Guerras y Mentiras Interminables
Por Brian
Cloughley 17-Dic-19
FUENTE: https://www.strategic-culture.org/news/2019/12/17/endless-wars-and-endless-lies/
El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por
el equipo de traducción.
El
Washington Post ha obtenido un "tesoro confidencial de documentos
gubernamentales" que revela que "altos funcionarios de USA no dijeron
la verdad sobre la guerra en Afganistán a lo largo de la campaña de 18 años,
haciendo declaraciones optimistas que sabían que eran falsas y ocultando
evidencias inconfundibles de que la guerra se había vuelto imposible de ganar” [se refiere a los Documentos de Afganistán, publicados por
el WP el 09-Dic-19]. Pero muchos de nosotros sabíamos y escribimos que
la guerra era imposible de ganar [esto, en el rancho,
lo llaman «hacerles
el caldo gordo»; si no pueden ganar una guerra en un país definitivamente
tercermundista, donde el enemigo no produce sus propias armas, ¿cómo piensan
enfrentarse a China o Rusia?] desde el principio, aunque ninguno de los
principales medios de comunicación occidentales publicaría tal juicio.
En 2005 escribí que “La insurgencia en Afganistán continuará
hasta que las tropas extranjeras se vayan, siempre que sea posible. Después de
un tiempo, el gobierno de Kabul colapsará y habrá anarquía hasta que un señor
de la guerra brutal, despiadado y rico en drogas alcance el poder. Él gobernará
el país como siempre ha sido gobernado por los afganos
[o sea: los malos siempre son los demás, “y como nosotros no somos ni brutales
ni despiadados ni ricos en drogas, ni practicamos el engaño, el soborno y el
salvajismo… no podemos ganar la guerra]: por amenazas, ferocidad
religiosa, engaño, soborno y salvajismo, cuando este último se puede practicar
sin represalias [¿cómo en Guantánamo o Abu Ghraib?].
Y la última ocupación extranjera se convertirá en un recuerdo más ".
En 2007, G.W. Bush, hasta 2016 el peor presidente de USA en
la memoria, declaró que "Nuestro objetivo en Afganistán es ayudar a la
gente de ese país a derrotar a los terroristas y establecer un estado estable,
moderado y democrático que respete los derechos de sus ciudadanos, gobierne su
territorio de manera efectiva y sea un aliado confiable en esta guerra contra
extremistas y terroristas”. Pero luego de 18 años de guerra, después de la
invasión de 2001, ha sido Misión No-Lograda.
A lo largo de los años ha habido algunas declaraciones peculiares,
afirmaciones y mentiras descaradas sobre la guerra en Afganistán por parte de
la dirigencia político-militar que continúa fomentándolas, y una de las
observaciones más intrigantes fue hecha por el presidente Obama en Marzo de
2009 cuando dijo que "USA no eligió librar una guerra en Afganistán".
Como señalé en ese momento, escuchar esta declaración fue como decir que
"Hitler no causó la 2GM" [o que “Churchill aborrecía
el whiskey”] o leer titulares de periódicos como "Político
republicano [o demócrata, que para el caso es lo mismo]
dice la verdad" o "Netanyahu dice que los árabes son humanos" y
cae claramente en la categoría de "no decir la verdad" sobre el
desastre en Afganistán.
El Post relata que en 2015 el teniente general Douglas Lute
"que sirvió como zar de la guerra afgana en la Casa Blanca durante las
administraciones de Bush y Obama", dijo a los entrevistadores del gobierno
que "No teníamos una comprensión fundamental de Afganistán —no sabíamos lo
que estábamos haciendo. ¿Qué estamos tratando de hacer aquí? No teníamos la
menor idea de lo que estábamos emprendiendo". Pero ese mismo general, que
podría haber influido, o al menos haber intentado influir, a estos presidentes para alejarlos de su catastrófica guerra, no hizo
nada por el estilo.
El 9 de Diciembre, Lute fue entrevistado en la Radio Pública
Nacional de USA, el medio de comunicación más objetivo del país, y por lo
tanto, bajo la amenaza de Trump, y continuó balancéandose como un general estadounidense
con los vientos de promoción.
