jueves, 27 de marzo de 2025

Ni Orwell imaginó esto

 

Funcionario Eslovaco Afirma que el ADN en Vacunas Convierte a la Gente en ‘OGM’, Generando Indignación Global

Por Aussie17                                                                                  19-Mar-25

FUENTE: https://www.globalresearch.ca/slovak-government-dna-vaccines-turns-people-gmos/5882241

 

Lo que aparece destacado en amarillo viene como texto simple en el original.


En una impactante conferencia de prensa el 11 de marzo de 2025, el Dr. Peter Kotlár, médico eslovaco, comisionado gubernamental y diputado, lanzó una afirmación impactante: los 34 lotes analizados de vacunas de Pfizer y Moderna contienen niveles peligrosamente altos de ADN, lo que podría transformar a los receptores en "organismos genéticamente modificados". Si me han estado siguiendo, ya se ha encontrado contaminación de ADN en 11 pruebas de laboratorio independientes, siendo ésta la primera vez que el gobierno lo reconoce oficialmente. Vean esto [https://www.aussie17.com/p/breaking-news-another-lab-test-confirms]..

Kotlár no se anduvo con rodeos y reveló que ya ha involucrado a pesos pesados ​​como el Secretario de Salud de USA, Robert F. Kennedy Jr., quien confirmó haber recibido sus hallazgos.

"Además, el Director del Buró Federal de Investigaciones (FBI)... y Pamela Bondi, la Fiscal General de USA, también fueron informados", dijo, señalando que éste no es solo un problema eslovaco, sino una llamada de atención mundial.

Con Kennedy asentándose en su nuevo cargo como Secretario de Salud, podemos apostar a que la situación está a punto de estallar, ya que esta represa amenaza con reventarse.

¿El meollo de su afirmación?

"En cada vial, hay una cantidad extremadamente alta de ADN... estable en comparación con el ARNm, capaz de integrarse en el ADN humano", afirmó Kotlár.

Haciendo eco de la advertencia de mi informe anterior: "Teóricamente, los fragmentos de ADN pueden integrarse en el genoma del huésped, aumentando el riesgo de mutaciones genéticas", sube la apuesta, alegando que esto podría provocar cáncer o muerte celular. ¿Les suena? Es el mismo hilo que Kevin McKernan, el Dr. Phillip Buckhaults y esos estudiantes de secundaria con información privilegiada de la FDA, solo que ahora es oficial y sin filtro.

 

¡No somos maíz!

La indignación de Kotlár llegó a su punto álgido con un grito de guerra que resonará:

"¡Eslovacos, no somos maíz!". "Moderna y Pfizer convirtieron a los vacunados en organismos genéticamente modificados... sin su conocimiento", acusó, calificándolo de "megaescándalo" y exigiendo una prohibición inmediata y una compensación.

Es un duro golpe a la afirmación de "seguro y eficaz"; piensen en el profesor Fukushima de Japón criticando el ARNm como "prácticas científicas perversas" (https://www.aussie 17.com/p/japans-most-senior-oncologist-prof) o en el Dr. James Royle del Reino Unido vinculándolo con los cánceres turbo (https://www.aussie17.com/p/news-alert-prominent-uk-cancer-surgeon).

Kotlár no solo está lanzando piedras; está lanzando granadas a una narrativa que se derrumba más rápido que un castillo de naipes.

Las autoridades sanitarias podrían estar sudando la gota gorda, especialmente con las insinuaciones de Kotlár sobre una investigación estadounidense bajo la supervisión de Kennedy. Los gobiernos de todo el mundo merecen sopapo por esto. Mientras Kotlár grita sobre el ADN que convierte a los vacunados en maíz cultivado en laboratorio, los jefes de la salud de todo el mundo siguen con los brazos cruzados, fingiendo que todo está bien. Once laboratorios, un visto bueno del gobierno y un coro de oncólogos después —pero avanzan más lento que un perezoso bajo los efectos de los sedantes. Vean esto [https://www.aussie17.com/p/news-alert-prominent-uk-cancer-surgeon].

¿Esperan una señal de neón del cielo? Noticia de última hora: el público ya no se cree la farsa de "no lo sabemos, pero confíen en nosotros". Se acabó el tiempo —actúen o verán cómo se acaban las palomitas mientras este escándalo los sepulta.

 

miércoles, 19 de marzo de 2025

Una interesante idea reportada por Thierry Meyssan

 ¿Está Donald Trump haciendo control de daños ante el posible derrumbe del “imperio estadounidense”?

Por Thierry Meyssan                                                                     11-Mar-25

FUENTE: https://www.voltairenet.org/article221902.html

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de transcripción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.



