jueves, 9 de enero de 2025

Otra vez la FED

 

¿Por Qué el Gobierno Pide Prestado Cuando Puede Imprimilo?

Por Ellen Brown                                                                                         18-Jun-24

FUENTE: https://scheerpost.com/2024/06/18/ellen-brown-why-does-the-government-borrow-when-it-can-print/

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

 


En los primeros siete meses del año fiscal 2024, los intereses netos (pagos menos ingresos) de la deuda federal alcanzaron los 514 mil mdd, superando el gasto en defensa nacional (498 mil mdd) y Medicare (465 mil mdd). El gasto en intereses también superó todo el dinero gastado en veteranos, educación y transporte en conjunto. El gasto en intereses es ahora la segunda partida más grande del presupuesto federal después de la Seguridad Social y la parte del presupuesto que crece más rápido, y va camino de alcanzar los 870 mil mdd para fines de 2024.

 

Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, el déficit presupuestario federal fue de 857 mil mdd en los primeros siete meses del año fiscal 2024. En efecto, el gobierno está pidiendo prestado a interés para pagar los intereses de su deuda, lo que agrava la deuda. Para el prestamista, se llama “el milagro del interés compuesto”: los intereses sobre los intereses se acumulan exponencialmente. Pero para el deudor, es una maldición, que se acumula como un cáncer hasta el punto de devorar activos mientras sigue aumentando la deuda. Como escribe Daniel Amerman, un analista financiero certificado, en un artículo titulado “¿Podría un incendio forestal de interés compuesto amenazar la solvencia de USA?”:

[L]a mayor amenaza relacionada con la deuda para la solvencia del gobierno de USA y el valor del dólar podría ser el hecho de que el país en realidad no está realizando ningún pago neto de capital o intereses sobre su deuda. Es decir, el gobierno de USA está pidiendo dinero prestado para pagar los intereses, al mismo tiempo que pide prestado para renovar los pagos del capital, al mismo tiempo que pide prestado aún más para financiar el gasto general que excede los impuestos recaudados.

Esto crea el riesgo [no es riesgo, es certidumbre] de una posible acumulación y aceleración de los pagos de intereses sobre esa deuda. …

En otras palabras, el gobierno de USA es efectivamente insolvente, a menos que se produzcan algunos cambios importantes. Ésa es exactamente la razón por la que debemos prever que habrá cambios importantes.

El Comité para un Presupuesto Responsable concluye de manera similar: “Sin reformas para reducir la deuda y los intereses, los costos de los intereses seguirán aumentando, desplazando el gasto en otras prioridades y agobiando a las generaciones futuras”. De hecho, nosotros somos esa generación futura. Las gallinas han vuelto al gallinero. Según USDebtClock.org, la deuda es ahora de 34.8 bdd. Se estima que tendríamos que gravar a todos a una tasa del 40%, sin deducciones, para equilibrar los presupuestos de nuestros gobiernos federales y locales, una obviedad. Las reformas son necesarias, pero ¿de qué tipo?

 

¿Por qué el gobierno toma prestada su propia moneda?

Esta pregunta se le hizo al economista Martin Armstrong, quien respondió:

La teoría era que si uno tomaba prestado en lugar de imprimir dinero, NO estaba aumentando la oferta monetaria existente y, por lo tanto, en teoría, no sería inflacionario.

Eso sería cierto si se pagara la deuda, pero hoy el gobierno no paga la deuda sino que simplemente sigue renovándola, pagando los bonos viejos a medida que vencen con bonos nuevos, actualmente a tasas de interés más altas. Armstrong concluye:

Tomamos prestado, lo cual es peor que imprimir porque tenemos que pagar intereses por renovar constantemente la deuda. Este año, gastaremos alrededor de $1 billón en intereses, la deuda nacional total cuando Reagan asumió el cargo en 1981…

Si hubiéramos impreso el dinero en lugar de pedir prestado, habría sido menos inflacionario y el capital habría creado más empleos en lugar de invertir en deuda gubernamental que solo ha financiado los sueños más locos de los neoconservadores [que él explicó como “establecer bases militares en todas partes”]. [Énfasis añadido.]

Un informe publicado por la Comisión Grace durante la administración Reagan concluyó que en ese momento, la mayor parte de los ingresos por impuestos federales sobre la renta se destinaban únicamente a pagar los intereses de la creciente deuda del gobierno. Una carta dirigida al presidente Reagan afirmaba que un tercio de todos los impuestos sobre la renta se consumían en el despilfarro y la ineficiencia del gobierno federal. Otro tercio de los impuestos efectivamente pagados se destinaba a compensar los impuestos no pagados por los evasores fiscales y la creciente economía sumergida, un fenómeno que había florecido en proporción directa a los aumentos de impuestos. El informe concluía:

Como dos tercios de los impuestos sobre la renta de las personas físicas se desperdician o no se recaudan, el 100% de lo recaudado se absorbe únicamente en los intereses de la deuda federal y en las contribuciones del gobierno federal para transferir los pagos. En otras palabras, todos los ingresos por impuestos sobre la renta de las personas físicas se pierden antes de que se gaste un solo centavo en los servicios que los contribuyentes esperan de su gobierno.

