¿Quién está detrás del atentado contra Charlie Hebdo?
por Thierry Meyssan 08-Ene-15
FUENTE: http://www.voltairenet.org/article186413.html
El texto [en rojo] no aparece en el original y lo
destacado en amarillo aparece como texto normal en el original.
Numerosos
franceses denuncian el islamismo y manifiestan en las calles en reacción contra
el atentado perpetrado en París contra el semanario satírico Charlie Hebdo. Por
su parte, Thierry Meyssan observa que la interpretación yihadista carece de
sentido. Aunque sería más conveniente para él sumarse al coro de quienes
denuncian una operación de al-Qaeda o del Emirato Islámico en París, Thierry
Meyssan expone una hipótesis diferente, pero mucho más peligrosa.
El 7 de enero de 2015, un comando irrumpe en la sede parisina de
Charlie Hebbo y asesina 12 personas. Otras 4 víctimas han sido reportadas en
estado grave.
En los videos se oye a los atacantes gritar «¡Allah Akbar!» y afirmar
después que han «vengado a Mahoma». Una testigo, la dibujante Coco, afirmó que
los individuos decían ser de al-Qaeda. Eso ha bastado para que numerosos
franceses denuncien el hecho como un atentado islamista.
Pero esa hipótesis
es ilógica.
La misión del comando no coincide con
la ideología yihadista
En efecto, los miembros o simpatizantes de grupos como la Hermandad
Musulmana, al-Qaeda o el Emirato Islámico [1] no se habrían limitado a matar
dibujantes ateos. Habrían comenzado por destruir los archivos de la publicación
en presencia de las víctimas, como lo han hecho en la totalidad de las acciones
que perpetran en el Magreb y el Levante. Para los yihadistas, lo primero es
destruir los objetos que –según ellos– ofenden a Dios, antes de castigar a los
«enemigos de Dios».
Y tampoco se habrían replegado de inmediato, huyendo de la policía, sin
completar su misión. Por el contrario, la habrían realizado hasta el final
aunque eso les costase la vida.
Por otro lado, los videos y varios testimonios muestran que los
atacantes son profesionales. Están acostumbrados al manejo de armas y sólo
disparan cuando es realmente necesario. Su indumentaria tampoco es la de los
yihadistas sino más bien la que caracteriza a los comandos militares.
Su manera de ejecutar en el suelo un policía herido, que no
representaba un peligro para ellos, demuestra que su misión no era «vengar a
Mahoma» del humor no muy fino de Charlie Hebdo.
Objetivo de la operación: favorecer
el inicio de una guerra civil
Los atacantes hablan bien el idioma francés y es muy probable que sean
franceses, lo cual no justifica la conclusión de que todo sea un incidente
franco-francés. Por el contrario, el hecho de que se trata de profesionales nos
obliga a separar estos ejecutores de quienes dieron la orden de realizar la
operación. Y nada demuestra que estos últimos sean franceses.
Es un reflejo normal, pero intelectualmente erróneo, creer que
conocemos a nuestros agresores en el momento en que acabamos de sufrir la
agresión. Eso es lo más lógico, tratándose de la criminalidad común y
corriente. Pero no es así
cuando se trata de política internacional.
Quienes dieron las
órdenes que llevaron a la ejecución de este atentado sabían que estaban
provocando una ruptura entre los franceses de religión musulmana y los
franceses no musulmanes. El semanario satírico francés
Charlie Hebdo se había especializado en las provocaciones antimusulmanas, de
las que la mayoría de los musulmanes de Francia han sido víctimas directa o
indirectamente. Si bien los musulmanes de Francia no dejarán seguramente de
condenar este atentado, les será difícil sentir por las víctimas tanto dolor
como los lectores de la publicación. Y no faltarán quienes interpreten eso como
una forma de complicidad con los asesinos.
Es por eso que, en
vez de considerar este atentado extremadamente sanguinario como una venganza
islamista contra el semanario que publicó en Francia las caricaturas sobre
Mahoma y dedicó reiteradamente su primera plana a caricaturas antimusulmanas, sería más lógico pensar que se
trata del primer episodio de un proceso tendiente a crear una situación de
guerra civil.
La estrategia del
«choque de civilizaciones» fue concebida en Tel Aviv y Washington
La ideología y la estrategia de la Hermandad Musulmana, al-Qaeda y el
Emirato Islámico no predica provocar una guerra civil en «Occidente» sino, por
el contrario, desatar la guerra civil en el «Oriente» y separar ambos mundos
herméticamente. Ni Said Qotb, ni ninguno de sus sucesores llamaron nunca a provocar
enfrentamientos entre musulmanes y no musulmanes en el terreno de estos
últimos.
Por el contrario, quien
formuló la estrategia del «choque de civilizaciones» fue Bernard Lewis [que,
por cierto, no era ni musulmán ni cristiano. En el rancho, esa estrategia se
denomina: «amarrar navajas»] y lo hizo por encargo del Consejo de Seguridad Nacional
de Estados Unidos. Esa estrategia fue divulgada posteriormente por Samuel
Huntington, presentándola no como una estrategia de conquista sino como una
situación que podía llegar a producirse [2]. El objetivo era convencer a los
pueblos de los países miembros de la OTAN de que era inevitable un
enfrentamiento, justificando así el carácter preventivo de lo que sería la
«guerra contra el terrorismo».
