¿Quién Gobierna USA?
Por Greg
Felton 22-Ene-20
FUENTE: https://www.paulcraigroberts.org/2020/01/22/who-rules-america-2/
El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por
el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto
simple en el original.
Un gobierno, cualquiera que sea su naturaleza, gobierna como
un poder imperial sobre su pueblo. La forma más segura de ejercer este control
es apuntalar la ilusión de que actúa en interés público. Paul Craig Roberts y
Alvin Rabushka explicaron este hecho destacado en la edición de marzo de 1973
de Public Choice, en su artículo "Una exposición esquemática de una teoría
económica del imperialismo", y lo que escribieron entonces no es menos
relevante hoy.
El acto
de votar es uno de los apoyos que sostiene el engaño del autogobierno.
La gente vota, pero los candidatos son decididos por la oligarquía de los
grupos de interés organizados. Esta es también la conclusión de un estudio de
2014 realizado por los profesores Martin Gilens y Benjamin I. Page de la
Universidad de Princeton sobre la medida en que la política del gobierno de USA
refleja las preferencias públicas. Gilens y Page descubrieron que los votantes
son, a todos los efectos, irrelevantes para su propio gobierno
"democrático":
“[Las]
preferencias del estadounidense promedio parecen tener solo un impacto
minúsculo, cercano a cero, estadísticamente no significativo, en las políticas
públicas. . . Además, debido al fuerte sesgo del statu quo integrado en
el sistema político de USA, incluso cuando una mayoría bastante grande de
estadounidenses favorece el cambio de políticas, generalmente no lo consiguen”
(Perspectivas sobre la Política, Vol. 12, No. 3, págs. 575 76).
En
lugar de representar el interés común de la gente, el gobierno responde a los
grupos de interés organizados. Gilens y Page citan el dominio sobre la
política de intereses especiales que utilizan la política pública para servir
sus intereses en lugar de los públicos. Vemos los efectos de esta plutocracia
en el fuerte aumento de la desigualdad de ingresos y riqueza, una brecha que se
ha convertido en un abismo.
El
análisis de Gilens y Page de La Plutocracia No-electa de USA es sobre el
dinero, pero su comprensión de la amenaza a la democracia de USA no considera
la política exterior, que está en parte, si no es que en gran parte, en manos
de un país extranjero: Israel. No es suficiente poner el declive de la
democracia estadounidense a los pies de intereses creados como Wall Street, los
grandes bancos y el complejo de seguridad militar, porque no les interesa que
el gobierno persiga una política exterior contraria al interés nacional.
Pero operar contrariamente al interés nacional es
precisamente lo que Washington ha estado haciendo. En el siglo 21, Washington ha
derrochado bdd en agresiones militares. Cientos de miles de militares
estadounidenses han sido asesinados, mutilados o conducidos al suicidio. USA no
ha obtenido ningún beneficio al provocar la enemistad de los musulmanes,
intimidar a los aliados de la OTAN para incitar esta beligerancia o perseguir a
quienes denuncian los delitos asociados. Incluso Donald Trump, que se postuló a
la presidencia para terminar con las guerras de agresión derrochadoras,
continúa este daño económico y político autoinfligido, más recientemente al
librar una guerra económica contra Irán y bravuconear para provocar una guerra abierta.
La administración Trump es una continuación de décadas del sometimiento
de Washington al Lobby de Israel. Reconocer la falta de independencia de la política exterior de USA
requiere un acto de valor intelectual, pero pocos estadounidenses están
equipados para el trauma de saber la verdad. Para tomar prestado de The
Matrix, no muchos están dispuestos a tomar la "píldora roja" para ver
la realidad detrás de la explicación controlada. La existencia de la
"píldora azul" viene con una cosmovisión preparada basada en
explicaciones controladas en las que los creyentes encuentran consuelo,
significado y pertenencia. Cualquier cosa que desafíe esta ilusión, se descarta
como teoría de la conspiración o antisemitismo. Las creencias reconfortantes
pueden prevalecer sobre los intereses nacionales de USA.
"Tomar la píldora roja" requiere una mente
inquisitiva para rechazar la ilusión y cuestionar los supuestos fundamentales. Si es irracional que un estado
democrático como USA dañe a su propia gente, dañe su propia economía e invite a
la hostilidad al provocar guerras innecesarias, tal vez USA no sea realmente un
estado democrático y realmente no esté a cargo de su propia política.
Desde un punto de vista estadounidense, los actos aparentemente inexplicables
de beligerancia y castigo de los que no representan una amenaza para USA pueden
entenderse como la consecuencia de permitir que el dinero y la influencia
israelíes den forma a la política exterior estadounidense en el Medio Oriente
y, en algún grado en otros lugares si afecta los intereses israelíes.
USA que se fundaron en 1776 no son los mismos USA que
existen en la actualidad. Los padres fundadores advirtieron contra enredos
extranjeros, pero Washington ha buscado enredarse. Desde finales de los 1940s,
USA se ha enredado al servicio de los intereses de Israel. La importancia del
interés de Israel para la política exterior de USA ha sido incrementada por un
generalizado prejuicio cristiano, en el
que los judíos son vistos como religiosamente emparentados y los musulmanes
como religiosamente hostiles.
En 1948, el presidente Harry Truman recibió un infame soborno
de campaña electoral de 2 mdd de un sionista estadounidense para apoyar la
creación de Israel. Al hacerlo, Truman se convirtió en comadrona de un crimen
de guerra en curso que ha resultado en que Washington ayude e incite al robo de
Palestina por parte de Israel. Washington chantajeó e intimidó a varias delegaciones de la ONU para
que apoyaran la partición de Palestina en 1947. Para un país que se jactaba de
su compromiso con la democracia y el apoyo a la Carta de la ONU, la conducta de
Washington no tenía sentido. Sin embargo, si uno reconoce que Washington estaba
actuando en nombre de Israel, se vuelve comprensible.
Con un punto de apoyo ganado por el oportunismo electoral de
Truman, el Lobby Israelí dentro de USA gradualmente ganó influencia sobre el
gobierno del país hasta el punto de que hoy Washington sirve a los intereses de
Israel sin pensar en su impacto en los intereses nacionales de USA y sin tener
en cuenta los efectos adversos en los intereses estadounidenses o los de otras
personas.
Después
de años de servicio creciente de Washington a Israel, el presidente George H.W.
Bush trató de retroceder. [¡lastimaaaa,
Margarito, too late!] El presidente Bush pensó que podría lograr un
tratado de paz final entre Israel y el liderazgo palestino en Madrid basado en
"[devolver] tierra
[palestina] por paz".
La afirmación de Bush de la independencia de la política
exterior enfureció a Israel, que procedió a realizar ataques abiertos y
encubiertos contra Bush. El ataque abierto ocurrió el 26-Feb-1992, cuando el
grupo de presión nacional israelí que se hacía llamar, [irónica
y] absurdamente, "Comité de Intereses de USA en el Medio
Oriente", publicó un anuncio de página completa en The New York Times criticando
severamente a Bush por "presionar" a Israel para iniciar
negociaciones. Sus firmantes incluyeron firmes neoconservadores de Israel como
Paul Wolfowitz, Richard Perle, Douglas Feith y Elliott Abrams.
Según un ex agente del Mossad, el ataque encubierto tomó la
forma de un asesinato planificado del presidente Bush. Victor Ostrovsky en su
libro, By Way of Deception (=A modo de
engaño) (pp. 281-282), escribe que el 01-Oct-1992 recibió una llamada nerviosa
de Efraín, un oficial del Mossad amigo suyo, que se oponía al asesinato:
"Ellos saldrán a matar a Bush... quiero decir, realmente matar, 'asesinar'...
durante las conversaciones de paz de Madrid”. Ephraim le pidió a Ostrovsky que
filtrara el complot con la esperanza de que el gobierno estadounidense actuaría
para evitarlo. Ostrovsky lo hizo en un discurso el 01-Oct- 1992 en Ottawa. A
partir de ahí, la filtración llegó al ex congresista de California, Pete
McCloskey, el Servicio Secreto, el Departamento de Estado, la CIA, la embajada
de USA en Ottawa y, finalmente, la prensa. El asesinato fue cancelado.
La
afirmación de Bush de independencia de Israel resultó en la intromisión de
Israel en las elecciones presidenciales de 1992, que le costó la reelección y
marcó la última vez que un presidente de USA se atrevería a desafiar el autoproclamado
derecho de Israel de asesinar, torturar, desposeer y desplazar a los
palestinos.
Los ocho años de la presidencia de Bill Clinton vieron una
consolidación del poder de Israel sobre Washington. Clinton mostró su
disposición a actuar en interés de Israel al acordar establecer cantidades de
ayuda a Israel –– tributo imperial a juicio de algunos– incluso antes de que
tomara juramento como presidente. Fue la administración Clinton la que
respondió a la presión israelí para actuar contra Iraq creando las ilegales zonas
de exclusión aérea sobre Iraq, que causaron la muerte de 500,000 niños
iraquíes. Cuando un periodista le preguntó sobre esto, la Sria de Estado de
Clinton, Madeleine Albright, dijo: "el precio valió la pena". En
otras palabras, la muerte de medio millón de niños iraquíes sirvió a los
intereses estadounidenses e israelíes.
La influencia de Israel sobre la política exterior de USA
alcanzó un cenit con George W. Bush. En nombre de la "guerra contra el
terror", es decir, la guerra contra los enemigos de Israel, el régimen de
Bush subvirtió la Constitución de USA. El gobierno de Bush estaba lleno de
neoconservadores asociados con el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano. La Ley PATRIOTA, redactada,
según su propia admisión tres semanas antes de los acontecimientos del 11-Sep-2001
[¡¡¡!!!], por el neoconservador Philip Zelikow,
quien más tarde encabezó la Comisión del 11 de septiembre, se convirtió en ley
a pesar de que el Congreso de USA no tuvo tiempo para leer y discutir la
legislación tiránica antes de aprobarla. El hecho de que existiera un borrador de la Ley PATRIOTA
antes del 11 de septiembre plantea muchas preguntas. La aprobación de la
ley le dijo a los estadounidenses que los musulmanes eran una amenaza tal que
los estadounidenses tendrían que aceptar infracciones de sus libertades
civiles. El presidente Bush lo dejó aún más claro cuando anunció que dejaría de
lado la Constitución de USA y suspendería el hábeas corpus.
Durante la administración de Obama, Israel demostró
dramáticamente su poder sobre el gobierno de USA cuando el Congreso intervino
en la disputa entre Obama y Netanyahu sobre el poder de quién era supremo en la
política estadounidense, el poder del presidente estadounidense o el de Israel.
Repudiando a su propio presidente, el Congreso invitó a Netanyahu a dirigirse a
una sesión conjunta de la Cámara y el Senado y respondió a Netanyahu con muchas
ovaciones de pie.
Trump ha perpetuado el control israelí sobre la política
exterior de USA. Trump rompió la política universal y reconoció a Jerusalén
como capital de Israel. Le dio los Altos del Golán de Siria a Israel, que no le
correspondía a Trump “dar” [pura saliva; no puede dar
lo ajeno]. Cortó la ayuda a Palestina. Aceptó la política de Israel de
incorporar ilegalmente a Palestina ocupada en Israel.
El nombramiento por Trump del sionista David Wurmser, del [difunto] Proyecto para un Nuevo Siglo Americano,
arquitecto de la invasión de Irak en 2003 por Washington, es el último indicio
de que Israel continúa dominando la política estadounidense en el Medio
Oriente. Según un informe en Mint Press News, Trump admitió que su beligerancia
hacia Irán está impulsada por intereses israelíes, no por los estadounidenses.
La
subordinación de Trump a Israel pone de relieve las famosas palabras de Patrick
Buchanan: Washington es "territorio ocupado por Israel".
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