jueves, 28 de octubre de 2021

Dice un dicho italiano que el factor más importante a considerar en toda entrada... es la salida

La Agenda Verde y el Plan para Colapsar la Economía Mundial Industrial

Por F. William Engdahl                                                                            22-Oct-21

FUENTE: https://www.globalresearch.ca/green-agenda-how-energy-crisis-different-all-others/5758413

 

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción.

El precio de la energía de todas las fuentes convencionales está explotando a nivel mundial. Lejos de ser accidental, se trata de un plan bien orquestado para colapsar la economía industrial mundial que ya ha sido debilitada dramáticamente por casi dos años de ridícula cuarentena covídica y medidas relacionadas.

Lo que estamos viendo es una explosión de los precios de la energía clave del petróleo, del carbón y, ahora especialmente, del gas natural. Lo que hace que esto sea diferente de las crisis energéticas de la década de los 1970s es que esta vez, se está desarrollando mientras el mundo de la inversión corporativa, utilizando el fraudulento modelo de inversión verde ESG [administración ambiental y social, por sus siglas en inglés], está desinvirtiendo en el petróleo, el gas y el carbón del futuro, mientras que los gobiernos de la OCDE abrazan una energía solar y eólica horriblemente ineficiente y poco fiable que asegurará el colapso de la sociedad industrial tal vez tan pronto como los próximos meses. Si no hay un replanteamiento drástico, la UE y otras economías industriales están cometiendo voluntariamente un suicidio económico.

 

Lo que hace solo unos años se aceptaba como obvio era que garantizar una energía abundante, confiable, eficiente y asequible definía la economía. Sin energía eficiente no podemos fabricar acero, hormigón, materias primas de la mina ni ninguna de las cosas que sustentan nuestras economías modernas. En los últimos meses, el precio mundial del carbón para la generación de energía se ha duplicado. El precio del gas natural ha subido casi un 500%. El petróleo se dirige a 90 dólares el barril, el más alto en siete años. [No es la primera vez que ocurren este tipo de variaciones; hace varios años el precio de los Corn Flakes se disparó a más del doble debido a las especulaciones en la Chicago Board of Trade]. Ésta es una consecuencia planificada de lo que a veces se llama el Gran Reinicio de Davos o la locura de cero emisiones de carbono de la Agenda Verde.

Hace unas dos décadas, Europa comenzó un cambio importante hacia las energías mal llamadas renovables o Energía Verde, principalmente solar y eólica. Alemania, el corazón de la industria de la UE, lideró la transformación con la mal concebida Energiewende de la ex canciller Merkel, donde las últimas plantas de energía nuclear de Alemania cerrarán en 2022 y las plantas de carbón se están eliminando rápidamente. Todo esto ha chocado ahora con la realidad de que la Energía Verde no es capaz de hacer frente a la gran escasez de suministros. La crisis era completamente predecible.

 

Los Pollos Verdes se convierten en problema

Con los bloqueos generalizados de la industria y de los viajes por parte del Covid en 2020, el consumo de gas natural de la UE se redujo drásticamente. El mayor proveedor de gas de la UE, Gazprom de Rusia, en interés de un mercado ordenado a largo plazo, redujo debidamente sus entregas al mercado de la UE incluso con pérdidas. Un invierno inusualmente suave de 2019-2020 permitió que el almacenamiento de gas de la UE alcanzara un máximo. Un invierno largo y severo prácticamente borró eso en 2021.

Contrariamente a las afirmaciones de los políticos de la UE, Gazprom no ha hecho política con la UE para forzar la aprobación de su nuevo gasoducto NordStream 2 hacia Alemania. Cuando la demanda de la UE se reanudó en los primeros seis meses de 2021, Gazprom se apresuró a satisfacerla e incluso superar los niveles récord de 2019, e incluso a expensas de reponer el almacenamiento de gas ruso para el próximo invierno.

Con la UE ahora firmemente comprometida con una agenda de Energía Verde, «Fit for 55» [«Listo para el 55», programa de la Comisión Europea que requiere que sus países miembros reduzcan en 55% sus emisiones de CO2 del nivel que tenían en 1990 para el 2030], y rechazando explícitamente el gas natural como una opción a largo plazo, mientras que al mismo tiempo mata al carbón y a la energía nuclear, la incompetencia de los modelos climáticos de los centros de estudios que justificaron una sociedad eléctrica 100% libre de CO2 para 2050 ha vuelto para crear problemas.

Debido a que los inversores financieros en Wall Street y Londres vieron los beneficios de las enormes ganancias de la agenda de Energía Verde, trabajando con el Foro Económico Mundial de Davos para promover el risible modelo de inversión ESG, las compañías convencionales de petróleo, gas y carbón ya no están invirtiendo ganancias en expandir la producción. En 2020, el gasto mundial en petróleo, gas y carbón se redujo en un estimado de 1,000 mdd. Eso no va a volver.