Como observó Thomas Edison en 1921:

Si nuestra nación puede emitir un bono en dólares, puede emitir un billete de dólar. El elemento que hace que el bono sea bueno, también hace que el billete sea bueno. La diferencia entre el bono y el billete es que el bono permite a los corredores de divisas recaudar el doble de la cantidad del bono y un 20% adicional, mientras que la moneda no paga a nadie más que a quienes contribuyen directamente de alguna manera útil.

Es absurdo decir que nuestro país puede emitir 30 mdd en bonos y no 30 millones en moneda. Ambas son promesas de pago, pero una promesa engorda a los usureros y la otra ayuda a la gente.

Es más barato imprimir dinero directamente que pedir prestado dinero a un interés que nunca se devuelve. Los Greenbackers que marcharon sobre Washington en 1897 tenían razón. Deberíamos imprimir dinero, no para emprendimientos especulativos (“ingresos no ganados”), sino para actividades productivas. Los Greenbackers buscaban volver al sistema en el que el gobierno de Lincoln emitía billetes estadounidenses o Greenbacks directamente, para evitar una deuda agobiante con los banqueros británicos. Marchaban por los productores económicos —los agricultores y los trabajadores de las fábricas, representados por el Espantapájaros y el Hombre de Hojalata en El mago de Oz, que tomó su argumento de aquella primera marcha sobre Washington.

¿No resultará simplemente imprimir dinero en hiperinflación? No necesariamente. La inflación de precios es resultado de demasiado dinero para muy pocos bienes. Cuando el dinero se utiliza para crear nuevos bienes y servicios, los precios se mantienen estables. Los chinos lo demostraron cuando aumentaron la oferta monetaria en un factor de 1800% (18 veces) en los 23 años entre 1996 y 2020. El nuevo dinero se destinó a infraestructura y otras formas de productividad, aumentando el PIB al mismo ritmo; y la inflación de precios se mantuvo consistentemente baja durante ese período.

Pero “a toro pasado, todo mundo es Manolete”. ¿Qué se puede hacer ahora con la creciente deuda federal y la factura de intereses?

 

Posibles soluciones del Tesoro

Hipotéticamente, el Tesoro podría recomprar su deuda. Pero en nuestro sistema actual, esto tendría que hacerse con más deuda, a tasas de interés aún más altas. De hecho, el Tesoro lo está haciendo ahora, pero en proporciones modestas y con un propósito diferente. Su objetivo es crear un mercado líquido en bonos del Tesoro a largo plazo, el tipo de bonos que Silicon Valley Bank se vio obligado a vender con un gran descuento, generando fondos insuficientes para evitar la masiva corrida de sus depósitos en marzo de 2023. Se descubrió que casi 200 bancos estaban en dificultades similares e igualmente vulnerables a las corridas. Sin embargo, sería contraproducente para el Tesoro recomprar porciones importantes de su deuda con más deuda a un interés más alto, lo que solo agravaría la deuda y la carga de intereses [sería poner en práctica aquel relato del indio que tenía frío y decidió alargar su manta cortándole un pedazo en un extremo y cosiéndolo en el extremo opuesto].

Otra opción sería emitir monedas de 35 billones de dólares [como se diría en inglés: bullshit!].

La idea de acuñar monedas de gran denominación para resolver problemas económicos fue evidentemente sugerida por primera vez por un presidente del Subcomité de Moneda de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos a principios de la década de 1980. Señaló que el gobierno podría pagar toda su deuda con algunas monedas de mil millones de dólares, es decir, simplemente “imprimiendo” o “acuñando” el dinero. La Constitución le da al Congreso el poder de acuñar dinero y regular su valor, y no se pone ningún límite al valor de las monedas que crea. Por supuesto, hoy en día tendrían que ser monedas de un billón de dólares.

Sin embargo, en una legislación iniciada en 1982, el Congreso decidió imponer límites a las cantidades y denominaciones de la mayoría de las monedas. La única excepción fue la moneda de platino, que, según una disposición especial, podía acuñarse en cualquier cantidad con fines conmemorativos.

En 2013, un abogado llamado Carlos Mucha, que escribía un blog bajo el seudónimo de Beowulf, propuso emitir una moneda de platino para aprovechar esta laguna jurídica; y, con el estancamiento interminable en el Congreso sobre el techo de la deuda, los economistas serios la adoptaron como una forma de dar jaque mate a los halcones del déficit. Philip Diehl, exdirector de la Casa de la Moneda de Estados Unidos y coautor de la ley de la moneda de platino, confirmó que la moneda sería de curso legal:

Al acuñar la moneda de platino de un billón de dólares, el Secretario del Tesoro estaría ejerciendo una autoridad que el Congreso ha otorgado rutinariamente durante más de 220 años... en virtud del poder expresamente otorgado al Congreso en la Constitución (Artículo 1, Sección 8).

La ​​acuñación de monedas de un billón de dólares evoca imágenes de billetes de un millón de marcos llenando carretillas. Pero como observa el economista Michael Hudson:

Toda hiperinflación de la historia ha sido causada por el servicio de la deuda externa que ha colapsado el tipo de cambio. El problema casi siempre ha sido resultado de tensiones cambiarias en tiempos de guerra, no del gasto interno.

