jueves, 30 de noviembre de 2023

Algunos Sofismas Postmodernos

Los judíos y la formación de nuestro pensamiento

Por Richard Knight                                                                        26-Sep-23

FUENTE: https://www.unz.com/article/jews-and-the-shaping-of-our-thought/

 

 


 

Nadie que lea esto necesita que le digan que los judíos han tenido una gran influencia en Occidente en las últimas décadas. Lo que quizás no se entienda ampliamente es el efecto que han tenido específicamente en nuestra forma de pensar.

A lo largo de los siglos, la mente occidental ha demostrado ser sencilla, positivista y empírica más que mística, intuitiva o mágica. Si el hombre occidental ve algo, cree que está ahí y piensa que la manera de comprenderlo es mirándolo más de cerca. No asume que sus ojos lo engañan o que la realidad es como la describe una autoridad que no debe ser cuestionada. El hecho de que algo se vea diferente desde diferentes puntos de vista no le hace pensar que es creado por sus percepciones, ni imagina que sea producto de sus preferencias o declaraciones. Distingue lo que está ahí fuera, el objeto, de él mismo, el sujeto, e intenta que sus afirmaciones coincidan con la realidad. De esta manera busca aprehender el mundo que lo rodea.

Al menos siempre fue así, pero después de la 2GM empezó a cambiar, principalmente a causa de tres modas intelectuales, a saber, el relativismo, el construccionismo social y el posmodernismo, que son la causa de gran parte del daño que Occidente se ha hecho a sí mismo en ese período. Se los debemos en gran medida a los judíos.

El relativismo se presenta en tres variedades: moral, cultural y epistémico. El relativismo moral niega que existan valores morales absolutos. El relativismo cultural afirma que ninguna cultura es de mayor valor que otra, ni debemos juzgar otra cultura según los estándares propios. Según el relativismo epistémico, el conocimiento de una persona es relativo a sus suposiciones o puntos de vista. Alguien que dice saber algo en realidad no lo sabe; es simplemente lo que les parece desde su “perspectiva”.

El principal efecto del relativismo es minar la confianza. “Pensé que esto estaba bien y aquello estaba mal”, piensa uno, “pero tal vez me equivoqué”. “Pensé que era bastante razonable esperar que mi vecino dejara de poner música a todo volumen a las once en punto, pero quizás esa sea simplemente mi cultura”. “Pensé que el hielo flotaba sobre el agua, pero tal vez no lo sabía realmente. Quizás nadie sepa realmente nada”.

El relativismo moral puede hacer que la moralidad sea relativa a muchas cosas. En un documental, Louis Theroux [1970- ] lo relacionó con el individuo. Describió que una trabajadora sexual había tenido una educación difícil.[1] Explicó que cuando tienes catorce años y no vas a la escuela, no te das cuenta de que es sólo sexual si alguien muestra interés en ti. Ahora ha tenido tantas experiencias que puede tener relaciones sexuales con cualquiera. Dirigiéndose al espectador, Theroux no preguntó si vender sexo estaba mal, sino si estaba mal para ella. Tal vez no lo fuera, sugirió, aunque podría estar mal para otra persona.

El relativismo cultural fue intensamente promovido en los años 1990s. “Todas las culturas tienen el mismo valor” fue un mantra constante de los medios de comunicación. Un ejemplo de ello surgió cuando una haitiana que vivía en Long Island contrató a un vuduista para expulsar a los espíritus que pensaba que su padre había dejado sueltos en su casa, provocando que sonidos inquietantes salieran del sótano.[2] Él le arrojó a ella una sábana encima, la roció con colonia y le prendió fuego, llevándola al hospital con quemaduras de tercer grado hasta la tarde siguiente. Cuando fue acusado de intento de asesinato, su defensa fue que sólo practicaba su religión. Un portavoz haitiano explicó que los haitianos, al igual que otras minorías étnicas, habían traído consigo su cultura a USA. ¿Quiénes eran los estadounidenses para juzgar?

El relativismo epistémico tampoco tiene mucho que ofrecer. Puede ser cierto que el conocimiento científico sea sólo provisional a medida que avanza poco a poco hacia la verdad o da ocasionales giros equivocados, pero esto no significa que sea relativo a un punto de vista. Incluso se podría decir que a lo largo de los siglos se ha establecido una cantidad considerable de conocimientos fuera de toda duda. ¿Cuántas de las miles de afirmaciones contenidas en un libro de texto médico al azar podrían ser erróneas, por ejemplo? Pero el relativismo epistémico se ha infiltrado hasta tal punto en nuestra cultura que afecta nuestra forma de pensar, aunque lo ha hecho con un giro. En lugar de hacer que las personas duden de sus conocimientos, les hace sentir con derecho a describir cualquier afirmación que quieran hacer como cierta para ellos, mientras presumiblemente creen que otras personas podrían “saber” lo contrario. En efecto, estas personas prescinden por completo del concepto de conocimiento.

El relativismo epistémico fue popularizado por Thomas Kuhn [1922-96] en La estructura de las revoluciones científicas (1962), que sostenía que el conocimiento científico era relativo a un “paradigma”. Thomas Kuhn era judío. Décadas antes, Franz Boas[1858-1942], que también era judío, introdujo el relativismo cultural y, por implicación, moral.

El construccionismo social es la moda que sigue cualquiera que dice que algo es simplemente una construcción social, lo cual es algo muy popular. Lo que significa no está claro. Quizás por “constructo” quienes lo dicen se refieren a concepto. Una construcción social está en la mente, y si es sólo una construcción social no hay nada que le corresponda en la realidad. Pero para demostrar esto, los construccionistas sociales necesitarían presentar un argumento para decir que aquello a lo que el concepto parece referirse no existe. En cambio, parecen pensar que lo han demostrado simplemente al llamarlo simplemente una construcción social.

A veces, cuando la gente llama a las cosas simplemente construcciones sociales, quieren decir, enfatizando el aspecto social, que la única razón por la que pensamos que existen es porque hemos acordado que existen. Pero para establecer esto, nuevamente necesitarían demostrar que nuestra creencia de que existen es errónea.[3]

En un tercer escenario, los construccionistas sociales aceptan que las construcciones sociales existen pero enfatizan que las hemos construido y que lo que hemos construido podemos deconstruirlo o dejar de construirlo. Una feminista podría aplicar esto a las diferencias entre sexos. Sí, podría decir, los sexos difieren, pero construimos las diferencias criando a niños y niñas de manera diferente, por lo tanto, para deshacernos de las diferencias sólo necesitamos cambiar nuestras prácticas de crianza. Pero esto se ha intentado y no ha funcionado. En cualquier caso, todo padre sabe que los niños y las niñas se diferencian por naturaleza. No se necesitan adultos para construir socialmente las diferencias.

El único tipo de cosas que los construccionistas sociales no describen como construcciones sociales son aquellas que realmente lo son, como el dinero.[4] Lo único que hace que un trozo de papel sea un billete de diez dólares y significa que podemos usarlo para comprar cosas es el hecho de que hemos acordado que sea un billete de diez dólares, lo que hemos acordado significa que podemos usarlo para comprar cosas con él. Los construccionistas sociales no están interesados en este tipo de ejemplos porque en realidad no están interesados en las construcciones sociales. Lo que les interesa es un término que suene sofisticado y que puedan utilizar para convencerse de que las cosas que no les gustan, como las diferencias de sexo, o no existen o pueden eliminarse.

