jueves, 13 de diciembre de 2018

Neogeografía globalista: Un estrecho de Kerch en Canadá



Canadá Detiene a Meng Wanzhou, Directora Financiera de Huawei, el Competidor Global de Celulares de China


Por Christopher Black                                                                  08-Dic-18
FUENTE: https://www.globalresearch.ca/canada-arrests-meng-wanzhou-cfo-of-huawei-chinas-global-cell-phone-competitor/5662253


El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.
Está claro que USA está empujando la línea de batalla hacia nuestra puerta... Podemos considerar el arresto de Meng Wanzhou por parte de USA como una completa declaración de guerra contra China”.
Así se leía un editorial en el Global Times de China el 06-Dic, un día después de que Meng Wanzhou, directora financiera de la compañía china Huawei, fuera tomada como rehén por los gobiernos de Canadá y USA el 01-Dic. La hija del fundador de la mayor compañía de telecomunicaciones de China fue arrestada y detenida arbitrariamente por la policía canadiense en Vancouver en tránsito entre aviones el 01-Dic so pretexto de una solicitud de extradición de parte de USA.
El arresto ha conmocionado y enojado a China, mientras que en Canadá la gran población china debe estarse preguntando qué tan seguros están. Los antecedentes del arresto son bastante simples. Huawei se ha convertido en un competidor global en el mercado mundial de teléfonos, y sus teléfonos 5G son de tecnología punta y, por lo tanto, no son bienvenidos por las compañías telefónicas competidoras en USA, Japón, Corea del Sur, Francia y Suecia, que están tan temerosas de la competencia que ellas y sus gobiernos han difundido historias de que los teléfonos están cargados con software espía y son “un peligro para la seguridad nacional”. La compañía incluso ha sido amenazada por los gobiernos de USA y aliados con cargos criminales en la cada vez más hostil guerra económica de USA contra China junto con su creciente presión, provocaciones e insultos [¡Viva el libre comercio!, que por lo visto incluye zancadillas, patadas bajo la mesa, noticias falsas y un largo etc] . Es una forma de controlar el mercado. Pero ahora, actuando como una mafia, secuestraron, detuvieron y tomaron como rehén a una mujer china cuyo simple crimen es ir a trabajar todos los días. La falta de protesta por parte de los grupos de derechos de las mujeres en Occidente no es sorprendente, pero sí ensordecedora.
El pretexto para su arresto es que Huawei ha violado las sanciones estadounidenses contra Irán. Pero las recientes “sanciones” impuestas a Irán por USA son ilegales según el derecho internacional, es decir, según la Carta de las Naciones Unidas que estipula que solo el Consejo de Seguridad puede imponer sanciones económicas a una nación. Las últimas sanciones estadounidenses no están aprobadas por el Consejo de Seguridad [¿las anteriores sí?]. Las sanciones impuestas unilateralmente por una nación contra otra no son legales y constituyen una violación del derecho internacional [y por consecuencia, un delito]. Por lo tanto, no hay ninguna ley que ella o Huawei estén violando. No hay justificación legal para su arresto por los canadienses.
El primer ministro canadiense afirma que no tuvo participación en este arresto, pero admite que lo supo días antes. Pero él no puede afirmar eso, dado que la policía que la arrestó y los fiscales que manejan el archivo son funcionarios federales y así  tuvo que haber estado involucrado. John Bolton en USA también admitió que sabía que esto iba a suceder con varios días de anticipación, por lo que debe haber una comunicación entre las autoridades canadienses y las autoridades estadounidenses a un alto nivel para establecer esto. De hecho, para agregar el insulto al daño, el arresto tuvo lugar mientras el presidente Trump estaba sentado con el presidente Xi, quien estaba tratando de buscar un acuerdo con los estadounidenses para aliviar la guerra económica que libran contra China. Así que cuando Trump se sentó con Xi, sonriendo como un lagarto al sol, sabía que Meng Wanzhou estaba siendo arrestada y continuó actuando como el lagarto que es, mientras que Xi actuaba de buena fe sin darse cuenta de lo que estaba sucediendo más al norte en Canadá.
La declaración de Trudeau de que este arresto arbitrario no tuvo motivaciones políticas y de que él no estuvo involucrado en dar órdenes para que la policía canadiense la detuviera luego de aterrizar en Vancouver es ridícula, ya que el Tratado de Extradición entre Canadá y USA requiere que éste informe de su solicitud al Ministerio de Relaciones Exteriores de Canadá y envíe los documentos que respaldan la solicitud.
Además, el Artículo 2 del Tratado requiere que Canadá solo pueda actuar en tal solicitud si, y solo si, el delito alegado es también un delito según las leyes de ambas partes contratantes. Pero las sanciones impuestas unilateralmente y las sanciones ilegales impuestas a Irán por USA no son actos punibles en Canadá e incluso en USA las "sanciones" son ilegales, ya que infringen la Carta de las Naciones Unidas.
