jueves, 19 de diciembre de 2013

Una parte de la élite global - Parte 2 (pero no tan significativa como parecía al principio)



El Grupo de los Treinta y Sus Métodos de Gobernabilidad Financiera

Proyecto de Poder Global: Parte Dos
Por Andrew Gavin Marshall         08-Dic-13
FUENTE: http://dissidentvoice.org/2013/12/the-group-of-thirty-and-its-methods-of-financial-governance/#more-52095

Lo que aparece en negrita fue destacado por el equipo de traducción; lo mismo que los textos en rojo que NO vienen en el original.

En la primera parte de esta exposición, examiné los orígenes y la historia reciente del Grupo de los Treinta como una institución altamente influyente en la arena de la gobernabilidad financiera global, reuniendo a los más importantes banqueros centrales, financieros, creadores de políticas y académicos en el mundo de los asuntos económicos y monetarios.
Luego de más de tres décadas de su fundación en 1978, el Grupo de los Treinta ha mantenido su reputación como una prominente institución en el mundo financiero, prosiguiendo su producción de influyentes reportes y abogando por políticas que son grandemente aceptadas e implementadas alrededor del globo.
El G30, como es referido a menudo, se describe como “una entidad privada, internacional, no-lucrativa, compuesta de muy experimentados representantes de los sectores público [¿a título de qué “un muy experimentado representante del sector público” puede participar en una entidad privada? Si lo hace como funcionario público, está fuera de lugar y si lo hace como particular, entonces nada tiene qué ver su función pública y resulta por lo menos equívoco que se ostente como tal]  y privado y del mundo académico” que “se propone profundizar la comprensión de los problemas internacionales económicos y financieros, explorar las repercusiones internacionales de las decisiones tomadas en los sectores público y privado y examinar las opciones disponibles para los profesionales del mercado y los que establecen las políticas”.
En su disertación acerca de la gobernabilidad financiera global, Eleni Tsingou, Profesora asistente en el Depto de Negocios y Política en la Escuela de Negocios de Copenhague, se enfocó en el papel del Grupo de los Treinta en dar forma al sistema financiero global, haciendo notar que el G-30 “ha tenido un importante impacto en las prácticas financieras regulatorias y de supervisión tanto en el nivel nacional como en el global... de un modo que fue consistente con los intereses del sector privado”..
Ella notó que, “el G-30 ha contribuido al surgimiento de una mezcla de la autoridad pública y privada en las finanzas globales y ha reforzado considerablemente el papel de los intereses privados en las funciones de regulación y supervisión”.
Para fines de los 1990s, el G30 había jugado un papel central en la gobernabilidad del sistema financiero global —con un papel muy directo en administrar la liquidación y pago de los valores y derivados extrabursátiles (OTC, por sus siglas en inglés)— básicamente dirigiendo el curso del debate y las políticas resultantes de regulación (o de falta de ella). Así, el Grupo de los Treinta se “encontró en una posición privilegiada en el centro mismo de la arena de la política financiera”.
El Grupo continuó teniendo una influencia significativa sobre el tipo de regulación bancaria establecida a través del proceso de Basilea II del Comité de Basilea sobre Supervisión Bancaria, operado por el Banco de Pagos Internacionales. Más específicamente, el G-30 fue un fuerte promotor de la “auto-regulación” y la “auto-supervisión” de los mercados financieros, o, en otras palabras, conceder a los bancos la autoridad de “regularse” ellos mismos, lo que obviamente condujo a consecuencias desastrosas [Efectivamente, las consecuencias desastrosas fueron para la sociedad en general y los contribuyentes pero, obviamente no para ellos, porque siendo una entidad privada, los responsables habrían sido destituidos.  Al contrario, los (ir)responsables a cargo de los bancos rescatados recibieron premios y “bonos de desempeño”(sic!) astronómicos; y seguramente los dueños de las instituciones no dieron estos premios y bonos por manirrotos o dadivosos y sin haber recibido nada a cambio].