¿Qué podría ser más dañino que una moda intelectual que induzca a una sociedad a entregarse a tal autopersuasión? Procederá sobre la base de una comprensión falsa de la realidad y desperdiciará su energía tratando de deshacerse de cosas, muy posiblemente habiendo olvidado por qué cree que es necesario deshacerse de ellas, que nunca desaparecerán.

La principal fuente del construccionismo social fue un libro llamado La construcción social de la realidad (1966) de Peter [Ludwig] Berger [1929-2017] y Thomas Luckmann [1927-2016], ambos judíos.

El posmodernismo es una colección sin sentido de ideas diseñadas para apelar a la voluntad de poder y ayudar a la transformación revolucionaria de la sociedad. Se atribuye principalmente a Michel Foucault [1926-84], autor de El orden de las cosas (1966), pero también a Jacques Derrida [1930-2004], quien escribió Escritura y diferencia y Sobre gramatología (ambos de 1967). Foucault no era judío; Derrida lo era.

La idea principal de Derrida es que estamos en una prisión del lenguaje de la que no podemos escapar. Lejos de permitirnos captar la realidad, el lenguaje nos impide tomar contacto con ella, por lo que un enunciado no representa el mundo sino que sólo puede llamarse una “narrativa”, que no puede valorarse como verdadera o falsa. Si pensamos que una narrativa es verdadera, somos engañados por un grupo como los blancos o los hombres, que tienen el poder de imponer sus narrativas a los demás. Esto es lo que quiso decir una feminista cuando describió la objetividad como nada más que subjetividad masculina.[5] Una afirmación que un hombre describe como objetiva, es decir, que es cierta para todos, sólo expresa sus prejuicios y busca promover sus intereses sectoriales, presumiblemente a expensas de las mujeres.

Para contrarrestar a grupos tan desagradables, los posmodernistas decidieron que era necesario “privilegiar” las narrativas de las mujeres y los no blancos. Por lo tanto, es al posmodernismo al que debemos agradecer la idea adoptada por la policía británica ya en 1983 de que si una persona negra “se percibe” a sí misma como si hubiera sido atacada racialmente por una persona blanca, entonces eso es lo que ha sucedido. [6] Cualquier definición de “crimen de odio” que se utilice hoy en día es de este tipo. El movimiento #MeToo fue igualmente posmoderno. Para que se descubriera un caso de un hombre que maltrataba a una mujer, bastaba que la mujer dijera que había sido maltratada. De esta manera, los no blancos y las mujeres fueron “empoderados”.

Cuando siente la necesidad, el posmodernismo olvida que el lenguaje forma una barrera impenetrable entre nosotros y la realidad y dice que puede “construirla”. Nos convertimos en magos y hacemos que las cosas sean verdaderas mediante una mera afirmación. Este lado de la filosofía fue ilustrado por un psicólogo social [Mark Snyder] que escribió un artículo titulado “Estereotipos autocumplidos”, que explicaba cómo persisten estereotipos como el de los italianos como apasionados.[7] No negó que los estereotipos fueran ciertos. Los italianos son realmente apasionados, afirmó, pero sólo porque así se los describe. Es de suponer que al principio no eran más apasionados que los demás y luego, por alguna razón, la gente empezó a llamarlos apasionados, lo que los volvió apasionados. La narrativa construyó la realidad; el estereotipo se cumplió. Por cierto, este escritor era judío y su artículo apareció en una colección editada por una mujer judía [Paula Rothenberg].

A partir de académicos como éstos, a través de los intelectuales que difundieron sus ideas, el posmodernismo llegó al público en general, nuevamente en la década de los 1990s, la primera década de corrección política.[8] Ahora es tan familiar que apenas se levanta una ceja cuando un hombre escribe: “Soy mujer porque digo que lo soy. No hace falta nada más”. Pero los posmodernistas son silenciosamente selectivos respecto de los fragmentos de la realidad que creen que sus palabras pueden gobernar. Cuando este hombre descubre que se le ha acabado la leche, no dirá: “Tengo leche porque digo que tengo. No hace falta nada más”. Saldrá a comprar alguna, como cualquier otra persona.

El posmodernismo da a sus seguidores una gratificante sensación de poder. Al enfrentarse a un libro de historia que dice cosas que no les gustan, pueden descartarlo como si solo transmitiera los prejuicios del escritor. Pueden reírse de sus pretensiones de objetividad, diciendo que la objetividad es inalcanzable. Entonces, cuando ellos mismos pongan la pluma sobre el papel, podrán transmitir sus propios prejuicios al gusto de su corazón, porque ¿qué puede hacer una narración sino transmitir los prejuicios del escritor? No necesitan intentar ser objetivos, porque ¿quién puede ser objetivo?

Un libro no necesita calidad para ser influyente; lo que necesita es que se le promueva. El editor lo promociona entre los periodistas, quienes lo promocionan entre el público mediante reseñas de admiración o encargan reseñas de admiración a académicos. El libro llena todos los escaparates de las librerías y comienza a aparecer en las listas de lectura de las universidades. Cualquiera que quiera estar al día asegúrese de haberlo leído. Para lograr todo esto, basta con que el libro sea seleccionado como algo que cambiará el mundo por alguien que ocupe una posición clave en una red de personas adecuadas como, en el caso de un libro escrito por un judío, un judío a quien otros judíos obedecerán. ¿Pero existe tal red? ¿Hay judíos en las editoriales, la publicidad, los medios y el mundo académico? ¿Los osos se contonean en el bosque?

Otro libro judío influyente fue La personalidad autoritaria (1950), una pieza de pseudociencia que pretendía mostrar que el típico hombre blanco estadounidense era un fascista incipiente. Se basó en entrevistas que es tentador pensar que fueron interpretadas en vista de una conclusión predeterminada, calificando temas en la “escala F”, donde un marido y padre tradicional obtendría una puntuación alta. Los hombres judíos no fueron incluidos en la muestra. Una generación de científicos sociales tomó el libro para revelar un profundo malestar en la sociedad estadounidense, que el liberalismo y la permisividad podrían curar. Publicado por el Comité Judío Americano con Theodor Adorno [1903-69] como autor principal, fue el primer producto importante de la Escuela de Frankfurt.

El Instituto fue fundado en los años 20 por Felix Weil [1898-1975], que era judío, al igual que Theodor Adorno y los otros miembros principales de la escuela, a saber, Max Horkheimer [1895-1973], Erich Fromm [1900-80] y Herbert Marcuse [1898-1979] . Sus asociados, como Georg Lukács [1885-1971], Walter Benjamin [1892-1940] y Wilhelm Reich [1897-1957], también eran judíos. Fromm y Marcuse escribieron libros que influyeron en la juventud de la década de 1960.[9] Marcuse se convirtió en el “padrino” de los radicales universitarios de esa década, siendo los principales Art Goldberg [1942- ] , Jackie Goldberg [1944- ] , Abbie Hoffman [1936-89], Michael Rossman [1930-2019], Jerry Rubin [1938-94], Mario Savio [1942-96] , Jack Weinberg [1940- ], Steve[n] Weissman [1968- ] y, en Francia, Daniel Cohn-Bendit [1945- ] , todos los cuales eran judíos excepto Mario Savio. Estos activistas implementaron la agenda implícita de La Personalidad Autoritaria oponiéndose a la autoridad, logrando incluso poner fin a ella, lo que a menudo se conoce como el fin de la deferencia, especialmente la deferencia hacia los hombres blancos. Sus seguidores pasaron a estar bien representados entre quienes dirigen nuestras instituciones durante los últimos 25 años.

