El Cabildeo [Lobby] Israelí Lentamente Está Siendo Sacado a la Luz
Por Jonathan
Cook 14-Nov-17
FUENTE:
https://www.globalresearch.ca/israel-lobby-is-slowly-being-dragged-into-the-light/5618142
El texto [en rojo] NO aparece en el original y fue agregado por
el equipo de traductores. Igualmente, el texto destacado en amarillo aparece
como texto simple en el original.
El
escándalo que rodea a Priti Patel (der.), que fue forzada a renunciar como
ministro de ayuda
internacional de Gran Bretaña luego de reuniones secretas con
funcionarios israelíes durante una “fiesta familiar”, ofrece una pequeña y
opaca ventana sobre el poderoso cabildeo israelí en el R.U.
Las reuniones fuera-de-registro de Patel con 12 israelíes,
incluyendo el primer ministro Benjamin Netanyahu, fueron organi-zadas por un
cabildero británico en violación de las reglas del gobierno que requieren
cuidadosa documentación de reuniones oficiales. Esto es para evitar conflictos
de interés y cabildeo ilícito por potencias extranjeras.
El protocolo gubernamental fue incumplido nuevamente cuando
Patel se dirigió a las Alturas del Golan, territorio sirio ocupado, escoltada
por el ejército israelí. Allí se le mostró un hospital militar israelí de campo
que atiende sirios, incluyendo combatientes afiliados a Al Qaeda [más que “incluyendo” debería decir “exclusivamente” ya que
resulta por demás dudoso que atiendan a soldados del Ejército Árabe Sirio],
heridos en la guerra civil [¿”civil” con yihadistas de
más de 40 nacionalidades?] de Siria.
Posteriormente, Patel presionó
por cuenta del ejército israelí, uno de los más poderosos del mundo, para que
recibiera una parte de la ayuda británica al extranjero. Mientras tanto, ella
ha buscado reducir la ayuda a los palestinos, incluyendo la de proyectos
vitales en Gaza. Un indicio de cómo ella llegó a tan absurdas
prioridades “humanitarias” es proporcionado por la figura de Stuart Polak
(izq.), asesor en su “vacación” israelí.
El presidente honorario de Conservadores Amigos de Israel,
Lord Polak, ha reclutado a 4/5 de los miembros conservadores del Parlamento, y
casi todos los ministros del gobierno, para un grupo cuya meta explícita es
impulsar los intereses israelíes en Gran Bretaña. La primer ministro, Theresa
May, es considerada como una de las más fervientes partidarias de Israel en
Europa.
Eso
debería ser una causa de indignación pública —ningún otro estado extranjero disfruta de tan
descarado apoyo político de alto nivel.
Otra ventana sobre la intromisión de Israel se abrió
brevemente la semana pasada. La editora política de la BBC, Laura Kuenssberg,
usó Twitter para transmitir un comentario condenatorio hecho por un miembro
“veterano” no-identificado del partido de Patel. En una clara referencia a
Israel, la fuente señaló:
“El entero aparato se ha hecho de la vista gorda ante
una corrupta relación que permite a un país comprar acceso” [lo cual se parece extraordinaria-mente a la prostitución].
Un poco más tarde, presumiblemente bajo presión, Kuenssberg
borró el tuit. La BBC no ha reportado el comentario en otra parte y el
conservador veterano no se ha atrevido a identificarse. Tal es, parece, la influencia intimidante y
corruptora del lobby.
Hace más de una década, dos destacados académicos
estadounidenses escribieron un estudio del papel del lobby de Israel en USA,
principal patrocinador de Israel por medio siglo. Fue un signo de la influencia
del lobby que John Mearsheimer y Stephen Walt no pudieran encontrar un editor en su patria. Tuvieron que dirigirse
en cambio a una revista académica británica.
La
fuerza del lobby de Israel en las capitales occidentales ha dependido de su
capacidad de permanecer fuera de la visión pública. Simplemente hablar
acerca del lobby supone arriesgarse a ser acusado de perpetuar expresiones
anti-semitas por las cábalas judías.