Desde hace un mes la acumulación de acontecimientos críticos alrededor de USA, de Ucrania y de la Unión Europea está resultando cada vez más difícil de interpretar ya que cada una de las potencias implicadas trata de disimular sus cartas. Los dirigentes europeos asumen una posición aparentemente estúpida, asegurando que persisten en su apoyo a los nacionalistas integristas ucranianos mientras que los gobiernos de USA y Rusia ya se han puesto de acuerdo sobre la necesidad de restaurar la paz [¿será que el Capo Globalista no les dio a los europeos el nuevo libreto?]. Pero es posible que las reuniones diplomáticas de muy alto nivel estén sirviendo para escamotear otro asunto: la prevención de una importante crisis económica en Occidente. En ese caso, Washington tiene que aterrorizar a sus aliados para obligarlos a asumir el peso de la deuda estadounidense.

La desdolarización –o sea, el hecho de prescindir del dólar estadounidense en los intercambios internacionales y circunscribir su uso únicamente al mercado interno de USA– ha sido desde hace tiempo como el “abominable hombre de las nieves”, todo el mundo ha oído hablar de él… pero nadie está seguro de haberlo visto.

Pero, ante las medidas coercitivas unilaterales –las mal llamadas “sanciones” cuya aplicación USA impuso a sus aliados para castigar a Irán y posteriormente a Rusia–, las autoridades rusas han creado un Sistema de Transferencia de Mensajes Financieros (SPFS), China estableció un Sistema de Pagos Interbancarios (CIPS) y la Unión Europea se dotó del Instrumento Europeo de Apoyo a los Intercambios Comerciales (INSTEX). ¿Resultado? El uso de dólar estadounidense ha perdido terreno, un 25%, en los intercambios internacionales.

Eso sucede mientras que la deuda pública de USA se eleva en este momento a la astronómica suma de 34 000 millardos de dólares [1] y sólo una tercera parte de esa suma colosal está en manos de inversionistas extranjeros, según la publicación especializada Forbes [2]. Si ciertos acreedores de USA, principalmente China y Arabia Saudita, exigieran el pago de lo que se les debe, eso desataría una crisis económica de proporciones similares, como mínimo, a la de 1929.

Son numerosos los economistas que regularmente advierten sobre esa posibilidad. Pero, según Jon Hartley, de la Hoover Institution, a pesar de esas advertencias los bancos centrales no han reducido el volumen de dólares acumulados en sus reservas de divisas desde el inicio del conflicto en Ucrania.

El 20 de febrero, una videoconferencia impartida por el analista Jim Bianco, y mencionada repetidamente por la agencia Bloomberg [3], sacó nuevamente a la luz esas inquietudes.

Según el analista Jim Bianco, la administración Trump sigue actualmente un plan que denomina “el Acuerdo Mar-a-Lago”. La administración Trump espera restructurar radicalmente la carga de la deuda estadounidense reorganizando el comercio mundial a través de los derechos de aduana o aranceles, devaluando el dólar y, a fin de cuentas, reduciendo el costo de su deuda. El objetivo de todo eso sería poner la industria estadounidense en igualdad de condiciones con las de sus competidores en todo el mundo.

El principio que implementa el “Acuerdo Mar-a-Lago” tiene que ver con un artículo de Stephen Miran, del Manhattan Institute [4] y es precisamente Miran la persona que el presidente Trump ha designado para presidir el Consejo de Asesores Económicos (CEA) de la Casa Blanca. El 22 de enero, el propio Donald Trump pronunció, por videoconferencia ante el Foro de Davos, un discurso que parece apuntar en ese sentido.

La denominación misma del “Acuerdo Mar-a-Lago” es una referencia al “Acuerdo del Plaza” de 1985, en el que USA adoptó una política tendiente a reducir el valor del dólar para reactivar las exportaciones estadounidenses. En la práctica, debido al mal manejo de los mecanismos financieros, la reactivación de la economía de USA provocó una grave recesión en Japón.

El 21 y el 22 de enero pasados, Donald Trump reunió a los ministros de Finanzas del G7 y los jefes de los bancos centrales en su residencia de Mar-a-Lago. Y parece que los recibió diciéndoles: «De aquí no sale nadie hasta que hayamos llegado a un acuerdo sobre el dólar.» [5] El acuerdo antes mencionado cuenta por consiguiente con la aprobación de los aliados de Washington.

La idea central sería que el Tesoro estadounidense emita obligaciones del Estado federal que no acumulen intereses (los llamados “cupones cero”), obligaciones que sólo podrían cambiarse por dinero al contado al cabo de 100 años. Washington debería obligar sus aliados a convertir sus préstamos —o sea, la deuda estadounidense— en “cupones cero”.[ante el creciente sentimiento de la ilegalidad de la deuda con la Fed, esto parece una manioba de «control de daños», o sea, en lugar de declarar esa deuda como nula e ilegítima, se congelaría, “perdiendo” los intereses durante 1 siglo, pero conservando la deuda… Pero ¿y la inflación durante ese siglo? Seguramente tendría que haber alguna cláusula en letra chiquita, por lo menos para los tenedores “nacionales”].