Con BlackRock y otros inversores casi boicoteando a ExxonMobil y otras compañías de energía a favor de la energía "sostenible", las perspectivas de un invierno excepcionalmente frío y largo en Europa y una falta récord de viento en el norte de Alemania provocaron compras de pánico de gas en los mercados mundiales de GNL a principios de Septiembre.

El problema fue que la reposición de existencias fue muy tardía, ya que la mayor parte del GNL disponible de USA, Qatar y otras fuentes que normalmente estarían disponibles ya se habían vendido a China, donde una política energética igualmente confusa, incluida una prohibición del carbón australiano por razones políticas, ha llevado a cierres de plantas y una reciente orden gubernamental para asegurar el gas y el carbón "a cualquier costo". Qatar, los exportadores estadounidenses de GNL y otros han acudido en masa a Asia dejando la UE en el frío, literalmente.

 

Desregulación de la energía

Lo que pocos entienden es cómo los mercados de energía verde de hoy en día están manipulados para beneficiar a especuladores como fondos de cobertura o inversores como BlackRock o Deutsche Bank y penalizar a los consumidores de energía. Los precios generales del gas natural negociados en Europa, el contrato de futuros TTF holandés, es vendido por la ICE Exchange, con sede en Londres. Allí se especula sobre cuáles serán los precios futuros mayoristas del gas natural en la UE dentro de uno, dos o tres meses. La ICE cuenta con el respaldo de Goldman Sachs, Morgan Stanley, Deutsche Bank y Société Générale, entre otros. El mercado está en los llamados contratos de futuros de gas o derivados.

Los bancos u otros pueden especular por centavos de dólar, y cuando se supo la noticia de lo bajo que estaba el almacenamiento de gas de la UE para el próximo invierno, los tiburones financieros se volvieron locos. A principios de Octubre, los precios de los futuros del gas TTF holandés se habían disparado en un 300% sin precedentes en solo unos días. Desde Febrero es mucho peor, ya que una carga estándar de GNL de 3,400 millones de BTU (Unidades Térmicas Británicas) ahora cuesta entre 100 y 120 mdd, mientras que a finales de Febrero su costo era de menos de 20 mdd. Eso es un aumento del 500-600% en siete meses.

El problema subyacente es que, a diferencia del caso durante la mayor parte del período de posguerra, desde la promoción política de las poco fiables y de alto costo "energías renovables" solares y eólicas en la UE y en otros lugares (por ejemplo, Texas, Febrero de 2021) los mercados de servicios eléctricos y sus precios se han desregulado deliberadamente para promover alternativas ecológicas y expulsar el gas y el carbón con el dudoso argumento de que sus emisiones de CO2 ponen en peligro el futuro de la humanidad si no se reducen a cero para 2050.

Los precios soportados por el consumidor final son fijados por los proveedores de energía que integran los diferentes costos en condiciones competitivas. La forma diabólica en que se calculan los costos de la electricidad de la UE, supuestamente para fomentar las ineficientes energías solar y eólica y desalentar las fuentes convencionales, es que, como dijo el analista energético francés Antonio Haya, “la planta más cara de las necesarias para cubrir la demanda (planta marginal) establece el precio por cada hora de producción para toda la producción igualada en la subasta". Por tanto, el precio actual del gas natural establece el precio [incluso] de la electricidad hidroeléctrica cuyo costo es prácticamente nulo. Dado el precio vertiginoso del gas natural, eso está definiendo los costos de la electricidad de la UE. Es una arquitectura de precios diabólica que beneficia a los especuladores y destruye a los consumidores, incluidos los hogares y la industria.

Una causa fundamental agravante de la reciente escasez de abundante carbón, gas y petróleo es la decisión de BlackRock y otros fideicomisos monetarios globales de forzar el retiro de la inversión en petróleo, gas o carbón —todos fuentes de energía perfectamente seguras y necesarias— para acumular recursos en las extremadamente ineficientes y poco fiables energías solar y eólica. Lo llaman inversión ESG. Es la última moda en Wall Street y otros mercados financieros mundiales desde que el director ejecutivo de BlackRock, Larry Fink, se unió a la junta del Foro Económico Mundial de Klaus Schwab en 2019. Crearon empresas de certificación ESG que otorgan calificaciones ESG "políticamente correctas" a las sociedades anónimas y castigan a quienes no cumplan. La prisa por la inversión ESG ha generado miles de mdd para Wall Street y sus amigos. También ha frenado el desarrollo futuro del petróleo, el carbón o el gas natural en la mayor parte del mundo.

