La “Revolución del Poder Bancario”: Cómo el Gobierno Llegó a Estar Encadenado por la Deuda
Por Ellen
Brown 31-May-19
FUENTE:
https://www.globalresearch.ca/bankers-power-revolution-government-got-shackled-debt/5679159
El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por
el equipo de traducción. Igualmente el texto destacado en amarillo aparece como
texto simple en el original.
Este artículo está extraído de mi nuevo
libro Banking on the People:
Democratizing Money in the Digital Age, disponible en edición de pasta
blanda el 1 de junio.
La deuda federal de USA se ha más que duplicado desde la
crisis financiera de 2008, pasando de 9.4 bdd a mediados de 2008 a más de 22
bdd en abril de 2019. La deuda nunca se paga. El gobierno sigue pagando los
intereses y las tasas de interés están aumentando.
En 2018, la
Fed anunció planes para elevar las tasas para 2020 a niveles
"normales", un objetivo de fondos federales del 3.375 por ciento, y
vender alrededor de 1.5 bdd en valores federales a un ritmo 50,000 mdd/mes, lo
que incrementará aún más la montaña de deuda federal en el mercado. Cuando la
Reserva Federal posee títulos públicos, devuelve los intereses al gobierno
después de deducir sus costos; pero los compradores privados de estos valores
se embolsarán los intereses [bullshit! La Reserva
Federal, como dijo alguien, “es tan federal como Federal Express”, es decir, es
una entidad privada: y, en todo caso, sus accionistas son bancos PRIVADOS.
Basta entonces que los títulos públicos sean comprados por los accionistas de
la Reserva para que éstos reciban los intereses. Resulta muy dudoso que los
accionistas de la Reserva Federal resistan esa “tentación” y devuelvan los
intereses. Más todavía, si tienen que devolver los intereses, ¿qué sentido
tiene cobrarlos en primer lugar?
Probablemente una porción pequeña, a
título verdaderamente de la Reserva Fede-ral, sea de la que se devuelven los
intereses para, como dirían en el rancho culterano, «ocluirle la óptica al
onagro» y alegar que se devuelven los intereses, aunque sea una fracción
milimérrima], lo que se sumará a la
factura de los contribu- yentes.
De hecho, es el interés, no la deuda en sí, el problema con
una creciente deuda federal. El saldo insoluto simplemente es renovado año tras
año. Pero los contribuyentes deben pagar anualmente los intereses a los
tenedores de bonos privados y constituyen uno de los elementos más importantes
del presupuesto federal. Actualmente, los planes de la Fed para el "ajuste
cuantitativo" están en suspenso; pero suponiendo que siga adelante con
ellos, las proyecciones son que para el 2027 los contribuyentes de USA deberán
1 bdd anualmente [esto implica 2,740 mdd/día=114
mdd/hora=1.9 mdd/minuto] solo en intereses sobre la deuda federal. Eso
es suficiente para financiar el plan de infraestructura de billones de dólares
del presidente Donald Trump cada año, y es una transferencia directa de riqueza de la clase
media a los inversionistas ricos que poseen la mayoría de los bonos.
¿De donde vendra este dinero? Los impuestos paralizantes, la
privatización al por mayor de los activos públicos y la eliminación de los
servicios sociales no serán suficientes para cubrir el proyecto de ley.
La deuda de los tenedores de bonos no es necesaria
La ironía es que USA no necesita tener una deuda con los
tenedores de bonos. Ha sido financieramente soberano desde que el presidente
Franklin D. Roosevelt sacó el dólar del estándar de oro a nivel nacional en
1933. Esto fue reconocido por Beardsley Ruml, presidente del Banco de la
Reserva Federal de Nueva York, en una presentación de 1945 ante el Colegio de
Abogados de USA. "Los Impuestos sobre Ingresos son Obsoletos".
"La necesidad de que el gobierno aplique
impuestos para mantener tanto su independencia como su solvencia es cierta para
los gobiernos estatales y locales", dijo, "pero no lo es para un
gobierno nacional".
El
gobierno ahora estaba en libertad de gastar según lo necesitara para cumplir
con su presupuesto, basándose en el crédito emitido por su propio banco
central. Podría hacerlo hasta que la inflación de precios indicara un
debilitamiento del poder adquisitivo de la moneda.
Entonces,
y solo entonces, el gobierno tendría que recaudar impuestos —no para financiar el
presupuesto, sino para contrarrestar la inflación mediante la contracción de la
oferta monetaria. El principal objetivo de los impuestos, dijo Ruml, era
"el mantenimiento de un dólar que tenga un poder de compra estable a lo
largo de los años. A veces, este propósito se expresa como ‘evitar la
inflación’".