Si aceptamos como bueno este análisis, tenemos entonces que reinterpretar varias acciones del presidente Trump, como la cuestión de los aranceles o derechos de aduana y su decisión de crear un fondo soberano. Vistos desde ese ángulo, esos actos de la administración Trump parecen mucho menos erráticos de lo que dice la prensa internacional. De hecho, parecen más bien totalmente lógicos.

Eso nos lleva a plantear que Donald Trump está tratando de aplicar un control de daños ante el posible derrumbe económico del “imperio estadounidense” de Joe Biden. Trump estaría actuando de hecho como lo hicieron en su momento Yuri Andropov, Konstantin Chernenko y Mijaíl Gorbachov, quienes trataron de hacer un “control de daños” ante el derrumbe inminente del “imperio soviético” de Leonid Brejnev.

Si llamo la atención sobre esta hipótesis es sobre todo porque, en mi opinión, el golpe de Estado que tuvo lugar en USA el 11 de septiembre de 2001 no tuvo otro objetivo que retardar el derrumbe ya previsible del “imperio estadounidense”. Las dos últimas décadas han sido sólo un plazo de gracia que, lejos de resolver el problema, lo ha hecho mucho más complejo.

Tratemos de recordar: en 1989 el ruso Mijaíl Gorbachov, primer secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética, decide reducir los gastos del Estado, corta brusca e implacablemente la ayuda a los aliados de la URSS y, de hecho, los deja libres. Al mismo tiempo, la población de Alemania oriental (la RDA) derriba el muro de Berlín, mientras que los polacos llevan miembros del sindicato Solidaridad al senado y a la cámara baja de su país. Esos cambios marcan el fin del imperialismo del ucraniano Leonid Brejnev, quien desde 1968 había impuesto a todos los aliados de la URSS la obligación de adoptar, defender y preservar el modelo económico de Moscú.

Lo que hoy estamos viendo es probablemente un proceso similar [puede ser, pero ni Gorbachov se mandaba solo y Trump tampoco]: Donald Trump, presidente de USA, disuelve el “imperio estadounidense”, como trató de desmantelarlo en 2017 [6]. El 28 de julio de 2017, en los primeros días de su primer mandato presidencial, Donald Trump había reorganizado el Consejo de Seguridad Nacional sacando de ese órgano al director de la CIA y al jefe del Estado Mayor Conjunto. Aquella medida dio lugar a 3 semanas de batallas internas en Washington, que terminarían con la renuncia forzosa del consejero de seguridad nacional que Donald Trump acababa de nombrar, el general Michael Flynn. En aquel momento, el general Flynn se apartó de la escena pública, pero después de un tiempo reanudó su actividad entre los seguidores de Donald Trump y actualmente organiza en Mar-a-Lago reuniones para los grupos opositores de los países aliados de Washington.

Esta vez, Donald Trump ha iniciado su mandato desviando prudentemente la atención de la opinión pública estadounidense hacia la eventual anexión de toda la plataforma continental norteamericana, desde Groenlandia hasta el Canal de Panamá, mientras trabaja para liquidar la guerra en Ucrania y desmantelar la Unión Europea.

Si mi hipótesis es justa, no hay que creer ni una palabra de las amenazas de anexión de territorios, como Canadá, y no creer tampoco que USA retira sus tropas de Europa para enfrentarse a China. Tendríamos que admitir más bien que Washington abandona militarmente a sus “aliados” europeos. Puede verse, sin embargo, que mientras abandona a Alemania, USA apuesta por Polonia para organizar Europa central, aunque sea a costa de permitir que los polacos anexen la Galitzia oriental —que hoy es parte de Ucrania.

También tendríamos que prepararnos a ser testigos de cómo USA abandona a sus aliados del Medio Oriente, con excepción de Israel. Efectivamente, Washington acaba de reanudar el suministro de armamento a Israel y está iniciando contactos más o menos discretos con Irán a través de Rusia, mientras permite que Arabia Saudita y Turquía se repartan el Medio Oriente.

Volviendo a los últimos acontecimientos en Europa, la competición entre Francia y Reino Unido por liderear la defensa europea no debería verse quizás como una oposición a la paz en Ucrania. Francia y Reino Unido no tienen posibilidades reales de reemplazar el apoyo militar de USA a Europa. Se trata más bien de determinar el papel que cada uno de esos dos países va a desempeñar en Europa.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, espera desarrollar su enfoque de una defensa europea basada en el arsenal nuclear francés, mientras que el primer ministro británico, Keir Starmer, trata de explotar la situación actual en provecho de Londres. El presidente Macron está consciente de que la Unión Europea, basada en el antiguo poderío económico de Alemania, está en vías de extinción [¿por si se les ocurriera aliarse Rusia y Alemania?] y que el presidente estadounidense Donald Trump apuesta más bien por la “Iniciativa de los Tres Mares”, elaborada alrededor de Polonia. En respuesta, el presidente Macron podría reactivar el “Triángulo de Weimar” (Alemania-Francia-Polonia) para tratar de conservar al menos cierto margen de maniobra. Por su parte, partiendo del mismo análisis que Macron y teniendo en cuenta el retroceso de la OTAN, el primer ministro británico Starmer buscará mantener a Alemania lo más alejada posible de Rusia —exactamente la misma política exterior que Londres [y sobre todo Washington] ha venido aplicando durante siglo y medio.

