jueves, 21 de septiembre de 2017

Un conflicto que lleva ya casi 4 meses y que apenas empieza



Qatar: ¿La Nueva Víctima de la Agenda de “Cambio de Régimen”?

Por Salman Rafi Sheikh                                                  12-Sep-17
FUENTE: https://journal-neo.org/2017/09/12/qatar-the-new-victim-of-regime-change-agenda/




Un reciente desarrollo ha mostrado en términos inequívocos que la crisis del Golfo está lejos de un fin negociado; más bien las líneas-de-falla geopolíticas que la causaron parecen haberse endurecido en una nueva configuración regional. Que la negociación mutua no fue suficiente para zanjar la crisis entre los dos principales jugadores, Qatar y Arabia Saudita, llegó a ser evidente durante y después de la reciente conversación telefónica que tuvieron los líderes de ambos países. Mientras que el emir de Qatar expresó su disposición a participar en negociaciones, el resultado de la llamada y la reacción saudita probaron que la Casa de Saud quería prolongar el conflicto. Esto es bastante evidente de la manera en que Arabia Saudita anunció que estaba suspendiendo cualesquier plática adicional con Qatar, y el consejero principal en la corte real en Riyadh acusó a Tamim y a su padre, Hamad Bin Khalifa, de difundir la intranquilidad y el terror en la región, etiquetando al segundo como el “Gaddafi del Golfo”, requiriendo ser removido quirúrgicamente del poder y reemplazado por un gobernante más amigable. La pregunta, por tanto, es: ¿el “Gaddafi del Golfo” encontrará el mismo destino que el “Gaddafi de Libia”? Mientras que lo sabremos más pronto que tarde, lo que está claramente en la superficie es que Qatar está en la agenda saudita en la lista de “cambio de régimen”. Y los preparativos para ello ya comenzaron.
La conferencia del 14 de Sep., que está dirigida a “traer la democracia” a Qatar [¿en exclusiva?], organizada por la oposición qatarí en Londres es una específica y encubierta formación de “cambio de régimen”. Irónicamente hablando, el anfitrión de la conferencia es un miembro conservador del parlamento británico, Daniel Kawczynski, quién es un fuerte aliado de Arabia Saudita un país donde la democracia no solamente es considerada ‘anti-islámica’, sino incluso repulsiva [es de suponerse que también les resulte tan anti-islámica y repulsiva como la homosexualidad declarada del tal Kawczynski]. El organizador de esta conferencia es Khalid al-Hail, un ex-asociado de Hamid bin Jassim, el ex-primer ministro de Qatar. El propósito de esta conferencia es aumentar la presión sobre Qatar y hacer que se someta a las demandas de la oposición. Al menos ésta es la valuación de Al-Arabiya, de propiedad saudita.
De acuerdo a ella, “la conferencia de Londres aumentará la presión internacional sobre Qatar a pesar del gasto de gigantescas sumas de dinero por parte de Doha para evitar mayor presión. El parlamentario británico Daniel Kaczynski dijo que era importante para el RU llegar a conocer y cooperar con los aliados del Golfo para pedir que Qatar haga las reformas necesarias y cambie sus políticas que han conducido a la tensión en la región” [Esto hace suponer que el distrito que “representa” Kawczynski en el parlamento es un paraíso carente de problemas, para que su parlamentario ande impulsando asuntos donde no lo llamaron y donde con absoluta seguridad, carece en absoluto de “representatividad”].
Khalid al-Hail, que ve la crisis por el supuesto apoyo de Qatar al terrorismo y la promoción del extremismo como una oportunidad para volver al país, está jugando su parte en el complot saudita para “reformar” Qatar, i.e., destronar al actual liderazgo y reemplazarlo con alguien que deba su régimen y su existencia como gobernante al gusto de la Casa de Saud.
La información disponible en el sitio web de la conferencia claramente declara que el apoyo global es esencial para traer el ‘cambio’ a Qatar [no se sabe si es un arranque de sinceridad o de cinismo, pero queda claro que sin ese “apoyo global” el dichoso ‘cambio’ no se produciría espontáneamente. Tardados que son los qataríes, que requieren un “empujoncito” como los libios]. Éste es particularmente el caso ya que la presencia de tropas turcas en suelo qatarí es un disuasivo clave para cualquier acción militar combinada de la oposición qatarí para quitar al actual emir. Por tanto, el objetivo de la conferencia parece ser el construir consenso internacional alrededor de la idea de un nuevo emir en Doha. ¿Quién podría ser el nuevo emir? Parece que los sauditas ya han tomado una decisión.