El gobierno podría financiarse sin impuestos recurriendo al
crédito de su propio banco central [en rigor, NO ES
crédito; no tiene que ser préstamo o deuda en absoluto]; y dado que ya
no era necesario que el oro cubriera el préstamo, el banco central no tendría
que pedir prestado. Simplemente podría crear el dinero en sus libros. Esta idea
es un principio básico de la Teoría Monetaria Moderna: el gobierno no necesita pedir préstamos ni
establecer impuestos, al menos hasta que los precios suban. Simplemente puede
crear el dinero que necesita. El gobierno podría crear dinero emitiéndolo
directamente; o al tomarlo directamente del banco central, que crearía
el dinero en sus libros; o tomando un sobregiro perpetuo en la cuenta del
Tesoro en el banco central, que tendría el mismo efecto.
La “Revolución del Poder” —Transfiriendo el “Poder Monetario”
a los bancos
El Tesoro podría hacer eso en teoría, pero sería necesario
cambiar algunas leyes [leyes que, por cierto, NUNCA
debieron establecerse y se establecieron gracias a la corrupción en los altos
niveles de gobierno]. Actualmente, el gobierno federal no tiene
permitido pedir prestado directamente a la Reserva Federal y debe tener el
dinero en su cuenta antes de gastarlo. Luego de que el dólar abandonara el
patrón oro en 1933, el Congreso podría haber hecho que la Reserva Federal
simplemente imprimiera dinero y se lo prestara al gobierno, eliminando a los
bancos. Pero Wall Street presionó para obtener una enmienda a la Ley de la
Reserva Federal, prohibiendo a la Fed comprar bonos directamente del Tesoro
como lo había hecho en el pasado [bullshit!].
El Tesoro puede obtener préstamos de sí mismo mediante la
transferencia de dinero de las "cuentas intragubernamentales": el
Seguro Social y otros fondos fiduciarios que están bajo los auspicios del
Tesoro y tienen un superávit—,
pero estos fondos no incluyen la Reserva Federal, que puede otorgar préstamos
al gobierno sólo mediante la compra de valores federales de los operadores de
bonos [esto soslaya el punto importante: ¿de dónde saca
la Reserva Federal sus recursos para comprar cualquier cosa?; en otras
palabras, ¿por qué la Fed siempre
tiene fondos para prestar?]. La Fed es considerada independiente del
gobierno. Su sitio web dice,
"Las tenencias de valores del Tesoro por parte de
la Reserva Federal se clasifican como 'mantenidas por el público' porque no
están en cuentas gubernamentales". [no hay peor
ciego que el que no quiere ver].
Según Marriner Eccles, presidente de la Reserva Federal de
1934 a 1948, la prohibición de permitir que el gobierno tomara préstamos
directamente de su propio banco central se inscribió en la Ley de Bancos de
1935 a instancias de los operadores de bonos que tienen el derecho exclusivo de
Compra directamente de la Fed. Una revisión histórica en el sitio web de la
Reserva Federal de Nueva York cita a Eccles declarando,
"Creo que las verdaderas razones para incluir la
prohibición en la [Ley de Bancos] ... pueden atribuirse a ciertos operadores de
bonos del gobierno que, naturalmente, tenían sus ojos en los negocios que
podrían perder si se permitían las compras directas". [¡si son los mismos! Eso simplemente sirve para disimular el
fraude].
El gobierno estaba obligado a vender bonos a través de los
intermediarios de Wall Street, que la Fed solo podía comprar a través de
"operaciones de mercado abierto": —compras en el mercado de bonos privados. Las operaciones de
mercado abierto son conducidas por el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC),
que se reúne a puerta cerrada y está dominado por los intereses de los
banqueros privados. El FOMC no tiene obligación de comprar la deuda del
gobierno [o sea, es el gobierno quien queda en manos
del FOMC, que puede presionar al gobierno negándose a comprar la deuda]
y generalmente [más que “generalmente”, SIEMPRE]
lo hace solo cuando sirve a los propósitos de la Fed y los bancos.
El representante Wright Patman, presidente del Comité de
Banca y Moneda de la Cámara de Representantes de 1963 a 1975, calificó la aprobación
oficial del Comité Federal de Mercado Abierto en las leyes bancarias de 1933 y
1935 de "la revolución del
poder" —la transferencia
del "poder monetario" a los bancos [en
realidad, esa transferencia se hizo veinte años antes, en 1913, con la creación
de la Reserva Federal]. Patman dijo:
"El ‘mercado
abierto’ es en realidad un mercado muy cerrado".