Observen ustedes que tanto los aliados europeos de USA como China y Arabia Saudita probablemente verán como una estafa la propuesta de aceptar “cupones cero” en lugar del pago de la colosal deuda estadounidense. Rusia, por el contrario, debería respaldar a USA en esa maniobra. En efecto, en el momento del desmantelamiento de la URSS, Rusia atravesó toda una década de recesión y de graves crisis internas, pero hoy necesita a USA [esto parece wishful thinking (=ilusiones) globalista] para no verse a solas con China .


 

NOTAS:

[1] 1 millardo = 1 000 millones

[2] “Why Trump’s ‘Mar-A-Lago Accord’ Would Financially Matter To You”, Erik Sherman, Forbes, 23 de febrero de 2025.

[3] “‘Mar-a-Lago Accord’ chatter is geting Wall Street attention”; “Jim Bianco on What a ‘Mar-a-Lago Accord’ could mean for the economy”, Tracy Alloway y Joe Wiesenthal, Bloomberg, 20 y 25 de febrero de 2025.

[4] “A User’s Guide to Restructuring the Global Trading System”, Stephen Miran, Hudson Bay Capital, noviembre de 2025.

[5] «Et Donald Trump fit entrer Mar-a-Lago dans la légende du dollar» [En español, “Y Donald Trump hizo entrar Mar-a-Lago en la leyenda del dólar”], Nessim Ait-Kacimi, Les Échos, 25 de febrero de 2025.

[6] «Donald Trump disuelve la organización del imperialismo estadounidense», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 30 de enero de 2017.

jueves, 13 de marzo de 2025

Como dirían en el rancho: muy ojón para paloma

 Trump vs. el Estado Profundo

Por Patrick Lawrence                                                                                17-Feb-25

FUENTE: https://scheerpost.com/2025/02/17/patrick-lawrence-trump-vs-the-deep-state/

 

 

Este es el primero de dos comentarios que examinan lo que el autor interpreta como la ofensiva en curso del presidente Trump contra las instituciones y agencias que componen el Estado Profundo, o, si lo prefieren, el estado administrativo, el estado permanente o el gobierno invisible. El segundo de esta serie seguirá en breve.

 

¡Guau! En una serie de acontecimientos vertiginosos la semana pasada, el nuevo régimen de Trump se ha sumado decisivamente a la batalla contra el Estado Profundo en el lado de la seguridad nacional. Esto es importante, o podría serlo. O Donald Trump comenzará a ejercer control político sobre el gobierno invisible o el gobierno invisible hundirá a Donald Trump tal como lo hizo durante su primer mandato como presidente. Estemos atentos.

El ataque a USAID, la llamada telefónica con Vladimir Putin, el incipiente distanciamiento del régimen de Kiev, nuevos rumores de conversaciones con la República Islámica, la confirmación de Tulsi Gabbard como directora de inteligencia nacional: no sé si estos eventos y su momento reflejan un plan concertado, inspiraciones improvisadas o el pensamiento del presidente, pero no necesariamente el pensamiento de quienes lo rodean. En cualquier caso, consideremos estos acontecimientos en cadena como uno solo si queremos entender lo que está en juego fundamentalmente.

Y debemos añadir otro a la lista anterior. El 13 de febrero, Trump hizo su propuesta más explosiva hasta la fecha (o una de ellas, dada la rapidez con la que se suceden las explosiones en estos días). Esta fue su declaración, según la registró C–SPAN el jueves, de que quiere reunirse con los presidentes de Rusia y China, “y quiero decir, reduzcamos nuestros presupuestos militares a la mitad”.

Ahora saben a qué me refiero con “Guau”. Ahora saben a qué me refiero cuando sugiero que Trump está en camino (intencionadamente, diría yo, por su propia voluntad) de enfrentarse al mismo aparato que más o menos destruyó su primer mandato en el cargo.

El término “Estado Profundo” es una traducción literal del turco Derin Devlet, el nombre dado a una red invisible de oficiales del ejército que ejercían el poder independientemente del gobierno durante la Guerra Fría. En el caso de USA, el Estado Profundo ha estado con nosotros más o menos desde que la administración Truman autorizó sus instituciones fundamentales poco después de las victorias de 1945 (la Agencia Central de Inteligencia en 1947, la Agencia de Seguridad Nacional cinco años después) [en realidad, es bastante más antiguo. Ya Woodrow Wilson en alguna ocasión  a principios del siglo 20 mencionó algo equivalente al Estado Profundo y no se trataba de simples burócratas]. Salió a la superficie (una frase poco convincente para el evento, pero dejémosla así) el 22 de noviembre de 1963. En los años siguientes, como dejó claro Daniel Patrick Moynihan en Secrecy: The American Experience (Yale, 1998), una “cultura del secreto” creció como el kudzu en Washington. El difunto senador escribió sobre “la rutinización del secreto” y “el ocultamiento como modus vivendi”. Este fue el jardín fétido en el que floreció el Estado Profundo.