Si hay una idea que empezó a influir entre los blancos después de la 2GM, fue la de la igualdad racial esencial, la idea de que las razas, por diferentes que parezcan, son básicamente las mismas. Esto significaba que cualquier diferencia en sus circunstancias debía deberse a factores ambientales como el maltrato de los negros por parte de los blancos; por lo tanto, a medida que se difundía la idea, también lo hacía la noción de culpabilidad de los blancos. Desde hace décadas, la idea de una igualdad racial esencial, aunque difícil de conciliar con hechos evidentes, ha estado cerrada al cuestionamiento.[10] Comenzó con Franz Boas, fue popularizado después de la guerra por su alumno Ashley Montagu [1905-99], que era judío, y luego, en particular, por Stephen Jay Gould [1941-2002], Leon Kamin [1927-2017], Richard Lewontin [1929-2021] y Steven Rose [1938- ], todos ellos judíos.

Hoy en día escuchamos comúnmente llamados para que los blancos sean exterminados o se suiciden. Los titulares de la prensa estadounidense entre 2015 y 2017 incluyen: “Un profesor tuitea que los blancos deberían suicidarse en masa”, “Todo lo que quiero para Navidad es un genocidio blanco” y “Un profesor de la USC pide un holocausto contra todos los blancos”.[12] Estas llamadas se remontan a dos fuentes. En 1967, Susan Sontag [1933-2004, Susan Rosenblatt Jacobson] describió la raza blanca como el cáncer de la historia de la humanidad.[13] Los blancos amenazaban “la existencia misma de la vida misma”, escribió. ¿Qué se hace ante un cáncer que pone en peligro la vida? Luego, en 1992, Noel [Saul] Ignatiev [1940-2019], de la Universidad de Harvard, fundó la revista Race Traitor con el lema “La traición a la blancura es lealtad a la humanidad”. La forma de salvar a la humanidad era "abolir la blancura". Como sabemos, éste es el gran movimiento abolicionista de hoy. Susan Sontag y Noel Ignatiev eran ambos judíos.

Lo que se autodenomina “teoría crítica de la raza”, de la que ahora emanan las demandas de borrar a los blancos de la faz de la tierra, desciende de la “teoría crítica”, el método básico del marxismo cultural, más tarde llamado corrección política, ahora llamado despertar, que comenzó con la Escuela de Frankfurt.

Agobiados por sentimientos de culpa innecesarios, con demandas de su extinción resonando en sus oídos y después de décadas de exposición al relativismo, el construccionismo social y el posmodernismo, no es de extrañar que muchos blancos ahora tengan problemas para pensar con claridad. Sin la influencia de los judíos, esto probablemente no sería así. Seguiríamos siendo tan capaces mentalmente como antes.

 

 

 

Notas

[1]  BBC, Jan. 12th 2020, “Selling sex”, https://www.bbc.co.uk/iplayer/episode/m 000dbcf/louis-theroux-selling-sex?page=1 .

[2]  American Renaissance, June 1998, “O Tempora, O Mores!”, https://www.amren. com/news/1998/06/o-tempora-o-mores-june-1998/ .

[3]  En Culture of Critique, Kevin Macdonald explica que los intelectuales judíos nunca han visto diferencia entre verdad y consenso, queriendo decir su consenso. “La ideología religiosa judíaera un conjunto infinitamente plástico de proposiciones que podían racionalizar e interpretar cualquier evento de una manera compatible con servir los intereses de la comunidad…. Nunca se les ocurrió a los miembros de esta comunidad de discurso buscar confirmación de sus puntos de vista desde el exterior... tratando de entender la naturaleza misma de la realidad”. Véase Kevin Macdonald, 2002 (1998), Culture of Critique, www.1stbooks. com, Chapter 6, “The Jewish Criticism of Gen tile Culture: A Reprise”, available at http://www.kevinmacdonald.net/CofCchap 6.pdf .

[4]  Este ejemplo es debido a John Searle. See e.g. Searle, 1995, The Construction of Social Reality, London: Penguin.

[5]  Adrienne Rich (1979) fue citada por Dale Spender, que fue citado por Roger Scruton en “Ideologically Speaking” in Leonard Michaels and Christopher Ricks (eds.), 1990, The State of the Language, Berkeley: University of California Press.

[6]  En 1983 la Policía Metropolitana adoptó una definición de incidente racial como “cualquier incidente que incluya un alegati de motivación racial hecho por cualquier  persona” (de “Race Equality in the UK Today: Developing Good Practice and Looking for Reform: The Police”, un folleto distribuido por John Newing, Presidente de la Association of Chief Police Officers, en Dic 08 de 1998 en los QMW Public Policy Seminars: Developing New Legislation and Strategies on Race Equality, Royal Over-Seas League, London SW1). Así la naturaleza racial del incidente reside en el alegato, no en alguna evidencia.

[7]  Mark Snyder, 1988, “Self-fulfilling stereotypes”, en Paula Rothenberg (ed.), Racism and Sexism: An Integrated Study, New York: St. Martin’s Press.

[8]  Uso la palabra “intelectuales” en el sentido de Friedrich Hayek, 1998 (1949), The Intellectuals and Socialism, London: IEA Health and Welfare Unit, pp. 9-18, quien se refería los medios, académicos y cualesquier otros que se ganaran la vida llevando ideas al público, tales como profesores, sacerdotes, novelistas y caricaturistas.

[9]  Por ejemplo, Erich Fromm escribió The Fear of Freedom (1941), Man for Himself (1947) and The Art of Loving (1956). Herbert Marcuse wrote Eros and Civilization (1955), One-Dimensional Man (1964) and Repressive Tolerance (1965).

[10] Un hecho que es difícil de reconciliar con la doctrina de la igualdad racial esencial es que las mujeres asiáticas tienen caderas más anchas que las mujeres blancas, que tienen caderas más amplias que las mujeres negras. Esto se debe a que las mujeres de las tres razas necesitan ser capaces de dar nacimiento a bebés con cabezas de diferente tamaño medio. Así la doctrina de la igualdad racial esencial es refutada por una observación que cualquiera puede hacer [el truco está en cómo se define “esencial”. Con el criterio pueril enunciado antes, se negaría la igualdad racial esencial entre los hermanos de una misma familia, dado que ninguno es igual a los demás y esas diferencias “son observaciones que cualquiera puede hacer”]. Esto es antes de que alguien prosiga notando que los asiáticos con sus cerebros más grande tienen un IQ más alto que los blancos, que tienen un IQ más alto que los negros, o las docenas de otros modos en que las razas se alinean en el mismo orden.