Reporte del G-30: Finanzas y Crecimiento Económico de Largo Plazo
En 2012, el G-30 publicó un reporte compilado por el Grupo de Trabajo sobre Finanzas de Largo Plazo, que estuvo compuesto de casi 2/3 de la membrecía del G-30 y que estableció sus preocupaciones en cuanto “la eficiente provisión de un nivel de finanzas de largo plazo suficiente para apoyar el crecimiento económico sostenible tanto en economías avanzadas como emergentes”. El reporte se propuso estimar “las futuras necesidades de financiamiento” e “identificar los obstáculos” que se atravesarían en el camino para apoyar “el crecimiento de largo plazo” de la economía.
El reporte señaló directamente que no era un “ejercicio abstracto”, sino que era completamente “operativo” con “recomendaciones prácticas para los actores y creadores de políticas, tanto a nivel global como nacional que... ayudaría a crear un sistema financiero de largo plazo”. En otras palabras, para el Grupo de los Treinta, no producen meras “recomendaciones”, sino más bien “instrucciones” que esperan sean seguidas. Es de significación que muchos de los que produjeron el reporte y que son miembros del G30 convenientemente mantienen una posición oficial como para ser capaces de obedientemente implementar tales instrucciones.
El reporte señaló algunos “candidatos ideales” para manejar el financiamiento a largo plazo, tales como fondos de pensión, fondos soberanos de riqueza, compañías de seguros, legados y fundaciones. Para fines del 2010, estas instituciones tenían aproximadamente 57 bdd en activos, un número que el G30 predijo se incrementaría por 3 bdd anuales hasta el 2020.
Notando que las principales economías del mundo continuarían emprendiendo medidas de austeridad —o programas de “consolidación fiscal”— más allá del “mediano-plazo”, la capacidad de los gobiernos para hacer inversiones estaría grandemente restringida. Así, “el sector privado necesitará ser movilizado para llenar la brecha”. En otras palabras, las llamadas “asociaciones públicas-privadas” llegarán a ser el rumbo a tomar, para asegurar que las corporaciones y los bancos obtengan masivos beneficios, subsidiados por los gobiernos.
El reporte del G30 hizo la declaración de que “los mercados abiertas ayudan a apoyar el crecimiento económico sostenible” , y luego recomendó que las emergentes economías de mercado sigan a las mayores naciones industriales por el mismo camino que ayudó a crear la crisis financiera global sugiriendo que “gradualmente se muevan hacia la liberalización de las cuentas de capital”, para permitir que el dinero entre (o salga) de los países con mayor facilidad y menos regulación (si hay alguna todavía).
Lo que hace al G30, y sus recomendaciones, tan importante es no solamente el hecho de que son tomados seriamente por quienes establecen las políticas y por los “participantes” del mercado —sino que los mismos  individuos que hacen las recomendaciones están en posiciones de poder para directamente implementar o apoyar esas mismas recomendaciones. Aquí están unos pocos de esos individuos que vale la pena notar:
Mark Carney es un miembro del Grupo de los Treinta, mientras que también actúa como gobernador del Banco de Inglaterra (una posición que asumió en 2013), antes de lo cual era el gobernador del Banco de Canadá de 2008 a 2013; Carney es presidente del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), operado por el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés). Es el ex presidente del Comité del Sistema Financiero Global en el BIS de 2010-12; primer vicepresidente del Consejo Europeo de Riesgo Sistémico; miembro del consejo de directores del BIS; miembro de la Fundación Consejo del Foro Económico Mundial, y participante de las Reuniones Bildeberger. Previamente Carney fue vice Ministro de Finanzas de Canadá de 2004-08 y vicegobernador del Banco de Canadá de 2003-04, antes de lo cual trabajó para Goldman Sachs como ejecutivo durante varios años.
