El Status de la Oligarquía Global
Por
Francesca de Bardin 29-Jun-17
FUENTE:
http://www.globalresearch.ca/the-status-of-the-global-oligarchy/5596702
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rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de
traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el
original.
El término oligarquía se deriva de las
palabras griegas que significan “dominio o gobierno de los pocos”. El término
generalmente se utiliza en tono peyorativo para describir un sistema tiránico
que practica la opresión para asegurarse la obediencia. Mientras que las
oligarquías generalmente son asociadas a la antigüedad y bien localizadas,
muchas de las mayores democracias de hoy pueden con justicia denominarse
oligarquías. Lo que sigue es un breve discurso de cómo los modernos oligarcas
se las arreglan para controlar las sociedades, usando el poder ejercido a
través de medios económicos y políticos. Hoy la oligarquía global está
controlada por unos pocos cientos de familias.
Muchas modernas democracias son sistemas donde las
diferencias reales entre rivales políticos son muy pequeñas y en esos sistemas
la élite oligárquica impone estrictos límites sobre lo que constituye una
aceptable y respetable posición política. En cuanto a los “políticos”, sus
carreras dependen grandemente de élites económicas, políticas y mediáticas
no-electas. Por tanto, tenemos el dicho popular, “Hay un único partido
político”. Una oligarquía, como sabemos, es una estructura gobernante cuyo
poder descansa efectivamente en un reducido número de gentes. Éstas pueden
distinguirse por realeza, riqueza, vínculos familiares, educación, control
corporativo o militar, etc. En estas estructuras gobernantes el control es
mantenido por unas pocas familias prominentes que típicamente pasan su
influencia de una generación a la siguiente. Pero, el poder heredado no es el
único medio de transferencia.
Mientras que las oligarquías a menudo están controladas por
unas pocas familias poderosas cuyos hijos son criados y orientados para llegar
a ser herederos del poder, éste no siempre es ejercido abiertamente y la
mayoría de los oligarcas prefieren permanecer como “el poder tras el trono”,
por decirlo así. Tal vez el mejor ejemplo de tal familia, los Rothschild,
continúan una larga tradición de innovación basada en una constante
acumulación, por más de dos siglos, de pericia, experiencia e inconmensurable
riqueza. Sus negocios continúan estando a la vanguardia de las actividades
financieras y comerciales.
Sin embargo, hay otros “oligarcas” también ejerciendo
control, pero además de las influencias del “viejo dinero”, los oligarcas ahora
han creado una cábala de personas influyentes con “nuevo dinero”, que juegan un
siempre creciente papel en lo económico y lo político y también a nivel
estructural. El dinero “ilimitado”, sea viejo o nuevo, ejerce una influencia
masiva. Como ejemplo del papel que juega el dinero en el sistema
estadounidense, una entrevista en el Programa de Thom Hartman en Julio de 2015
mostró al expresidente Jimmy Carter diciendo que USA ahora es una oligarquía en
la que el “soborno político sin límites” ha creado “una completa subversión de
nuestro sistema político convirtiéndolo en una recompensa para los mayores
patrocinadores”. De acuerdo al expresidente, ambos demócratas y republicanos, “ven
este dinero ilimitado como un gran beneficio para ellos mismos”.
El expresidente Carter no está solo en sus afirmaciones.
Otros autores contemporáneos han caracterizado las actuales condiciones en USA
y Europa Occidental como oligárquicas en esencia. Uno, Jeffrey A. Winters,
doctorado en Yale, 1991, profesor de ciencia política en Northwestern
University y autor de Oligarquía, arguye
que:
“oligarquía y democracia operan dentro de un único
sistema, y la política en USA es una exhibición diaria de su interjuego”.
Por supuesto, hay muchos otros entre los grandes pensadores
de hoy que opinan que los oligarcas esencialmente nos gobiernan [la famosa frase de Lincoln «gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo», fue parafraseada por Joseph Stiglitz, Nobel de Economía 2001,
quien dijo que se trata del «gobierno del 1%, por el 1%, para el 1%» y
que podría completarse «… con cargo al 99%»]. A través de la atenta
mirada de los medios y académicos independientes dispuestos a vocear su
desacuerdo, la realidad de la oligarquía global queda a la vista. Mientras que
la mayoría de la gente siempre ha entendido que los ricos gobiernan, la mayoría
evita creer en una conspiración verdaderamente orwelliana de control. El hecho
es, que las oligarquías existen hoy en los pueblos pequeños, en las grandes
ciudades, y en los países, y realmente tenemos una alianza global de dinastías
oligárquicas.
Estos modernos oligarcas no solamente ejercen control sobre
los niveles de gobierno, también influyen en la filosofía y las ideas
promovidas en el ambiente académico, a través de instituciones sociales y
especialmente mediante las instituciones de política del mundo. Un ejemplo fue
recientemente esbozado por el autor Steven MacMillan, quien es editor del
Analyst Report, que llegó a sugerir que instituciones como el Consejo de
Relaciones Exteriores, son de hecho “parte de una imprecisa y tenebrosa red de
organizaciones privadas que se extiende a través del globo para influir en la
política de la mayoría de los estados nación”.
Mientras que los grandes medios insisten en que las voces
anti-oligarquía son meramente teóricos de la conspiración, cientos de expertos
están ahora revelando la verdad de este sistema estilo “1984” decidido a una
completa toma del poder. En una pieza del Guardian en 2015, el autor Seumas
Milne formuló el razonamiento de que:
“Incrementar la desigualdad es la obra de una élite
global que resistirá todo desafío a sus intereses logrados”.
Él continúa esbozando brevemente los sistemas disfuncionales
que estos oligarcas han colocado desde hace décadas, pero lo que es
significativo en su reporte es la siempre creciente ambición de estas élites. A
medida que los sistemas, mercados y recursos del mundo se contraen y se agotan,
los oligarcas sienten la presión de sacar aún más de nosotros. La manera simple
de expresar esto es mostrarlos como “adictos al crecimiento”, o como tiranos
insaciables. Cuando se sugieren soluciones para la creciente desigualdad, los
que están en el poder se niegan en todas las formas posibles. Austeridad,
crecientes cargas fiscales sobre las clases media y baja, pedir prestado aún
más a nivel nacional y corporativo, incluso la guerra con Rusia por los
recursos parece estar en la mesa para apoyar a esta oligarquía. Muchos expertos
arguyen que fue esta irrealista respuesta de la élite global al cambiante
panorama global lo que provocó la mayoría de las actuales crisis geo-políticas.
Sin embargo, hay buenas noticias. Aunque la oligarquía global se propone tener el
control total del mundo, todavía no ha alcanzado esa meta. Esta oligarquía no
es monolítica, hay competencia dentro de ella y guerra por territorios. Esto puede verse en la competencia
por recursos y riqueza a nivel mundial y especialmente en la nueva propaganda
anti-rusa. Los oligarcas tienen lucha interna en muchos casos, la
situación de Ucrania representa un buen caso de estudio al respecto. Así, esta lucha intestina,
junto con la oposición individual vía facciones económicas y políticas, tiende a bloquear a la
oligarquía global de afianzar su pleno control. Además los movimientos
de ciudadanos ordinarios están intentando oponerse también a estos modernos
aristócratas, y juntos los movimientos tienen la capacidad de despertar al
público en general y desafiar a la oligarquía.
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