Asesor del WEF Afirma que el Planeta Ya No Necesita la “Vasta Mayoría” de la Población
Por Emily Mangiaracina 15-Ago-22
FUENTE: https://www.globalresearch.ca/world-economic-forum-adviser-claims-planet-no-longer-needs-vast-majority-population/5790127
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Harari hizo esta audaz declaración en una entrevista con Chris Anderson, director del popular grupo mediático TED, haciéndose eco de las predicciones anteriores sobre una "clase inútil" de seres humanos "inempleables".
Harai sugirió que, a diferencia del siglo 20, cuando los "grandes héroes" de las narrativas predominantes de los sistemas políticos eran siempre "la gente común", ahora, en el siglo 21, las personas "ya no forman parte de la historia del futuro". En cambio, según Harari, han sido sustituidas por la inteligencia artificial (IA) y desplazadas por una economía de alta tecnología.
El autor y conferenciante presentó a Anderson la "hipótesis" de que la ansiedad por ser desplazado en la economía del futuro por la IA y una clase "tecnológica" altamente educada está en parte en la raíz de la "desilusión y la reacción contra el orden liberal" del mundo.
"Parte de lo que podría estar pasando es que la gente se da cuenta —y tiene razón al pensar que, 'El futuro no me necesita'. ... Tal vez, si son amables, me darán algunas migajas, como la renta básica universal'. Pero es mucho peor psicológicamente sentir que eres inútil que sentir que estás explotado", dijo Harari.
"Ahora, avancemos rápidamente hasta principios del siglo 21, cuando ya no necesitamos a la gran mayoría de la población", continuó Harari, "porque el futuro pasa por el desarrollo de una tecnología cada vez más sofisticada, como la inteligencia artificial [y] la bioingeniería".
Harari añadió que "estas tecnologías harán cada vez más redundante todo lo que la gente sigue haciendo y que es útil" y, por tanto, "permitirán sustituir a las personas".
Aunque admitió ante Anderson que tecnologías como la IA abrirán nuevos y "más interesantes puestos de trabajo", Harari argumentó que
"no está claro que muchos humanos vayan a ser capaces de hacerlos, porque requerirán altas habilidades y mucha educación".
Anderson propuso tenazmente formas en las que los seres humanos podrían —y sugirió, deberían— seguir desempeñando un papel valioso en la economía mundial, o al menos en la sociedad.
"Una vez más, intentando desesperadamente dar un giro más esperanzador a esta cuestión... muchos de los trabajos que están siendo desplazados son en realidad trabajos aburridos que no aprovechan realmente el núcleo de lo que es el ser humano", dijo Anderson.
Continuó señalando que "cuando uno da un paso atrás, no hay escasez de cosas que hay que hacer", entre ellas ocuparse de los "millones de personas solas" del mundo.
"La gente es realmente buena para hacer que las personas solitarias no se sientan solas, y prácticamente cualquiera puede hacerlo", señaló Anderson. "Las comunidades son un desastre. Prácticamente cualquiera que viva en un lugar podría hacer, en principio, algo para mejorar una comunidad. Podrían pintar una valla, o hacer algún servicio voluntario, o lo que sea".
A su vez, Harari argumentó que para "reconocer como trabajos actividades como la construcción de comunidades y la crianza de familias", "necesitamos un nuevo modelo económico y social".
Cuando Anderson preguntó a Harari si ve "alguna solución a ese problema que no sea" más redistribución de impuestos por parte del gobierno, Harari respondió: "Ese es el papel tradicional del gobierno. Cuando el mercado no es lo suficientemente eficiente en la redistribución de la riqueza, entonces ése es el trabajo del gobierno".
Harari llegó a sugerir que habría que redistribuir la riqueza a nivel mundial, de modo que los beneficios de las empresas tecnológicas de USA y China pudieran beneficiar a los habitantes de países menos avanzados en el ámbito tecnológico.
"Yo diría que el mayor problema, con mucho, no está en el ámbito nacional. Está en el nivel global", dijo Harari, quien añadió que aunque puede imaginar la redistribución de la riqueza de "los gigantes tecnológicos de California" a "las madres de Pensilvania", no ve que esa riqueza se redistribuya a "Honduras, México o Brasil".
Finalmente, Anderson señaló el papel insustituible de los seres humanos, preguntando a Harari:
"¿Existe algún escenario en el que podamos volver a reescribirnos en esta historia de una manera bastante importante como las únicas cosas en el universo que sabemos son las cosas que más importan en el universo —es decir, el amor, la alegría, la creatividad, el tipo de ese sentimiento de paz del que hablabas?
La tecnología no puede aconsejarnos sobre cuáles son las cosas más profundas de nuestro corazón. No debemos dejarla, debemos mantener el control, de hecho hacer que nuestra tecnología esté al servicio de esas cosas. Y en cierto sentido, la relación entre la tecnología y nosotros —[la tecnología] debería considerar las cosas sensibles como dioses, que tienen superpoderes que desconoce. ¿No? ¿Es eso ridículo?
Harari no abordó directamente el punto de Anderson, sino que se centró en "la cuestión de la sensibilidad y la conciencia" como "la cuestión más importante en este sentido" y "el mayor enigma de la ciencia".
La evasión de Harari de la cuestión puede provenir de su visión menos trascendente del ser humano [¡qué forma de decir que el ser humano vale sorbete!], como se refleja en su afirmación de que "el Homo sapiens gobierna el mundo porque es el único animal que puede creer en cosas que existen puramente en su propia imaginación, como los dioses, los estados, el dinero y los derechos humanos", una idea vertebral de su libro "Sapiens: Una Breve Historia de la Humanidad".
Esta idea se repite en su famosa afirmación de que "deberíamos acostumbrarnos a la idea de que ya no somos almas misteriosas", sino que "ahora somos animales hackeables".
Como asesor principal del jefe y fundador del WEF, Klaus Schwab, la opinión de Harari de que en el mundo abundan ahora las personas "inútiles", junto con su abierta degradación de los seres humanos como equivalentes a los animales, plantea la cuestión de si los objetivos del WEF están moldeados por esa visión, y si es así, hasta qué punto.
De hecho, podría decirse que el WEF sitúa el medio ambiente, y no los seres humanos en sí, en el centro de sus prioridades. Se ha asociado con la ONU, fuertemente abortista y partidaria de la anticoncepción, y la agenda del Gran Reinicio del WEF ha suscitado la preocupación de que se produzcan daños colaterales a los medios de vida y el bienestar de las personas de todo el mundo.
Por ejemplo, algunos sostienen que el WEF busca el abandono prematuro de las fuentes de combustible fósil en favor de fuentes de energía "verdes", pero caras y poco fiables, de manera que se frene el uso general de la energía y se perjudique a economías enteras mediante un efecto dominó [el truco está en que no todas son igualmente “perjudicadas”, sino unas mucho y otras muy poco].
Una prueba más de esta visión del mundo es el respaldo del WEF a los cierres por el COVID, que provocaron oleadas de pérdida de puestos de trabajo, picos masivos de depresión, repuntes de los abusos domésticos y otros efectos nocivos. De hecho, el WEF abogó por cierres "más estrictos", a pesar de la miseria mundial, y elogió los cierres por su efecto de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y de la contaminación.
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