No es en El Cairo, en Riad ni en Kabul donde se predica el «choque de
civilizaciones» sino en Washington y en Tel Aviv.
Quienes dieron la
orden que llevó al atentado contra Charlie Hebdo no estaban interesados en
contentar a yihadistas o talibanes sino a los neoconservadores o los halcones
liberales.
No debemos olvidar
los precedentes históricos
Tenemos que recordar que durante las últimas décadas hemos visto a los
servicios especiales de Estados Unidos y de la OTAN
·
utilizar en Francia la población
civil como conejillos de Indias para experimentar los efectos devastadores de
ciertas drogas [3];
·
respaldar a la OAS para asesinar
al presidente francés Charles De Gaulle [4];
·
proceder a la realización de
atentados “bajo bandera falsa” contra la población civil en varios países
miembros de la OTAN [5].
Tenemos que recordar que, desde el desmembramiento de Yugoslavia, el
estado mayor estadounidense ha experimentado y puesto en práctica en numerosos
países su estrategia
conocida como «pelea de perros», que
consiste en matar miembros de la comunidad mayoritaria y matar después miembros
de las minorías para lograr que ambas partes se acusen entre sí y que cada una
de ellas crea que la otra está tratando de exterminarla. Fue así como
Washington provocó la guerra civil en Yugoslavia y, últimamente, en Ucrania [6].
Los franceses harían bien en recordar igualmente que no fueron ellos
quienes tomaron la iniciativa de la lucha contra los yihadistas que regresaban
de Siria e Irak. Por cierto, ninguno de esos individuos ha cometido hasta ahora
ningún atentado en Francia ya que el caso de Mehdi Nemmouche no puede
catalogarse como un hecho perpetrado por un terrorista solitario sino por un
agente encargado de ejecutar en Bruselas a 2 agentes del Mossad [7] [8]. Fue
Washington quien convocó, el 6 de febrero de 2014, a los ministros del Interior
de Alemania, Estados Unidos, Francia (el señor Valls envió un representante),
Italia, Polonia y Reino Unido para que inscribieran el regreso de los
yihadistas europeos como una cuestión de seguridad nacional [9]. Fue sólo
después de aquella reunión que la prensa francesa abordó ese tema dado el hecho
que las autoridades habían comenzado a actuar.
Expresándose por primera vez en francés para dirigir un mensaje a los
franceses, John Kerry denuncia un ataque contra la libertad –cuando su país no
vacila, desde 1995, en bombardear y destruir las estaciones de televisión que
le molestan, tanto en Yugoslavia como en Afganistán, en Irak y en Libia– y
celebra la lucha contra el oscurantismo.
No sabemos quién ordenó este ataque profesional contra Charlie Hebdo
pero sí sabemos que no debemos precipitarnos. Tendríamos que tener en cuenta
todas las hipótesis y admitir que, en este momento, su objetivo más probable es
dividirnos y que lo más probable es que quienes dieron la orden estén en Washington.
Notas
[1] También conocido bajo su acrónimo árabe como Daesh
y designado –por razones de propaganda– como ISIS por la administración
estadounidense, el autoproclamado Emirato Islámico es el grupo que se
identificaba anteriormente como Emirato Islámico en Irak y el Levante (EIIL).
[2] «La “guerra de civilizaciones”», por Thierry
Meyssan, Red Voltaire, 7 de diciembre de 2004.
[3] «Cuando la CIA utilizaba ciudadanos franceses como
conejillos de India», por Hank P. Albarelli Jr., Red Voltaire, 30 de marzo de
2010.
[4] «Cuando el stay-behind quiso derrocar a De Gaulle»,
por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 28 de agosto de 2009.
[5] «Les Armées Secrètes de l’OTAN», por Daniele
Ganser, éd. Demi-Lune. Los lectores pueden ver la traducción al español de esa
obra publicada por capítulos en el sitio de la Red Voltaire.
[6] «El representante adjunto de la ONU en Afganistán
expulsado de su puesto», «¿Puede Washington derrocar tres gobiernos a la vez?»,
por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria) y Red Voltaire, 3 de octubre de 2009 y 24
de febrero de 2014.
[7] «El caso Nemmouche y los servicios secretos
atlantistas », por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 9 de junio
de 2014.
[8] Algunos citarán, en contraposición, los casos de
Khaled Kelkal (1995) y de Mohammed Mehra (2012) como casos de «lobos
solitarios» vinculados a yihadistas, pero que no tienen nada que ver con Siria
ni con Irak. Desgraciadamente, estos 2 individuos fueron eliminados por las
fuerzas del orden, lo cual hace imposible la verificación de las teorías
oficiales.
[9] «Siria se convierte en “tema de seguridad interna”
para Estados Unidos y la Unión Europea», Red Voltaire, 8 de febrero de 2014.
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