El artículo 4, apartado 1, del Tratado establece:
"La extradición no se concederá en ninguna de las siguientes circunstancias:
(iii) Cuando el delito respecto del cual se solicita la extradición es de carácter político, o la persona cuya extradición se solicita prueba que la solicitud de extradición se realizó con el fin de tratar de castigarle por un delito del tipo antes mencionado. Si surge alguna duda sobre si un caso se encuentra dentro de las disposiciones de este subpárrafo, las autoridades del Gobierno al que se hace la solicitud decidirán ".
Por lo tanto, el Primer Ministro Trudeau no puede evadir la responsabilidad de esta toma de rehenes, de este arresto y detención arbitrarios, ya que su gobierno tuvo que considerar la solicitud de USA y analizar si tenía motivaciones políticas. Por lo tanto, el asunto tenía que ser considerado al más alto nivel, [es decir, forzosamente] por él [salvo que él no sea el más alto nivel; lo cual tampoco puede descartarse]. Dado que él ha ignorado claramente todas las circunstancias, incluido el hecho, en primer lugar que el delito alegado no es un delito en Canadá, y no puede existir en virtud del derecho internacional, y en segundo lugar, que la solicitud de USA tiene una clara motivación política y tiene el objetivo de dañar tanto a Irán como a China, él tomó una decisión política al ordenar a sus fuerzas de seguridad que la arrestaran y detuvieran. Fue un arresto político. El estado de derecho en Canadá ha sido suspendido, al menos en el caso de ella, y así puede serlo en cualquier [otro] caso.
Pero ¿podemos sorprendernos de que el estado de derecho haya dejado de existir en Canadá cuando recordamos que en 1999 Canadá participó en la agresión contra Yugoslavia; cuando participó en la agresión contra Irak; cuando en 2004  sus fuerzas especiales ayudaron a los marines estadounidenses a poner una pistola en la cabeza del presidente Aristide de Haití, secuestrarlo y exiliarlo a África; cuando participó en la invasión y ocupación de Afganistán, de Libia, de Siria; cuando este año admitió a los elementos de los cascos blancos de las fuerzas terroristas evacuados desde Siria; cuando ha participado en complots para derrocar al gobierno venezolano y al gobierno ucraniano donde apoya a los fascistas [este adjetivo simplemente demuestra que el autor es una víctima más de la propaganda; Poroshenko es tan fascista como los neocons son conservadores; en otras palabras, son meras etiquetas camaleónicas para aparentar lo que no son y engañar al que se deje, mientras Poroshenko sigue sirviendo a sus amos globalistas] que tomaron el poder en Kiev y cuando apoya las “sanciones” ilegales, es decir, la guerra económica contra Rusia?
Los canadienses deben estar enojados porque su nación sea liderada por personas cuya lealtad es con Washington en lugar de los canadienses, cuyos intereses no les importan en absoluto. Deberían estar enojados por abofetear al gran pueblo chino por quien el Dr. Norman Bethune, el gran comunista [¿esto es algún cumplido?] canadiense, murió ayudando al Ejército Popular de Liberación durante la Larga Marcha y la resistencia a los japoneses en la década de 1930. [Independientemente de este antiguo caso que trasluce las arraigadas nostalgias del autor, los canadienses tienen motivos mucho más recientes para estar enojados con su Primer Ministro y  éste, personalmente, debería tenerlos para estar molesto con Clownie Trump, luego de las tarifas que le puso a las importaciones canadienses de acero y otros y de llamarlo “manso..., muy deshonesto y débil” en un tuit del 09-Jun-18.
Al consentir, contra los intereses canadienses, en el arresto de Meng Wanzhou, Trudeau está demostrando que, después de todo, Trump no andaba tan errado en su tuit. Pero Justin «Poroshenko» Trudeau debería tener más cuidado en su servilismo porque, como dicen en el rancho culterano: “le anda pungiendo la retroparte íntima a Mefistófeles” y recordar que China no es Canadá, ni México ni la UE. La escaramuza parece haber llegado a su fin ayer, 12-Dic-18, cuando se anunció que Meng Wanzhou fue liberada tras depositar una fianza de 10 mdd].
Deberían estar enojados por estos traidores que han aislado a Canadá de China, de Rusia, de Irán y de sus grandes culturas, y han condenado a Canadá a ser un puesto más de avanzada del imperio estadounidense. Porque como traidores que son, traicionan al pueblo canadiense al servir los intereses de los estadounidenses y su máquina de guerra. Liberen a Meng Wanzhou, porque mientras es mantenida como rehén, también lo somos todos.

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Christopher Black es un abogado criminalista internacional basado en Toronto. Es conocido por una multitud de casos de crímenes de guerra de alto-perfil y recientemente publicó su novela “Beneath the Clouds” (Debajo de las Nubes). Escribe ensayos sobre la ley internacional, la política y eventos mundiales, especialmente para la revista online “New Eastern Outlook” (Nueva Perspectiva Oriental).

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