sábado, 1 de octubre de 2011

PROVOCACION EN EL CONTEXTO DE ACCIÓN-REACCIÓN.

Contribución de un lector de Realismo

2306A donde quiera que volteo veo incitación a la violencia. Individual y colectiva. Organizada y desorganizada. Algunas de ellas son, a todas luces, descaradas manipulaciones, las cuales solamente aquellos drogados por la televisión y las telenovelas no ven como algo realmente obvio.

Hillary Clinton haciendo declaraciones de que en México había un “estado de insurgencia”, cuando la violencia generalizada en el norte del país responde aparentemente a otras causas. O… es que… ¿Acaso ella sabe algo que nosotros no?

Un grupo autonombrado “Anonymous” (que sabemos que NO ES MEXICANO) usando el YouTube para hacer un llamado al pueblo  de México (así como de otros países). Azuzando a la gente para que se una a ellos en contra del “inútil” gobierno. Dando razones que suenan “justas” cuando en realidad están tratando de crear caos y anarquía en el país. Curiosamente, justo al igual que sucedió en Egipto, en Libia, en Yemen, en Siria, etc.

Antes de que sucedieran esas supuestas “revoluciones” árabes, hay pruebas de que unos pocos empezaron a calentar la sangre de la mayoría a través de las redes sociales y otros medios.

 

En algunos casos, los rostros de algunos de los incitadores a la violencia fueron identificados como empleados gubernamentales del estado de Israel. Con nombre y nacionalidad falsos. Pero da la casualidad que a aquellas personas que los denuncian, no se le hace publicidad. Como resultado, la gente no se entera.

En Libia, la gente se dio cuenta de que los “rebeldes” no eran libios, sino acarreados de otras naciones, bien entrenados en fabricar revoluciones. Sin embargo, la prensa no le dio un micrófono a la gente que se dio cuenta de ello. En consecuencia, el mundo no se dio por enterado. En cambio esos “acarreados” no solo tenían toda la cobertura mediática sino hasta apoyo de grandes banqueros. ¡Qué curioso!

Mientras tanto, en México, hay chismes de pasillo (y algunos rumores van más allá de simples chismes) de grupos callejeros (pagados por empresarios locales) que toman la justicia en sus manos y combaten el terror con más terror. O de pandilleros que son pagados incluso por el gobierno para representar un papel ideológico que a todas luces esta más allá de sus pobres intelectos de pre-primaria.

Como decían los romanos: “Al pueblo, pan y circo”.

Y en medio de todo el teatro representado, en la escena surgen algunos otros grupitos con intenciones no claras, con planes de insurgencia y sueños de falsa grandeza, enarbolando la bandera de la bondad y la justicia para lograr atraer incautos a sus filas, pero dispuestos a usar métodos no buenos y no justos, y mucho menos legales. Por más sinceras intenciones que puedan tener, solo veo que sus pequeñas acciones encajan a la perfección en los planes del enemigo de México, ese que tras bambalinas es autor intelectual de tanto crimen.

Luego viene la pregunta justa: ¿A quién sirven? (ya sea que lo sepan o no). ¿A quién?

La mayoría no conoce a sus líderes. Solo reciben órdenes y dinero. O la promesa de que un día les pagarán, aunque tal día nunca llegará.

A toda acción corresponde una reacción”.

Esto es algo que todo científico ve como lógico. Es una ley del universo. Pero en el terreno social la gente no atina a ver que su aplicación nos lleva a mover mecanismos que alteran el orden natural de las relaciones interpersonales, y más allá, de la política nacional e internacional.

Carecer de inteligencia para analizar nuestra situación local y global nos expone a ser parte de esa especie de juego de billar internacional de acciones y reacciones.

     Entregarnos a una reacción violenta ahora, bien pudiera ser lo que esos estrategas anti-mexicanos están esperando que hagamos.

Provocaciones hay muchas. Y van en aumento. El terreno fértil para que los ánimos se exasperen, la adrenalina se inflame, y la razón desaparezca.

Lo que hace falta ahora es una acción inteligente y coordinada que sea intachable desde el punto de vista legal y moral. Algo tan definitivo como inesperado.

No puedo adelantar que pudiera ser eso porque sencillamente lo desconozco. Pero reconozco la urgencia del surgimiento de un liderazgo que sepa mover a la sociedad con inteligencia y emoción. Que inspire y motive, y a la vez con una voluntad inquebrantable nos guíe hacia el camino correcto.

Como dijo un izquierdista que no merece ser nombrado (puesto que trabaja para los enemigos de México), y que sin embargo, certeramente como si por un instante tuviera eso llamado “consciencia” dijo una vez:

“México necesita un líder con huevos. Dispuesto a desafiar a la Historia. Dispuesto a enfrentar a la muerte. Dispuesto a hacer lo que se tiene que hacer”.

Y yo agregaría: Dispuesto a llegar al Poder SIN recurrir al dinero sucio del crimen organizado que hasta ahora ha patrocinado campañas, y sobre todo sin métodos ilegales. Dispuesto a poner el bien de los mexicanos en primer lugar, en vez de quedar bien con agendas extranjeras nocivas. Y siempre dispuesto a transformar la sociedad con su ejemplo impecable.

Soy sincero: Hasta ahora no veo ningún candidato digno de tal calificativo.

 

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