El profesor Randall Wray explicó que la moneda no circularía, sino que se depositaría en la cuenta del gobierno en la Reserva Federal, por lo que no podría inflar la oferta monetaria circulante [lo que no se dice claramente aquí es que se le estaría “pagando” a la Reserva Federal con algo que ella no podría gastar y que habiéndose liquidado la ‘deuda”, la Reserva Federal dejaría de recibir intereses. Sería más simple decretar que la “deuda” de la Fed es nula]. El presupuesto aún necesitaría la aprobación del Congreso. Para mantener un control del gasto, el Congreso solo tendría que cumplir algunas reglas básicas de economía. Podría gastar en bienes y servicios hasta el pleno empleo sin crear inflación de precios (ya que la oferta y la demanda aumentarían juntas). Después de eso, tendría que imponer impuestos, no para financiar el presupuesto, sino para reducir la oferta monetaria circulante y evitar que los precios subieran con un exceso de demanda.

Si emitir 35 monedas por un valor de un billón de dólares cada una parece demasiado radical, el Tesoro podría emitir solo una moneda de un billón de dólares al año, destinada específicamente a cubrir los intereses [si los intereses se van a devolver, ¿para qué se necesita emitir tal moneda para cubrirlos?]. Un enfoque híbrido similar funcionó para los colonos de Pensilvania cuando formaron su primer banco propiedad del gobierno a principios del siglo XVIII. Otras colonias emitían “vales coloniales”, pero era más fácil emitirlos que gravarlos con impuestos, y normalmente emitían demasiado, inflando la oferta monetaria y devaluando la moneda. Los colonos de Pensilvania formaron un “banco de tierras” y emitieron dinero en forma de préstamos a los agricultores al 5% de interés. Para cubrir el interés no creado en los préstamos originales, el gobierno pudo emitir vales en papel directamente para financiar su propio presupuesto. Como resultado, Pensilvania se convirtió en la economía más productiva de las colonias.

 

¿Qué tal si se recurre a la Reserva Federal?

La Reserva Federal está en condiciones de emitir dinero sin intereses, no como depósitos creados por los bancos que circulan como nuestra oferta monetaria M2, sino como las reservas que necesitan los bancos para hacer frente a las transferencias y retiros interbancarios. Cuando la Reserva Federal compra valores federales, tiene la obligación de devolver el interés al Tesoro después de deducir sus costos [pero si no los compra, entonces no devuelve los intereses].

En 2011, el candidato presidencial republicano Ron Paul propuso abordar el techo de la deuda simplemente anulando los 1.7 bdd en títulos federales que tenía entonces la Reserva Federal. Como explicó Stephen Gandel en la revista Time, la solución de Paul es que el Tesoro pague intereses sobre los títulos a la Reserva Federal, que devuelve el 90% de estos pagos al Tesoro [¿y los costos de la Res. Federal equivalen al 10%?. Este % representa 288 mdd/día]. A pesar de este juego de pagos, los 1.7 billones de dólares en bonos estadounidenses que posee la Reserva Federal todavía se contabilizan para el techo de la deuda. El plan de Paul:

“Lograr que la Reserva Federal y el Tesoro destruyan esa deuda. De todos modos, es deuda falsa. Y la Reserva Federal está legalmente autorizada a devolver la deuda al Tesoro para que la destruya”.

El congresista demócrata Alan Grayson también respaldó esta propuesta.

Pero desde junio de 2022, la Reserva Federal no ha estado comprando títulos, sino vendiendo los que ya tiene, reduciendo su balance en un esfuerzo por combatir la inflación de precios reduciendo la oferta monetaria mediante un “ajuste cuantitativo”. El banco central se considera “independiente” del Congreso, pero podría argumentarse que el Congreso podría revisar la Ley de la Reserva Federal para exigir a la Reserva Federal que compre valores federales.

 

Un impuesto a las transacciones financieras

De no existir esas alternativas, otra posibilidad es un impuesto muy pequeño a las transacciones financieras. En un libro de 2023 titulado A Tale of Two Economies: A New Financial Operating System for the American Economy [Un Cuento de Dos Economías: Un Nuevo Sistema Operativo Financiero para la Economía Estadounidense], el veterano de Wall Street Scott Smith sostiene que estamos gravando las cosas equivocadas: los ingresos y las ventas físicas. De hecho, tenemos dos economías: la economía material en la que se compran y venden bienes y servicios, y la economía monetaria que implica el comercio de activos financieros (acciones, bonos, divisas, etc.), que básicamente “hacen dinero” sin producir nuevos bienes o servicios.

Basándose en datos del Banco de Pagos Internacionales y la Reserva Federal, Smith muestra que la economía monetaria es cientos de veces más grande que la economía física. La brecha presupuestaria podría cerrarse imponiendo un impuesto de apenas el 0.1% a las transacciones financieras, eliminando no solo los impuestos sobre la renta sino todos los demás impuestos que pagamos hoy. Con un impuesto a las transacciones financieras (ITF) del 0.25%, podríamos financiar beneficios que hoy no podemos permitirnos y que estimularían el crecimiento de la economía real, incluidos no sólo infraestructura y desarrollo, sino también educación universitaria gratuita, un ingreso básico universal y atención médica gratuita para todos. Smith sostiene que incluso podríamos pagar la deuda nacional en 10 años o menos con un ITF del 0.25%.