El primmer vistazo al gobernante-en-espera fue reportado cuando el rey Salman de Arabia Saudita recibió a Abdullah Bin Ali Al Than, un muy desconocido, algo misterioso, y supuesto miembro de la familia real qatarí [de hecho, el apellido correcto al final es “Al Thani” no “Al Than”. Y dado que el emir actual y su padre también se apellidan Al Thani, quiere decir que este Abdullah, es de una rama que fue hecha a un lado en 1960, como se señala más adelante], a mediados de Agosto en su residencia veraniega en Marruecos [sic]. La reunión no fue importante, pero sí altamente simbólica en términos de la clase de audiencia que se dio al poco conocido miembro de la realeza y la recompensa que recibió en términos de ‘éxito’ en términos de la reapertura de la frontera saudita para los peregrinajes qataríes por el hajj [peregrinación a La Meca, obligatoria para los musulmanes al menos una vez en la vida]. El movimiento, como es evidente, está claramente dirigido a elevar el status de Abdullah en Qatar y cultivarlo como ‘mano del rey saudita’. El canal saudita al-Arabiya escribió en el mismo sentido, que los ancestros de Abdullah son bien conocidos “por su buen gobierno y administración del país” por tanto, adecuado para el futuro del país como un posible reemplazo del actual emir que, para desilusión de los sauditas, ha sido persistente en negar a rendirse [y que eventualmente les puede pagar en la misma moneda; después de todo, lo han acusado de desestabilizar a los vecinos].
Mientras que Abdullah, quién está casado con una saudita y pasa mucho tiempo en el reino, es básicamente un hombre de negocios basado en Londres con intereses comerciales en el Golfo y carece del apoyo público que ayudaría a impulsarlo al poder, su surgimiento, sin embargo, sirve como una manera de decir a los líderes qataríes y a los poderes globales que la crisis está lejos de haberse acabado, y que la posibilidad de disparar una crisis interna en Qatar está muy presente en la mesa.
Dado el hecho de que una intervención armada del tipo que Arabia Saudita hizo en Yemen, su otro vecino, no parece factible debido a la participación de Turquía en la crisis, no hay nada en el terreno que parezca impedir a los sauditas de encontrar la manera de un levantamiento interno en Qatar y luego usar a Abdullah, cuyo abuelo y padre rigieron Qatar de 1913 a 1960, como el nuevo emir .
Lo que ha sido catalogada como una política de “agitación real” [juego de palabras en inglés, intraducible, entre “royal sheikh-up” y “royal shake-up”; esto último significando reforma o cambio radical] parece ser el escenario para una crisis mucho mayor en el Golfo de lo que hasta ahora hemos visto desde Junio, cuando Arabia Saudita y sus principales aliados en la región iniciaron el boicot qatarí. Hasta ahora Qatar ha sido exitoso en desafiar los impulsos hegemónicos sauditas, Y desde la perspectiva saudí, si este desafío continúa en la misma manera, Arabia Saudita terminará enfrentando otra derrota luego de Yemen y Siria por tanto, la iniciación de la política de “cambio de régimen”. [La última frase de este párrafo tiene la intención de ser «engaña-perplejos», atribuyendo a Arabia Saudita toda la iniciativa, cuando no pasa de ser un instrumento en manos de la élite globalista a través de USA]
La pregunta clave, sin embargo, es: ¿cómo convencerán los sauditas a USA, que recientemente ha vendido armas por miles de mdd a Qatar, para estar de acuerdo en un “cambio de régimen”? En lo que se refiere a la posición de USA, éste puede estar de acuerdo en tanto este cambio no trastorne sus propios intereses en la región, porque un emir qatarí pasivo y obediente no será problema ni para Arabia Saudita ni para USA. Además, el segundo aún sería capaz de ganar miles de mdd vendiendo armas y jets. ¡Abracemos, por tanto todavía otro impacto de “cambio de régimen”! [a estas alturas el emir de Qatar ya se dio cuenta que “así paga el diablo”, y que debe jugar más cautamente].

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