jueves, 11 de enero de 2018

Total pérdida del estilo



USA Intimidando, “Estilo Al Capone”, a Estados Miembros de la ONU

Por Vladimir Odintsov                                                                   23-Dic-17
FUENTE: https://www.globalresearch.ca/us-intimidating-un-member-states-al-capone-style/5623672



El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción.
Nikki  [Capone] Haley
A estas alturas el compromiso de la Casa Blanca para difundir el caos a través del mundo, trayendo miseria y sufrimiento a gente de diversas religiones y creencias difícilmente es un secreto para cualquiera. Luego de Afghanistán e Iraq, los más recientes ejemplos de esta obsesión estadounidense se han manifestado en Libia y Siria.
Esta táctica fue adoptada sin reparos por la administración del presidente Donald Trump aún cuando no ha completado un año en el cargo. Sin embargo, vemos más calamidades aproximándose en el horizonte, con peligrosos juegos jugados por Washington simultáneamente contra Irán y Corea del Norte.
La reciente declaración respecto al status de Jerusalén hecho por Trump cae en este patrón familiar, a medida que USA exige que otros estados sigan su liderazgo. De tal modo que Trump no sólo formalmente anunció sus aspiraciones imperiales, o reclamó el derecho para operar como árbitro global, sino que también sepultó cualquier esperanza de negociaciones entre árabes e israelíes, aun cuando Washington asumió el papel de garante del acuerdo de paz entre ambas partes. Haciendo una declaración que luce irresponsable para cualquier observador sensible, Trump no sólo ha violado toodos los documentos de la ONU firmados hasta ahora por USA, también escogió ignorar el plan de partición de Palestina adoptado en 1947, luego de la terminación del Mandato Británico. Este plan estipulaba la creación de un estado judío y uno árabe dentro de la anterior frontera palestina, mientras concedía a Jerusalén un status internacional como la ciudad santa de las tres grandes religiones monoteístas judaísmo, cristiandad e islam.
Alterando unilateralmente el status de Jerusalén Trump no sólo ha mostrado el verdadero rosto de la “diplomacia estadounidense” a todo el mundo, sino que ha privado a USA de la capacidad de desempeñar cualquier papel constructivo hacia la resolución del conflicto árabe-israelí o cualesquier otro conflicto medio-oriental. Después de todo, como garante de la existencia de Israel desde 1948, USA siempre ha buscado mantener una posición balanceada [¡por favor! se supone que es un artículo serio], que le permita permanecer como un “honesto negociador”. Como el periódico francés Figaro recuerda, en Nov-1956 fue Washington quien urgió a Londres y París, los aliados de Israel, para poner fin a la guerra de Suez contra Gamal Abdel Nasser [la motivación fue distraer la atención mundial del aplastamiento de la Revolución Húngara por los tanques soviéticos]. En Oct-1973, Kissinger persuadió a los israelíes a aflojar la presión sobre el rodeado 3er Ejército Egipcio. En Oct-1991, el presidente George W. Bush inició la Conferencia de Paz de Madrid invitando a las pláticas a la delegación palestina, a pesar de la fiera oposición de Tel-Aviv.
Conforme a diversas fuentes, hoy en el mundo hay cerca de 1,770 millones de adherentes del Islam, constituyendo  el 23% de la población mundial. La reacción de los habitantes de 28 países musumanes (incluyendo el 4° país más populoso, Indonesia, y Paquistán, que dispone de armas nucleares) a la “solución” de Trump en Jerusalén ha causado un efecto predecible con declaraciones agresivas provenientes de todas partes del globo. Incluso los aliados europeos de USA anunciaron su  desacuerdo. La Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, declaró  que el movimiento de Trump ha devuelto el proceso de paz en el Medio Oriente a las edades oscuras [en realidad lleva 69 años ininterrumpidos de edad oscura; la partición decretada por la ONU no tomó en cuenta a los palestinos y hablaba del establecimiento de dos estados, de los cuáles sólo se estableció uno, en el territorio del ignorado]. La negativa para apoyar la postura de Trump fue anunciada por la canciller alemana Angela Merkel, por el presidente francés Emmanuel Macron y la lideresa del estado satélite más confiable de Washington la primer ministro británica, Theresa May.
Esta condena universal fue apoyada por el presidente de Turquía, un aliado formal de USA y miembro de la ONU, cuyo líder Recep Tayyip Erdoğan, describió a Trump como una persona suficientemente temeraria como para agitar todo el Medio Oriente.
El exjefe de los servicios secretos israelíes, Yakov Kedmi, recientemente dijo a los medios que Washington ha dejado caer otra bomba sobre el Medio Oriente sin siquiera dar un segundo pensamiento a las posibles consecuencias de sus acciones. Kedmi cree que éste es un ejemplo de la típica conducta [de la élite globalista] estadounidense, asociada con arruinar aun las cosas más simples.
El Medio Oriente emprende cambios radicales estos días, a medida que alianzas tácticas son hechas y luego colapsan rápidamente, con los enemigos de ayer siendo los aliados de hoy. El desarrollo de eventos y los cambios que todo el mundo y el mundo árabe en particular están observando parece extremadamente peligroso para el mundo árabe. La razón de esto son las crecientes aspiraciones coloniales de USA. Washington no solamente está reuniendo tropas e invadiendo estados, está pesadamente ocupado también en una guerra híbrida. Consistentemente ha confiado en la estrategia de divide y conquista en sus tratos con el mundo árabe [y con los no-árabes también, salvo los judíos; ¡qué raro! ¿verdad?], sus gentes y las gentes de otros países de mayoría musulmana.
Se ha señalado la capacidad de USA de provocar malicia y disgusto, de sembrar semillas de odio y disputa en cada estado árabe, afectando a la sociedad en todos los niveles: familia, tribu, grupo religioso y partido político. En particular, el mejor ejemplo es la llamada “Primavera Árabe”. Como que todos los planes y conspiraciones contra los gobiernos de Túnez, Libia, Egipto, Yemen, Siria e Iraq apuntan a Washington e Israel.
Contra este telón, uno no puede ayudar sino sentir disgusto por las recientes acciones de Trump y sus representantes, en particular la actual embajadora de USA en la ONU, Nikki Haley, quién envió cartas de intimidación a los representantes de más de 180 países en un intento de evitarles votar en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre una resolución condenando la reciente decisión de Washington para reconocer Jerusalén como la capital de Israel. Éste es un vívido ejemplo de la supuesta democracia estilo USA en su mejor despliegue con la disposición de Washington a poner todo tipo de presiones sobre aquellos suficientemente valientes para desobedecer los dictados de USA.
El mundo está llegando a estar crecientemente impaciente con Washington, un desarrollo que lleva décadas de retraso. Los intentos de Nikki Haley para utilizar su posición en una imprudente tentativa de amedrentar a los estados miembros de la ONU en clara violación a su Acta Constitutiva, presiona esta paciencia hacia su punto de ruptura.

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