[11] En 1942 Ashley Montagu (verdadero nombre Israel Ehrenberg [1905-99]) escribió Man’s Most Dangerous Myth: The Fallacy of Race. En 1947, con Theodosius Dobzhansky [1900-75] (también judío), escribió un artículo declarando que el hombre había “escapado de la servidumbre de lo físico y lo biológico” y estaba “casi completamente emancipado de la dependencia de las disposiciones biológicas heredadas” (“Natural Selection and the Mental Capacities of Mankind”, reimpreso de Science, vol. 105, 1947, en Ashley Montagu [ed.] 1975, Race and IQ, London: Oxford University Press, pp. 104-13). En 1950 Montagu editó la primera Declaración sobre la Raza de la UNESCO (UNESCO, 1969, Four Statements On The Race Question, https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000122962), que declaró: “Para todos los propósitos prácticos ‘raza’ no es tanto un fenómeno biológico sino un mito social”. En 1967 otra declaración de la UNESCO afirmó que el actual conocimiento biológico no nos permite imputar logros culturales a diferencias en el potencial genético. Otros vehículos para esta idea fueron The Mismeasure of Man (1981) por Stephen Jay Gould y Not in Our Genes (1984) por Leon Kamin, Richard Lewontin y Steven Rose. Para una revisión de la idea de no-raza, véase Steve Sailer, May 31st 2000, “Cavalli-Sforza II: Seven Dumb Ideas about Race”, V-Dare, https://vdare.com/articles/cavalli-sforza-ii-seven-dumb-ideas-about-race .

[12] Mark Collett clips, Oct. 7th 2020, “Racism’s New Anti-White Definition — Mark Collett”, https://odysee.com/@markcollettclips:3/racism-s-new-anti-white-defini tion-mark:f . Otros titulares fueron: “Trinity College professor calls White people ‘inhuman’: ‘Let them f-ing die’”, “Professor: ‘Some White People May Have to Die’ to Solve Racism”, y “White Professor calls all White people to mass suicide over slavery”. Filminas desplegadas durante las conferencias incluyeron:  “How White people plagued society” y “White people are a plague to the planet”.

[13] Susan Sontag, 1967, “What’s Happening to America? (A Symposium)”, Partisan Review, 34 (1): pp. 57-58.

 

 

jueves, 23 de noviembre de 2023

Un titular engañoso

 Por qué USA necesita esta guerra en Gaza

Washington necesita ganar esta guerra gazatí vs Irán [¿entonces Israel no tiene nada qué ver?]porque falló en ganar su guerra ucraniana vs Rusia

Por Pepe Escobar                                                                          15-Nov-23

FUENTE: https://new.thecradle.co/articles/why-the-us-needs-this-war-in-gaza

 

 

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.



El Sur Global estaba esperando la Aurora de una Nueva Realidad Árabe.

 

Después de todo, las calles árabes —aun cuando están reprimidas en sus países de origen— han sonado con protestas que expresan una furia feroz [y justificada] contra la masacre generalizada de palestinos en la Franja de Gaza por parte de Israel.

Los líderes árabes se vieron obligados a tomar algún tipo de acción más allá de suspender algunas embajadas en Israel, y convocaron a una cumbre especial de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) para discutir la actual guerra israelí contra los niños palestinos.

Representantes de 57 estados musulmanes se reunieron en Riad el 11-Nov para asestar un golpe serio y práctico a los practicantes y facilitadores genocidas. Pero al final no se les ofreció nada, ni siquiera consuelo.

La declaración final de la OCI siempre estará consagrada en el Palacio Dorado de la Cobardía. Lo más destacado del espectáculo retórico de mal gusto: nos oponemos a la “autodefensa” de Israel; condenamos el ataque a Gaza; pedimos (¿a quién?) que no vendan armas a Israel; solicitamos a la  CPI [=Corte Penal Interna-cional] que "investigue" crímenes de guerra; solicitamos una resolución de la ONU que condene a Israel.

Para que conste, esto es lo mejor que 57 países de mayoría musulmana pudieron suscitar en respuesta a este genocidio del siglo 21.

La historia, incluso si está escrita por vencedores, tiende a ser implacable con los cobardes.

Los Cuatro Principales Cobardes, en este caso, son Arabia Saudita, los EAU, Bahréin y Marruecos los tres últimos normalizaron sus relaciones con Israel en 2020 bajo la dura mano de USA. Estos son los que consistentemente bloquearon la adopción de medidas serias en la cumbre de la OCI, como el proyecto de propuesta argelina para prohibir el petróleo a Israel, además de prohibir el uso del espacio aéreo árabe para entregar armas al Estado ocupante.

Egipto y Jordania —vasallos árabes desde hace mucho tiempo— tampoco se comprometieron, al igual que Sudán, que se encuentra en medio de una guerra civil. Turquía, bajo el sultán Recep Tayyip Erdogan, demostró una vez más que todo son palabras y nada de acción; una parodia neo-otomana del tejano "todo sombrero, nada de ganado".

 

¿BRICS o IMEC?

Los Cuatro Principales Cobardes merecen un poco de escrutinio. Bahréin es un humilde vasallo que alberga una rama clave del Imperio Estadounidense de las Bases. Marruecos tiene estrechas relaciones con Tel Aviv se vendió rápidamente [y bastante barato] después de la promesa israelí de reconocer el reclamo de Rabat sobre el Sahara Occidental. Además, Marruecos depende en gran medida del turismo, principalmente del colectivo occidental.

Luego tenemos a los peces gordos: Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Ambos están repletos de armamento estadounidense y, al igual que Bahrein, también albergan bases militares estadounidenses. El príncipe heredero saudita Mohammad bin Salman (MbS) y su antiguo mentor, el gobernante emiratí Mohammad bin Zayed (MbZ), sí tienen [muy] en cuenta la amenaza de revoluciones de color que arrasen sus dominios reales si se desvían demasiado del guión imperial aceptado.

Pero en unas pocas semanas, a partir del 01-Ene-24, bajo la presidencia rusa, tanto Riad como Abu Dhabi ampliarán sus horizontes a lo grande al convertirse oficialmente en miembros de los BRICS 11.

Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos sólo fueron admitidos en los BRICS ampliados debido a cuidadosos cálculos geopolíticos y geoeconómicos de la asociación estratégica Rusia-China.

Junto con Irán que tiene su propia asociación estratégica tanto con Rusia como con China se supone que Riad y Abu Dhabi reforzarán la influencia energética de la esfera BRICS y serán actores clave, más adelante, en la campaña de desdolarización. cuyo objetivo final es evitar el petrodólar.

Sin embargo, al mismo tiempo, Riad y Abu Dhabi también se beneficiarán inmensamente [bullshit, bastante dudoso] del plan no tan secreto de 1963 para construir el canal Ben Gurion, desde el golfo de Aqaba hasta el Mediterráneo oriental, llegando qué coincidencia muy cerca. hasta el ahora devastado norte de Gaza.

El canal permitiría a Israel convertirse en un centro clave de tránsito energético, desalojando al Canal de Suez de Egipto, y eso encaja muy bien con el papel de Israel como nodo clave de facto en el último capítulo de la Guerra de los Corredores Económicos: el Corredor India-Medio Oriente (IMEC), urdido por USA.

IMEC es un acrónimo bastante perverso, como lo es toda la lógica detrás de este fantástico corredor, que pretende posicionar a Israel, que infringe [recurrentemente] las leyes internacionales, como un centro comercial crítico e incluso proveedor de energía entre Europa, parte del mundo árabe y la India.

Ésa fue también la lógica detrás de la farsa del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu en la ONU en septiembre, cuando mostró a toda la “comunidad internacional” un mapa del “Nuevo Medio Oriente” en el que Palestina había sido totalmente borrada [no tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre y lo admite en tribunas públicas].

Todo lo anterior supone que se construirán el IMEC y el Canal Ben Gurión lo cual no es algo que se pueda dar por sentado según ningún estándar realista [hasta que aparezca como gasto en el presupuesto de USA. Por otro lado, pasarán años antes de que se logre contruir y pueda ejercer toda la influencia que se le atribuye].