 

La "enfermedad alemana"

Ahora, después de 20 años de inversiones insensatas en energía solar y eólica, Alemania, que alguna vez fue el buque insignia de la industria de la UE, es víctima de lo que podemos llamar la Enfermedad Alemana. Al igual que la Enfermedad Holandesa económica, la inversión forzosa en energía verde ha resultado en la falta de energía asequible y confiable. Todo por una afirmación no probada de 1.5 °C del IPCC [Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, por sus siglas en inglés] que se supone que terminará con nuestra civilización para 2050 si no logramos alcanzar el Cero Carbono.

Para avanzar en esa agenda de Energía Verde de la UE, país tras país, con algunas excepciones, han comenzado a desmantelar el petróleo, el gas y el carbón e incluso la energía nuclear. Las últimas plantas nucleares que quedan en Alemania cerrarán permanentemente el próximo año. Las nuevas plantas de carbón, con los últimos depuradores de última generación, se están desguazando incluso antes de comenzar.

El caso alemán se vuelve aún más absurdo.

En 2011, el gobierno de Merkel adoptó un modelo energético desarrollado por Martin Faulstich y el Consejo Asesor Estatal sobre el Medio Ambiente (SRU), que afirmaba que Alemania podría alcanzar el 100% de generación de electricidad renovable para 2050. Argumentaron que el uso de energía nuclear por más tiempo no sería necesario, ni la construcción de plantas de carbón con captura y almacenamiento de carbono (CAC). Con eso, nació la catastrófica Energiewende de Merkel. El estudio argumentó que funcionaría porque Alemania podría contratar la compra de energía hidroeléctrica excedente, libre de CO2, de Noruega y Suecia.

Ahora, con una sequía extrema y un caluroso verano, las reservas hidroeléctricas de Suecia y Noruega están peligrosamente bajas al llegar el invierno, solo el 52% de la capacidad. Eso significa que los cables de energía eléctrica a Dinamarca, Alemania y ahora Reino Unido están en peligro. Y para empeorar las cosas, Suecia está dividida en el cierre de sus propias plantas nucleares que le dan el 40% de la electricidad. Y Francia está debatiendo recortar hasta un tercio de sus centrales nucleares limpias, lo que significa que esa fuente para Alemania tampoco estará segura.

Ya el 01-Ene-2021 debido a que el gobierno alemán ordenó la eliminación del carbón, se cerraron 11 centrales eléctricas de carbón con una capacidad total de 4.7 GW. El cierre solo duró 8 días cuando varias de las plantas de carbón tuvieron que volver a conectarse a la red debido a un período prolongado de pocos vientos. En 2022, la última planta nuclear alemana cerrará y más plantas de carbón cerrarán permanentemente, todo por la búsqueda del nirvana verde. En 2002, la energía nuclear alemana era la fuente del 31% de la energía, energía eléctrica libre de carbono.

En cuanto a la energía eólica que cubre el déficit en Alemania, en 2022 se desmantelarán unos 6000 aerogeneradores con una capacidad instalada de 16 GW debido a la expiración de los subsidios de alimentación para las turbinas más antiguas. La tasa de aprobaciones de nuevos parques eólicos está siendo bloqueada por la creciente rebelión ciudadana y los desafíos legales a la contaminación acústica y otros factores. Se está gestando una catástrofe evitable.

La respuesta de la Comisión de la UE en Bruselas, en lugar de admitir las flagrantes fallas en su agenda de Energía Verde, ha sido redoblarla como si el problema fuera el gas natural y el carbón. El zar del clima de la UE, Frans Timmermans, declaró absurdamente: "Si hubiéramos tenido el acuerdo verde cinco años antes, no estaríamos en esta posición porque entonces tendríamos menos dependencia de los combustibles fósiles y el gas natural".

Si la UE continúa con esa agenda suicida, se encontrará en un erial desindustrializado en unos pocos años. El problema no es el gas, el carbón o la nuclear. Es la ineficiente Energía Verde de las energías solar y eólica que nunca podrán ofrecer energía estable y confiable. [los «amos del mundo», lo que menos tienen es ser tontos. Esta política es verdaderamente suicida… a menos que ya les ande por reducir la población mundial].

La Agenda de Energía Verde de la UE, USA y otros gobiernos, junto con la inversión ESG promovida por Davos, solo garantizará que, a medida que avancemos, habrá incluso menos gas, carbón y energía nuclear a las cuales recurrir cuando el viento se detenga, haya sequía en las represas hidroeléctricas o falte el sol.

No se requiere ser un genio para darse cuenta de que éste es un camino hacia la destrucción económica. Pero ése es, de hecho, el objetivo de la energía “sostenible” de la ONU 2030 o el Gran Reinicio de Davos: reducción de la población a gran escala. Los humanos somos las ranas que se están hirviendo lentamente. Y ahora los «Amos del Mundo» realmente están subiendo la temperatura.

 

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