Pero Mearsheimer y Walt describieron un tipo de lobby
familiar en USA —y
crecientemente en capitales europeas. Todos, desde Cuba hasta los seguros
médicos y fabricantes de armas operan a través de agresivos cabilderos en
Washington para asegurar sus intereses.
Lo que
resulta especial respecto al lobby israelí en USA —una amalgama de belicistas
organizaciones líderes judías y evangélicos mesiánicos cristianos — es el temor que emplea para silenciar a sus críticos.
Nadie quiere ser etiquetado como anti-semita.
Raramente
identificado o hecho responsable de sus actividades, el grupo está bien
arraigado en su poderío.
Esto es de lo que el heredero al trono de G. Bretaña, el
príncipe Carlos, estaba hablando hace cerca de tres décadas —aún si él lo malidentificó como
grupo “judío” más bien que grupo israelí—
en una olvidada carta encontrada en los archivos públicos y dada a conocer el
fin de semana.
“Seguramente algún presidente de USA ha de tener el
valor de ponerse de pie y hacer frente al lobby judío en USA? Debo ser ingenuo,
¡supongo!” escribió a un amigo de la familia en 1986.[¿Habrá
sido éste uno de los factores que le ha impedido llegar al trono?].
Hoy, como los recientes eventos ilustran, el lobby está
luchando por permanecer en las sombras. Los medios sociales y los palestinos
con celulares con cámara han expuesto a una audiencia global los abusos
sistémicos del ejército israelí que los medios occidentales grandemente han
ignorado. Por primera vez, los partidarios de Israel suenan evasivos y
encubridores.
Mientras tanto, los estridentes esfuerzos de Netanyahu en el
congreso de USA a través de 2014 y 2015 para impedir un acuerdo nuclear con
Irán arrastraron al lobby aún más cerca de la luz.
Los trucos sucios del lobby israelí en el RU fueron
expuestos antes en este año. Un documental de Al Jazeera mostró a funcionarios
del partido Conservador coludiéndose con la embajada israelí para “bajarle los
humos” a Alan Duncan, vice ministro de Relaciones Exteriores que apoya la causa
palestina.
Vale la pena notar que la caída de la Sra. Patel se produjo
gracias a los medios sociales. Los funcionarios israelíes como el ministro de policía Gilad Erdan
estaban tan desacostumbrados al escrutinio o a rendir cuentas que felizmente
tuitearon fotos con Patel. Erdan es un jugador clave en el lobby, manejando una
“unidad de enlodamiento” que pone en la mira a los críticos de Israel en el
exterior.
Puede que nunca sepamos por qué Patel tan burdamente se
brincó las reglas ministeriales o lo que ella prometió en esas reuniones en
Israel. Los colegas han dado a entender que, en un patrón familiar de la
política en USA, ella esperaba ganarse al lobby y sus adinerados donantes [según Mearsheimer y Walt, en USA, aunque la población judía
representa el 2% de la población total, el AIPAC —American Israel Public Affairs
Committee— controla el 60% de los donativos privados a los candidatos,
a quienes exige someterse a un examen escrito sobre sus opiniones respecto a
Israel, antes de autorizarles donativos] para una futura candidatura al liderazgo.
No hay modo de saber, dada la propensión del lobby hacia la
secrecía, si Patel simplemente resultó menos adepta a recorrer un camino
marcado por exaspirantes al liderazgo conservador y laborista [¡por favor! Su renuncia se debió a que se descubrió que se
brincó las trancas, no a su “falta de adaptación”; porque el camino parecía
haberlo estado recorriendo bastante alegremente]. Pero también es
posible que el lobby esté descubriendo que los cambios al ambiente político y
cultural están haciendo su trabajo mucho más difícil.
Hay una histeria creciente respecto a la interferencia
extranjera en la política estadounidense y europea. ¿No es tiempo de que los estados occidentales muestren tanto interés respecto a la maligna
influencia de los cabilderos israelíes como lo tienen respecto a los hackers
rusos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario