jueves, 30 de enero de 2025

¡Haiga cosa!

DOGE, alias ¿el Estado Profundo hecho oficial?

Por Lorenzo Maria Pacini                                                                         23-Ene- 25

FUENTE: https://strategic-culture.su/news/2025/01/23/doge-aka-deep-state-made-official/

 

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmen-te lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

 

Hay algo sobre el DOGE, el nuevo ministerio confiado al liderazgo de Elon Musk, que necesita ser aclarado.



En el nuevo formato de la administración TRUMP 2.0 aparece DOGE, un nuevo ministerio encomendado a la jefatura de Elon Musk. Hay algo que conviene aclarar al respecto.

 

¿Qué es (por ahora) el DOGE?

Siglas del Department of Government Efficiency, el DOGE representa una iniciativa en el panorama administrativo de USA, encomendada a la jefatura de Elon Musk. Esta entidad fue concebida como un organismo externo (recordemos este detalle) al gobierno federal, que opera como un consejo asesor con el propósito de proporcionar orientación estratégica para la racionalización del gasto gubernamental y la reducción de la burocracia.

En otras palabras, pretende desmantelar las estructuras burocráticas, reducir las regulaciones excesivas, recortar los gastos innecesarios y reestructurar las agencias federales, apalancando un enfoque empresarial innovador y tecnológicamente avanzado. Su misión es promover un gobierno más ágil y responsivo, capaz de responder de manera eficiente a las necesidades de la ciudadanía, minimizando el desperdicio y agilizando los procesos de toma de decisiones.

 

Ahora la pregunta es, ¿por qué Musk entre todas las personas?

Sencillo: el multimillonario de Pretoria es conocido por su visión futurista y su capacidad para implementar soluciones tecnológicas en diversos sectores, por lo que Trump espera que aporte una metodología distintiva basada en el análisis de datos, el uso de inteligencia artificial y una suerte de gestión empresarial dentro del contexto gubernamental. Se requiere transparencia y eficiencia administrativa, de modo de permitir una gestión más transparente y accesible de los recursos públicos.

El DOGE, entonces, no se configura como una agencia gubernamental tradicional, sino como una entidad asesora que trabaja en sinergia con la Casa Blanca y la Oficina de Administración y Presupuesto para impulsar reformas estructurales a gran escala.

Así es: algo externo, pagado con dinero de los contribuyentes, que tendrá influencia en el interior.

Un dato curioso: algunos creen que el impacto potencial de este departamento podría compararse con el del Proyecto Manhattan, con una fecha de finalización prevista para sus actividades para el 4 de julio de 2026. El Proyecto Manhattan fue el proyecto de investigación y desarrollo “de alto secreto” contratado entre USA, el Reino Unido y Canadá para desarrollar la bomba atómica durante la 2GM. ¿Qué significó el resultado de ese proyecto? En pocas palabras, el cambio de rumbo de la guerra y la aparición de un mundo entero, con la carrera armamentista nuclear, la disuasión nuclear, etc., como resultado.

¿Qué quiere hacer la “gente de Trump”? Siguiendo esta lógica, una revolución atómica en toda regla de la administración estadounidense. Y tal vez eso es exactamente lo que lograrán hacer.

 

[Sí checa, pero] Algo no cuadra…

Repitamos: una entidad externa con influencia interna. Al mando, Elon Musk.

Suponiendo que el Estado Profundo[1] no sea más que los banqueros diciéndole al Estado y sus dependencias qué hacer y cómo, ¿no les parece que esto es lo mismo, solo que “normalizado” por el Estado?

Es una pregunta legítima. ¿Por qué se aceptaría a un magnate milmillonario del transhumanismo, las finanzas, la investigación militar y las telecomunicaciones como una “influencia externa” en el gobierno? ¿No es eso lo que ya hacen tantos otros directivos de potentados transnacionales? ¿Qué cambia entonces?

Ésta es la pregunta correcta que hay que hacer.

Elon Musk, que es el mayor contratista privado de entidades gubernamentales de nuestro tiempo. Principalmente de defensa y seguridad de USA, con Starlink, pero también de China, de la que Tesla recibe una financiación sustancial. Ahora será él quien tendrá que decir cómo gestionar las agencias federales.

Es evidente que la naturaleza del proceso va más allá del concepto de “conflicto de intereses”.

Estamos asistiendo a una formalización del Estado Profundo, un paso que desdibujará aún más la delgada línea entre lo público y lo privado.