¿Son estas propuestas demasiado radicales? Tal vez, pero las crisis existenciales exigen soluciones radicales.

 

jueves, 26 de diciembre de 2024

Una cartita a Santa Claus


 Qué aflige a Usa — y cómo arreglarlo

Por Jeffrey D. Sachs                                                                                 30-Nov-24

FUENTE: https://strategic-culture.su/news/2024/11/30/jeffrey-sachs-what-ails-america-and-how-fix-it/

 

 

El texto [en rojo] NO viene  en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

 


 

USA es un país con indudables fortalezas (tecnológicas, económicas y culturales), pero su gobierno está fallando profundamente a sus propios ciudadanos y al mundo. La victoria de Trump es muy fácil de entender: fue un voto contra el status quo. Queda por ver si Trump solucionará (o incluso intentará solucionar) lo que realmente aflige a USA.

 

El rechazo del electorado estadounidense al status quo es abrumador. Según Gallup, en octubre de 2024, el 52% de los estadounidenses dijo que ellos y sus familias estaban peor que hace cuatro años, mientras que solo el 39% dijo que estaban mejor y el 9% dijo que estaban más o menos igual. Una encuesta nacional de noticias de la NBC en septiembre de 2024 encontró que el 65% de los estadounidenses dijo que el país está en el camino equivocado, mientras que solo el 25% dijo que está en el camino correcto. En marzo de 2024, según Gallup, solo el 33% de los estadounidenses aprobó la gestión de Joe Biden en asuntos exteriores.

En el centro de la crisis estadounidense se encuentra un sistema político que no representa los verdaderos intereses del votante estadounidense medio. El sistema político fue hackeado por el gran dinero hace décadas, especialmente cuando la Corte Suprema de USA abrió las compuertas a las contribuciones ilimitadas a las campañas. Desde entonces, la política estadounidense se ha convertido en un juguete de donantes súper ricos y grupos de presión con intereses particulares, que financian campañas electorales a cambio de políticas que favorecen intereses creados en lugar del bien común.

Dos grupos son dueños del Congreso y la Casa Blanca: los individuos súper ricos y los grupos de presión que defienden un solo tema [aunque a menudo son el mismo grupo].

El mundo observó boquiabierto cómo Elon Musk, la persona más rica del mundo (y sí, un empresario e inventor brillante), desempeñó un papel único al respaldar la victoria electoral de Trump, tanto a través de su enorme influencia mediática como de su financiación. Innumerables otros multimillonarios contribuyeron a la victoria de Trump.

Muchos (aunque no todos) de los donantes súper ricos buscan favores especiales del sistema político para sus empresas o inversiones, y la mayoría de esos favores deseados serán entregados debidamente por el Congreso, la Casa Blanca y las agencias reguladoras a cargo de la nueva administración. Muchos de estos donantes también presionan para que se cumpla un objetivo general: más recortes de impuestos sobre la renta corporativa y las ganancias de capital.

Me apresuraría a añadir que muchos donantes empresariales están abiertamente del lado de la paz y la cooperación con China, por considerarlas muy sensatas tanto para los negocios como para la humanidad. Los líderes empresariales en general quieren paz y rentas, mientras que los ideólogos enloquecidos quieren la hegemonía a través de la guerra.

Habría habido muy poca diferencia en todo esto con una victoria de Harris. Los demócratas tienen su propia lista larga de los superricos que financiaron las campañas presidenciales y congresuales del partido. Muchos de esos donantes también habrían exigido y recibido favores especiales.

El Congreso ha otorgado puntualmente exenciones fiscales sobre los ingresos del capital durante décadas, sin importar su impacto en el creciente déficit federal, que ahora se sitúa en casi el 7% del PIB, y sin importar que el ingreso nacional estadounidense antes de impuestos en las últimas décadas se haya desplazado poderosamente hacia los ingresos del capital y se haya alejado de los ingresos del trabajo. Si se mide con un indicador básico, la proporción de los ingresos del trabajo en el PIB ha disminuido alrededor de 7 puntos porcentuales desde el final de la Segunda Guerra Mundial. A medida que los ingresos han pasado del trabajo al capital, el mercado de valores (y la súper riqueza) se han disparado, y la valoración general del mercado de valores ha aumentado del 55% del PIB en 1985 al 200% del PIB hoy.

El segundo grupo que ejerce su influencia sobre Washington son los lobbies que se centran en un solo tema. Entre estos poderosos lobbies se encuentran el complejo militar-industrial, Wall Street, las grandes compañías petroleras, la industria de las armas, las grandes farmacéuticas, las grandes empresas agrícolas y el lobby israelí [que sistemáticamente se ha negado a registrarse como agente de un gobierno extranjero]. La política estadounidense está bien organizada para atender a estos intereses especiales. Cada lobby compra [¿sinceridad/cinismo, o ambos?] el apoyo de comités específicos del Congreso [casualmente, los vendedores] y de líderes nacionales seleccionados para ganar el control de las políticas públicas.