Los lectores recordarán que fue cuando Donald Trump ascendió en la política nacional durante la temporada política de 2016 que “el Estado Profundo” entró en el discurso público, hasta donde yo sé, por primera vez. Esto fue por una buena razón: había vuelto a salir a la superficie. Los discursos de Trump sobre una distensión con Rusia, el fin de las guerras de aventura de USA y otras ideas supuestamente locas, raras, temerarias y dementes alarmaron a los generales y a los espías. La perspectiva de que Trump derrotara a Hillary Clinton en las urnas en noviembre asustó a los autoritarios liberales. Se hizo causa común; los medios de comunicación y los órganos de justicia y aplicación de la ley desempeñaron importantes papeles de apoyo.

No recuerdo cuándo el respetable Ray McGovern acuñó el término MICIMATT, su ingenioso acrónimo que designa las esferas militar-industrial, congresional, de inteligencia, de los medios de comunicación, académica y de los think tanks, para describir la amplia presencia del Estado Profundo, pero cuando lo hizo, no fue demasiado pronto. El Estado Profundo primitivo parece ahora uno de esos televisores cuadrados que asociamos con los primeros años de la televisión: tosco, primitivo. Ahora los tentáculos del organismo llegan a todos los cuadrantes MICIMATT y, me imagino, probablemente más allá de ellos. ¿Es MICIMATT+ nuestro término?

El Estado Profundo se volvió monstruosamente maligno durante los años del Russiagate [¿y si siempre lo ha sido y hasta entonces te diste cuenta?] y empeoró aún más a medida que se extendía a las instituciones más básicas de USA, no menos importante, pero no solo, el Depto de Justicia, durante el calamitoso mandato de Biden. Ahora es un cáncer en etapa 4, diría yo. De todas las crisis que afligen a nuestra debilitada república, el crecimiento tumoral del Estado Profundo debe clasificarse entre las más graves.

Trump tiene la intención evidente de atacar al Estado Profundo en la mayoría o en todas sus manifestaciones, y no se le puede culpar después del incesante sabotaje de su primer mandato. Se trata, prima facie, de un esfuerzo digno. Me gustaría pensar que el proyecto de Trump es algo más que una simple venganza, porque el propósito, la intención, resultarán decisivos para el éxito o el fracaso de cualquier esfuerzo por desmantelar, paralizar, restringir o desmantelar un edificio tan grande.

Déjenme decirlo de esta manera: en el caso de Trump contra el Estado Profundo, la empresa es prometedora, pero tengo mis dudas. No me parece que tenga la dignidad, la profundidad de inteligencia y la absoluta seriedad para hacer bien y con eficacia esta tarea tan necesaria. Enfrentarse al Estado Profundo no es lo mismo que sentarse frente a un desarrollador inmobiliario rival en una mesa de caoba en Manhattan. Trump no parece lo suficientemente equipado para librar una guerra contra agentes cuya perversa pericia en los métodos de subterfugio está bien probada y demostrada. Hay muchas maneras en las que las agencias de inteligencia y el resto del aparato del Estado Profundo pueden acabar con Trump por segunda vez [recuérdese la destitución de Nixon, el affaire Clinton-Lewinsky o Strauss-Kahn y la mucama guineana Nafissatou Diallo], por decirlo de otra manera. De la misma manera, él y su gente se acabarán a sí mismos si no se ponen manos a la obra dentro de los límites de la Constitución [límites que no le importan al Estado Profundo]. Y no seamos tan tontos como para suponer que los demócratas se abstendrán de volver a hacer un mal uso de las instituciones gubernamentales, o que los generales y los espías se quedarán quietos, o que los gamberros que informan sobre Trump en los medios tradicionales se entregarán a menos mentiras, errores y desinformación esta vez que en la última. De hecho, ya lo están haciendo arduamente.

No, si todo va bien, seremos testigos del caos o algo parecido en los próximos cuatro años, tal es la resistencia que probablemente se presente al programa de Trump. Pero en este momento simplemente no hay forma de librar a la política estadounidense de esta fuerza malévola que se esconde en su interior sin un desastre de magnitud histórica.

Esta voz interior sigue susurrándome. Tal vez sean mis recuerdos de tiempos pasados, pero me pregunto: ¿Por qué Trump? ¿Por qué no hay alguien con buena política y un análisis sólido del Estado Profundo como crisis nacional que asuma la tarea? Bastaría con arriesgarse, incluso un liberal reeducado cuya determinación apunte en la dirección correcta.

