USA Ya Está en Guerra con China y Rusia: Los Demás Somos Daño Colateral
Por James
O’Neill 01-Mar-19
FUENTE: https://journal-neo.org/2019/03/01/us-already-at-war-with-china-and-russia-the-rest-of-us-are-collateral-damage/
El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por
el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto
simple en el original.
Al final de la 2GM USA
era la economía y la potencia militar más fuerte del planeta. Y usó esa
posición para imponerse sobre el mundo en los siguientes 60 años. Las amenazas
potenciales a su hegemonía fueron aplastadas a través de persuasión, chantaje
económico vía la posición dominante del dólar estadounidense, cambio de régimen
para los gobiernos recalcitrantes y, en muchos casos, invasiones y ocupaciones.
Decenas de millones murieron y las estructuras sociales quedaron devastadas.
La falta de cualquier rival serio durante esas décadas
engendró una mentalidad de excepcionalismo: de que las reglas ordinarias de
conducta civilizada no se le aplicaban; que su camino era el único camino
aceptable; y que su monopolio hegemónico duraría para siempre.
A pesar de la constante propaganda, la Unión Soviética nunca
fue una amenaza seria, y China estaba demasiado preocupada por las convulsiones
internas para tener mucha influencia más allá de sus propias fronteras
nacionales o de aquellos países inmediatamente adyacentes.
Las últimas dos décadas, sin embargo, han visto cambios
significativos, cuyo ritmo se está acelerando. Después de la era Yeltsin en los
1990s, Rusia comenzó un rejuvenecimiento constante de su economía y de su
status político. China comenzó su verdadero Gran Salto Adelante tras la reforma
y apertura de su economía y sociedad bajo Deng Xiaoping a fines de los 1970s [a instancias de la élite globalista para utilizar la mano
de obra china y frenar los incrementos de salario en el resto del mundo;
aunque, a la larga, ha tenido un efecto no-deseado para la propia élite
globalista]. Los resultados no tienen paralelo en la historia moderna.
El ingreso per cápita en China es 25 veces mayor que cuando se iniciaron las
reformas de Deng. Los niveles de pobreza, medidos por el Banco Mundial, se han
reducido de más del 90% de la población en 1978 a menos del 2% en la
actualidad.
La tasa de crecimiento del PIB de China se ha mantenido a un
nivel aproximadamente tres veces mayor que la de la mayoría de las economías
desarrolladas, y lo ha hecho durante varias décadas. Sobre la base del poder de
compra paritario, China es ahora la mayor economía del mundo, y esa posición
económica superior continuará y crecerá en el futuro previsible.
Una de las razones más importantes para el crecimiento
dinámico de China es su inversión en educación y, en particular, en ciencia,
tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM). Alrededor de una cuarta parte de todos los trabajadores
de CTIM en el mundo de hoy son chinos. La expectativa es que para 2025 (una
fecha clave en la planificación china) habrá más trabajadores CTIM chinos que
en toda la OCDE combinada.
Aunque en una escala mucho más pequeña, Rusia también ha
realizado grandes inversiones en la promoción de la excelencia educativa en las
materias CTIM. El contraste con USA no podría ser mayor. Desde 2001, USA ha
gastado aproximadamente 6 bdd en guerras en el extranjero, a la vez que aplaza
alrededor de 4 bdd en necesarios gastos de infraestructura.
El
complejo industrial militar ha florecido [y no se diga el
complejo financiero], mientras que el resto de USA languidece. De
acuerdo con las estadísticas de la ONU, USA ocupa el puesto 42 en el mundo en
esperanza de vida. Éste es un indicador muy sensible que señala una serie de
deficiencias en educación, atención médica, estándares nutricionales e
infraestructura social.
Cada año se requieren grandes sumas para mantener una red de
más de 800 bases militares en todo el mundo. Este imperio de bases es necesario
para mantener el control sobre los estados vasallos y "contener"
tanto a Rusia como a China. Ninguno de esos países, a pesar de la propaganda
masiva, ha mostrado el menor interés en expandirse más allá de sus fronteras
existentes.
