Canadá Detiene a Meng Wanzhou, Directora Financiera de Huawei, el Competidor Global de Celulares de China
Por
Christopher Black 08-Dic-18
FUENTE: https://www.globalresearch.ca/canada-arrests-meng-wanzhou-cfo-of-huawei-chinas-global-cell-phone-competitor/5662253
El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por
el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto
simple en el original.
Está
claro que USA está empujando la línea de batalla hacia nuestra puerta...
Podemos considerar el arresto de Meng Wanzhou por parte de USA como una
completa declaración de guerra contra China”.
Así se leía un editorial en el Global Times de China el 06-Dic,
un día después de que Meng Wanzhou, directora financiera de la compañía china
Huawei, fuera tomada como rehén por los gobiernos de Canadá y USA el 01-Dic. La
hija del fundador de la mayor compañía de telecomunicaciones de China fue
arrestada y detenida arbitrariamente por la policía canadiense en Vancouver en
tránsito entre aviones el 01-Dic so pretexto de una solicitud de extradición de
parte de USA.
El arresto ha conmocionado y enojado a China, mientras que
en Canadá la gran población china debe estarse preguntando qué tan seguros
están. Los antecedentes del arresto son bastante simples. Huawei se ha
convertido en un competidor global en el mercado mundial de teléfonos, y sus
teléfonos 5G son de tecnología punta y, por lo tanto, no son bienvenidos por
las compañías telefónicas competidoras en USA, Japón, Corea del Sur, Francia y
Suecia, que están tan temerosas de la competencia que ellas y sus gobiernos han
difundido historias de que los teléfonos están cargados con software espía y
son “un peligro para la seguridad nacional”. La compañía incluso ha sido
amenazada por los gobiernos de USA y aliados con cargos criminales en la cada
vez más hostil guerra económica de USA contra China junto con su creciente presión,
provocaciones e insultos [¡Viva el libre comercio!, que
por lo visto incluye zancadillas, patadas bajo la mesa, noticias falsas y un
largo etc] . Es una forma de controlar el mercado. Pero ahora, actuando
como una mafia, secuestraron, detuvieron y tomaron como rehén a una mujer china
cuyo simple crimen es ir a trabajar todos los días. La falta de protesta por
parte de los grupos de derechos de las mujeres en Occidente no es sorprendente,
pero sí ensordecedora.
El pretexto para su arresto es que Huawei ha violado las
sanciones estadounidenses contra Irán. Pero las recientes “sanciones” impuestas
a Irán por USA son ilegales según el derecho internacional, es decir, según la
Carta de las Naciones Unidas que estipula que solo el Consejo de Seguridad
puede imponer sanciones económicas a una nación. Las últimas sanciones
estadounidenses no están aprobadas por el Consejo de Seguridad [¿las anteriores sí?]. Las sanciones impuestas
unilateralmente por una nación contra otra no son legales y constituyen una
violación del derecho internacional [y por
consecuencia, un delito]. Por lo tanto, no hay ninguna ley que ella o
Huawei estén violando. No hay justificación legal para su arresto por los
canadienses.
El primer ministro canadiense
afirma que no tuvo participación en este arresto, pero admite que lo supo días
antes. Pero él no puede afirmar eso, dado que la policía que la arrestó y los
fiscales que manejan el archivo son funcionarios federales y así tuvo que haber estado involucrado. John Bolton
en USA también admitió que sabía que esto iba a suceder con varios días de
anticipación, por lo que debe haber una comunicación entre las autoridades
canadienses y las autoridades estadounidenses a un alto nivel para establecer
esto. De hecho, para agregar el insulto al daño, el arresto tuvo lugar mientras
el presidente Trump estaba sentado con el presidente Xi, quien estaba tratando
de buscar un acuerdo con los estadounidenses para aliviar la guerra económica
que libran contra China. Así que cuando Trump se sentó con Xi, sonriendo como
un lagarto al sol, sabía que Meng Wanzhou estaba siendo arrestada y continuó
actuando como el lagarto que es, mientras que Xi actuaba de buena fe sin darse
cuenta de lo que estaba sucediendo más al norte en Canadá.
La declaración de Trudeau de que
este arresto arbitrario no tuvo motivaciones políticas y de que él no estuvo
involucrado en dar órdenes para que la policía canadiense la detuviera luego de
aterrizar en Vancouver es ridícula, ya que el Tratado de Extradición entre
Canadá y USA requiere que éste informe de su solicitud al Ministerio de
Relaciones Exteriores de Canadá y envíe los documentos que respaldan la
solicitud.
Además, el Artículo 2 del Tratado requiere que Canadá solo
pueda actuar en tal solicitud si, y solo si, el delito alegado es también un delito
según las leyes de ambas partes contratantes. Pero las sanciones
impuestas unilateralmente y las sanciones ilegales impuestas a Irán por USA no
son actos punibles en Canadá e incluso en USA las "sanciones" son
ilegales, ya que infringen la Carta de las Naciones Unidas.
