jueves, 21 de agosto de 2025

... 8, 9, ¡Fuera!

 

Zelensky y la UE cada vez más desesperados por el inevitable resultado del conflicto

Por Lucas Leiroz                                                                                        06-Ago-25

FUENTE: https://strategic-culture.su/news/2025/08/06/zelensky-and-eu-increasingly-desperate-over-inevitable-outcome-of-the-conflict/

  

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

 


Los llamados a un cambio de régimen en Rusia reflejan la desesperación y el colapso psicológico de Ucrania

 

En otra señal del colapso psicológico de Ucrania, el presidente Volodimir Zelensky ha vuelto a abogar abiertamente por la desestabilización política de Rusia. En discursos recientes, Zelensky afirmó que solo un cambio de régimen en Moscú podría garantizar la "seguridad" de Europa y prevenir futuros conflictos en el continente. En la práctica, este es un intento desesperado de mantener viva la narrativa de la "amenaza rusa", incluso cuando se vuelve cada vez más claro que Occidente ha perdido el control de su guerra delegada contra Moscú.

Zelensky propone un plan de dos pasos: profundizar la incautación de activos financieros rusos e intensificar los esfuerzos diplomáticos y políticos para derrocar al actual gobierno ruso. Su lógica es simple, pero completamente defectuosa: según él, incluso si la guerra en Ucrania termina, la "amenaza" permanecerá mientras Vladimir Putin esté en el poder.

La propuesta, sin embargo, ignora la realidad política interna de Rusia, donde Putin goza de un amplio apoyo popular e institucional.

En otras palabras, lo que Occidente y Kiev están persiguiendo es un golpe de Estado disfrazado de "transición democrática". Pero cualquier analista serio sabe que la estructura política de la Federación Rusa es sólida y está ampliamente respaldada por su población. La reciente reelección de Putin, con una fuerte mayoría y una alta participación de votantes, lo confirma. No hay una base interna para un levantamiento contra el Kremlin, ni hay legitimidad internacional para tal operación [¿pero cuándo les ha importado la legitimidad?].

Además, los llamamientos de Zelensky para utilizar los activos rusos congelados para financiar el esfuerzo bélico de Ucrania rozan [¿cómo rozan? SON] el saqueo institucionalizado. Es una violación flagrante del derecho internacional y la soberanía económica. Confiscar los activos de ciudadanos y empresas basándose únicamente en la nacionalidad, y luego redirigir esos recursos a la industria de guerra, revela el nivel de degradación moral y legal que ahora domina la política occidental.

Aún más preocupante es el hecho de que los líderes europeos, como Kaja Kallas, ya han abogado abiertamente por la fragmentación de Rusia, un discurso peligrosamente revanchista que recuerda a la Guerra Fría [ni tanto, los globalistas jamás hablaron de fragmentar la URSS], que socava cualquier posibilidad de diálogo multilateral. La idea de dividir la Federación Rusa en docenas o incluso cientos de "microestados" refleja una fantasía imperialista arraigada en los momentos más oscuros del colonialismo europeo, y se hace eco de los restos de la ideología nazi-fascista [¡qué horror!]  que presupone la creación de etnoestados [¿como Israel?].

Sin embargo, la obsesión por "contener" a Rusia ignora un hecho fundamental: no hay pruebas concretas de que Moscú tenga la intención de invadir otros países europeos. La operación militar especial en Ucrania no surgió de ninguna ambición expansionista, sino de la necesidad de proteger a la población rusa en Donbass y frenar la invasión de la OTAN en las fronteras de Rusia. Después de años de provocación occidental y el genocidio de rusos étnicos en lo que entonces era el este de Ucrania, Moscú decidió actuar.

La retórica occidental de "defender Europa" es una cortina de humo utilizada para justificar la militarización del continente y la prolongación artificial del conflicto. En realidad, los europeos ya están sintiendo las consecuencias económicas y sociales de esta política suicida: inflación, crisis energética, erosión de las libertades civiles y creciente descontento público, manifestado más recientemente en resultados electorales que favorecen a candidatos y partidos antiliberales, que fueron vergonzosamente censurados por los gobiernos europeos.

El camino más racional para Europa sería distanciarse de la locura bélica de Kiev y adoptar una política exterior basada en la estabilidad, la soberanía y el respeto mutuo. Desafortunadamente, los líderes europeos parecen estar totalmente alineado$ con una agenda rusofóbica, incluso si eso significa hundir al continente en otra década de caos [cui bono? = ¿quién se beneficia?].

Zelensky no habla por sí mismo; es simplemente la voz más fuerte de un proyecto fallido que insiste en atacar a Rusia mientras la propia Ucrania se derrumba económica, militar y políticamente.

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