El Uso Destructivo de las Sectas Religiosas por Washington
Por Grete
Mautner 04-Jul-19
FUENTE: https://journal-neo.org/2019/07/04/washingtons-destructive-use-of-religious-sects/
El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igual-mente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.
En los últimos años, un número cada vez mayor de países
comenzó a prestar más atención a las actividades de varias sectas religiosas,
ya que comenzaron a sospechar que esas organizaciones impulsan la agenda de
otros actores internacionales u organizaciones terroristas.
Cuando se trata este tema, no se puede dejar de mencionar a
la famosa secta religiosa japonesa Aum Shinrikyo. Se ha notado que el nombre
Aum Shinrikyo, usualmente traducido en inglés como "Suprema Verdad
Aum", derivado de la sílaba sánscrita Aum, utilizada para representar el
universo. En 1995, este grupo lanzó el ataque terrorista más mortal en la
historia de Japón, al liberar el agente químico Sarín dentro de los trenes en
tres líneas de metro del área metropolitana de Tokio, durante la hora pico de
la mañana. Este ataque resultó en la muerte de 13 personas, mientras que otras
cinco mil personas resultaron heridas. El año pasado
[luego de 23 años del atentado; como que la justicia funciona algo lenta en ese
país], Japón ejecutó a Shoko Asahara, el fundador de Aum Shinrikyo,
junto con otros seis miembros principales de esta secta.
Antes de estos trágicos eventos, la secta se registraría
oficialmente en Japón como una organización religiosa en 1989. Su popularidad
en este país se aceleró rápidamente, lo que hizo que Aum Shinrikyo se
expandiera a varios países, algunos de los cuales incluso fueron visitados por
su fundador. Con cada visita de este tipo, Shoko Asahara conocería a personas
influyentes que trabajaban en diferentes campos, mientras mostraba un ávido
interés en todo tipo de equipo militar. El rumor dice que en algún momento el
fundador de Aum Shinrikyo compraría los componentes necesarios para la
producción de un dispositivo nuclear. Ya en la década de 1990, la secta abriría
sus oficinas en Nueva York, Bonn y una serie de otras grandes ciudades [lo que hace evidente su financiamiento externo].
Sin embargo, si las actividades de Aum Shinrikyo han sido
prohibidas por la mayoría absoluta de los estados en todo el mundo en estos
días, hay miles de otros cultos religiosos que operan sin ningún tipo de
control por parte de funcionarios gubernamentales de todo el mundo. No hace
falta decir que la mayoría de ellos se originan en USA debido a las
peculiaridades históricas que dieron forma al desarrollo de este estado.
En los últimos años, USA se ha vuelto particularmente activo
en la expansión de las actividades de sus sectas religiosas hacia otros
estados, socavando así los fundamentos religiosos de otras sociedades. Además,
esas sectas han desempeñado un papel importante en la intensificación de las
actividades de protesta en varios intentos de golpe de Estado en todo el mundo
a lo largo de los años.
El ejemplo más sorprendente de los intentos de Washington de
exportar sus sectas religiosas se puede observar en Ucrania, donde sus acciones
ya han provocado un importante conflicto religioso. Es un hecho conocido que la
llamada Revolución Naranja del 2004 fue promovida por más de 50,000 miembros
activos de la Embajada del Bendito Reino de Dios para Todas las Naciones [y por más de 5,000 mdd, según cifra dada por Victoria Nuland, más conocida como Lady
«F**k EU»].
El peligro que representan las sectas religiosas para la
sociedad reside en la naturaleza parasitaria de tales organizaciones [esto es una tergiversación; no son parasitarias, es decir,
no viven a costa de la población huésped ya que son financiadas por USA. El
peligro es la promoción que hacen de ideas disolventes] que, a
diferencia de las confesiones tradicionales, existen exclusivamente para
alimentarse de los recursos humanos y financieros de una sociedad, viviendo de
acuerdo con sus propias reglas que pueden a menudo contradecir las leyes
existentes. .
Anteriormente, hemos examinado con mucho detalle los
verdaderos objetivos detrás del amplio apoyo que Washington está brindando a
cultos tales como los Testigos de Jehová y la Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los Últimos Días en Armenia. Solo los programas oficiales de
Washington proporcionan unos 250 mdd cada año a esas sectas religiosas,
mientras que la suma total extraída del presupuesto de USA supera los 1,000
mdd. Además, vale la pena mencionar que esos fondos llegan a Armenia a través
de canales sectarios, lo que significa que técnicamente no cuentan para el
total que USA gasta en socavar al gobierno en Ereván a través de una red de
ONGs. Por tanto, es seguro decir que la mayoría absoluta de las sectas
religiosas en Armenia no son más que herramientas que fuerzas externas
utilizarían para inmiscuirse en los asuntos internos de Armenia. [Igualito que la promoción del Islam (¡¡!!) entre los indios
de Chiapas y Guatemala] Este
hecho se vuelve particularmente preocupante porque debemos echar un vistazo a
las cifras oficiales proporcionadas por el gobierno de Armenia, que hay 54
sectas operando en este país, mientras que el número total de sus seguidores
supera las 350 mil personas.
El sectarismo se ha convertido en un obstáculo importante
para el intento de Tbilisi de preservar la paz y la tranquilidad en Georgia, ya
que las actividades de las sectas religiosas en este país del Cáucaso comparten
exactamente las mismas características con las que operan en Armenia, lo que
significa que están haciendo lo que quieren las agencias de inteligencia
occidentales.
En los últimos años [al menos en los
últimos 84, porque a México comenzaron a llegar al sureste en 1935, luego de
entrevistarse con Lázaro Cárdenas, con el disfraz de “escuelas de verano”,
dizque para documentar los lenguajes indígenas; de ese esfuerzo, en Guatemala,
surgió el demente de Efraín Ríos Montt, que desgobernó el país de Mar-1982 a
Ago-1983], el sectarismo se ha convertido en la herramienta elegida por
Washington para entrometerse en los asuntos internos de las repúblicas de Asia
Central que solían ser parte de la URSS. Las ramas de la secta de los Testigos
de Jehová con sede en USA se han vuelto particularmente activas en esta región.
Según los expertos de Asia Central, hay un número considerable de similitudes
en los pasos que da esta secta y en los pasos de los movimientos radicales
religiosos e islamistas como Hizb ut-Tahrir: ambas organizaciones profesan el establecimiento
del gobierno teocrático en todo el mundo. En el mundo, ambos utilizan el
enfoque práctico de puerta a puerta para contratar a sus seguidores, promueven
la intolerancia a todas las otras formas de religión debido a su creencia de
que su movimiento religioso debería suplantar a las cinco religiones
principales. La ideología de los Testigos de Jehová impide que sus seguidores
entren en contacto con representantes de otras religiones, incluso si estas
últimas son sus parientes más cercanos, lo que erosiona los cimientos de una
sociedad: las relaciones familiares. En una situación en la que la mayoría
absoluta de la población de los países de Asia Central son musulmanes, las agresivas actividades
misioneras de los Testigos de Jehová conducen a disputas familiares, socavan el
espíritu de vecindario bondadoso que todas las religiones principales tratan de
mantener y crean condiciones previas para matanza. Está claro que las
actividades de esta secta no contribuyen en nada al avance social de esos
estados, ya que siembra las semillas del separatismo en Asia Central.
En este contexto, no es una sorpresa que varios países de Asia
Central, en particular Turkmenistán y Tayikistán, hayan ilegalizado las
actividades de los Testigos de Jehová.
Sin embargo, sería ingenuo suponer que Washington solo
usaría sectas religiosas para socavar a los antiguos estados miembros del pacto
de Varsovia. Uno puede encontrar una serie de curiosas revelaciones sobre el
papel que desempeñaron las sectas religiosas para ayudar a la CIA en toda la UE
y los Estados Unidos en el libro titulado Confesiones
de un asesino económico escrito por un ex agente de la CIA, John
Perkins. En particular, en su libro, describe cómo la CIA logró aprovecharse de
la secta del Ejército de Salvación, que proporcionó un encubrimiento para
muchas de sus operaciones. Es curioso que los seguidores del Ejército de
Salvación no reconozcan los siete sacramentos de la Iglesia Católica [no muy diferentes de los mormones que encima, prácticamente,
han reemplazado la Biblia con el Libro del Mormón], pero al mismo tiempo
que afirman que son miembros de una secta cristiana. Lo mismo puede decirse
sobre la secta de los Testigos de Jehová [que no
reconocen ni siquiera a Cristo, menos los sacramentos] que se ha
convertido en la herramienta elegida por Washington para socavar a los países
soberanos.
Por lo tanto, está claro que aquellos que conocen la efectividad con la cual las
disputas religiosas pueden ser utilizadas para socavar las sociedades, no
escatiman dinero ni esfuerzo en promoverlas [y
respecto de las cuáles no hay topes de presupuesto]. En este contexto,
está claro que no podemos ignorar los intentos de Washington de difundir esas
sectas religiosas que controla, para que éstas logren los objetivos que de otro
modo hubieran sido inalcanzables para USA.
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