Solo unos pocos concesionarios seleccionados de bonos tenían
derecho a licitar o competir por los bonos que el Tesoro ofrecía para subasta
cada semana. El efecto práctico, dijo, era tomar dinero del contribuyente y
dárselo a estos intermediarios.
Alimentándose de la economía real
Ese subsidio masivo de Wall Street fue objeto del testimonio
por parte de Eccles ante el Comité de Banca y Moneda de la Cámara de
Representantes del 3 al 5 de marzo de 1947. Patman preguntó a Eccles:
"Ahora, desde 1935, para que los bancos de la
Reserva Federal puedan comprar bonos del gobierno, tuvieron que pasar por un
intermediario, ¿es correcto?"
Eccles respondió afirmativamente. Patman entonces lanzó una
advertencia profética, diciendo:
“Me opongo a que el gobierno de USA, que posee el
privilegio soberano y exclusivo de crear dinero, pague a los banqueros privados
por el uso de su propio dinero... Insisto en que es absolutamente incorrecto
que este comité permita que esta condición continúe y que cargue a los
contribuyentes de esta nación con una carga de deuda que no podrán liquidar en
cien o doscientos años" [no es una cuestión de si
pueden o no pagarla, en mayor o menor tiempo; es una cuestión de que se trata
de una deuda espúrea, falsificada, un robo disfrazado].
La verdad de esa afirmación es dolorosamente evidente hoy,
cuando tenemos una deuda de 22 bdd que no se puede pagar. El gobierno
simplemente sigue renovándola y pagando [en realidad,
regalando] los intereses a los bancos y tenedores de bonos, alimentando
la economía "financializada" en la que el dinero gana dinero sin
producir nuevos bienes y servicios. La economía financializada se ha convertido
en un parásito que se alimenta de la economía real, lo que hace que los
productores y los trabajadores se endeuden cada vez más.
En la década de 1960, Patman intentó nacionalizar la Fed. El
esfuerzo fracasó, pero su comité logró forzar al banco central a devolver sus
ganancias al Tesoro luego de deducir sus costos
[really? Bastante dudoso; eso hubiera implicado que se acababa el negocito y
los problemas para el país y la autora de este artículo no habría tenido
necesidad de escribirlo]. Sin embargo, la prohibición de los préstamos
directos del banco central al gobierno sigue vigente. El poder del dinero sigue
estando con el FOMC y los bancos.
Un modelo que ya no podemos permitirnos
Hoy, el modelo de crecimiento de la deuda ha alcanzado sus
límites, como lo reconoce incluso el Banco de Pagos Internacionales, el
"banco de banqueros centrales" en Suiza. En su informe anual de junio
de 2016, el BIS dijo que los niveles de deuda eran demasiado altos, que el
crecimiento de la productividad era demasiado bajo y que el margen para
maniobrar las políticas era demasiado limitado.
"La economía global ya no puede darse el lujo de
confiar en el modelo de crecimiento alimentado por la deuda que lo ha llevado a
la coyuntura actual", advirtió el BIS.
Pero las soluciones que propuso continuarían con las
políticas de austeridad impuestas desde hace mucho tiempo a los países que no
pueden pagar sus deudas. Prescribía “políticas prudenciales, fiscales y, sobre
todo, estructurales” —“reajuste
estructural”. Eso significa privatizar activos públicos, recortar servicios y
aumentar los impuestos, asfixiando la misma productividad requerida para pagar
las deudas de las naciones. Ese enfoque ha sido repetidamente puesto en
práctica y ha fallado, como se ha visto por ejemplo, en la devastada economía
de Grecia.
Mientras tanto, de acuerdo con el presidente de la Fed de
Minneapolis, Neel Kashkari, la regulación financiera desde 2008 ha reducido las
posibilidades de 84% al 67% de otro rescate gubernamental. Eso significa que
todavía hay un 67% de posibilidades de otra gran crisis en todo el sistema, y
ésta podría ser peor que la anterior. Los bancos más grandes son más grandes,
los bancos locales son menos y los niveles de deuda global son más altos. La
economía tiene mayor distancia para caer. Los modelos de los reguladores son
obsoletos, dirigidos a una forma de "banca anticuada" que hace mucho
tiempo ha sido abandonada.
Necesitamos un nuevo modelo, uno diseñado para satisfacer
las necesidades del público y la economía, en lugar de maximizar las ganancias
de los accionistas a expensas del público.
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