Los beneficios económicos de la presión ejercida por intereses especiales suelen ser enormes: cien mdd de financiación de campañas por parte de un grupo de lobby pueden generar cien mil mdd en desembolsos federales y/o exenciones fiscales. Ésta es la lección, por ejemplo, del lobby israelí, que gasta unos pocos cientos de mdd en contribuciones de campaña y obtiene decenas de miles de mdd en apoyo militar y económico para Israel.

Estos lobbies de intereses especiales no dependen de la opinión pública ni les importa mucho. Las encuestas de opinión muestran regularmente que el público quiere control de armas, precios más bajos de los medicamentos, el fin de los rescates de Wall Street, energía renovable y paz en Ucrania y Oriente Medio. En cambio, los grupos de presión se aseguran de que el Congreso y la Casa Blanca proporcionen un acceso fácil y continuo a pistolas y armas de asalto, precios astronómicos de los medicamentos, mimos a Wall Street, más perforaciones petroleras y de gas, armas para Ucrania y guerras en nombre de Israel.

Estos poderosos grupos de presión son conspiraciones impulsadas por el dinero contra el bien común. Recuerde la famosa frase de Adam Smith en La Riqueza de las Naciones (1776):

“La gente del mismo oficio rara vez se reúne, incluso por alegría o diversión, sin que la conversación termine en una conspiración contra el público o en algún plan para aumentar los precios”.

Los dos grupos de presión más peligrosos son el complejo militar-industrial (como Eisenhower nos advirtió [hipócrita y] célebremente en 1961) y el lobby de Israel (como se detalla en un nuevo y deslumbrante libro del historiador Ilan Pappé [Lobbying for Zionism on Both Sides of the Atlantic, sin olvidar el de Mearsheim y Walt, El Lobby Israelí]). Su peligro especial es que siguen llevándonos a la guerra y acercándonos al Armagedón nuclear. La temeraria decisión reciente de Biden de permitir ataques con misiles estadounidenses en el interior de Rusia, defendida desde hace tiempo por el complejo militar-industrial, es un buen ejemplo de ello.

El complejo militar-industrial aspira a un “dominio de espectro completo” de USA. Sus supuestas soluciones a los problemas mundiales son guerras y más guerras, junto con operaciones encubiertas de cambio de régimen, sanciones económicas unilaterales, guerras de información estadounidenses, revoluciones de colores (lideradas por la Fundación Nacional para la Democracia) y acoso en materia de política exterior. Por supuesto, éstas no han sido soluciones en absoluto. Estas acciones, en flagrante violación del derecho internacional, han aumentado drásticamente la inseguridad estadounidense.

El complejo militar-industrial (CMI) arrastró a Ucrania a una guerra sin esperanza con Rusia al prometerle la membresía en la OTAN a pesar de la ferviente oposición de Rusia, y al conspirar para derrocar al gobierno de Ucrania en febrero de 2014 porque buscaba la neutralidad en lugar de la membresía en la OTAN.

El complejo militar-industrial está promoviendo actualmente —en forma increíble [y demencial]— una futura guerra con China. Esto, por supuesto, implicará una enorme y lucrativa acumulación de armas, el objetivo del complejo militar-industrial, pero también amenazará con una Tercera Guerra Mundial o una catastrófica derrota de USA en otra guerra asiática.

Mientras que el complejo militar-industrial ha avivado la ampliación de la OTAN y los conflictos con Rusia y China, el lobby israelí ha avivado las guerras en serie de USA en Oriente Medio. Benjamin Netanyahu de Israel, más que cualquier presidente estadounidense, ha sido el principal promotor del respaldo de USA a guerras desastrosas [pero sin asumir la responsabilidad correspondiente] en Irak, Líbano, Libia, Somalia, Sudán y Siria.

El objetivo de Netanyahu es conservar la tierra que Israel conquistó en la guerra de 1967, creando lo que se llama el Gran Israel, e impedir un Estado palestino. Esta política expansionista, en contravención del derecho internacional, ha dado lugar a grupos militantes propalestinos como Hamás, Hezbolá y los hutíes. La política de larga data de Netanyahu es que USA derroque o ayude a derrocar a los gobiernos que apoyan a estos grupos de resistencia.

Increíblemente, los neoconservadores de Washington y el lobby israelí unieron sus fuerzas para llevar a cabo el desastroso plan de Netanyahu de guerras en todo Oriente Medio. Netanyahu fue uno de los principales promotores de la guerra en Irak. El ex comandante de la Marina Dennis Fritz ha descrito recientemente en detalle el importante papel del lobby israelí en esa guerra. Ilan Pappé ha hecho lo mismo. De hecho, el lobby israelí ha apoyado guerras lideradas o respaldadas por USA en todo Oriente Medio, dejando a los países afectados en ruinas y al presupuesto estadounidense profundamente endeudado.

Mientras tanto, las guerras y los recortes de impuestos para los ricos no han ofrecido soluciones para las dificultades de la clase trabajadora estadounidense. Como en otros países de altos ingresos, el empleo en la industria manufacturera estadounidense cayó drásticamente a partir de los años 1980 en adelante, a medida que los trabajadores de las líneas de montaje fueron reemplazados cada vez más por robots y "sistemas inteligentes". La disminución de la participación del trabajo en el valor en USA ha sido significativa y, una vez más, ha sido un fenómeno compartido con otros países de altos ingresos.

