USA Intimidando, “Estilo Al Capone”, a Estados Miembros de la ONU
Por Vladimir
Odintsov 23-Dic-17
FUENTE:
https://www.globalresearch.ca/us-intimidating-un-member-states-al-capone-style/5623672
El
texto [en rojo] NO viene en el original y fue
agregado por el equipo de traducción.
Nikki [Capone] Haley |
A estas alturas el compromiso de la Casa
Blanca para difundir el caos a través del mundo, trayendo miseria y sufrimiento
a gente de diversas religiones y creencias difícilmente es un secreto para
cualquiera. Luego de Afghanistán e Iraq, los más recientes ejemplos de esta
obsesión estadounidense se han manifestado en Libia y Siria.
Esta táctica fue adoptada sin reparos por la administración
del presidente Donald Trump aún cuando no ha completado un año en el cargo. Sin
embargo, vemos más calamidades aproximándose en el horizonte, con peligrosos
juegos jugados por Washington simultáneamente contra Irán y Corea del Norte.
La reciente declaración respecto al status de Jerusalén
hecho por Trump cae en este patrón familiar, a medida que USA exige que otros
estados sigan su liderazgo. De tal modo que Trump no sólo formalmente anunció
sus aspiraciones imperiales, o reclamó el derecho para operar como árbitro
global, sino que también sepultó cualquier esperanza de negociaciones entre
árabes e israelíes, aun cuando Washington asumió el papel de garante del
acuerdo de paz entre ambas partes. Haciendo una declaración que luce
irresponsable para cualquier observador sensible, Trump no sólo ha violado toodos
los documentos de la ONU firmados hasta ahora por USA, también escogió ignorar
el plan de partición de Palestina adoptado en 1947, luego de la terminación del
Mandato Británico. Este plan estipulaba la creación de un estado judío y uno
árabe dentro de la anterior frontera palestina, mientras concedía a Jerusalén
un status internacional como la ciudad santa de las tres grandes religiones
monoteístas —judaísmo,
cristiandad e islam.
Alterando unilateralmente el status de Jerusalén Trump no
sólo ha mostrado el verdadero rosto de la “diplomacia estadounidense” a todo el
mundo, sino que ha privado a USA de la capacidad de desempeñar cualquier papel
constructivo hacia la resolución del conflicto árabe-israelí o cualesquier otro
conflicto medio-oriental. Después de todo, como garante de la existencia de
Israel desde 1948, USA siempre ha buscado mantener una posición balanceada [¡por favor! se supone que es un artículo serio], que
le permita permanecer como un “honesto negociador”. Como el periódico francés
Figaro recuerda, en Nov-1956 fue Washington quien urgió a Londres y París, los
aliados de Israel, para poner fin a la guerra de Suez contra Gamal Abdel Nasser [la motivación fue distraer la atención mundial del
aplastamiento de la Revolución Húngara por los tanques soviéticos]. En
Oct-1973, Kissinger persuadió a los israelíes a aflojar la presión sobre el
rodeado 3er Ejército Egipcio. En Oct-1991, el presidente George W. Bush inició
la Conferencia de Paz de Madrid invitando a las pláticas a la delegación
palestina, a pesar de la fiera oposición de Tel-Aviv.
Conforme a diversas fuentes, hoy en el mundo hay cerca de
1,770 millones de adherentes del Islam, constituyendo el 23% de la población mundial. La reacción
de los habitantes de 28 países musumanes (incluyendo el 4° país más populoso,
Indonesia, y Paquistán, que dispone de armas nucleares) a la “solución” de
Trump en Jerusalén ha causado un efecto predecible —con declaraciones agresivas provenientes de todas partes del
globo. Incluso los aliados europeos de USA anunciaron su desacuerdo. La Alta Representante de la UE
para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, declaró que el movimiento de Trump ha devuelto el
proceso de paz en el Medio Oriente a las edades oscuras [en realidad lleva 69 años ininterrumpidos de edad oscura; la partición
decretada por la ONU no tomó en cuenta a los palestinos y hablaba del
establecimiento de dos estados, de los cuáles sólo se estableció uno, en el
territorio del ignorado]. La negativa para apoyar la postura de Trump
fue anunciada por la canciller alemana Angela Merkel, por el presidente francés
Emmanuel Macron y la lideresa del estado satélite más confiable de Washington —la primer ministro británica,
Theresa May.
Esta condena universal fue apoyada por el presidente de
Turquía, un aliado formal de USA y miembro de la ONU, cuyo líder Recep Tayyip
Erdoğan, describió a Trump como
una persona suficientemente temeraria como para agitar todo el Medio Oriente.
El exjefe de los servicios secretos israelíes, Yakov Kedmi,
recientemente dijo a los medios que Washington ha dejado caer otra bomba sobre
el Medio Oriente sin siquiera dar un segundo pensamiento a las posibles
consecuencias de sus acciones. Kedmi cree que éste es un ejemplo de la típica
conducta [de la élite globalista] estadounidense,
asociada con arruinar aun las cosas más simples.
El Medio Oriente emprende cambios radicales estos días, a
medida que alianzas tácticas son hechas y luego colapsan rápidamente, con los
enemigos de ayer siendo los aliados de hoy. El desarrollo de eventos y los
cambios que todo el mundo y el mundo árabe en particular están observando
parece extremadamente peligroso para el mundo árabe. La razón de esto son las
crecientes aspiraciones coloniales de USA. Washington no solamente está reuniendo
tropas e invadiendo estados, está pesadamente ocupado también en una guerra
híbrida. Consistentemente ha confiado en la estrategia de divide y conquista en
sus tratos con el mundo árabe [y con los no-árabes
también, salvo los judíos; ¡qué raro! ¿verdad?], sus gentes y las gentes
de otros países de mayoría musulmana.
Se ha señalado la capacidad de USA de provocar malicia y
disgusto, de sembrar semillas de odio y disputa en cada estado árabe, afectando
a la sociedad en todos los niveles: familia, tribu, grupo religioso y partido
político. En particular, el mejor ejemplo es la llamada “Primavera Árabe”. Como
que todos los planes y conspiraciones contra los gobiernos de Túnez, Libia,
Egipto, Yemen, Siria e Iraq apuntan a Washington e Israel.
Contra este telón, uno no puede ayudar sino sentir disgusto
por las recientes acciones de Trump y sus representantes, en particular la
actual embajadora de USA en la ONU, Nikki Haley, quién envió cartas de
intimidación a los representantes de más de 180 países en un intento de
evitarles votar en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre una resolución
condenando la reciente decisión de Washington para reconocer Jerusalén como la
capital de Israel. Éste es un vívido ejemplo de la supuesta democracia estilo
USA en su mejor despliegue con la disposición de Washington a poner todo tipo
de presiones sobre aquellos suficientemente valientes para desobedecer los
dictados de USA.
El mundo está llegando a estar crecientemente impaciente con
Washington, un desarrollo que lleva décadas de retraso. Los intentos de Nikki
Haley para utilizar su posición en una imprudente tentativa de amedrentar a los
estados miembros de la ONU en clara violación a su Acta Constitutiva, presiona
esta paciencia hacia su punto de ruptura.
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