Pero es Trump. Bueno, después de todo, fue su ascenso político lo que sacó al Estado Profundo de entre los arbustos [bullshit; ¿y el caso Whitaker Chambers-Alger Hiss y los asesinatos de JFK y RFK?]. Sin duda parece estar enojado y lo suficientemente decidido como para comenzar el trabajo que todos debemos reconocer que hay que hacer. Y si no llega muy lejos en su intento de controlar a la bestia, ¿no podemos considerar su intento fallido como un buen comienzo? No creo, quiero decir, que la presencia del Estado Profundo en la vida política de USA vaya a desaparecer alguna vez ahora que Trump ha puesto esta insidiosa presencia en la escena pública. Esto es algo bueno.

No se merece un aplauso inequívoco el ataque relámpago que Elon Musk lanzó contra la Agencia de USA para el Desarrollo Internacional a principios de este mes. El argumento de que su ataque relámpago es inconstitucional me parece engañoso, dado que el estatuto de la USAID pone a la agencia bajo “la autoridad directa y la orientación política del secretario de Estado”. Pero el grupo de veinteañeros que el criptofascista [¡qué horror!] Musk ha desplegado por Washington irrumpió en el edificio de la USAID como una combinación de los Guardias Rojos de China y los monstruos juveniles que pueblan El señor de las moscas. No es un buen comienzo si el proyecto es poner bajo control democrático a los diversos elementos del Estado Profundo.

Sigue siendo cierto que las actividades de la agencia incluyen ayuda que beneficia a un gran número de personas en países subdesarrollados. Pero es importante reconocer el importante lugar de la USAID en las extensas operaciones del Estado Profundo. Como me han recordado los lectores desde que publiqué el artículo vinculado anteriormente, fui demasiado generoso al enfatizar las operaciones humanitarias de la USAID. “Lo que más he visto es a líderes electos en el Sur Global regocijándose por su desaparición [de USAID]”, comentó un lector en el hilo de comentarios de Consortium News. Luego cita una publicación en las redes sociales de Nayib Bukele, el presidente izquierdista convertido en populista de El Salvador durante los últimos seis años:

La mayoría de los gobiernos no quieren que los fondos de USAID fluyan a sus países porque entienden dónde termina realmente gran parte de ese dinero. Si bien se comercializan como apoyo al desarrollo, la democracia y los derechos humanos, la mayoría de estos fondos se canalizan hacia grupos de oposición, ONG con agendas políticas y movimientos desestabilizadores.

En el mejor de los casos, tal vez el 10% del dinero llega a proyectos reales que ayudan a las personas necesitadas (hay casos de este tipo [¿tan poco visible es ese 10% que necesitas repetirlo?), pero el resto se utiliza para alimentar el disenso, financiar protestas y socavar a las administraciones que se niegan a alinearse con la agenda globalista. Recortar esta supuesta ayuda no solo es beneficioso para USA; también es una gran victoria para el resto del mundo.

No puedo verificar las estadísticas de Bukele, pero incluso si su porcentaje está errado en una magnitud de tres, cuatro o cinco, se llega a entender por qué la purga de Musk en USAID ha provocado pocos gritos de desesperación, si es que hubo alguno, de la mayoría no occidental del mundo.

Sigue siendo una pregunta importante e interesante si Trump y Musk, y en ese sentido el Secretario de Estado Marco Rubio, renunciarán a las muchas operaciones subversivas ilegales de USAID, precisamente aquellas que merecen un fin inmediato [pues no debería ser eso ninguna hazaña, sino lo normal que los electores esperarían]. Es bonito pensar que sí, pero no nos dejemos llevar. Fue Musk quien declaró hace años, cuando USA acababa de obligar a Evo Morales a dejar la presidencia en Bolivia, "podemos golpear a quien queramos". ¿No recuerda Musk cómo lo hizo, respaldando a los reaccionarios conservadores católicos de ascendencia española y al grupo habitual de ONG de la "sociedad civil" financiadas por USAID? Recuerden, Musk tenía la mirada puesta en los vastos depósitos de litio de Bolivia para las baterías de sus autos. Y ahora hay muchos más Tesla en circulación que entonces.

Venezuela, Nicaragua y otros lugares de América Central: América Latina está llena de proyectos de USAID del tipo que Bukele denunció la semana pasada, y Rubio no es nada si no un intervencionista golpista con un interés particular en la región. Los proyectos de desestabilización en curso en las antiguas repúblicas soviéticas y satélites, en particular Georgia y Rumania, donde USAID tiene operaciones de subterfugio en marcha mientras hablamos: ¿Qué pasa con ellos? Lo que se debe hacer es arrasar la USAID y construir una agencia similar desde cero. La operación Trump-Musk ha asestado un golpe inicial a una institución clave del Estado Profundo, pero todo lo demás está por verse.

La conversación telefónica de Trump con Vladimir Putin debe considerarse la noticia más importante de la semana pasada. Esto va más allá, mucho más allá, de la guerra burocrática que Musk parece empeñado en librar. Marca un giro radical para el Estado Profundo, incluso si no resulta en nada, y nada en absoluto, conviene recordarlo, es una posibilidad.

Para contextualizar brevemente este giro, fue después de los sucesos del 11 de septiembre de 2001 cuando los Richelieu, al frente de la administración Bush II, declararon que USA ya no podía hablar con sus adversarios: eso les "daría credibilidad". Sorprendentemente, este razonamiento absurdo ha prevalecido prácticamente desde entonces. Joe Biden y sus ayudantes llevaron esto a un extremo imprudente, con raras excepciones negándose a contactar con Moscú incluso mientras avivaban las tensiones hasta el borde de otro conflicto global. Pero la política de Biden fue simplemente el resultado lógico de la jerga política que se remonta a la época de Bush-Cheney-Rumsfeld. Los defensores del Estado Profundo adoran la diplomacia de la no diplomacia. Prosperan con ella. Equivale a una confirmación pasivo-agresiva del excepcionalismo del imperio estadounidense. Y negarse a contactar con enemigos, o con aquellos que las camarillas políticas han convertido en enemigos, crea el entorno necesario para mantener altos niveles de peligro. El peligro incesante, las amenazas por doquier, si no digo lo obvio, benefician los negocios del Estado Profundo, en particular, pero no solo, los negocios inagotablemente corruptos del complejo militar-industrial. Cortar todos los contactos con Moscú funcionó de esta manera. En mi opinión, Washington haría lo mismo con China, solo que USA está tan involucrado en la economía china que ésta no es una opción viable.

Se habla mucho ahora de que Trump y su gente están cambiando el orden mundial. Debemos esperar para ver cuán cierto resulta esto. Pero cuando Trump y Putin levantaron sus teléfonos la semana pasada, cada uno escuchando la voz del otro, el mundo tal como lo hemos conocido en los últimos años dio un giro para mejor. Esto parece una certeza.

jueves, 6 de marzo de 2025

Conoza a algunos empleados globalistas

 Un Espectro Persigue a Alemania

Por Sabine Beppler-Spahl                                                                       16-Ene-25    

FUENTE: https://europeanconservative.com/articles/commentary/a-spectre-is-haunting-germany/

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

 

 

Elon Musk asiste a un simposio sobre “Antisemitismo Online” durante la conferencia de la Asociación Judeo-Europea en Cracovia, el 22-Ene-2024.

 

El pánico del Establishment alemán por Elon Musk revela su verdadero temor del electorado.

 

A pocas semanas de las elecciones generales de Alemania [programadas para el 23-Feb-2 5], un fantasma recorre la clase política del país: el fantasma de Elon Musk.

En medio de la supuesta amenaza de interferencia extranjera en las elecciones, la
preocupación por cómo detener al problemático multimillonario jefe de X/Twitter, que ha respaldado públicamente al partido populista de extrema derecha Alternative für Deutschland (AfD), ha alcanzado cotas preocupantes. Esto quedó en evidencia cuando Thierry Breton, ex
comisario de la Unión Europea para asuntos digitales, difundió la idea de que las elecciones podrían tener que ser anuladas si los alemanes votaban de forma equivocada.

Breton estaba discutiendo la posibilidad de una victoria electoral de la AfD en una entrevista con la emisora ​​francesa BFMTV/RMC. Refiriéndose a Musk, dijo:

Mantengamos la calma y hagamos cumplir nuestras leyes en Europa cuando corran el riesgo de ser eludidas […]. Lo hicimos en Rumania y, obviamente, lo haremos si es necesario en Alemania.

Por supuesto, Breton se refería a la impactante anulación de las elecciones presidenciales de Rumania el  06-Dic-24, después de que un extraño —un populista antivacunas, partidario de Putin— ganara sorprendentemente la primera vuelta. Las élites de la UE intentaron culpar del resultado a la “desinformación” extranjera difundida a través de las redes sociales.

Ningún político alemán ha llegado tan lejos como Breton, pero sería un gran error desestimar la declaración del ex burócrata de la UE como un simple desliz lingüístico, aunque, entretanto, se haya retractado. (Después de que Musk lo calificara de “tirano de Europa”, Breton afirmó que lo habían citado mal, que se trataba de “otra noticia falsa” o un error de traducción [o sea, además cuco], y tuiteó: “La UE NO tiene ningún mecanismo para anular ninguna elección en ningún lugar de la UE”) [si esto es cierto, entonces Breton le mintió a la emisora francesa BFMTV/RMC].

Sin embargo, otras figuras influyentes, como el presidente alemán Frank Walter Steinmeier


(SPD), también han emitido advertencias similares. Cuando Steinmeier  disolvió el Bundestag (Parlamento alemán) en diciembre y anunció elecciones anticipadas, dijo: “La influencia externa es un peligro para la democracia. Ya sea encubierta… o abierta y descarada, como se practica actualmente de forma particularmente intensa en la Plataforma X”. Cabe destacar que hasta la fecha, el presidente no se ha distanciado de la amenaza de Breton de borrar los resultados electorales.