Sin embargo, tanto Rusia como China, a pesar de que sus
presupuestos militares son apenas una fracción de los niveles de USA, han
desarrollado una gama de armamento de alta tecnología que es significativamente
superior al de USA y sus aliados. Las revelaciones de Putin en su discurso de
Marzo de 2018 a la Asamblea Federal Rusa sobre las capacidades de armas
hipersónicas de Rusia fueron una profunda conmoción para las élites
estadounidenses. Luego de las negativas iniciales, reconocieron la verdad de
las afirmaciones de Putin e inmediatamente [montaron el
show mediático de los Skripal, que hasta hoy siguen “desaparecidos” y no
precisamente a manos de Rusia sino a manos de “los buenos”] buscaron un
financiamiento militar aún mayor en un esfuerzo por ponerse al día. Ese gasto
se realizará a expensas de la inversión en infraestructura civil, lo que
llevará a un mayor deterioro de las instalaciones para la gente común.
Hay muy buenas razones para creer que las capacidades militares
de China, aunque todavía no están a la altura de los estándares rusos, son
formidables por derecho propio. La serie de misiles Dong Feng, por ejemplo, le
da a China una capacidad defensiva y ofensiva que no tiene parangón para los
estadounidenses.
Ese es el contexto en el que debe evaluarse la situación
actual de sanciones, guerras comerciales y otras formas de guerra.
La administración Trump está de hecho librando una guerra
tanto en China como en Rusia. El que no implique (todavía) una guerra con disparos
no la hace menos guerra. Esa guerra toma muchas formas.
En el caso de Rusia, existen amplias sanciones aplicadas al
gobierno ruso, a individuos y a empresas. Es una medida del desprecio
estadounidense por el derecho internacional (nunca tan fuerte en el mejor de
los casos) que estas sanciones son ilegales. Manifiestamente sirven una serie
de objetivos geopolíticos. Nord Stream 2 es solo un ejemplo. El Secretario de
Estado Pompeo estuvo recientemente en Europa, al igual que el Vicepresidente
Pence [lo mismo que el autoconfeso embajador gay de USA
en Alemania, Richard Grenell], amenazando con imponer sanciones a los
países europeos y las empresas que han cooperado en el proyecto Nord Stream.
Los estadounidenses preferirían que la dependencia europea descansara en el
mucho más costoso GNL estadounidense [igualmente sacado
del mercado europeo por la gigantesca planta rusa de Yamal y su flota de buques-tanque].
Los políticos y los medios de comunicación de USA reclaman
constantemente la "interferencia rusa" en los asuntos internos de USA
y otras naciones occidentales. La presión estadounidense sobre Nord Stream 2, o
las amenazas a las naciones y organizaciones europeas por cooperar con Irán por
el cumplimiento de éste último con los términos del JCPOA (a diferencia de USA
que se ha retirado unilateralmente de ese acuerdo) es una interferencia
flagrante en los asuntos de las naciones soberanas. Es una ironía totalmente
perdida para los estadounidenses y sus acólitos.
La "guerra" contra China toma muchas formas, de
las cuales la llamada guerra comercial es solo un ejemplo obvio. Las tarifas
impuestas o amenazadas a las exportaciones de China perjudican no solo a los
estadounidenses, sino también al comercio mundial en general.
Otras formas de guerra incluyen guerra cibernética,
ejercicios militares en las proximidades del territorio chino, 400 bases
militares dirigidas a China como parte de la estrategia de
"contención" y un aluvión constante de propaganda sobre el presunto
espionaje chino [que hasta ahora, el único país que se
ha probado que espía tanto a amigos como enemigos es, precisamente, USA],
el robo de propiedad intelectual y las "trampas de la deuda" para las
naciones pobres que aceptan la asistencia china para el desarrollo [¿como los préstamos “condicionados” del Banco Mundial?].
Que ninguna de estas alegaciones resista un examen serio no
es el punto. Son parte de una política de guerra decidida para intentar aislar
a China, socavar su desarrollo e impedirle desafiar la hegemonía de USA en
todos los continentes y regiones del mundo. No hay que mirar más allá de la «Evaluación de Amenazas Mundiales en 2019» de la comunidad de inteligencia de
USA.
La evaluación concluye que China está utilizando la
Iniciativa Región Camino para extender el alcance global, económico y político
de China y "disminuir la influencia de USA". Para contrarrestar ese
desafío, USA debe, según su Estrategia de Seguridad Nacional, "prevenir el
éxito enemigo" y "proteger nuestros intereses". Los enemigos
designados oficialmente son Rusia y China. Está claro que no hay límites en las
formas que tomará esta "protección".
La guerra comercial en la que USA está involucrado
actualmente contra China tiene en realidad poco qué ver con el desequilibrio
comercial entre los dos países [claro, no resulta lógico
que proteste quien paga lo que compra con meros “papelitos verdes impresos”].
Como Michael Klare señala citando documentos filtrados, el objetivo de la
guerra comercial es sabotear el programa «Hecho en China 2025».