Volviendo a la votación en la OCI, los secuaces de USA, Egipto y Jordania dos países en las fronteras occidental y oriental de Israel, respectivamente  estuvieron en la posición más difícil de todas. El Estado ocupante deseaba empujar definitivamente a aproximadamente 4.5 millones de palestinos a sus fronteras. Pero El Cairo y Ammán, también inundados de armas estadounidenses [para el problema actual, esta frase sale sobrando] y financieramente en bancarrota, nunca sobrevivirían a las sanciones estadounidenses si se inclinan de manera demasiado inaceptable hacia Palestina [Egipto no se ha inclinado nunca hacia Palestina y la mejor prueba es la paz firmada con Israel el 26-Mar-1979, que incluyó el soborno anual estadounidense de 1,200 mdd para mantener cerrada la frontera con la Franja de Gaza].

Así que, al final, demasiados Estados musulmanes prefirieron la humillación a la rectitud pensaron en términos muy estrechos, pragmáticos y de interés nacional. La geopolítica es despiadada. Se trata de recursos naturales y mercados. Si no tienes uno, necesitas el otro, y si no tienes ninguno, un Hegemón dicta lo que puedes tener.

Las calles árabes y musulmanas y la Mayoría Global pueden, con razón, sentirse abatidas cuando ven cómo estos “líderes” no están preparados para convertir el mundo islámico en un verdadero polo de poder dentro de la multipolaridad emergente.

No sucedería de otra manera. Muchos estados árabes clave no son entidades soberanas. Todos están acorralados, víctimas de una mentalidad vasalla. No están preparados aún para enfrentarse de cerca a la Historia [ni a las amenazas, sobornos y chantajes globalistas]. Y, lamentablemente, siguen siendo rehenes de su propio “siglo de humillación” [salvo Irán y Siria].

El humillante golpe de gracia fue asestado nada menos que por el propio maníaco genocida de Tel Aviv: amenazó a todos en el mundo árabe si no se callaban cosa que ya hicieron.

Por supuesto, hay corazones valerosos, árabes y musulmanes, muy importantes    en Irán, Siria, Palestina, Irak, Líbano y Yemen. Si bien no son mayoría de ninguna manera, estos actores de la Resistencia reflejan el sentimiento popular como ningún otro. Y con la guerra de Israel expandiéndose cada día, su influencia regional y global aumentará enormemente, tal como en todas las otras guerras regionales del Hegemón.

 

Estrangulando al nuevo siglo en la cuna

La catastrófica debacle del Proyecto Ucrania y el resurgimiento de una guerra intratable en Asia occidental están profundamente entrelazados.

Más allá de la niebla de la “preocupación” de Washington por el desenfreno genocida de Tel Aviv, el hecho crucial es que estamos justo en medio de una guerra contra los BRICS 11.

El Imperio no hace estrategia; en el mejor de los casos, elabora planes de negocio tácticos sobre la marcha. Hay dos tácticas inmediatas en juego: una armada estadounidense desplegada en el Mediterráneo oriental en un fallido esfuerzo por intimidar a los gigantes del Eje de la Resistencia, Irán y Hezbolá y una posible elección de Milei en Argentina ligada a su declarada promesa de romper la relación entre Brasil y Argentina [esto suena mucho más realista y factible que la chupaleta del canal Ben Gurión].

Así que se trata de un ataque simultáneo contra los BRICS 11 en dos frentes: Asia occidental y América del Sur. No se escatimarán esfuerzos estadounidenses para evitar que los BRICS 11 se acerquen a la OPEP+. Un objetivo clave es infundir miedo en Riad y Abu Dabi, como lo confirman fuentes empresariales del Golfo Pérsico.

Incluso los líderes vasallos del OCI habrían estado conscientes de que ahora nos encontramos en lo más profundo de El Imperio Contraataca. Esto también explica en gran medida su cobardía.

Saben que para el Hegemón, la multipolaridad equivale a “caos”, la unipolaridad equivale a “orden” y los actores malignos equivalen a “autócratas”, como el nuevo “Eje del Mal” ruso-chino-iraní y cualquiera, especialmente los vasallos, que se oponga al “orden internacional basado en reglas”.

Y eso nos lleva a una historia de dos altos el fuego. Decenas de millones de personas de la Mayoría Global se preguntan por qué el Hegemón está desesperado por un alto el fuego en Ucrania [debería estar desesperado, pero no lo demuestra] mientras se niega rotundamente a un alto el fuego en Palestina.

El Proyecto de Congelación de Ucrania preserva el Fantasma de la Hegemonía un poco más. Supongamos que Moscú mordiera el anzuelo (no lo hará). Pero para congelar a Ucrania en Europa, el Hegemón necesitará una victoria israelí en Gaza tal vez a cualquier precio para mantener incluso un vestigio de su antigua gloria [curiosamente ese tipo de victorias no se necesitó en Afganistán].

¿Pero puede Israel lograr la victoria más que Ucrania? [estos son sueños guajiros: Israel NO ES Ucrania y ésta no tiene un AUPAC en USA que mantenga en nómina a todos los políticos estadounidenses importantes. Así, la pregunta resulta bastante pentonta y “wishful thinking”]. Es posible que Tel Aviv ya haya perdido la guerra el 7 de octubre, ya que nunca podrá recuperar su fachada de invencibilidad [siguen los sueños de opio]. Y si esto se transforma en una guerra regional que Israel pierde [really?], USA perderá de la noche a la mañana a sus vasallos árabes, que hoy tienen una opción china y rusa esperando entre bastidores.

El Rugido popular es cada vez más fuerte: exigen que la administración Biden, ahora vista como cómplice de Tel Aviv, detenga el genocidio israelí que puede conducir a una guerra mundial. Pero Washington no cumplirá. Las guerras en Europa y Asia occidental pueden ser su última oportunidad (que perderá) de subvertir el surgimiento de un siglo euroasiático próspero, conectado y pacífico.

 

jueves, 16 de noviembre de 2023

Manipulación

 El arte del engaño: Cómo Israel usa la ‘hasbará’ para blanquear sus crímenes

Los israelíes durante largo tiempo han recurrido a la estrategia de la diplomacia pública para dominar el área del control de la narrativa y la manipulación de la información

TRT World                                                                                                   2021

FUENTE: https://www.trtworld.com/magazine/the-art-of-deception-how-israel-uses-hasbará-to-whitewash-its-crimes-46775

 

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

 

Mientras Israel lleva a cabo su última ronda de agresión contra los palestinos, la narrativa predominante que a menudo se difunde en los principales medios de comunicación occidentales sigue estando implícitamente enmarcada para favorecer la narrativa israelí.

 

Bajo la apariencia de neutralidad, el discurso de los medios ha consistido en describir el conflicto que estalla en la Jerusalén Oriental ocupada como “enfrentamientos” entre “ambas partes”. El despiadado bombardeo israelí de Gaza, que provocó la muerte de cientos de civiles, se racionaliza como un acto de “autodefensa” en respuesta a los ataques indiscriminados con cohetes de Hamás y su uso de “escudos humanos”.

El Estado israelí es profundamente consciente de que la percepción da forma a la realidad. Si bien comete presuntos crímenes de guerra con impunidad, sólo puede hacerlo si cuenta con una maquinaria de propaganda lo suficientemente poderosa que pueda desplegar para contrarrestar la inevitable condena pública y la solidaridad internacional con los palestinos.

