Nikki Haley Fuera, Kavanaugh Dentro —¿Ruptura del Frente anti-Donald?
Por Maurizio
Blondet 09-Oct-18
FUENTE: https://www.maurizioblondet.it/nikki-haley-fuori-kavanaugh-dentro-rottura-del-fronte-anti-donald/
El
texto [en rojo] NO viene en el original y fue
agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo
aparece como texto simple en el original.
Así que Nikki Haley renunció como embajadora de
Estados Unidos ante la ONU. La estúpida, maleducada, anti-putiniana fanática,
super-israelí y neoconservadora Nikki Haley, una criatura del Estado Profundo
que intentaba ser los zapatos del presidente Trump tan pronto como abril,
cuando anunció nuevas sanciones a Rusia con la excusa de que sus compañías
habían cooperado con Damasco para fabricar armas químicas, antes de que lo hiciera Trump
y contra sus intenciones, y los rumores de que Nikki intentaba postularse a la
Casa Blanca con Mike Pence en 2020. Poco antes, había dicho que las mujeres que
acusaban a Trump de conducta sexual inapropiada debían ser escuchadas.
Uno se preguntaba por qué Trump había designado a
tal serpiente [una tepocata, de las que alguna vez
mencionó Vicente Fox] para tal cargo. El punto obvio es que él no la eligió [ésta es una verdad más o menos del tamaño de Júpiter].
Él podría haber querido ese cargo para la hawaiana Tulsi Gabbard, una demócrata,
quien se declaró en el Congreso por la retirada de América de la guerra sucia
en Siria. Él había sido prevenido por el aluvión de cuentos de los medios, y en
general por los mismos que agitaron la narrativa venenosa del Rusiagate; de la
interferencia de Putin en las elecciones estadounidenses a favor de Trump. La Gabbard
además se había reunido con Assad, por lo que ella también estaba cerca de los
rusos... era una traidora dijeron, atacándola, los medios de comunicación.
Ahora Nikki se está yendo, coincidiendo con la
victoria de Trump de meter en la Corte Suprema al juez Brett Kavanaugh: un
personaje contra el que los demócratas se han lanzado con todos los medios más
bajos, incluso el de acusarlo de un intento de violación hace 36 años antes por
Christine Blasey Ford [por cierto, funcionaria de la CIA], que no pudo
aportar la más mínima prueba; los demócratas, asistidos por los medios y el
movimiento “me too” en el Senado, exigieron que el FBI investigara el pasado
sexual de Kavanaugh y querían celebrar audiencias públicas, en todo caso, para
perder, y muy mal. Los medios y los demócratas se encuentran hoy en la
condición descrita en esta caricatura:
(Los medios y los
demócratas en la lucha contra Kavanaugh)
Los principales medios, los mismos que
continuamente atacan a Trump como agente ruso, han tocado el punto más bajo de
credibilidad.
El movimiento “me too” también ha mostrado su
rostro totalitario, pretendiendo que Kavanaugh fuera declarado culpable y, por
lo tanto, indigno de estar en la Corte Suprema, "por la palabra" de
su acusadora, sin pruebas [moda inaugurada por Theresa May en marzo de este año con el
caso Skripal] y sin presunción de inocencia―, y ha perdido mucho apoyo
femenino.
Con Kavanaugh, ingresa a la Corte un defensor de la
Constitución, lo que rompe la dictadura “liberal”, moralmente “progresista” que
ha ejercido una influencia tan profunda en las costumbres desde hace 50 años.
En esta asignación de por vida, Kavanaugh es joven y durará treinta años,
mientras que los dos “liberales” de 80 años puestos allí por Clinton, Ruth
Bader Ginsburg y Stephen Breyer (ambos judíos, por pura casualidad...) no
durarán mucho.
“El Partido Demócrata ha sufrido una derrota
histórica”, escribió Pat Buchanan, “y el triunfo es del Presidente Trump”.
¿La renuncia de Nikki Haley está conectada con la
toma de posesión de Kavanaugh? Al parecer no. Pero es casi como, en una guerra,
la repentina ruptura del frente en varios sectores al mismo tiempo. Dicho así,
parece una derrota de los demócratas, “un Little Big Horn desde el punto de
vista de Custer”, dice Buchanan, con otra metáfora bélica western. Para Zero
Hedge, los demócratas “han puesto los carromatos en círculo”…
Y no olvide, me sugiere mi amigo Umberto Pascali de
Washington, que “McCain murió exactamente cuando debía morir”, la otra espina
en el flanco de Trump que unió a los traidores “de la derecha”. Ahora veremos
si finalmente se desatará el Russiagate, ese impedimento venenoso inventado por
el Deep State, aferrado al cuello de Trump. Veremos si la política de Trump
cambiará y en qué medida: probablemente no contra China e Irán, sino quizás en
una relación más racional con Putin, la pérdida de importancia de Soros y sus
planes.
Si vemos bien, dice Humberto, “ahora comenzará la verdadera
administración Trump, la fase que debía comenzar en la primavera de 2017.
Acuerdos con Rusia, los chinos, Assad, estados europeos amigos. Bergoglio está
más solo, los servicios ingleses desatados para provocar una situación de no-retorno
con Rusia, con la complicidad (entre otras cosas) de Nikki Haley, están derrotados
―tal vez somos demasiado optimistas [creo que sí,
porque Clownie Trump no es ningún superhéroe, defensor del pueblo sino, en más
de un sentido, compañero de trabajo de Nimrata Randhawa, alias Nikki, puesto
que ambos tienen al mismo patrón, a quién le divierten esas escaramuzas; y no
debe olvidarse que ambos son políticos “kleenex”, es decir, desechables],
pero el alivio de la partida de la estúpida Haley justifica un momento de
alegría [realmente, sí] y buena esperanza.
Para Italia, este triunfo aparente de Trump y su
línea, tendremos que ver los resultados en la cumbre sobre Libia que nuestro
gobierno convocó para el próximo 11 de noviembre, y a la cual invitó a Moscú.
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