jueves, 2 de noviembre de 2017

¿Conservar el poder? Será más bien, recuperarlo



¿Alguna oportunidad para que Mohammed bin Salman conserve el poder?

Por Pogos Anastasov                                                                   16-Oct-17
FUENTE: https://journal-neo.org/2017/10/16/any-chances-for-mohammed-bin-salman-to-retain-power/




El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

La visita del rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdulaziz Al Saud, a Rusia el 4-8 de Octubre, tiene un profundo significado simbólico. Su importancia va más allá de la perspectiva de acuerdos económicos y de inversión firmados durante su visita, que es insignificante cuando se compara con las relaciones de Riyad con otros estados poderosos. El volumen de bienes con USA excede al de Rusia por ¡330 veces!
Los acuerdos alcanzados grandemente se refieren al desarrollo de largo plazo de las relaciones entre ambos países. Hablando figurativamente, estamos hablando del lanzamiento de un misil de largo alcance, con la entera visita actuando como la primera etapa de tal misil. Y esta etapa es separable. Explicaré lo que esto significa.
El rey Salman es de edad muy avanzada (81 años). Aunque en los tiempos modernos esto no puede considerarse un límite a la edad para estar en el poder, el líder está seriamente enfermo, un hecho que fue sacado a la luz durante el malfuncionamiento de la escalera mecánica a su llegada a Moscú. El rey se mueve con dificultad; ha tenido un ataque al corazón y, de acuerdo a algunos reportes maliciosos de la neblinosa Albión, también sufre de la enfermedad de Alzheimer. El rey mismo lo entiende, y en los dos últimos años  ha estado preparando vigorosamente a su hijo Mohammed para el ascenso al trono.
Los eventos de Junio de este año demostraron que Al Saud está listo para ir cualquier distancia para este propósito. Ya ha reunido apoyo de sus aliados en el clan Sudairi y logró su meta cuando el protegido de USA, que ya había recibido la aprobación del gobierno en Diciembre de 2014 poco antes de la muerte del rey Abdullah (fue aceptado en Washington por los líderes de todos los departamentos clave, así como por el presidente [¿y esto no es evidencia de que A. Saudita ya perdió toda soberanía?]), rechazó la posición de príncipe de la corona y se hizo a un lado del príncipe Mohammed.
Incluso hasta ahora, desde Enero de 2015, el joven, enérgico y en muy buena condición física, príncipe Mohammed ya ha concentrado en sus manos tremendos poderes, incluyendo la posición de ministro de defensa, jefe del bloque social y económico del gobierno, así como el control sobre la principal fuente de ingreso del reino la compañía saudita Aramco, logrado en otoño del mismo año.
Para el otoño de 2017, todos los obstáculos para obtener plenos, absolutos y legítimos poderesen términos de la legislación saudita han sido eliminados. Todos los pretendientes al trono el exheredero príncipe de la corona e hijo del rey Abdulaziz, el príncipe Muqrin, y como hemos mencionado arriba, Mohammed bin Nayef (sobrino del rey fundador, e hijo del titular del ministerio del interior, el príncipe Nayef, que murió en 2011)— formalmente han renunciado a reclamar el trono. El hijo del rey Abdullah, príncipe Mutaib, que encabeza la Guardia Nacional, tiene un recurso de poder pero no disfruta del apoyo del principal clan real —los Sudairi. Los hijos sobrevivientes del rey fundador (salvo Muqrin), tales como el príncipe Ahmed, todos tienen los derechos al trono, pero no pueden asegurar suficiente apoyo dentro de la familia real saudita, no tienen un componente de poder y en el mejor de los casos tienen el apoyo del clero conservador, que ya sintieron los vientos del cambio y entienden que los planes de reforma del príncipe Mohammed pueden debilitar su posición en la sociedad.
Además, en los dos últimos años, el nuevo príncipe de la corona ha casi completamente limpiado el aparato del estado de los representantes de las familias reales (excepto el cuerpo de gobernadores), dándoles puestos honorables pero carentes de poder en la Oficina Real y en el Consejo de la Shura, donde están bajo estrecha supervisión. Él nombró a sus protegidos entre los jóvenes tecnócratas y hombres de negocios en las posiciones clave, incluyendo la Oficina Real, donde funciona un compacto gabinete alternativo.
Lo peor para los numerosos oponentes del príncipe Mohammed y su política (hay muchos de ellos en la familia Al Saud) no es solamente que están mal consolidados y no tienen poderosas herramientas administrativas o de poder para influir en la situación, sino que no tienen planes para responder a los numerosos retos enfrentados por el reino (dependencia petrolera a bajos precios por las materias primas, desempleo juvenil, subdesarrollo de modernas instituciones estatales, etc).