La palabra “Doge” [Dogo, en italiano y español] se refiere simbólicamente al jefe de la República de Venecia [durante la Edad Media y el Renacimiento], que era una república mercantil oligárquica: ¿es esto una alusión a lo que será este ministerio o, más ampliamente, el gobierno de Trump 2?

Más importante aún, ¿por qué los estadounidenses —y los pueblos colonizados— deberían aceptar algo así? Tantos años de lucha contra el Estado Profundo sólo para encontrarlo en el gobierno. Genial.

Probablemente se esté abriendo una era de nuevas relaciones políticas, de nuevos paradigmas. Si en efecto el DOGE de Musk será y hará esto, tendremos que volver a teorizar muchos aspectos de la política tal como se entiende en la Modernidad. Teoría y práctica.

Por ahora, mientras esperamos a ver que el DOGE entre en funcionamiento, podemos compartir algunas observaciones:

1.    El poder político en las democracias se basa en el principio de representación, que es el proceso por el cual los ciudadanos delegan algunas de sus capacidades de toma de decisiones (tomar decisiones políticas, legislar, gobernar) a sus representantes a través de elecciones. Sin la legitimidad de la representación, no hay democracia. La representación se basa en la soberanía popular, la libertad de elección de los ciudadanos y la rendición de cuentas y la responsabilidad de los representantes elegidos.

De este modo, el DOGE podría legitimar verdaderamente una forma de interferencia externa que anula arbitrariamente, ipso facto, la necesidad y la eficacia de la representación, falsificando la democracia hasta el punto de convertirla en una virtualización estética.

2.    Admitiendo que la democracia no nos interesa, y admitiendo también su eventual terminación o falsificación a través de la actividad del DOGE, se formaría una especie de híbrido político, casi como un patriciado oligárquico. El hecho de que sea una entidad política externa sugiere que probablemente [seguramente] ni siquiera habrá necesidad de rendir cuentas al gobierno y que, tal vez, el gobierno no tendrá poder de decisión sobre el DOGE. Literalmente, una “república paralela”.

Esto nos obliga a plantearnos preguntas sobre el sistema jurídico y la práctica política de esta configuración. No está claro qué tipo y cuánto poder tendrá el DOGE en la política estadounidense. No está claro qué respaldo legislativo habrá. La triple separación de poderes estatales, tal como la definieron los padres de la era moderna, se derrumba de repente.

3.    El presidente, nos preguntamos, ¿en qué se convertirá? Si una entidad externa potencialmente ilimitada puede influir en el gobierno, ¿quién tendrá realmente el poder, el DOGE o el presidente?

No es una pregunta menor. Las elecciones eligieron al presidente, no al DOGE. Musk no fue elegido directamente por nadie, pero se encuentra con un poder enorme, que también podemos interpretar como una extensión y remodelación de su poder financiero [que los presidentes (aun éste) están lejos de tener].

Será interesante profundizar en el nuevo rumbo de la política estadounidense. Lo que es ciertamente chocante es que el Estado Profundo cambie de nombre y de símbolos, pero no de función. Todo es una cuestión de comunicación. La guerra de la información funciona más que nunca.

Por otra parte, estos bromistas estadounidenses eligieron el nombre DOGE, de la república marítima de Venecia. Una elección perfectamente talasocrática [durante varios siglos así fue denominada la pérfida Albión, o sea, Gran Bretaña]. El Imperio del Mar está preparando su flota [no olviden los submarinos y los drones].



[1] [Respecto al Estado Profundo Wikipedia trae la siguiente descripción]: En Turquía, el Estado Profundo (en turco: Derin Devlet) es un grupo de influyentes coaliciones antidemocráticas dentro de la estructura política turca, compuesta por elementos de alto nivel dentro de los servicios de inteligencia (nacionales y extranjeros), el ejército turco, las agencias de seguridad, el poder judicial y la mafia [y sobretodo el poder económico (aunque Wikipedia lo omita); y particularmente en el caso de USA, se ha tratado de circunscribirlo a un grupo de simples burócratas]. La agenda política de la red del Estado Profundo supuestamente implica una lealtad al nacionalismo, el corporativismo y los intereses estatales. La violencia y otros medios de presión se han empleado históricamente de una manera en gran medida encubierta para manipular a las élites políticas y económicas [¿una élite que manipula a las élites políticas y económicas? ¡por favor!], asegurando que se satisfagan intereses específicos dentro del marco aparentemente democrático del panorama político.

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