 

'Hasbará', la principal herramienta de mensajes de Israel.

Hasbará (explicación en hebreo) es una técnica de diplomacia pública que vincula la guerra de información con los objetivos estratégicos del Estado israelí. La diplomacia pública debe concebirse estratégicamente como una prioridad de política exterior, mediante la cual se cultive una imagen positiva de Israel en el escenario mundial, especialmente considerando los desafíos de imagen que Israel ha enfrentado continuamente desde su creación en 1948.

Si bien está arraigada en conceptos anteriores de agitprop y censura, la hasbará no busca obstaculizar el suministro de información contradictoria a las audiencias. En cambio, acepta voluntariamente un mercado abierto de opiniones. Lo que busca hacer en este contexto es promover la escucha selectiva limitando la receptividad de las audiencias a la información, en lugar de restringir su flujo.

Para cumplir su misión, la hasbará se dirige a diplomáticos, políticos y al público a través de los medios de comunicación. También se logra a través de numerosos institutos y agencias gubernamentales, así como en centros de investigación, universidades, ONG y empresas de lobby.

Israel incluso ofrece becas de hasbará, becas y subvenciones para fomentar la defensa proisraelí, mientras que una serie de personas, desde periodistas hasta blogueros, trabajan para crear una imagen positiva del país.

 

Hasbará 2.0

Tras la guerra del Líbano de 2006 y la "Operación Plomo Fundido" dos años después, que dañaron gravemente la reputación internacional de Israel, hubo un cambio gradual entre 2008 y 2012 hacia lo que la académica Miriyam Aouragh llamó "Hasbará 2.0": una diplomacia digital asertiva. eso representó tecnologías web 2.0 como las redes sociales y YouTube.

Pronto, las iniciativas de estilo hasbará de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se sincronizaron en una nueva rama en línea, con un equipo permanente operando en enlace con el Ministerio de Asuntos Estratégicos en 2008.

En 2012, Israel anunciaría su guerra contra Gaza en Twitter. Durante la “Operación Pilar de Defensa”, mientras los temas de conversación canalizados por Israel saturaban el panorama mediático estadounidense y europeo, hasbará hizo un uso intensivo de los canales de comunicación más destilados de las redes sociales. Explotó aún más las funciones del navegador, los algoritmos de los motores de búsqueda y otros mecanismos automatizados que controlaban el contenido que se presentaba a los espectadores.

En el proceso, Israel diseñó una narrativa de sí mismo como víctima inocente del terrorismo palestino, una narrativa a la que se le reconocía el derecho soberano de defensa contra el ataque existencial [Omitiendo que un invasor no tiene el derecho a la autodefensa, precisamente por estar invadiendo]. Esto, a pesar de haber iniciado la escalada, poseyendo un poder aéreo avanzado contra un adversario que carecía en absoluto de algo equivalente y descargar más de mil veces más toneladas de municiones sobre los habitantes de Gaza.

En 2014, la guerra de Israel en Gaza bajo la “Operación Margen Protector” provocó un retroceso mucho mayor en su narrativa mediática, subestimando claramente el alcance de la indignación global por sus acciones en Gaza.

A medida que las imágenes de destrucción y cuerpos desmembrados de civiles inocentes inundaban las redes sociales, los defensores de la hasbará se vieron obligados a redoblar sus esfuerzos en campañas de relaciones públicas bien orquestadas que intentaron replantear los crímenes de guerra con temas de conversación para encubrir cualquier uso desproporcionado de la fuerza, que incluso terminó resultando ineficaz en Israel.

 

Medidas desesperadas

En caso de que esta postura falle, hay algunas estrategias muy gastadas en su arsenal a las que han recurrido los ingenieros de la hasbará.

Una ha sido obligar al público a elegir entre Israel y Hamás. Hoy en día, vemos
continuamente esta dicotomía en los segmentos de transmisión internacional; Al hacerlo, se presenta a Israel como un actor racional e inocente provocado por una amenaza terrorista irracional, convirtiendo cualquier crítica a las acciones de Israel en una apología de facto del terrorismo.

Si bien varios gobiernos occidentales han designado a Hamás como organización terrorista, incluidos USA y la UE, Noruega y Suiza, todavía mantienen vínculos diplomáticos con el grupo. Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido sólo consideran su ala militar como organización terrorista. Varios otros estados fuera de Occidente no la califican de organización terrorista, y en 2018 la ONU rechazó una resolución de USA para condenarla como organización terrorista.

Probablemente la táctica más común ha sido vincular cualquier crítica a las políticas israelíes, ya sean violaciones de derechos humanos o colonización ilegal de tierras palestinas, con el antisemitismo.

Una de las amenazas estratégicas de los últimos años ha sido el creciente movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS). Los funcionarios israelíes han intentado difamar a quienes apoyan el BDS como antisemitas y afirman que está vinculado al terrorismo, mientras que en USA se han aprobado leyes anti-BDS.

En línea, se ha presionado a destacadas empresas de redes sociales para que adopten la definición operativa de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto, que amplía las posibles acusaciones de antisemitismo a críticas a Israel.

La utilización de las cuestiones de justicia social como armas y la apropiación del lenguaje "despierto" es otra estrategia adoptada con frecuencia. Por ejemplo, la narrativa de que Israel es la “única democracia” en Medio Oriente se repite hasta el infinito; dando a entender que es el único país que respeta los derechos humanos y el estado de derecho en una región que de otro modo es regresiva y hostil.

El “pinkwashing” [literalmente, lavar dando tono rosa] (explotar cínicamente los derechos LGBTQ+ para amplificar un barniz progresista y ocultar los crímenes israelíes) se ha agregado al repertorio hasbará, junto con el apoyo a los derechos de los animales para la ocupación “veganwashing”.

En última instancia, este discurso pretende operar en yuxtaposición contra los palestinos “atrasados” para deshumanizarlos aún más entre el público occidental y suavizar las críticas a Israel.

miércoles, 8 de noviembre de 2023

Pinochyahu

 La Cultura Israelí del Engaño

Por Chris Hedges                                                                           19-Oct-23

FUENTE: https://www.unz.com/article/israels-culture-of-deceit/

 

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

Washington DC – (Scheerpost) – Israel fue fundado sobre mentiras. La mentira de que la tierra palestina estaba en gran parte desocupada. La mentira de que 750,000 palestinos huyeron de sus hogares y aldeas durante la limpieza étnica llevada a cabo por las milicias sionistas en 1948 porque así se lo ordenaron los líderes árabes. La mentira de que fueron los ejércitos árabes los que iniciaron la guerra de 1948 en la que Israel se apoderó del 78% de la Palestina histórica. La mentira de que Israel se enfrentaba a la aniquilación en 1967, lo que le obligó a invadir y ocupar el 22% restante de Palestina, así como tierras pertenecientes a Egipto y Siria.

 

Israel se sostiene con mentiras. La mentira de que Israel quiere una paz justa y equitativa y apoyará un Estado palestino. La mentira de que Israel es la única democracia en Medio Oriente. La mentira de que Israel es un “puesto avanzado de la civilización occidental en un mar de barbarie”. La mentira de que Israel respeta el Estado de derecho y los derechos humanos.

Las atrocidades de Israel contra los palestinos siempre son recibidas con mentiras. Las escuché. Las grabé. Las publiqué en mis artículos para The New York Times cuando era jefe de la oficina del periódico en Oriente Medio.