El artículo 4, apartado 1, del
Tratado establece:
"La extradición no se concederá en
ninguna de las siguientes circunstancias:
(iii) Cuando el delito respecto del cual
se solicita la extradición es de carácter político, o la persona cuya
extradición se solicita prueba que la solicitud de extradición se realizó con
el fin de tratar de castigarle por un delito del tipo antes mencionado. Si
surge alguna duda sobre si un caso se encuentra dentro de las disposiciones de
este subpárrafo, las autoridades del Gobierno al que se hace la solicitud
decidirán ".
Por lo tanto, el Primer Ministro Trudeau no puede evadir la
responsabilidad de esta toma de rehenes, de este arresto y detención
arbitrarios, ya que su gobierno tuvo que considerar la solicitud de USA y analizar
si tenía motivaciones políticas. Por lo tanto, el asunto tenía que ser
considerado al más alto nivel, [es decir, forzosamente]
por él [salvo que él no sea el más alto nivel;
lo cual tampoco puede descartarse]. Dado que él ha ignorado claramente
todas las circunstancias, incluido el hecho, en primer lugar que el delito
alegado no es un delito en Canadá, y no puede existir en virtud del derecho
internacional, y en segundo lugar, que la solicitud de USA tiene una clara motivación
política y tiene el objetivo de dañar tanto a Irán como a China, él tomó una
decisión política al ordenar a sus fuerzas de seguridad que la arrestaran y
detuvieran. Fue un arresto político. El estado de derecho en Canadá ha sido
suspendido, al menos en el caso de ella, y así puede serlo en cualquier [otro] caso.
Pero ¿podemos sorprendernos de
que el estado de derecho haya dejado de existir en Canadá cuando recordamos que
en 1999 Canadá participó en la agresión contra Yugoslavia; cuando participó en
la agresión contra Irak; cuando en 2004
sus fuerzas especiales ayudaron a los marines estadounidenses a poner
una pistola en la cabeza del presidente Aristide de Haití, secuestrarlo y
exiliarlo a África; cuando participó en la invasión y ocupación de Afganistán,
de Libia, de Siria; cuando este año admitió a los elementos de los cascos
blancos de las fuerzas terroristas evacuados desde Siria; cuando ha participado
en complots para derrocar al gobierno venezolano y al gobierno ucraniano donde
apoya a los fascistas [este adjetivo simplemente demuestra
que el autor es una víctima más de la propaganda; Poroshenko es tan fascista
como los neocons son conservadores; en otras palabras, son meras etiquetas
camaleónicas para aparentar lo que no son y engañar al que se deje, mientras
Poroshenko sigue sirviendo a sus amos globalistas] que tomaron el poder
en Kiev y cuando apoya las “sanciones” ilegales, es decir, la guerra económica
contra Rusia?
Los canadienses deben estar
enojados porque su nación sea liderada por personas cuya lealtad es con
Washington en lugar de los canadienses, cuyos intereses no les importan en
absoluto. Deberían estar enojados por abofetear al gran pueblo chino por quien
el Dr. Norman Bethune, el gran comunista [¿esto es
algún cumplido?] canadiense, murió ayudando al Ejército Popular de
Liberación durante la Larga Marcha y la resistencia a los japoneses en la
década de 1930. [Independientemente de este antiguo caso
que trasluce las arraigadas nostalgias del autor, los canadienses tienen
motivos mucho más recientes para estar enojados con su Primer Ministro y éste, personalmente, debería tenerlos para
estar molesto con Clownie Trump, luego de las tarifas que le puso a las importaciones
canadienses de acero y otros y de llamarlo “manso..., muy deshonesto y débil” en
un tuit del 09-Jun-18.
Al
consentir, contra los intereses canadienses, en el arresto de Meng Wanzhou,
Trudeau está demostrando que, después de todo, Trump no andaba tan errado en su
tuit. Pero Justin «Poroshenko»
Trudeau debería tener más cuidado en su
servilismo porque, como dicen en el rancho culterano: “le anda pungiendo la
retroparte íntima a Mefistófeles” y recordar que China no es Canadá, ni México
ni la UE. La escaramuza parece haber llegado a su fin ayer, 12-Dic-18, cuando
se anunció que Meng Wanzhou fue liberada tras depositar una fianza de 10 mdd].
Deberían estar enojados por estos
traidores que han aislado a Canadá de China, de Rusia, de Irán y de sus grandes
culturas, y han condenado a Canadá a ser un puesto más de avanzada del imperio
estadounidense. Porque como traidores que son, traicionan al pueblo canadiense
al servir los intereses de los estadounidenses y su máquina de guerra. Liberen
a Meng Wanzhou, porque mientras es mantenida como rehén, también lo somos
todos.
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Christopher Black es un abogado criminalista internacional
basado en Toronto. Es conocido por una multitud de casos de crímenes de guerra
de alto-perfil y recientemente publicó su novela “Beneath the Clouds” (Debajo
de las Nubes). Escribe ensayos sobre la ley internacional, la política y
eventos mundiales, especialmente para la revista online “New Eastern Outlook”
(Nueva Perspectiva Oriental).
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