viernes, 15 de noviembre de 2013

¿Ingenuidad o Queriendo Prolongar un Mito Genial?



Haciendo las Preguntas Equivocadas: ¿Fallaron las Revoluciones Árabes?

Por Ramzy Baroud             07-Nov-13
FUENTE: http://dissidentvoice.org/2013/11/asking-the-wrong-questions-did-arab-revolutions-fail/


Las notas de pie de página NO vienen en el original y fueron agregadas por el equipo de traducción.
El retar las falsedades y simplificaciones que han rodeado desde su mismo inicio a la llamada Primavera Árabe no significa que necesariamente uno ponga en duda la noción  misma de que revoluciones verdaderas han envuelto a diversos países árabes por casi tres años.
De hecho, el influjo revolucionario aun está operando, y tomará muchos años antes de que los logros de estas movilizaciones populares sean verdaderamente sentidas. Uno puede entender la frustración y el profundo sentido de desilusión resultante del estado de caos en Libia, las disputas políticas en Yemen y Túnez, la brutal guerra civil[1] en Siria y, por supuesto, la profunda pena colectiva sentida a través de todo el mundo árabe luego de los sangrientos eventos en Egipto.
Pero asignar el término ‘fracaso’ a las revoluciones árabes es un error equivalente a muchos errores de cálculo que acompañaron las nacientes revoluciones y levantamientos desde el inicio. Muchos errores de juicio se hicieron al inicio, comenzando con juntar a todos los países árabes en una categoría única —discutida como noticia singular o tópico académico. Era muy conveniente para un periódico preguntar “¿quién sigue?” cuando Muammar al-Gaddafi de Libia fue tan inmisericordemente asesinado por los rebeldes apoyados por la OTAN. Es igualmente conveniente para los académicos mantenerse discutiendo por qué el ejército egipcio inicialmente se puso de lado de la revolución de Enero 25, el ejército sirio se alió con el partido gobernante[2], mientras que el ejército yemenita cayó en profundas divisiones.
En la prisa por enfatizar la propia autoridad intelectual, si no la propiedad de la narrativa y las razones políticas también, los árabes fueron disectados en todos los modos posibles, estirados en todas las direcciones posibles, y reducidos en modos tan útiles como deficientes, para que pudieran obtenerse respuestas rápidas.
Mientras que las respuestas estaban fácilmente disponibles de por qué los árabes se han sublevado, el tiempo ha probado que muchos de los discursos iniciales fueron vanos y equivocados. Esto es un testamento de la originalidad de las circunstancias, históricas y de otro tipo, que rodearon a cada país —como opuesto a la representación de conjunto ofrecida por los medios. Es un argumento que hice poco después que el presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali huyó del país. Mi alegato fue una respuesta a la euforia de las expectativas creadas por los ‘expertos’ y periodistas de los medios que claramente tenían poca comprensión[3] o me atrevería a decir, respeto de la historia o conocimiento de las complejas realidades en que cada país árabe está situado. Muchos fueron a escribir libros, mientras que otros motivaron audiencias alrededor del mundo con fieros discursos acerca de los despertares colectivos árabe islámicos aun antes que nosotros sacáramos las ideas básicas de lo que estaba manifestándose ante nuestros ojos. Estas manifestaciones fueron a veces muy violentas e implicaron muchos participantes, de Qatar a China, y grupos tan variados en raíces, ideología y fuentes de financiamiento.
Pero a medida que la trama se complicaba, muchos de los relatos distorsionados de las ‘revoluciones mediante twiter’, etc. se volvieron menos relevantes y eventualmente desaparecieron[4]. Tómese el caso de Libia como ejemplo. Aquellos con respuestas simples, reflejando (su) modesta comprensión de las sociedades árabes, apenas podían comprender la compleja naturaleza de la sociedad tribal libia, las relaciones socioeconómicas gobernando el Oriente y el Occidente, las áreas urbanas con las aldeas del desierto, y el contexto y relaciones africanas de Libia.
Cuando la OTAN usó el levantamiento libio, principalmente en las partes orientales del país, para lograr sus propios objetivos políticos, convirtió un levantamiento regional en un guerra en plena escala que dejó al país en un status comparable al de un estado fallido[5]. Casi inmediatamente después de que la OTAN declaró victoriosa la revolución libia, la excitación del componente libio en la ‘Primavera Árabe’ llegó a ser menos visible, y eventualmente se disipó por completo. Desde entonces Libia difícilmente ha seguido un camino de democracia y reformas. De hecho, los daños resultantes de la crisis libia, tales como el influjo masivo de armas y refugiados a otros países africanos, desestabilizó todo el país de Mali.
Como resultado, Mali fue a través de su propio levantamiento, golpe militar, guerra civil y finalmente una guerra conducida por Francia en el curso de dos años. Desafortunadamente, estos problemas apenas son discutidos dentro del contexto libio, puesto que Mali no es árabe; así tales historias inconvenientes no sirven al discurso simplificado de la ‘Primavera Árabe’.
Las consecuencias del fiasco libio[6] continuarán reverberando por muchos años por venir. Pero puesto que los argumentos simples no pueden enfrentar las narrativas intrincadas, los ‘expertos’ de los medios y otros mercenarios intelectuales se han ido a otro lado, vendiendo los mismos gastados argumentos acerca de otros países árabes insistiendo en la misma comodina y defectuosa lógica.
Mientras que algunos partidos continúan suscribiendo el mismo lenguaje que usaron en los primeros meses de 2011 a esas revoluciones, los defectos de las mismas eventualmente dieron credibilidad a los que insisten en que la ‘Primavera Árabe’ fue una completa farsa —concebida, controlada y manipulada en manos estadounidenses, y financiada por ricos países árabes. Estos críticos o no tienen fe en las masas árabes como un posible factor de cambio en sus propios países[7], o han estado tan acostumbrados a juzgar el mundo y todo lo que ocurre como una colosal conspiración donde USA y sus amigos son los únicos embaucadores.
Aunque uno debe permanecer vigilante de tantas estupideces promovidas como noticias por los medios masivos, uno no debe caer en la trampa de ver el mundo a través del prisma de una conspiración estadounidense[8] en la que somos co-conspiradores, tontos sin suerte o participantes forzados[9].
Las revoluciones árabes no han fallado, al menos no todavía[10]. Nos tomará muchos años, o incluso una generación completa evaluar sus fracasos y aciertos. Han ‘fallado’ conforme a nuestras infladas expectativas y errónea comprensión de la historia. Lo que hacen las revoluciones populares es que introducen nuevos factores que retan la manera en que los países son gobernados. En el Medio Oriente post-colonial, los países árabes fueron regidos mediante dictadores —y sus asociados locales— y potencias extranjeras. La armonía y los choques entre el dictador y los extranjeros determinó el curso de los eventos en la mayoría de los países árabes —de hecho, en la mayoría de las experiencias post-coloniales alrededor del mundo.
Esto es donde el verdadero sentido de las movilizaciones de masas en los países árabes llega a ser muy importante, porque el ‘pueblo’ —un factor que aun está lejos de estar plenamente definido— desafió las reglas del juego y revolvió las cartas. Cierto, pusieron en desorden a toda la región, pero es el precio que uno esperaría cuando poderosos regímenes y potencias extranjeras son desafiadas por la gente largamente privada de derechos, desorganizada y oprimida.
Las revoluciones árabes no han fallado[11], pero tampoco han tenido éxito. Simplemente han retado el status quo como nunca antes. El resultado de los nuevos conflictos definirá la política de la región, su futuro y las relaciones entre los gobiernos y las venideras generaciones de árabes.