El objetivo de este
programa chino es desarrollar una excelencia mundial en una variedad de campos
técnicos. El objetivo estadounidense en las actuales negociaciones
comerciales es forzar a China a aceptar un papel subordinado a los deseos
estadounidenses en todos los campos en el futuro. Es delirante pensar que los
chinos alguna vez aceptarían tal status, y mucho menos reducir o disminuir su
propio impulso hacia la excelencia y el liderazgo.
La campaña contra Huawei es solo una faceta [bastante torpe y quizá hasta desesperada] de la
estrategia estadounidense más amplia. Huawei es acusada de ser un agente del
gobierno chino, y su tecnología 5G, en la que es líder mundial, según los
estadounidenses y otros, en realidad es un vehículo para que China espíe al
mundo.
Una vez más, los acusadores aquí han tenido un irónico
libramiento. Al menos desde el proyecto Echelon (que comenzó a fines de los
1960s), los estadounidenses y sus aliados de Five Eyes (Australia, Canadá,
Nueva Zelanda y el R.Unido) han estado interceptando comunicaciones privadas y
gubernamentales de todo el mundo. Las revelaciones de Edward Snowden
proporcionaron una confirmación adicional del espionaje electrónico al por
mayor por parte de la Agencia de Seguridad Nacional de USA.
Cada uno de los socios de Five Eyes monitorea una sección
del mundo, desde lugares como Menwith Hill en Yorkshire (R.Unido), Pine Gap en
Australia, Waihopai en la Isla Sur de Nueva Zelanda y la base de la Fuerza
Aérea en Buckley, Colorado (USA). La tecnología moderna simplemente ha ampliado
la escala y el alcance de este espionaje electrónico.
Gran
parte de ese espionaje tiene como objetivo obtener una ventaja comercial para
las empresas estadounidenses [es que el
librecomercio para todos resulta más libre para algunos]. Esto no es
nada nuevo. Los estadounidenses se dedicaron al espionaje industrial contra los
británicos en el siglo XIX en un momento en que Gran Bretaña era una potencia
industrial líder. El robo de propiedad intelectual no es un invento reciente.
China ahora es líder mundial en solicitudes de patentes, con
1.38 millones de solicitudes de este tipo en 2017, en comparación con poco
menos de 607,000 en USA. Si
un país es más probable que sea víctima de un robo de propiedad intelectual, es
el chino. Ya hay evidencia de que una de las reacciones de USA a las
revelaciones de superioridad de los misiles rusos fue aumentar sus esfuerzos
para robar la propiedad intelectual rusa en esa área.
La reacción de la mayoría de los países del mundo a esta
ofensiva de origen estadounidense contra Rusia y China indica que es poco
probable que tenga éxito. Una razón para la mayor disposición de los países a
desafiar las demandas hegemónicas de USA es darse cuenta en forma creciente que
el acoso de éste se apoya en una estructura financiera que está al borde del
colapso.
Según
el Financial Times, USA necesitará vender 12 bdd en bonos durante la próxima
década. Tanto China como Rusia han dejado de comprar bonos del Tesoro de USA, y
otros compradores importantes están reduciendo tanto sus tenencias como su
disposición a comerciar en dólares. USA necesitará encontrar compradores
alternativos (lo que es improbable) o reducir su gasto (aún más improbable). El
grado en que las naciones dejen de usar el dólar como medio de intercambio
acelerará la desaparición de la capacidad de USA para dominar.
Trump ha anunciado recientemente un compromiso para mejorar
el gasto militar, que ya se encuentra en niveles récord, y para competir con
China en el mercado 5G. Esto
es construir castillos en el aire. Actualmente USA no tiene la capacidad de
competir con los chinos o los rusos, como lo ha dejado bastante claro la enorme
brecha en la tecnología de misiles hipersónicos.
Esta
incapacidad para competir es lo que está impulsando el actual conflicto de
guerras arancelarias, guerras híbridas, sanciones, acoso, intimidación y
sabotaje económico. En el mejor de los casos, esta guerra tendrá un
efecto de retraso en el inevitable y continuo ascenso de China, que después de
todo no es más que la restauración de una posición histórica interrumpida por
cinco siglos de dominación colonial europea. En el peor de los casos, como se
desprende de la retirada de USA de las obligaciones de múltiples tratados, un sintomático
mayor desprecio a los derechos y responsabilidades de la comunidad de naciones,
conducirá a una verdadera guerra basada en la engañosa creencia de que su
hegemonía de los años de posguerra puede ser mantenida indefinidamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario