2018: Cuando el 1984 de Orwell Dejó de Ser Ficción
Por Jonathan
Cook 05-May-18
FUENTE:
https://www.globalresearch.ca/2018-when-orwells-1984-stopped-being-fiction/5639168
El texto [en rojo] NO aparece en el original y fue agregado por
el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto
simple en el original.
Éste
es el momento cuando un periódico alegando sostener la más esencial función en
una democracia liberal —actuar como guardián sobre el poder—
formalmente abdica de la tarea. Éste es el momento cuando positivamente abraza
el papel de servir como portavoz del gobierno. La revelación está en una
palabrita en un titular de la primera página del Guardian: “Revelado”.
Cuando me entrenaba como periodista, reservábamos un
“Revelado” o un “Expuesto” para las ocasiones especiales cuando éramos capaces
de traer al lector una información que aquellos en el poder no querían que se
diera a conocer. Estos eran raros momentos cuando como periodistas podíamos
mantener nuestras cabezas en alto y alegar estar vigilando los centros de
poder, estar cumpliendo nuestro sagrado deber como el cuarto estamento.[La verdad, resulta algo tardío declarar que fue en 2018
cuando 1984 dejó de ser ficción. He aquí un pequeño extracto del artículo de
Roy Greenslade, del 31-Jul-15, publicado precisamente en The Guardian:
El sistema “D-notice” es un arreglo peculiarmente británico, un acuerdo no
suficientemente público aunque no suficientemente secreto entre el gobierno y
los medios para asegurarse que los periodistas no pongan en peligro la
seguridad nacional... (El sistema) fue finalmente creado en 1912
https://www.theguardian.com/media/2015/jul/31/d-notice-system-state-media-press-freedom
Es decir, el sistemita fue puesto en
operación, mínimo, hace 106 años;
cuando Orwell tenía 9 años y 36 años antes de la publicación de «1984»].
Pero la historia “exclusiva” de hoy en el Guardian:
“Revelado: El esfuerzo del RU para reforzar la alianza anti-rusa” no está
haciendo nada de eso. Nada que los poderosos quisieran ocultar de nosotros está
siendo “revelado”. Nadie tuvo que buscar documentos clasificados o hablar con
un delator para traernos esta “revelación”. Todos en esta historia —el periodista Patrick Wintour, un
anónimo “funcionario de Whitehall”, los políticos mencionados y los analistas
de centros de estudio— están
con seguridad en el mismo club de autoelogios, promoviendo una política
gubernamental apenas disfrazada: renovar la Guerra Fría contra Rusia.
No es accidente que el gobierno escogiera a The Guardian
como lugar para publicar este comunicado de prensa “exclusivo”. La sola palabra
“Revelado” en el titular sirve a dos funciones que invierten la lógica misma
del periodismo liberal vigilante.
Primero, está diseñado para desorientar al lector de una
manera orwelliana —o quizá
estilo Lewis Carroll—,
invirtiendo el mundo de la realidad. El lector es preparado para una
revelación, un secreto, y luego alimentado con la familiar propaganda
gubernamental: que los tentáculos del pulpo ruso están en todos lados, que los
rojos de nuevo están bajo nuestras camas —o como mínimo, envenenando las manijas de nuestras puertas.
Diplomáticos británicos planean usar cuatro cumbres
principales este año —el G7, el
G20, la OTAN y la Unión Europea—
para tratar de profundizar la alianza contra Rusia construida precipitadamente
por el Ministerio de Asuntos Exteriores tras el envenenamiento del ex agente
doble ruso Sergei Skripal en Salisbury en Marzo.
Ésta —y
miles de ejemplos similares a los que estamos expuestos todos los días en el
discurso de nuestros políticos y los medios— es la manera en que nuestras defensas son gradualmente
disminuidas, nuestro pensamiento crítico debilitado, en modos que ayudan a los
que están en el poder a lanzar su asalto a las normas democráticas. A través de
tal fraude periodístico, los medios liberales tales como The Guardian y la BBC —porque alegan ser los vigilantes del
poder, para defender los intereses de los gobernados, no de los gobernantes— desempeñan un papel vital en preparar el
terreno para los futuros cambios que restringirán la disconformidad,
estrecharán los controles sobre los medios sociales e impondrán leyes más
duras.
