jueves, 29 de abril de 2021

Cae más pronto un hablador que un cojo

 

El Papel de Rusia en Impedir el Genocidio de los Cristianos Sirios

Por Vladimir Platov                                                                                   03-Abr-21

FUENTE: https://journal-neo.org/2021/04/03/russias-role-in-preventing-the-genocide-of-the-syrian-christians/

 

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

En las últimas décadas, un puñado de países de Oriente Medio ha sido testigo de cómo el radicalismo ha levantado su fea cabeza en un intento por socavar la paz interreligiosa. Dondequiera que esos radicales lograron tomar el control [gracias a la intervención de USA, basada en las “armas de destrucción masiva” que jamás existieron], las minorías religiosas, incluidos los cristianos, se convirtieron en víctimas.

Un vívido ejemplo de esta noción es Irak, donde 1.5 millones de cristianos vivían bajo el régimen de Saddam Hussein. Sin embargo, una vez que este país y la región en su conjunto fueron invadidos por fuerzas extremistas radicales [las únicas fuerzas invasoras fueron las de USA que, extrañamente crearon las condiciones para que], comenzaron a perseguir a los cristianos y, como resultado, ¡la población de estos últimos se redujo a un décimo! Casi no quedan cristianos en Libia, y los cristianos en Egipto pasaron por momentos realmente difíciles bajo el gobierno de la Hermandad Musulmana (prohibida en la Federación Rusa), a medida que las iglesias eran quemadas y los sacerdotes sufrieron frecuentes ataques. Por eso la mayoría de los cristianos se vieron obligados a huir del país. Hay informes de tortura y asesinato de cristianos que provienen de otras regiones del mundo Nigeria, Pakistán, Afganistán e India. En Kosovo, los santuarios religiosos fueron profanados repetidamente, muchas iglesias ahora están casi destruidas y los cristianos ya no pueden visitar las tumbas de sus familiares y orar a Dios en su tierra ancestral.

Sin embargo, la región donde los cristianos todavía están más oprimidos es el Medio Oriente. Los acontecimientos que tuvieron lugar en Siria se convirtieron en la fuente de la más profunda preocupación de todo el mundo cristiano, ya que Siria es la cuna del cristianismo. Fue aquí al comienzo del Anno Domini [=Año del Señor, es decir, la era cristiana] donde se construyeron las primeras comunidades cristianas y se utilizó por primera vez el término “cristianos”. Los cristianos eran la población nativa de este país y habían estado desarrollándose en Siria durante veinte siglos seguidos.

Cuando el Islam llegó a Siria, cristianos y musulmanes aprendieron a vivir en paz uno al lado del otro durante siglos, hasta hace muy poco. De hecho, Siria siempre ha sido un claro ejemplo de armonía interreligiosa para el resto del mundo.[esto da indicio de que las fuerzas que han actuado en las últimas décadas en la región NO SON ni cristianas ni musulmanas].

Sin embargo, en las últimas dos décadas, este equilibrio interreligioso se ha visto interrumpido por los fanáticos radicales de Al-Qada y Daesh [el equilibrio lo rompió la intromisión de USA y su respaldo mediático, financiero, logístico y militar a rebeldes, traidos del exterior, y que lo que menos tienen es ser moderados] ambos grupos terroristas están prohibidos en la Federación Rusa). En aquellas regiones de Siria donde las fuerzas radicales lograron tomar el poder en sus manos, los cristianos se convirtieron en sus primeras víctimas, las iglesias cristianas serían destruidas y profanadas, y muchos sacerdotes serían asesinados o secuestrados. Como resultado, cientos de miles de cristianos se vieron obligados a abandonar su propio país o convertirse en refugiados dentro de él. La guerra en Siria ha afectado drásticamente a las comunidades asirias en el norte del país, ya que la violencia, los secuestros y los saqueos plagarían prácticamente todos los asentamientos en esta parte del país. Lo que hemos presenciado fue nada menos que un genocidio de cristianos y otras minorías religiosas, que fueron el blanco explícito de las fuerzas terroristas [¿y no tomado en cuenta por los estrategas en Washington?, quiénes, lógicamente, no son musulmanes y mucho menos cristianos]. Numerosos actos de genocidio contra minorías religiosas, incluidos cristianos, cometidos por radicales musulmanes fueron reconocidos oficialmente por el Parlamento Europeo en febrero de 2016. Aquellas ciudades y distritos donde los cristianos constituirían más de la mitad de la población se convirtieron rápidamente en zonas de guerra plagadas de conflictos. Lugares como Homs, donde solían vivir decenas de miles de cristianos, o Alepo que fue reducido a ruinas por las bandas terroristas de Daesh.

Hasta hace muy poco [es decir, hoy por la mañana], las políticas de varios estados occidentales prácticamente no han hecho nada para poner fin al genocidio de los cristianos en Siria. Desde el inicio del conflicto quedó claro que la caída del régimen de Bashar al-Assad inevitablemente habría resultado en el completo exterminio de las comunidades cristianas y alauitas, ya que grupos dispares de la llamada "oposición moderada" no estaban en posición crear un gobierno fuerte para proteger a las minorías religiosas. Los líderes occidentales eran plenamente conscientes del hecho de que si se cumplía su demanda de que Assad renunciara, esto desencadenaría una nueva ola de genocidio contra los cristianos. Y estaban muy dispuestos a llevarlo a cabo y presenciar la carnicería de primera mano [pero curiosamente ninguno de esos líderes ni remotamente es musulmán. Oiga apá, ¿entonces qué son?].