El entrevistador citó a un coronel [¿nombre?]
del ejército diciendo que "todos los datos fueron alterados para
presentar la mejor imagen posible. Las encuestas, por ejemplo, no eran
confiables en absoluto, pero reforzaban que todo lo que estábamos haciendo era
correcto, y nos convertimos en un cono de helado que se lame a sí mismo".
Al general Lute se le preguntó si había sido "consciente o parte de algún
esfuerzo para usar datos para engañar al público sobre el estado del progreso
de USA en Afganistán?”. Lute, quien ahora es miembro superior de la Harvard
Kennedy School, respondió, apenas creíblemente, que “No. Mi experiencia con
respecto a la recopilación de datos y la presentación de informes sobre el
progreso o la falta de progreso en Afganistán es una experiencia de honradez, de
franqueza y de decir la verdad a nuestros principales líderes".
Luego, el entrevistador señaló que el Inspector General
Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR, por sus siglass en inglés;
el único funcionario de alto rango que ha sido honesto con respecto a los
asuntos y eventos en Afganistán [¿John Sopko?])
había dicho que "al pueblo estadounidense se le ha mentido
constantemente" y al preguntar a Lute si estaba de acuerdo con eso. Como
era de esperar, respondió que "No estoy de acuerdo con esa
evaluación" y fantaseó con que "cada enfoque que conozco para
comunicar el progreso en Afganistán por parte de altos funcionarios políticos y
militares estadounidenses siempre ha sido expresado como, “por un lado, estamos
progresando; pero por otro lado, los desafíos son severos" [en otras palabras, un claro ejemplo del difícil arte del «sí, pero no»].
Debería haber escuchado a uno de su propia crianza, el
comandante militar de alto rango en Afganistán de 2016 a 2018, el general John [William] Nicholson [Jr.],
quien declaró en Octubre de 2017 que "una ola de poder aéreo está en el
horizonte", y que "esto es el principio del fin para los talibanes".
El hombre fue excesivamente promovido respetando la línea de comando, pero fue
la persona más importante en Afganistán durante treinta meses, y pareció
disfrutar haciendo lo que el Washington Post llama "declaraciones
optimistas".
Los Documentos de Afganistán dejan en claro que los émulos
de Nicholson eran la gran mayoría y que hubo "esfuerzos explícitos y
sostenidos por parte del gobierno de USA para engañar deliberadamente al
público". Los entrevistados dijeron que "era común en el cuartel
general militar en Kabul, y en el Casa Blanca, distorsionar las estadísticas
para que pareciera que USA estaba ganando la guerra cuando ése no era el caso".
[Incluso estos Documentos de Afganistán y este mismo artículo
perpetúan las mentiras; entre ellas:
«No sabíamos lo que estábamos
haciendo».
«La
guerra es imposible de ganar».
«No teníamos una comprensión
fundamental de Afganistán».
Sí,
durante 18 años han engañado al público estadounidense y ahora intentan
seguirlo engañando enfocando la atención hacia la falsificación de informes y
afirmando la imposibilidad de ganar una guerra ficticia, donde el enemigo no
fabrica armas y donde lógicamente debe enfrentar problemas para conseguirlas.
Ni una
palabra de que los talibanes casi desaparecieron la producción de opio y desde
la ocupación por parte de USA esta producción ha alcanzado niveles nunca
vistos; probablemente porque se han implementado las más modernas
técnicas de cultivo.
O sea
“los malos” casi acabaron con el tráfico de narcóticos y llegan “los buenos” y
la producción de narcóticos se dispara. Pero como “los buenos” no pueden acabar
con “los malos”, entonces se requiere prolongar la ocupación estadounidense y
de pasada, mejorar aun más la productividad agrícola. ¡Qué extraño, pero qué
oportuno!, ¿verdad?
Si la guerra se acaba,
1) un gobierno estable puede
volver a erradir los cultivos de amapola;
2) se perdería el control logrado
sobre la producción mundial de narcóticos (Colombia y Afganistán); y
3) igualmente importante, se tendría que reducir el
presupuesto militar de Washington. Así, ES VITAL QUE LA GUERRA NI SE GANE NI SE
ACABE].
Es terrible que las mentiras continúen, y no solo en
Afganistán. La guerra contra Libia en 2011 fue un trabajo difícil, y la revista
Foreign Policy lo resumió al encabezar un análisis de 2016 como "La Gran
Mentira Sobre la Guerra de Libia" en el que "La administración Obama
dijo que solo estaba tratando de proteger a los civiles". Sus acciones
revelan que estaba buscando un cambio de régimen” [y,
de pasada, apoderarse de los 160,000 mdd del Fondo Soberano Libio, de las 300
tons de oro que tenía el Banco Central de Libia, del petróleo y suprimir la
competencia de productos agrícolas hacia el mercado europeo; aparte de que
Gaddafi —que no tenía deuda externa y no era chantajeable— quería vender
petróleo en monedas diferentes al dólar]. Otra[s]
mentira[s] colosal[es].
En Siria hay fuerzas militares de USA y Rusia, pero la
diferencia es que el gobierno sirio solicitó el apoyo de Rusia, mientras que la
presencia de USA tiene como objetivo principal ayudar a los rebeldes a derrocar
a ese gobierno [y si más no se puede, de perdido robar
petróleo]. Como señala la BBC, la situación se complica aún más porque
"el grupo llamado Estado Islámico (IS) se unió a la rebelión contra el
presidente Bashar al-Assad en Siria, donde encontró un refugio seguro y un
fácil acceso a las armas".
Por lo tanto, ha habido muchas posturas sobre Siria, en la
que “USA inicialmente proporcionó ayuda no letal a los rebeldes del Ejército
Sirio Libre. . . pero rápidamente comenzó a proporcionar capacitación, dinero e
inteligencia a comandantes rebeldes sirios seleccionados. Al menos dos
programas estadounidenses intentaron ayudar a los rebeldes sirios".
Toda la farsa se basó en la afirmación de que Washington
estaba allí por completo para combatir a los terroristas del Estado Islámico,
pero esto cayó en pedazos en Octubre después de que las fuerzas estadounidenses
"comenzaron a reforzar ... las posiciones alrededor de los campos
petroleros en el este de Siria, diciendo que el nuevo los despliegues son parte
de su continua misión antiterrorista". El presidente del Estado Mayor
Conjunto, general Mark Milley, dijo a los periodistas que" el propósito
fundamental de asegurar esos campos petroleros es negarle el acceso a ISIS para
evitar su resurgimiento".
Esto sonaba plausible hasta que Trump hizo más claras las
prioridades de USA al declarar: "Hemos asegurado el petróleo, y, por lo
tanto, un pequeño número de tropas estadounidenses permanecerá en el área donde
tienen el petróleo... Nos quedaremos con el petróleo [¿aunque
no sea tuyo? En el rancho y en todos lados eso se llama “robar petróleo”]
—recuerden eso" [lo tendremos muy presente].
Siempre he dicho: ‘Conserven el petróleo’. Queremos conservar el petróleo [pues sí, pero en Texas; no en Siria]. ¿45 mdd al
mes? Conservar el petróleo ... lo que intento hacer, tal vez, es hacer un trato
con un Exxon Mobil o una de nuestras grandes compañías para entrar allí y
hacerlo correctamente" [oiga apá, ¿y nosotros sí
podemos robar petróleo y venderlo y seguir apareciendo “como que somos
honestos”?].
La mentira del Pentágono había sido contradicha
inadvertidamente por Trump, quien probablemente no sabía la seriedad de lo que
estaba diciendo [as usual], y en cualquier caso
hizo su declaración cuando estaba hablando con un grupo de jefes de policía en
Chicago, difícilmente un foro internacional. Pero muestra que se siguen
diciendo mentiras interminables en las guerras interminables [y robos también interminables] de Washington.
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