No hay duda de que Musk ha sido entrometido. También ha envalentonado a la dirigencia de la AfD. A fines de diciembre, escribió un artículo de opinión para Die Welt en el que afirmaba que “solo la AfD podría salvar a Alemania” de la decadencia. Tras las advertencias de Steinmeier en diciembre, se dirigió a X, menospreciando al presidente como un “tirano antidemocrático”.

Luego, el 9 de enero, Musk transmitió en vivo aproximadamente 70 minutos deconversación con Alice Weidel, la candidata de la AfD a canciller [y lesbiana, para más señas]. Durante la charla, reiteró su apoyo a su partido. Aunque no todos en la AfD estaban contentos con la actuación de Weidel (fue prolija y a menudo muy grosera), naturalmente apreciaron el respaldo de Musk. En la conferencia del partido AfD, celebrada el fin de semana pasado, las referencias de Weidel a Musk recibieron un aplauso entusiasta.

Sin embargo, atribuir el éxito de la AfD a Musk, en lugar de a los fracasos de los políticos establecidos de Alemania, es un disparate flagrante. Los números de las encuestas del partido se han mantenido estables en torno al 20% durante semanas, y las encuestas recientes indican que las intervenciones de Musk han tenido un impacto insignificante, en el mejor de los casos. Esta narrativa refleja un supuesto antipopulista persistente y problemático: que los votantes son objetos pasivos, fácilmente influenciables por los "demagogos" en lugar de actuar según su propio criterio político.

En enero del año pasado, mucho antes de que Musk se metiera en líos en Internet, Frank Walter Steinmeier hizo un llamamiento a la formación de una gran alianza contra la AfD  y dijo: “No permitiremos que este país sea destruido por flautistas de Hamelin extremistas”. Lo que quiso decir fue que los partidarios de la AfD estaban siguiendo a los tramposos y personajes turbios, como las ratas y los niños de Hamelin siguieron al flautista de Hamelin hacia su perdición en el viejo cuento popular alemán. El insulto a los votantes alemanes en la analogía obviamente no le pasó al presidente. El miedo del establishment a Musk es, en verdad, su miedo al electorado.

La amenaza de cancelar las elecciones fue sólo una de las muchas que se han hecho  en los últimos días. Tras la conversación de Musk con Weidel, la vicepresidenta de la UE, Henna Virkkunen, anunció una investigación para determinar si la conversación violaba la Ley de Servicios Digitales. El Bundestag alemán también ha iniciado una investigación para determinar si se trató de una “donación al partido” ilegal.

La idea de que el discurso había dado al partido una ventaja monetaria ilegal (“geldwerter Vorteil”) también ha sido difundida por Robert Habeck, el

desafortunado ministro de  Economía de Alemania y candidato del Partido Verde a la cancillería. Si se demuestra la acusación de una ventaja financiera, “esto tendría consecuencias considerables” para la AfD, dijo Michael Brenner, un abogado constitucional, añadiendo que el partido podría enfrentarse a “una suma muy sustancial” en multas [parece que este abogado anda buscando pescarse del aparato reproductor de un zancudo macho; esperemos que no sea una adicción].

Afirmar que una sola entrevista puede haber dado a la AfD una ventaja injusta en el período previo a las elecciones federales es más que un poco hipócrita. Mientras que los partidos tradicionales como el SPD, la CDU y los Verdes reciben regularmente una amplia cobertura mediática a través de numerosas entrevistas y programas de entrevistas, la AfD ha sido excluida con frecuencia de esas plataformas.

La exclusión sistemática del segundo partido más popular de Alemania de las plataformas mediáticas no es sorprendente. Durante años, el panorama mediático alemán ha estado dominado por una visión del mundo de centroizquierda. Este sesgo se refleja en la demografía de los profesionales de los medios. Un estudio de 2020 sobre los aprendices de la emisora ​​pública ARD mostró una preferencia abrumadora por los partidos de izquierda: el 57% apoyó a los Verdes, el 23% al Partido de Izquierda y el 12% al SPD.

Otro estudio exhaustivo indicó que el 41% de los periodistas alemanes se alinean con la política verde. Cabe destacar que ninguno de los periodistas encuestados expresó su alineamiento político con la AfD.

La burda intervención de Musk en la campaña electoral alemana no está exenta de problemas. Pero, como lo demuestran los rumores de anulación de las elecciones y las amenazas de fuertes multas, son las tendencias autoritarias [pero sobre todo, ilegales, porque se están brincando las trancas democráticas que tanto pregonan]  de la élite las que constituyen el mayor problema. La amenaza de Thierry Breton debe servir de advertencia a todos los demócratas que creen que la gente puede decidir por sí misma a quién apoyar en una elección.