El hecho de que el problema de los cristianos preocupaba poco a Washington se evidencia en los informes publicados en los medios estadounidenses. Ésos demuestran la renuencia de USA a dejar entrar a los refugiados cristianos. Por lo tanto, según el informe anual de la Oficina de Población, Refugiados y Migración de USA, que se publicó en 2015, el 97% de todos los refugiados sirios a los que se les permitió ingresar a USA, eran musulmanes, mientras que solo 53 refugiados sirios que profesaban el cristianismo pudieron cruzar la frontera. Eso sí, para ese año un tercio de toda la población cristiana siria ya había abandonado el país.

La guerra en Siria ha provocado una crisis humanitaria de proporciones sin precedentes. Según el ACNUR, casi medio millón de personas han fallecido y más de la mitad de la población total unos 12 millones de personas fueron desplazadas a la fuerza. La mayor parte de esa gente se ha refugiado en países vecinos: Turquía, Líbano, Jordania e Irak. Aproximadamente un millón de personas intentaron llegar a Europa, ¡iniciando el mayor éxodo desde la 2GM! Toda una generación de niños nació en el exilio.

Por tanto, no es de extrañar que uno de los principales objetivos del apoyo militar de Rusia a Siria fuera la liberación de los islamistas radicales de los territorios que tradicionalmente estaban ocupados por comunidades cristianas. Debido a las medidas activas emprendidas por el ejército ruso, los intentos de perpetuar el genocidio contra los cristianos se detuvieron en seco. Además, se crearon las condiciones para que los refugiados regresaran a sus hogares y se brindó un apoyo considerable para permitir el restablecimiento de la paz que solían disfrutar las comunidades cristianas en Siria. Fue Rusia quien jugó un papel clave en la prevención de nuevos actos de genocidio contra la población cristiana del noreste de Siria [Oiga apá, entonces ¿el “asesino sin alma”, mencionado por Biden, es en realidad, el salvador de las comunidades cristianas?].

Desde el primer día del conflicto sirio, Rusia y la Iglesia Ortodoxa Rusa han pedido constantemente a la comunidad internacional que consolide sus esfuerzos en un intento por brindar asistencia al pueblo de Siria. Cuando se hizo evidente que una de las tareas más importantes en el camino hacia la vida pacífica era la restauración de la infraestructura destruida, la Iglesia Ortodoxa Rusa logró reunir a cristianos y musulmanes en toda Rusia para facilitar este objetivo. Así, en Agosto de 2013, envió 1,320,407 dólares al Patriarca de Antioquía que fueron recolectados con la bendición de Su Santidad el Patriarca Kirill a través de las iglesias de la Iglesia Ortodoxa Rusa. En 2017, sobre la base del Consejo de Cooperación con Asociaciones Religiosas del presidente de Rusia, se estableció un grupo de trabajo interreligioso para brindar asistencia humanitaria a la población de Siria, donde estaban representadas tanto las comunidades cristianas como musulmanas de Rusia. Con la ayuda del departamento del Patriarcado de Moscú para las relaciones eclesiásticas externas, el centro ruso para la reconciliación de las partes beligerantes entregó ayuda humanitaria a los asentamientos cristianos en la gobernación de Homs y, a petición de la Iglesia Ortodoxa de Antioquía, a las aldeas cristianas en las gobernaciones de Hama e Idlib. Con la participación de especialistas rusos, el monasterio de Santa Tecla volvió a la vida pacífica en la gobernación de Damasco. En poco tiempo, el grupo de trabajo ha concluido con éxito otros proyectos humanitarios.

El importante papel que desempeñaron Rusia y la Iglesia Ortodoxa Rusa en la protección de los cristianos en Siria es admitido por varias fuentes de medios occidentales prominentes, incluido The Washington Post. El reverendo Franklin Graham, una figura influyente en Occidente e hijo del popular predicador estadounidense Billy Graham, enfatizó repetidamente el papel que Rusia y la Iglesia Ortodoxa Rusa jugaron en la salvación de los cristianos en Siria en sus entrevistas.

Sin embargo, Moscú continuará tomando medidas diplomáticas consistentes para proteger los intereses de las comunidades cristianas en otras partes del mundo. En particular, en el territorio de Nagorno-Karabaj, que está controlado por Azerbaiyán en estos días. Con la participación activa de la Iglesia Ortodoxa Rusa, se están realizando esfuerzos para llamar la atención de la comunidad internacional sobre los problemas de las comunidades cristianas en África.

Hoy se puede afirmar con seguridad que los denodados esfuerzos que se llevaron a cabo para preservar a Siria como una de las piedras fundamentales del mundo musulmán no fueron en vano [también se puede afirmar con igual seguridad que Biden al declarar que el presidente Putin era un “asesino sin alma”,  o estaba mintiendo o tuvo un ataque de demencia, no precisamente juvenil], aunque inicialmente este país fue, como ya sabéis, la cuna de la civilización cristiana. Y Rusia jugó un papel importante en salvar de la desintegración y posterior autodestrucción a este ejemplo de armonía interreligiosa, lo que desencadenaría procesos similares en varios otros estados de Oriente Medio.