Mientras tanto, el príncipe Mohammed está lleno de ideas. La primera de ellas es el plan “Visión 2030”, que explica en detalle cómo  el país abandonará su dependencia del petróleo y se convertirá en una economía industrial, aun dependiendo de trabajadores extranjeros. Es claro que este plan se enfrenta a la extremadamente baja eficiencia de la maquinaria estatal, que siempre ha sido considerada una prebenda para los hijos de familias ricas y no tan ricas, pero también por restricciones institucionales. Claramente implica el rompimiento del sistema tribal, el rechazo de los dogmas obsoletos del wahhabismo y la naturaleza más secular del estado, lo que ha sido probado mediante la abolición a principios de Octubre de la prohibición de que las mujeres conduzcan. Pronto, habrá la revocación de la prohibición sobre el entretenimiento cines, teatros, conciertos, exhibiciones y la apertura del país a los turistas. Mohammed bin Nayef ha tratado de oponerse a los cambios limitando la reforma del Consejo de Muftíes y promoviendo la introducción de visa de turista. Ahora, este obstáculo ¡ya no existe!
Así, los oponentes del príncipe Mohammed no tienen medios legales para impedir su ascenso al trono, lo que pudiera tener lugar en los meses próximos. Todos los que están insatisfechos, incluyendo los miembros del clan Sudairi que están disgustados por el abandono del principio de transferir el poder de hermano a hermano y las fuerzas conservadoras que recurren al clero y creen que el joven príncipe ha ido demasiado lejos al destruir las bases patriarcales, obviamente les falta un recurso.
De hecho, tienen una única herramienta la neutralización física del joven príncipe, como fue el caso en 1975 cuando uno de los miembros de la familia real mató  al rey Faisal que se había atrevido a declarar un embargo petrolero contra Occidente [aquí se insinúa que el asesinato de Faisal se debió a oposición interna en la familia real, cuando resulta más que evidente que eso se fraguó en el extranjero. De hecho, ese asesinato es una espada de Damocles sobre cada integrante de la familia real por si se les ocurre salirse de la línea, como Faisal]. Como fue antes, y (lo es) ahora, los oponentes del joven príncipe pueden recurrir al apoyo del exterior [justo es exactamente lo inverso]. Washington ha percibido la visita del rey Salman a Moscú con una indiferencia fingida. Pero entiende que un desarrollo adicional de la situación puede no ir conforme al plan de USA, si Riyad deja de seguir ciegamente las instrucciones de los centros de poder de USA debido a las reformas conducidas por el joven príncipe, (Dios no lo permita) llegue a estar más cerca del desobediente “Vlad”. Esto es muy peligroso, como que el reino de Arabia Saudita es la mayor herramienta de influencia junto con Israel en la situación del mundo árabe, e incluso musulmán, sin mencionr que es el principal comprador de armas estadounidenses en el mundo.
Washington por tanto tomará la ruta fácil de provocar un atentado sobre Mohammed bin Salman u orquestar otra versión de la “primavera árabe”, digamos, en forma de un golpe palaciego. El primer intento de asesinato en Agosto de este año falló. Fue seguido por severas represiones y arrestos, que afectaron a algunos miembros de la familia real. El segundo “tentáculo del temor” fue el ataque contra el palacio real en Jiddah durante la entera visita del rey a Moscú. Actualmente, el príncipe puede esperar nuevos ataques y actos provocadores contra el nuevo papel de Riyad al que USA todavía no se acostumbra.
¿Quiénes en USA pondrán sus apuestas: sobre el viejo príncipe Ahmed? ¿o sobre el insultado y ofendido titular de la Guardia Nacional, Mutaib? ¿Sobre el príncipe Muqrin que ha perdido su posición? ¿O excitará contra Arabia Saudita al Estado Islámico, que está debilitado y perdiendo posiciones en Siria e Iraq? En cualquier caso, el príncipe Mohammed debería estar alerta, y el resto debería recordar que colocando una apuesta sobre alguien de la familia real, USA no está interesado en los intereses sauditas, sino en los propios, y si es necesario, procederán a fragmentar este país conforme a las líneas del mapa de Ralph Peter, como ya ha ocurrido en Iraq.
En otras palabras, USA está dejando de ser el principal garante de la seguridad de la monarquía saudita, pero sin embargo, está llegando a ser la mayor amenaza. El príncipe Mohammed debería recordar a cada minuto precisamente este hecho.

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