Cubrí la guerra durante dos décadas, incluidos siete años en Medio Oriente. Aprendí bastante sobre el tamaño y la letalidad de los artefactos explosivos. No hay nada en el arsenal de Hamás o de la Jihad Islámica que pudiera haber replicado el enorme poder explosivo del misil que mató a unos 500 civiles en el Hospital Árabe Cristiano al-Ahli en Gaza. Nada. Si Hamás o la Jihad Islámica Palestina (JIP) tuvieran este tipo de misiles, enormes edificios en Israel serían escombros con cientos de muertos. No lo son.

El silbido, audible en el vídeo momentos antes de la explosión, parece provenir de la alta velocidad de un misil. Este sonido lo delata. Ningún cohete palestino hace ese ruido. Y luego está la velocidad del misil. Los cohetes palestinos son lentos y pesados, claramente visibles cuando se arquean en el cielo y luego caen en caída libre hacia sus objetivos. No atacan con precisión ni viajan a una velocidad cercana a la supersónica. Son incapaces de matar a cientos de personas.

El ejército israelí lanzó cohetes “que tocan el techo” sin ojivas sobre el hospital en los días previos al ataque del 17 de octubre, la conocida advertencia dada por Israel de evacuar los edificios, según funcionarios del hospital de al-Ahli. Los funcionarios del hospital también dijeron que habían recibido llamadas de Israel diciendo "les advertimos dos veces que evacuaran". Israel ha exigido que se evacuen todos los hospitales del norte de Gaza.

Tras el ataque al hospital, Hananya Naftali, una “asistente digital” del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, publicó en X, antes Twitter: “La Fuerza Aérea de Israel atacó una base terrorista de Hamás dentro de un hospital en Gaza”. La publicación fue rápidamente eliminada.

Desde la incursión del 07-Octubre en Israel por parte de combatientes de la resistencia palestina, que supuestamente dejó unos 1,300 israelíes muertos, muchos de ellos civiles, y unos 200 secuestrados como rehenes y llevados a Gaza, Israel ha llevado a cabo 51 ataques contra instalaciones sanitarias en Gaza que han matado a 15 trabajadores sanitarios y herido a 27, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). De los 35 hospitales de Gaza, cuatro no funcionan debido a los graves daños por los ataques. Sólo ocho de los 22 centros de atención primaria de salud de la UNRWA son “parcialmente funcionales”, dice la OMS.

El descaro de las mentiras israelíes sorprendió a quienes informamos desde Gaza. No importaba si hubiésemos visto el ataque israelí, incluidos los disparos contra palestinos desarmados. No importó cuántos testigos entrevistamos. No importaba qué evidencia fotográfica y forense obtuviéramos. Israel mintió. Pequeñas mentiras. Grandes mentiras. Mentiras enormes. Estas mentiras surgieron reflexiva e instantáneamente del ejército israelí, de los políticos israelíes y de los medios de comunicación israelíes. Fueron amplificadas por la bien engrasada maquinaria propagandística de Israel y repetidas con empalagosa sinceridad [más bien, borreguismo] en los medios de comunicación internacionales.

Israel comete el tipo de mentiras que dejan boquiabierto y caracterizan a los regímenes despóticos. No deforma la verdad, la invierte. Pinta un cuadro diametralmente opuesto a la realidad. Aquellos de nosotros que hemos cubierto los territorios ocupados nos hemos topado con las narrativas israelíes de Alicia-en-el- País-de-las-Maravillas, que diligentemente insertamos en nuestras historias (lo que exigen las reglas del periodismo estadounidense), aunque sabemos que son falsas.

Israel ha inventado un léxico orwelliano. Los niños asesinados por los israelíes quedan atrapados en el fuego cruzado. El bombardeo de barrios residenciales, con decenas de muertos y heridos, se convierte en un ataque quirúrgico a una fábrica de bombas. La destrucción de hogares palestinos se convierte en la demolición de hogares de terroristas.

La Gran Mentira Große Lüge alimenta las dos reacciones que Israel busca provocar: el racismo entre sus partidarios y el terror entre sus víctimas. La Gran Mentira fomenta el mito de un choque de civilizaciones, una guerra entre la democracia, la decencia y el honor por un lado y el terrorismo islámico, la barbarie y el medievalismo por el otro.

George Orwell en su novela “1984” llamó a la Gran Mentira “doblepensar”. El doblepensar utiliza “lógica contra lógica” y “repudia la moralidad al mismo tiempo que la reclama”. La Gran Mentira suprime matices, ambigüedades y contradicciones que pueden atormentar la conciencia. Está diseñada para crear disonancia cognitiva. No permite zonas grises. El mundo es blanco y negro, bueno y malo, justo e injusto. La Gran Mentira permite a los creyentes consolarse (un consuelo que buscan desesperadamente) en su propia superioridad moral, incluso cuando abrogan toda moralidad. Alimenta lo que Edward Bernays llamó el “compartimento a prueba de lógica de la adherencia dogmática”. Toda propaganda eficaz, escribe Bernays, apunta y se basa en estos “hábitos psicológicos” irracionales.

Los partidarios israelíes tienen sed de estas mentiras. No quieren saber la verdad. La verdad los obligaría a examinar su racismo, su autoengaño y su complicidad en la opresión, el asesinato y el genocidio.

Lo más importante es que la Gran Mentira envía un mensaje siniestro a los palestinos. La Gran Mentira afirma que Israel emprenderá una campaña de terror y genocidio masivo y nunca asumirá la responsabilidad de sus crímenes. La Gran Mentira borra la verdad. Borra la dignidad del pensamiento y la acción humanos. Borra los hechos. Borra la historia. Borra la comprensión. Borra la esperanza. Reduce toda comunicación al lenguaje de la violencia. Cuando los opresores hablan a los oprimidos exclusivamente a través de la violencia indiscriminada, los oprimidos responden a través de la violencia indiscriminada.

El caricaturista Joe Sacco y yo vimos a los soldados israelíes burlarse y disparar a niños pequeños en el campo de refugiados de Khan Younis en Gaza. Posteriormente entrevistamos a los niños y a sus padres en el hospital. En algunos casos asistimos a sus funerales. Teníamos sus nombres. Teníamos las fechas y lugares de los tiroteos.

La respuesta de Israel fue decir que no estuvimos en Gaza. Que lo habíamos inventado.

El primer ministro israelí, el ministro de Asuntos Exteriores, el ministro de Defensa y el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) inmediatamente culparon del asesinato de la periodista de Al Jazeera, Shireen Abu Akleh, en 2022, a pistoleros palestinos. Israel difundió imágenes de un combatiente palestino que, según dijeron, disparó y mató a la periodista, que vestía un chaleco antibalas y un casco con la leyenda "PRENSA".

Benny Gantz, que en ese momento era ministro de Defensa, afirmó que “no se dirigieron disparos [israelíes] contra la periodista” y que el ejército israelí había “visto imágenes de disparos indiscriminados por parte de terroristas palestinos”.

Esta mentira se promovió hasta que un video examinado por B'Tselem, el Centro Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados, identificó la ubicación del pistolero palestino representado en el video. El vídeo, según descubrió la organización de derechos humanos, fue tomado en un lugar diferente al de donde mataron a Shireen.