COMENTARIOS DE RREALISMO
Ramzy Baroud es un periodista palestino-estadounidense.
Eso significa que nació en Palestina, o es hijo de palestinos, avecindado en USA. Y no puede evitar la ‘americanización’ de sus ideas.
Su artículo es una muestra perfecta de ‘wishful thinking’. La denominada por sus promotores ‘Primavera Árabe, como un artificio mercadotécnico “engañapendejos”, NO HA DADO UN SOLO FRUTO FAVORABLE para los árabes y Ramzy se empeña en repetirse una y otra vez que ‘no han fallado’.
Los resultados diferentes en los diversos países son bastante simples de explicar: en Túnez y Egipto, cuando a los títeres les faltó el apoyo acostumbrado, en menos de 1 mes habían renunciado y huido. En Libia, donde Gaddafi no les debía nada a los bancos extranjeros, éste decidió resistir; sin embargo, Libia no estaba preparada para resistir una agresión extranjera moderna. En el caso de Siria, con un respetable sistema antiaéreo, los audaces pilotos de la OTAN prefirieron mantenerse al margen. Definitivamente no iba a ser el ‘día de campo’ que tuvieron atacando a Libia. Aquí se imponía recurrir a mercenarios extranjeros dándoles una excusa islamista engañapendejos. Arabia Saudita, Qatar y demás cómplices, a quienes USA y aliados tienen agarrados  de lo más sensible, creen que sacrificando a otros países musulmanes van a lograr salvarse ellos; lo mismo creyó Saddam Hussein y ya ven como acostumbra pagar el diablo.
Miles de muertos, millones de desplazados, infraestructura destruida que costará muchos años reponer, tons de oro y miles de mdd robados de fondos soberanos, cada país más débil, empobrecido y dividido y Ramzy autoengañándose y (ojalá, inconscientemente) tratando de engañar a los demás, queriendo vender la idea de que esas revoluciones ‘pueden’ a la larga, ‘quizá en la próxima generación’, ‘de alguna manera’, resultar benéficas.
Uno se pregunta: ¿qué evidencia requerirá Ramzy para convencerse de que las cacareadas revoluciones primaverales han sido un enorme fraude y un gigantesco salto hacia atrás de todos los países árabes, orquestadas por sus enemigos?
Ya lo dijo el 07-Jun-12 el ministro del Interior libanés Marwan Charbel: «la “primavera árabe”, luego de año y medio no ha dado NINGÚN OTRO FRUTO que el debilitamiento de TODOS los países árabes y el único beneficiario ha sido Israel; por lo cual, más que primavera árabe debería calificarse de “primavera israelí”».
Realmente se necesita ser muy ingenuo, tener un wishful thinking morboso o, de plano, ser un criptomercenario al servicio del enemigo, para no advertir lo que ha significado la ‘Primavera Árabe’ para estos países.