Sin embargo, los trabajadores estadounidenses se han visto especialmente afectados. Además de las tendencias tecnológicas globales subyacentes que afectan los empleos y los salarios, los trabajadores estadounidenses han sido golpeados por décadas de políticas antisindicales, costos de matrícula y atención médica en aumento y otras medidas antiobreras. En los países de altos ingresos del norte de Europa, el “consumo social” (atención médica, matrícula, vivienda y otros servicios públicos financiados) y los altos niveles de sindicalización han mantenido niveles de vida decentes para los trabajadores. No así en USA.

Pero no fue el final. El aumento de los costos de la atención médica, impulsado por las aseguradoras privadas, y la ausencia de financiamiento público suficiente para la educación superior y las opciones en línea de bajo costo, crearon un movimiento de pinza que presionó a la clase trabajadora entre salarios en caída o estancados por un lado y costos crecientes de la educación y la atención médica por el otro. Ni los demócratas ni los republicanos hicieron mucho para ayudar a los trabajadores.

La base de votantes de Trump es la clase trabajadora, pero su base de donantes son los superricos y los lobbies [bastante significativo, ¿no creen]. Entonces, ¿qué sucederá a continuación? ¿Más de lo mismo (guerras y recortes de impuestos) o algo nuevo y real para los votantes [por favor, no seas iluso]?

La supuesta respuesta de Trump es una guerra comercial con China y la deportación de trabajadores extranjeros ilegales, combinada con más recortes de impuestos para los ricos. En otras palabras, en lugar de enfrentar los desafíos estructurales de garantizar niveles de vida decentes para todos y afrontar abiertamente el asombroso déficit presupuestario, las respuestas de Trump durante la campaña electoral y en su primer mandato fueron culpar a China y a los inmigrantes por los bajos salarios de la clase trabajadora y el derroche de gastos como causantes del déficit [además de su chupaleta de etiquetar los déficits comerciales (causados por los propios consumidores de USA) como “subsidios” a los países con superávit].

Esto ha tenido buenos resultados electorales en 2016 y 2024, pero no dará los resultados prometidos para los trabajadores a largo plazo. Los empleos manufactureros no volverán en grandes cantidades desde China, ya que nunca fueron [claro que no fueron; los llevaron] en grandes cantidades a China. Las deportaciones tampoco harán mucho por mejorar el nivel de vida del estadounidense promedio.

Esto no quiere decir que falten soluciones reales. Están a la vista de todos, si Trump decide adoptarlas, por encima de los intereses de clase y de los grupos de interés de sus partidarios. Si Trump opta por soluciones reales, logrará un legado político sorprendentemente positivo para las próximas décadas.

La primera es enfrentarse al complejo militar-industrial. Trump puede poner fin a la guerra en Ucrania diciéndole al presidente Putin y al mundo que la OTAN nunca se expandirá a Ucrania. Puede poner fin al riesgo de guerra con China dejando en claro que USA respeta la política de una sola China y, como tal, no interferirá en los asuntos internos de China enviando armamentos a Taiwán a pesar de las objeciones de Beijin y no apoyará ningún intento de Taiwán de separarse.

La segunda es enfrentarse al lobby israelí diciéndole a Netanyahu que USA ya no luchará en las guerras de Israel y que Israel debe aceptar un Estado de Palestina que viva en paz junto a Israel, como pide toda la comunidad mundial. Éste es, en efecto, el único camino posible hacia la paz para Israel y Palestina, y, de hecho, para Oriente Medio.

El tercero es cerrar el déficit presupuestario, en parte mediante la reducción del gasto innecesario (en particular, en guerras, cientos de bases militares inútiles en el extranjero y los precios altísimos que el gobierno paga por los medicamentos y la atención sanitaria) y en parte mediante el aumento de los ingresos públicos. Simplemente aplicando impuestos en los libros mediante medidas enérgicas contra la evasión fiscal ilegal se habrían recaudado 625,000 mdd en 2021, alrededor del 2.6% del PIB. Se debería recaudar más mediante la imposición de impuestos a las rentas de capital en aumento.

El cuarto es una política de innovación (también conocida como política industrial) que sirva al bien común. Elon Musk y sus amigos de Silicon Valley han tenido éxito en la innovación más allá de las expectativas más descabelladas. Todo el reconocimiento a Silicon Valley por traernos la era digital. La capacidad de innovación de USA es enorme y sólida y es la envidia del mundo.

El desafío ahora es la innovación ¿para qué? Musk tiene la vista puesta en Marte y más allá. Es fascinante, pero hay miles de millones de personas en la Tierra a las que la revolución digital puede y debe ayudar en el aquí y ahora. Un objetivo central de la política industrial de Trump debería ser garantizar que la innovación sirva al bien común, incluidos los pobres, la clase trabajadora y el medio ambiente natural. Los objetivos de nuestra nación deben ir más allá de la riqueza y los sistemas de armas.

Como Musk y sus colegas saben mejor que nadie, la nueva IA y las tecnologías digitales pueden marcar el comienzo de una era de energía de bajo costo y cero emisiones de carbono; atención médica de bajo costo; educación superior de bajo costo; movilidad impulsada por electricidad de bajo costo; y otras eficiencias habilitadas por la IA que pueden aumentar los estándares de vida reales de todos los trabajadores [efectivamente “pueden”, pero más probablemente aumentarán la brecha entre ricos y pobres]. En el proceso, la innovación debería fomentar empleos sindicalizados de alta calidad [esto es un non sequitur, ¿hay sindicatos de científicos o de altos directivos?] , no el empleo temporal que ha hecho que los niveles de vida se desplomen y la inseguridad de los trabajadores se dispare.

Trump y los republicanos se han resistido a estas tecnologías en el pasado. En su primer mandato, Trump dejó que China tomara la delantera en estas tecnologías prácticamente en todos los ámbitos. Nuestro objetivo no es detener las innovaciones de China, sino estimular las nuestras. De hecho, como Silicon Valley entiende y Washington no, China ha sido y debería seguir siendo socio de USA en el ecosistema de innovación. Las instalaciones de fabricación altamente eficientes y de bajo costo de China, como la Gigafábrica de Tesla en Shanghai, ponen las innovaciones de Silicon Valley en uso en todo el mundo… cuando USA [está pensando en] intenta[rlo].

Estos cuatro pasos están al alcance de Trump y justificarían su triunfo electoral y asegurarían su legado para las próximas décadas. No espero con ansias que Washington adopte estas sencillas medidas. La política estadounidense ha estado podrida durante demasiado tiempo como para ser realmente optimista en ese sentido, pero estos cuatro pasos son alcanzables y beneficiarían enormemente no solo a los líderes tecnológicos y financieros que respaldaron la campaña de Trump, sino también a la generación de trabajadores y hogares descontentos cuyos votos llevaron a Trump de nuevo a la Casa Blanca [el problema es que las élites globalistas están empeñadas en un nuevo tecnofeudalismo que incluye una drástica reducción demográfica].

jueves, 19 de diciembre de 2024

Erdogan quiere ser sultán

Turquía-BRICS: Entre la membresía y la asociación

Por Alexandr Svaranc                                                                               29-Oct-24

FUENTE: https://journal-neo.su/2024/10/29/turkiye-brics-between-membership-and-partnership/

 

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 Эрдоган заявил, что сотрудничество с БРИКС в интересах Турции | Новости  Беларуси|БелТА

La 16ª reunión de los jefes de estado de los BRICS en Kazán del 22-24 de Octubre fue un gran evento internacional, en el cuál los representantes de 36 naciones y 6 organizaciones internacio-nales estuvieron presentes. Turquía ha presentado una solicitud para unirse.

 

¿Por qué los BRICS le interesan a Turquía?

Los BRICS no pretenden sustituir a las instituciones intergubernamentales conocidas y universalmente reconocidas (en particular, la ONU), pero su formación y posterior desarrollo sirven como prueba de las transformaciones objetivas en el sistema de relaciones internacionales en lo que respecta a la formación de un orden mundial más justo. De hecho, los BRICS son el contorno de la formación de un mundo multipolar en el que se integran diferentes polos y vectores de desarrollo. Fue precisamente este logro principal del nuevo orden mundial emergente lo que se ilustró en la cumbre de los BRICS en Kazán.

Turquía está objetivamente interesada en la creación de un mundo multipolar, reduciendo la dependencia económica y militar de Occidente, liderado por USA.

Turquía se posiciona como líder del mundo turco. A principios del siglo XX, Ankara hizo mucho por sentar las bases de la integración cultural, económica, energética, de transporte, de comunicaciones y política de los estados turcos. En el plano institucional, en 1992 se creó la Agencia Turca de Cooperación y Coordinación (TIKA), que se ocupa principalmente de los países turcos. En 2009, la TIKA allanó el camino para la creación de una organización intergubernamental, el Consejo de Cooperación de los Estados de Habla Turca (Consejo Turco), que más tarde se transformó en la Organización de los Estados Turcos (OTS).

Turquía lleva a cabo una activa labor política, se esfuerza por cooperar militar y técnicamente con los países de la CEI y aspira a la implementación de nuevos y ambiciosos proyectos geoeconómicos para el acceso a gran escala a los recursos naturales más ricos de la región de Asia Central.

Turquía no puede hacer frente a esta perspectiva en el contexto de un mundo unipolar y de la hegemonía estadounidense, sino en el de desarrollar vínculos mutuamente beneficiosos con otros actores globales clave como Rusia, China, India, la UE, etc.

En el marco de unas relaciones efectivas con los BRICS, Turquía obtiene condiciones de desarrollo más significativas y favorables, teniendo en cuenta las materias primas, el potencial demográfico, geográfico y tecnológico y las condiciones de los países BRICS. Además, Turquía mantiene activamente vínculos económicos mutuamente beneficiosos con cada uno de los miembros clave de los BRICS, por ejemplo, con Rusia y China.

No es casualidad que la política pragmática del presidente Recep Erdoğan abogue por el desarrollo de relaciones efectivas con los BRICS, que incluyen a los vecinos clave más cercanos de Turquía en Oriente Medio. La adhesión de Turquía a la alianza le permitirá aumentar su autoridad en la resolución de conflictos regionales en Oriente Medio. En la declaración final de la cumbre de los BRICS celebrada en Kazán se defendió la solución pacífica de la crisis entre Israel y Palestina mediante el reconocimiento de la independencia palestina dentro de las fronteras de 1967, una idea que Turquía promueve activamente.

