” el GTS de Ucrania no es siquiera la
idea principal en el aspecto energético de la ley. Paralelo a la imposición de
sanciones sobre compañías europeas involucradas en proyectos energéticos rusos,
el acta también impulsa
los intereses de los productores estadounidenses de gas natural licuado en el mercado europeo. El último resulta dos
veces más caro que la alternativa rusa y provoca que la economía europea
tenga pérdidas. Desde mediados de los 1980s la economía europea ha dependido
del barato gas ruso.
El famoso científico político alemán Alexander Rahr ve las
sanciones de USA contra las compañías energéticas rusas esencialmente como
forzando a la Unión Europea a comprar el gas de esquisto estadounidense. Él
escribe: “Los estadounidenses quieren sacar el gas ruso del mercado europeo y llenar
el hueco con su esquisto. Esto es tan obvio que está provocando una seria
indignación en Alemania como que bordea la arrogancia”.
Aún otro potencial beneficiario de las sanciones es Polonia.
Justo antes de la reunión del G20, Donald Trump visitó Varsovia donde, entre
otras cosas, las autoridades polacas propusieron que Polonia se convierta en
centro de distribución de gas para toda Europa. Varsovia propuso que la
infraestructura sea construida para recibir y distribuir el gas natural licuado
de USA y remplazar el gas natural ruso. Recordemos que el Tercer Paquete
Energético solicitado por los senadores de USA urge a tal “diversificación” de
abastecimientos de gas para Europa.
Si el
bloque energético detallado en la ley se materializa, entonces esencialmente
USA llegaría a ser el monopolista gasífero en Europa vía sus abastecimientos de
gas natural licuado a los países de la UE y su control sobre el GTS ucraniano
privatizado. Polonia actuaría así como el Caballo de Troya
estadounidense dentro del baluarte europeo. Sobre esta cuestión, Polonia sería
así un competidor directo de Alemania, que controla el gasoducto europeo Opal.
¿Dos pájaros de una pedrada?
Debería ponerse atención a un curioso detalle. Tres días
después que el proyecto de ley fue adoptado por el senado de USA, en Julio 29,
la Comisión Europea inició procedimientos de sanción contra Polonia, demandando
que cancele sus controversiales reformas judiciales. Conforme a la posición de
CE, tales reformas no se ajustan a la legislación europea porque privan de
independencia al poder judicial. Sobre esta cuestión, como también sobre
problemas de política migratoria, una profunda contradicción política y de
civilización ha surgido entre la “vieja Europa” (conducida por Alemania) y la
“nueva Europa” o la “Europa post-comunista” conducida por Polonia. En opinión
de algunos observadores europeos, Bruselas quiere privar a Varsovia, el
principal cabildero de los intereses de USA dentro de la UE [luego del Brexit], de sus derechos de voto a través
del cual podría hacer avanzar los intereses energéticos de USA en el continente
europea. Si estos dos eventos —el
voto del senado de USA y la resolución de sanciones contra Polonia— están interconectados, entonces el
segundo puede ser considerado una represalia de la UE en la confrontación con
USA.
¿Qué ha
impulsado a los senadores de USA a imponer nuevas sanciones anti-rusas en un
momento cuando Europa ya está seriamente pensando en deshacerse de las antiguas
sanciones? El cálculo es un ganar-ganar: estrangular a Rusia bloqueando
su acceso a caminos alternos para abastecer de recursos energéticos a Europa
(de los que depende vitalmente el presupuesto ruso) y por tanto obligando a
Moscú a renovar el contrato de tránsito de gas con Ucrania. Al mismo tiempo,
USA puede dar un severo golpe a la economía de Europa forzándola a comprar el
costoso gas natural licuado de USA, lo que instantáneamente elevaría los costos
para los productores europeos, haciéndolos menos competitivos. Así, los
estadounidenses al mismo tiempo suprimirían a su oponente político y
debilitarían grandemente a su competidor económico.
¿Europa entiende esto? Seguro que sí.
Europa Disgustada
El presidente de la Comisión Europea, que cumple el papel de
ministerio de relaciones exteriores para la Unión Europea [si eso es cierto, ¿entonces cuál es el puesto de Federica
Mogherini en la UE?], Jean-Claude Juncker, ha insistido que la UE está
firmemente comprometida a las sanciones contra Rusia, pero demanda que este
problema sea discutido en estrecha coordinación entre los estados-miembro.
Conforme a él, las sanciones estadounidenses en su forma actual amenazan la
seguridad energética de Europa.
Francia, el segundo líder de la “Europa unida” luego de
Alemania, por su parte considera que la legislación de sanciones de USA es
ilegal desde el punto de vista de la ley internacional. El ministro francés de
Rel. Exteriores cree que el carácter extraterritorial de la nueva ley de
sanciones de USA no está a la altura de las normas de la ley internacional y
alega que Francia intenta discutir esta situación con la Comisión Europea y los
socios de la UE.
La ministra de economía de Alemania, Brigitte Zypries, se ha
hecho eco de este punto de vista: “Esto es simplemente una violación de la ley
internacional. USA no puede multar a compañías alemanas por dedicarse a
operaciones económicas en otro país”. En las palabras del ministro alemán de
Rel. Exteriores, el social demócrata Sigmar Gabriel, Washington específicamente
está usando esta legislación de sanciones para impulsar a las compañías
energéticas estadounidenses prohibiendo a los europeos de cooperar con entidades
rusas. Gabriel enfatizó que antes de proceder con tales medidas, USA debería
consultar con sus socios europeos. “Pero nuestra posición es que no toleraremos
el uso extraterritorial de las sanciones de USA contra compañías europeas”,
declaró.
En Agosto 01, Gabriel también emitió una declaración
especial en la que expresó la esperanza de que USA cambiaría su posición: “Aún
hay tiempo. Obviamente, el presidente Trump todavía no ha decidido si
endurecerá las sanciones contra Rusia y la manera en que lo haría. En cualquier
caso, la ley establece consultas previas con nosotros, los europeos, antes de
que cualquier cosa ocurra”.
Así, los europeos sienten que los estadounidenses están
forrando sus bolsillos y humillando descaradamente a sus “aliados”. En realidad,
no ha habido falta de valuaciones negativas de la ley de sanciones en Europa.
Sin embargo permanece la duda: ¿Europa puede resistir la presión de Washington?
[El párrafo siguiente entre dos
líneas de asteriscos, aunque debidamente traducido, resulta incoherente en el
contexto del artículo. No resulta comprensible que el vicecanciller alemán,
Sigmar Gabriel, y la ministra alemana de defensa, Brigitte Zypries, hagan
declaraciones en sentido absolutamente contrario a las de Angela Merkel y que tal discrepancia no se haya mencionado
en ningún otro medio ni oficialista ni alterno, ni que Austria, Francia y la
propia Comisión Europea permanezcan callados al respecto].
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En un
revelador caso, en Julio 17, justo antes del voto en el senado de USA, Alemania
acordó suspender el proyecto Nord Stream 2. El gobierno federal alemán explicó
que su negativa a unirse a los planes futuros para proyectos vinculados al
gasoducto Nord Stream 2 estaban condicionados por muy altos riesgos. Se pidió
que cinco problemas técnicos fueran resueltos. Los proyectos regresarán a lo
planeado si se obtiene un permiso para la construcción del gasoducto. Antes, el
gobierno de Angela Merkel se había resistido firmemente a la presión del
caballo de Troya de USA en la UE, Polonia. Pero algo cambió y la Sra Merkel
inesperadamente cambió su postura sobre el Nord Stream 2. La subsecuente
negativa a continuar con el proyecto asesta un duro golpe a los negocios
alemanes. La complacencia de la canciller federal, sin embargo, no debería
venir como sorpresa. El famoso pensador político y vicepresidente del Partido
Comunista de Bohemia y Moravia, Dr. Josef Skala, expresó al autor lo que
creemos sea una interesante explicación, es decir, que el acuerdo de Alemania a
participar en las sanciones anti-rusas que son tan dañinas para su economía es
una consecuencia de un “Pacto del Canciller” impuesto en la Alemania de
post-guerra del lado estadounidense. Según este punto de vista, la soberanía de
Alemania está estrictamente controlada pese a la potencia económica del país.
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Citemos de nuevo a Alexander Rahr: “USA controla el sistema
financiero del mundo y mantendrá una línea dura contra las compañías
occidentales que operan en el mercado de USA. Y la mayoría de las empresas
europeas que trabajan en Rusia también están representadas en el mercado
estadounidense”. Deberíamos agregar que USA también controla los mecanismos de
toma de decisiones y el personal de la política europea.
Así la materialización del bloque energético propuesto por
el proyecto de ley conduciría a una humillación de Rusia a un nivel sin
precedente desde el colapso de la URSS, dejándola a merced de la superpotencia
N° 1, USA, e incluso de la decadente Ucrania con su régimen militantemente
rusófobo. Rusia se quedaría indefensa dentro de sus propias fronteras por su
crítica dependencia de la exportación de gas a Europa.
Sin embargo, no menor daño sería incurrido por los aliados
de USA en el Viejo Mundo. Habiendo casi en forma unánime apoyado la primera
ronda de sanciones anti-rusas, los europeos ahora se han dividido en la “vieja
Europa”, que categóricamente está en contra de imponer las sanciones 2.0 que
simplemente resultan tan anti-europeas como anti-rusas, y, por otra parte, los
países de la “nueva” Europa “post-comunista”, principalmente Polonia y los
países bálticos, que apoyan las sanciones 2.0. Mientras, las sanciones 2.0
representan tanto para Rusia como para la UE, un daño económico colosal y una
reducida soberanía política. Y definitivamente de una manera severa.
¿Cómo pueden responder a esto las élites de Europa y Rusia?
Examinaremos esta cuestión en la segunda parte de nuestro artículo.
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