[1] ¿Una “guerra civil” con combatientes llegados de más de 20 países? Extraña definición propalada por los medios masivos de comunicación que están al servicio de los enemigos del pueblo sirio.
[2] La manipulación orwelliana del lenguaje: cuando el ejército sirio se enfrenta a rebeldes extranjeros de una multitud de países, “se alió con el partido gobernante”. ¿Qué se requiere para declarar que el ejército sirio está defendiendo su patria de la agresión extranjera y que, por otra parte, es la función NORMAL de todo ejército?
[3] Aunque la estupidez y la ignorancia no pueden ser subestimadas, en este caso particular, el tratamiento dado inicialmente por los medios pareció más responder a una agenda previa y sirvió extraordinariamente bien para engañar a las masas y ocultar su verdadera naturaleza.
[4] ¡Por supuesto que desaparecieron! Fue una chupaleta para darles aspecto de modernidad y hacerlas pasar como un acto de masas. El hecho de que no se hayan vuelto a mencionar apunta a su falsedad (algo similar a la historieta del vendedor iraní de autos usados en USA que supuestamente andaba tramando asesinar al embajador saudita en ese país. Jamás se volvió a hablar de él; como que se veía, desde el principio, que era una mentira mal hilada).
[5] De lo cual puede concluirse que la “responsabilidad de proteger” fue una burdísima maniobra mediática de la OTAN (=Organización Terrorista del Atlántico Norte) y de quienes querían sa-quear las riquezas de Libia.
[6] Igual que el fiasco de las ‘armas de destrucción masiva’ de las que se acusó a Saddam Hussein e igual que la acusación de que Irán quiere construir una bomba nuclear. Pareciera que los fiascos están constituyendo más la regla que la excepción, y debe señalarse que los que que recurren a ellos, curiosamente, ¡siempre son los mismos!
[7] Parece que Ramzy no está familiarizado con las teorías de V.Pareto, ni de Lenin, ni conoce la frase de T.E.Edison: «El 5% de la gente, piensa; el 10% cree que piensa; y el restante 85%, prefiere morir antes que pensar». Resulta bastante romántico, anticuado e ilusorio ese protagonismo que pretende atribuirle a las masas (sean árabes o no).
[8] Una precisión. Los conspiradores, cuya habilidad de mimetizarse es extraordinaria, actúan a nombre de USA, pero en realidad, el pueblo estadounidense también es víctima de la misma mafia.
[9] Why not? Simplemente decirlo no sirve demostrar la veracidad de la afirmación.
[10] Véanse los dos párrafos destacados en negrita en los Comentarios.
[11] Really? Are you sure?

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