Jaime Caruana es también un miembro del Grupo de los Treinta mientras mantiene el puesto de Gerente Gral. del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) desde 2009 hasta el presente. Un miembro del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés) desde el 2009 hasta el presente, Caruana es también miembro del Grupo de Fideicomisarios de los Principios para el grupo de cabildeo de la banca internacional denominado, Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés). Previamente, Caruana sirvió como Consejero Financiero para el Director Gerente del FMI y como gobernador del Banco de España de 2000-06 y fue miembro del Foro de Estabilidad Financiera (FSF, por sus siglas en inglés) de 2003-09 (en cuyo tiempo fue formado dentro del FSB), además de ser ex presidente del Comité de Basilea sobre Supervisión Bancaria de 2003-06.
Mario Draghi es un miembro del Grupo de los Treinta mientras actúa como el actual presidente del Banco Central Europeo desde el 2011, estando también en el consejo del BIS desde el 2006 y sirviendo como presidente del Grupo de Gobernadores y Jefes de Supervisión (GHOS, por sus siglas en inglés) en el BIS desde el 2013. Draghi fue anteriormente gobernador del Banco de Italia, de 2006 al 2011, donde ayudó a poner las condiciones que condujeron a la actual crisis económica y financiera de Italia. Fue ex presidente del Consejo de Estabilidad Financiera de 2009 al 2011; ex presidente del Foro de Estabilidad Financiera de 2006 a 2009 y ex miembro del consejo de gobernadores del Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (IBRD, por sus siglas en inglés) y del Banco Asiático de Desarrollo (ADB, por sus siglas en inglés). Adicionalmente Draghi fue Fideicomisario Honorario en la Brookings Institution de 2003 a 2013; ex Director General en la Tesorería Italiana de 1991 a 2001; presiente del Comité Italiano para las Privatizaciones de 1993 a 2001; ex Director Ejecutivo del Banco Mundial de 1984 a 1990; y ha servido como vicepresidente y director gerente para Goldman Sachs International de 2001 a 2005.
Una organización europea no-lucrativa que documenta —y se opone— a la influencia de las corporaciones en la política de la UE, el Observatorio Europeo de las Corporaciones, ha interpuesto una queja con la UE de que la membrecía de Mario Draghi en el Grupo de los Treinta representaba un conflicto de intereses que lo ponía en una relación institucional con varios representantes de grandes bancos, muchos de los cuales recibían apoyo financiero del BCE. A principios de 2013, la UE declaró que la membrecía de Draghi en el G30 no socavaba su “independencia” como jefe del BCE, puesto que el G30 “debería ser caracterizado como un foro de discusión, más bien que como un grupo de interés o de cabildeo buscando promover los intereses privados”.
Paul Krugman del New York Times salió en defensa de Draghi, mientras señalaba que él mismo es un miembro del Grupo de los Treinta, Krugman escribió en su blog: “Es un salón de charlas; lo aprecio porque tengo oportunidad de oír lo que la gente como Trichet y Draghi tienen qué decir en un ambiente informal”.
Éstos no son, por supuesto, los principales funcionarios que son miembros del Grupo de los Treinta dentro del mundo de la banca central, sino tres entre diversos miembros. En la próxima parte de la serie se examinarán algunos otros miembros del G30 y las contribuciones que han hecho en el pasado para crear la crisis económica y financiera global, y los papeles que actualmente desempeñan como miembros del G30.


COMENTARIOS DE RREALISMO
Tan elitista como puede parecer el nombre mismo del club o los impresionantes curricula de algunos de sus miembros, el G30 NO ES el grupo de los verdaderos «amos del mundo»; no es el grupo que, en definitiva, decide las cosas.

Sin duda, los integrantes del G30 son influyentes en los asuntos mundiales, pero esa influencia no es propia, sino por cuenta de «otros».

De hecho el G30 tiene su propio website (http://www.group30.org/) y en su elenco aparecen Ernesto Zedillo (ex presidente de México, 1994-2000) y Guillermo Ortiz Mtz (ex Srio. de Hda y ex gobernador de Banco de México).
Ambos ilustran palmariamente que se trata de un exclusivo club de tecnócratas; de burócratas de alto nivel (sobre todo en lo que se refiere a sus ingresos), pero en definitiva, de empleados de «alguien»,  ante quien tienen que rendir cuentas.
Una simple revisión de dicho elenco revela que no parece haber entre ellos ningún milmillonario y mucho menos billonarios. Éstos se juntan en otra parte y no tienen website que dé cuenta de sus actividades que, con seguridad, tampoco publican en Facebook.

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