 

La integración de Turquía en los BRICS: ¿membresía o asociación?

El presidente turco, Erdoğan, realizó una visita oficial a Rusia el 23 de octubre y participó en la cumbre de los BRICS. La reunión y las negociaciones entre Erdoğan y Putin, como en las anteriores, tuvieron un carácter amistoso; las partes discutieron una amplia gama de cuestiones de las relaciones bilaterales y la seguridad regional. El líder turco calificó las relaciones con Rusia de multifacéticas y una vez más prometió acelerar la implementación del proyecto del centro de distribución de gas, liquidar los pagos bancarios e intensificar los vínculos comerciales y económicos.

Naturalmente, el tema de los BRICS ha estado en el centro de las negociaciones, ya que Ankara acoge favorablemente la asociación económica más eficaz e intensa en beneficio de su país. Sin embargo, la respuesta positiva de la cumbre de los BRICS a la solicitud turca no ha llevado todavía a Turquía a la adhesión a la alianza.

Los BRICS son una institución colectiva y cada miembro de la asociación puede tener sus propias opiniones sobre la cuestión de la ampliación. Además, como señaló el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, a la agencia de noticias IRNA, los jefes de Estado de los BRICS han decidido no ampliar todavía el número de miembros de la asociación y, en su lugar, seguir el camino del desarrollo de la asociación [muy comprensible luego de la pifia de anunciar la membresía de Argentina a partir del 01-Ene-24, seguida por el rechazo de Javier Milei, nuevo presidente argentino].

En vísperas de la cumbre de los BRICS en Kazán, el ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan [exdirector de la Agencia de Inteligencia Turca], dijo en una entrevista con el canal de televisión Haber Global: “Ya hemos expresado nuestro interés por los BRICS… Estamos siguiendo de cerca el proceso y manteniendo contactos con ellos. También estamos estudiando cuál será la estrategia de crecimiento… En un momento en que se están ampliando las asociaciones económicas, el interés por los BRICS está creciendo. Juntos veremos cómo los BRICS se enfrentarán a esto”. Al mismo tiempo, Fidan considera que el mecanismo de admisión de nuevos miembros en el BRICS es “condicional”. “Se hace una declaración de intenciones. Después… se te invita a convertirte en un estado socio o en un estado miembro de la organización y luego se toma una decisión”, subrayó el ministro de Asuntos Exteriores turco.

De esto se desprende claramente que Turquía aún no está dispuesta a reclamar el estatus de miembro del BRICS, pero espera una cooperación amplia y eficaz. Esta última está determinada por las preocupaciones de Ankara sobre las posibles consecuencias adversas de USA y la UE.

El volumen de comercio exterior de Turquía con la UE es del 60%. Ankara está interesada en fortalecer su pertenencia a la OTAN y ampliar la cooperación técnico-militar. Así, las conversaciones entre el presidente turco, R. Erdoğan, y el canciller alemán, O. Scholz, en Estambul en octubre de este año mostraron que Ankara y Berlín tienen la intención de aumentar el volumen de comercio de 50,000 mdd a 60,000 mdd, y en septiembre Alemania levantó el embargo de armas a Turquía.

En la reunión de Estambul también se aclaró la cuestión de la posible compra por parte de Turquía de los cazas Eurofighter Typhoon por valor de 5,600 mdd. Como es sabido, Turquía recibió la aprobación de Londres para este acuerdo, pero Berlín no opina lo mismo. Según Middle East Eye, Alemania exige a Turquía garantías escritas de que los cazas Eurofighter Typhoon no se utilizarán contra Grecia. Mientras tanto, Turquía ha aumentado su presupuesto militar para 2025 a un récord de 47,000 mdd, lo que indica indirectamente que se ha alcanzado un acuerdo militar.

Según algunos expertos turcos, los BRICS pueden convertirse en una alternativa a la UE. Así, el columnista del periódico 'Türkiye' Necmettin Batirel cree que la adhesión de Ankara a los BRICS puede ser una señal para Europa, que lleva mucho tiempo posponiendo la adhesión de Turquía a la UE.

Sin embargo, Ankara no es lo suficientemente valiente frente a Occidente. Quiere elegir el camino fácil: no estar vinculada a la pertenencia a los BRICS, pero tener más beneficios económicos.

Además, varios miembros del BRICS siguen teniendo problemas con Turquía. Por ejemplo, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Rusia no están satisfechos con la política turca en relación con Libia, donde Ankara ha comenzado a apoyar a las fuerzas proamericanas. Rusia sigue teniendo dudas con respecto a Turquía sobre el tema de la congelación de los pagos bancarios bajo la presión del sistema financiero estadounidense, aunque las empresas turcas (sobre todo las del sector de la construcción) obtienen miles de mdd en beneficios en el mercado ruso.

Es evidente que el rumbo pragmático [más bien oportunista] de Turquía seguirá la política de equilibrio entre Oriente y Occidente. ¿Fue la pertenencia de Turquía a la OTAN la razón de su no admisión en el BRICS? Lo más probable es que no, ya que Ankara se distingue por una cierta independencia y a los miembros individuales del BRICS les interesa la fragmentación de la propia alianza [¿quién y cuándo lo dijo?].