Cuando Israel es sorprendido mintiendo, como ocurrió con el asesinato de Shireen, promete una investigación. Pero estas investigaciones son una farsa. Rara vez se llevan a cabo investigaciones imparciales sobre los cientos de asesinatos de palestinos cometidos por soldados y colonos judíos. Los perpetradores casi nunca son llevados a juicio ni responsabilizados. El patrón de ofuscación israelí es predecible. También lo es la connivencia de casi todos los medios corporativos junto con los políticos republicanos y demócratas. Los políticos estadounidenses condenaron el asesinato de Shireen y repitieron obedientemente el viejo mantra, pidiendo una “investigación exhaustiva” por parte del ejército que llevó a cabo el crimen.

Unos meses más tarde, Israel admitió que había una “alta posibilidad” de que un soldado israelí matara a la periodista por accidente, pero para entonces el estallido de protestas callejeras y la ira por el asesinato de la periodista había terminado y su asesinato en gran medida olvidado.

Cuando se conozcan pruebas concluyentes sobre el bombardeo del hospital, también esto será un recuerdo lejano.

Hay imágenes dramáticas capturadas en septiembre de 2000 en el cruce de Netzarim en la Franja de Gaza (donde vi a un chico de diecinueve años asesinado a tiros por un francotirador israelí) por France 2 TV, de un padre que intenta proteger a su traumatizado hijo de 12 años, Muhammad al-Durrah, de los disparos israelíes que finalmente lo mataron.

El asesinato del niño dio lugar a la típica campaña de propaganda por parte de Israel. Los funcionarios israelíes pasaron años mintiendo sobre el asesinato, primero culpando a los palestinos por el tiroteo, luego sugiriendo que la escena era falsa y finalmente insistiendo en que el niño todavía estaba vivo.

Cuando un soldado israelí, en 2003, asesinó a la estudiante y activista estadounidense de 23 años Rachel Corrie, aplastándola hasta la muerte con un buldozer mientras intentaba impedir la demolición ilegal de la casa de un médico palestino, el ejército israelí dijo que fue un accidente del que Corrie fue responsable.

El ejército israelí ha matado a “al menos” 20 periodistas desde 2001, sin rendir cuentas, según un informe de 2023 del Comité para la Protección de los Periodistas, con sede en Nueva York. “Inmediatamente después de que las fuerzas de seguridad matan a un periodista, los funcionarios israelíes a menudo lanzan una narrativa contraria a los informes de los medios”, concluyó el CPJ. Esto incluye culpar de las muertes al “fuego indiscriminado” de los palestinos o intentos de desacreditar a los asesinados como “terroristas”.

Israel bloquea el trabajo de organizaciones independientes de derechos humanos sobre las atrocidades y crímenes de guerra que comete en Gaza y Cisjordania. Se niega a cooperar con la Corte Penal Internacional en posibles crímenes de guerra en los Territorios Ocupados. No coopera con el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y prohíbe la entrada al país del Relator Especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967. Israel revocó el permiso de trabajo a Omar Shakir, director de Human Rights Watch (Israel y Palestina), en 2018 y lo expulsó. En mayo de 2018, el Ministerio de Asuntos Estratégicos y Diplomacia Pública de Israel publicó un informe en el que pedía a la Unión Europea y a los Estados europeos que detuvieran su apoyo financiero directo e indirecto y su financiación a organizaciones palestinas e internacionales de derechos humanos que “tienen vínculos con el terrorismo y promueven boicots contra Israel".

Después del bombardeo del hospital, Israel publicó por primera vez un vídeo que pretendía mostrar cohetes de la Jihad Islámica Palestina impactando el hospital. Los israelíes eliminaron apresuradamente el vídeo cuando los periodistas notaron que las marcas de tiempo mostraban que las imágenes fueron tomadas 40 minutos después del ataque al hospital.

Los propagandistas israelíes, conscientes de que los cohetes palestinos tienen poco poder explosivo, afirmaron entonces que Hamás almacenaba municiones debajo del hospital. Esto provocó la enorme explosión, dijeron. Pero si esto fuera cierto, significaría que habría una explosión secundaria. No hubo ninguna. Y ahora Israel ha publicado lo que dicen es una grabación de dos militantes de Hamás discutiendo el ataque con misiles al hospital. Los militantes se preguntan entre sí, en una conversación autoincriminatoria que es demasiado ridícula para creer, si Hamás o la Jihad Islámica llevaron a cabo el ataque. Por favor. ¿Cómo es posible que Israel ignorara por completo la incursión de miles de militantes palestinos armados desde Gaza a Israel el 7 de octubre pero haya sido capaz de captar esta conversación incriminatoria de dos supuestos militantes?

"Israel tiene toda una unidad de 'mistaravim', agentes encubiertos judíos israelíes entrenados para hacerse pasar por palestinos y operar en secreto entre los palestinos", escribe el periodista Jonathan Cook. “Israel produjo una serie de televisión muy popular sobre esas personas en Gaza llamada Fauda. Hay que ser más que crédulo para pensar que Israel no podría, y no lo haría, arreglar una grabación como ésta para engañarnos, tal como engaña regularmente a los palestinos en Gaza”.

Israel también ha atacado durante mucho tiempo instalaciones médicas, ambulancias y médicos, como señala el estudioso de Oriente Medio Norman Finkelstein. Bombardeó un hospital infantil palestino durante la guerra de 1982 en el Líbano, matando a 60 personas. También llevó a cabo ataques con misiles contra ambulancias libanesas claramente señalizadas durante la guerra de 2006 entre Israel y el Líbano. Dañó o destruyó 29 ambulancias y casi la mitad de las instalaciones de salud de Gaza, incluidos 15 hospitales, durante el asalto a Gaza de 2008-09 conocido como Operación Plomo Fundido. Rutinariamente prohibió que los palestinos heridos fueran recogidos por ambulancias durante esta operación, dejándolos a menudo morir. Durante la Operación Margen Protector, el asalto de 51 días a Gaza en 2014, Israel destruyó o dañó 17 hospitales y 56 centros de atención primaria de salud y dañó o destruyó 45 ambulancias.

Puede ver mi entrevista, publicada hoy, con el profesor Finkelstein sobre Gaza e Israel [https://www.youtube.com/watch?v=B0aemeCbRTk].

 

 

 

 

Amnistía Internacional, que investigó los ataques israelíes a tres de estos hospitales en 2014, desestimó como falsas las “pruebas” de los ataques ofrecidas por Israel. "La imagen tuiteada por el ejército israelí no coincide con las imágenes de satélite del hospital de Al Wafa y parece representar una ubicación diferente", se lee en el informe.

Exponga las mentiras israelíes e Israel y sus partidarios lo atacarán como antisemita y apologista de los terroristas. Será desterrado de los principales medios de comunicación. Le negarán acceso a foros para hablar del tema y, como me ha pasado a mí, le desinvitarán a eventos universitarios.

Es un viejo juego, uno que he jugado como reportero muchas, muchas veces. Llevo las cicatrices de las mentiras arrojadas por Israel y su lobby. Mientras tanto, Israel continúa con su carnicería, respaldada e incluso alabada por los líderes políticos occidentales, incluido Joe Biden, que acompañan el torrente de mentiras de Israel como un coro wagneriano.

 

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Chris Hedges es un periodista ganador del Premio Pulitzer que fue corresponsal extranjero durante 15 años para The New York Times, donde sirvió como Jefe de Oficina del Medio Oriente y Jefe de Oficina de los Balkanes. Anteriormente trabajó en el exterior para el Dallas Morning News, The Christian Science Monitor y el NPR. Es el anfitrión en el programa The Chris Hedges Report.