La amenaza es expuesta reiteradamente en la descripción de
la historia por parte de The Guardian: hay una evidente necesidad de "un
enfoque más integral de la desinformación rusa"; Moscú está decidido a
"dividir sistemáticamente los electorados occidentales y sembrar
dudas"; "Occidente se encuentra discutiendo con Rusia no solo sobre
ideología o intereses, sino con la simple negación o el cuestionamiento de
Moscú, de lo que los gobiernos occidentales perciben como hechos
indiscutibles".
Tom Tugendhat, hijo de un juez del Tribunal Supremo, ex
oficial del ejército que fue honrado con un MBE por la Reina en la treintena, y
fue nombrado presidente del importante comité de asuntos exteriores de los Comunes
después de dos años en el parlamento, expone el pensamiento de el establishment
británico —e insinúa las
posibles soluciones. Él le dice al Guardian:
Putin está llevando a cabo una guerra de información
diseñada para volver nuestro mayor activo —la libertad
de expresión— contra
nosotros. Rusia está tratando de ajustar cuentas con nosotros mediante el
engaño.
Segundo, hay un remedio para la desorientación creada por la
palabrita “Revelado”. Que sutilmente obliga al lector a someterse a la
inversión (de conceptos).
Por las razones expuestas antes, una respuesta racional a
esta historia de primera página es dudar que Wintour, sus editores y el
periódico The Guardian mismo sean tan liberales como alegan ser, que se toman
en serio la tarea de exigir cuentas al poder. Es abandonar la consoladora
suposición de que nosotros, el 99%, tenemos nuestro propio ejército —esos periodistas en los bastiones de
los medios liberales como el Guardian y la BBC— para protegernos. Es darse cuenta de que estamos completamente solos contra el poder del
mundo corporativo. Esa es una conclusión realmente inquietante, aterradora
incluso.
Pero esa sensación de abandono y temor puede superarse. El
mundo puede reestablecer de nuevo los derechos —y sólo requiere un pequeño salto de fe. Si el presidente ruso
Vladimir Putin es realmente una mente maestra malvada, si Rusia es un pulpo con
tentáculos que llegan a todos los rincones del mundo, si hay agentes rusos ocultándose
en el ciberespacio listos para engañarle a Ud cada vez que abre su computadora
portátil, y células rusas preparándose para amañar las elecciones de Ud para
que el candidato moscovita (Donald Trump, Jeremy Corbyn?) gane, entonces el uso
de ese "Revelado" no solo se justifica sino que es obligatorio. The
Guardian no está difundiendo propaganda del gobierno estadounidense y británico,
sino que exige al supremamente poderoso y malévolo estado ruso que rinda
cuentas de sus acciones.
Una vez que hayas cruzado este espejo, una vez que aceptes que
vives en Oceanía y necesites desesperadamente protección de Eurasia, ¿o es
Eastasia ?, entonces The Guardián está actuando como un vital vigilante, porque
el enemigo está dentro. Nuestro enemigo no son los que nos gobiernan, los que
tienen toda la riqueza, los que almacenan sus activos en el extranjero para no
tener que pagar impuestos, [los que mienten y
bombardean naciones que no representan peligro alguno, que literalmente
desaparecen a supuestas víctimas (¿se acuerdan de Sergei y Yulia Skripal?)], aquellos
que ignoran la devastación del clima porque las reformas serían malas para los
negocios. No, el verdadero enemigo son
los escépticos, los "guerreros" de las redes sociales, los activistas
políticos, incluso el líder del Partido Laborista británico. Pueden sonar y
parecer inofensivos, pero no son lo que parecen. Detrás de ellos hay fuerzas
malvadas.
Ud no
está perdiendo los derechos que disfruta ahora o los derechos que podría
necesitar en el futuro cuando las cosas se vuelven aún más represivas. Las
restricciones son preventivas, para protegerle antes de que Putin y sus bots no
sólo se hayan apoderado del ciberespacio, sino que hayan ingresado a su espacio
vital. Al igual que las agresivas guerras de "intervención
humanitaria" que Occidente está librando a través de las ricas áreas
petroleras del Medio Oriente, la crueldad en realidad es bondad. Los que
objetan, los que se oponen, lo hacen así solamente porque están bajo el control
financiero o ideológico del cerebro de Putin.
Éste es el momento cuando la guerra llega a ser paz, la
libertad llega a ser esclavitud y la ignorancia llega a ser fuerza.
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