jueves, 8 de noviembre de 2018

Un debate entre 2 realistas y 3 mercenario$


John Mearsheimer y Stephen Cohen se Enfrentan al Engañoso Establishment Neocon-Neoliberal en un Debate Vital

Por Federico Pieraccini                                                                            10-Oct-18
FUENTE: https://www.strategic-culture.org/news/2018/10/10/john-mearsheimer-stephen-cohen-take-delusional-neocon-neoliberal-establishment-vital-debate.html



El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

El 20-Sep-18, en la ciudad de Nueva York, la compañía de medios Intelligence Squared organizó un debate de importancia crítica para ayudar a entender mucho de lo que actualmente vemos en la escena global.
El debate se desarrolló alrededor de tres cuestiones principales. La primera fue el papel de la OTAN (“La OTAN ya no es adecuada a su propósito”), la segunda fue respecto a Rusia (“La amenaza rusa ha sido exagerada”) y la tercera fue respecto a Irán (“Es tiempo de tomar una línea dura sobre Irán”).
Para discutir estos importantes problemas, fueron invitados cinco invitados muy especiales, a saber:

Derek Chollet, vicepresidente ejecutivo del German Marshall Fund de USA y ex Srio Asistente de Defensa de USA.
Stephen F. Cohen, Profesor emérito de Estudios Rusos e Historia, de la Universidad de Nueva York.
Reuel Marc Gerecht, socio principal en la Fundación para Defensa de las Democracias y ex-analista de la CIA.
John J. Mearsheimer, politólogo estadounidense y profesor en la Universidad de Chicago; y
Kori Schake, vice Director Gral. en el Instituto Internacional para Estudios Estratégicos.

Viendo el panel, uno inmediatamente nota cómo Cohen y Mearsheimer fueron invitados para traer un punto de vista realista a la discusión, como opuestos a los otros tres que tienen una visión intervencionista de la política exterior estadounidense, viendo a USA como la nación indispensable. Cohen y Mearsheimer han trabajado por años, si  no es que décadas, para explicar a públicos estadounidenses e internacionales cómo las políticas hegemónicas de Washington han acelerado el fin del momento unipolar de USA así como han engendrado el caos alrededor del mundo.
Cohen, y especialmente Mearsheimer, son realistas puros. Sin entrar en los méritos de las diferencias entre el realismo ofensivo, el realismo defensivo y los equilibristas en el exterior, ambos tienen una visión coherente de por qué las acciones estadounidenses han provocado los resultados que hemos visto en todo el mundo desde la caída del Muro de Berlín.
Para quienes siguen a Cohen y Mearsheimer y se ven a sí mismos como realistas cuando observan las relaciones internacionales, observar este debate fue doloroso y frustrante, pero también inmensamente útil para comprender las divisiones actuales. De hecho, los otros tres panelistas deben ser analizados cuidadosamente. Derek Chollet es parte del campo neoliberal, habiendo servido en la administración de Obama. Chollet se encuentra en el campo de los imperialistas que, tras la debacle en Irak en 2003 [más que “debacle en Irak” es “debacle para Irak”, porque los vendedores de armamento han hecho un gran negocio y también la Fed, al prestar los fondos para llevar a cabo esa debacle], optaron por subvertir a los países soberanos utilizando un conjunto diferente de metodologías, a saber, golpes de estado organizados a través de revoluciones de color y la llamada Primavera Árabe. [oiga apá, ¿y el derecho internacional?, porque en USA se quejan de intervencionismo electoral cuando alguien en Rusia ve por TV las noticias de las elecciones allí; por cierto, jamás han dicho cuántos votos fueron modificados debido a la intervención rusa y cómo se realizó esa modificación; mientras no lo aclaren, la historieta no pasa de ser política-ficción] En nombre de la difusión de la democracia, países como Libia, Ucrania y Siria han sufrido una devastación indescriptible a manos de USA y sus aliados [pero los culpables de esas devastaciones siguen más impunes que los narcos].
Para representar el espectro completo de la política exterior de los Estados Unidos, el ex agente de la CIA Reuel Marc Gerecht fue traido como de línea dura, repitiendo el tipo de argumentos neoconservadores que recuerdan a la era de Bush. Kori Schake, un ex asesor de G.W. Bush, completó la letal oferta neocon-neoliberal [aquí es donde se ve que esas etiquetas son «bullshits» engañazonzos y da lo mismo neocon que neolib], que representa la posición de la OTAN y los países más rusofóbicos e iranófobos de Europa.
Al observar a estos invitados y las preguntas formuladas, era obvio que surgirían posiciones diametralmente opuestas. Cohen y Mearsheimer discutieron prácticamente en simbiosis, con perspectivas ligeramente diferentes pero llegando a la misma conclusión. USA, tras el colapso de la Unión Soviética y el final de la Guerra Fría, se encontraron a sí mismos como la única superpotencia que no enfrenta adversarios directos. La siguiente misión de Washington fue rehacer el mundo a su imagen y semejanza, exportando la democracia a los cuatro rincones del mundo y atacando a sus adversarios geopolíticos con poder blando o duro. Pero este curso de acción, irónica[ y paradójica]mente, solo sirvió para acelerar el fin de este momento unipolar.
Mearsheimer y Cohen intentaron reiterar en cada una de sus respuestas cómo Washington solo ha logrado dañarse a sí mismo a través de sus propios pensamientos y acciones insensatas [ídem la guerrita de aranceles con China; en lenguaje técnico se denomina “cabecear pa´l lado del golpe”]. Con respecto a la primera pregunta relativa a la OTAN, tanto Mearsheimer como Cohen enfatizaron que la expansión hacia el este de la OTAN luego del fin de la Guerra Fría fue la principal causa de inestabilidad en Europa. Los tres neoconservadores neoliberales [sic! y resic!] a quienes por conveniencia [y también en rigor de la verdad] llamaré ahora “los imperialistas” respondieron que, de hecho, fueron los países europeos los que exigieron la presencia de USA en Europa para protegerlos contra Rusia. Los tres imperialistas rechazaron o ignoraron la simple y directa respuesta de Mearsheimer, tomada de las campañas electorales de Obama y Trump, de que los aliados europeos solo querían a USA en Europa para evitar aumentar sus propios gastos militares. Al parecer al no haber oído lo que dijo Mearsheimer [que sordera tan oportuna y selectiva], los tres insistieron en que mientras Polonia y los países bálticos exigieran la presencia de USA, Washington estaba obligado a responder. También fue frustrante para Cohen explicar, por enésima vez, cómo el avance de la OTAN hacia las fronteras de Rusia dañó las relaciones entre Rusia y USA, dos países que él cree que deberían ser aliados globales en múltiples frentes. Mearsheimer incluso instó a los tres imperialistas a pensar en la doctrina Monroe y en lo intolerable que sería para USA tener una base de poder extranjero en el hemisferio occidental. También recordó la crisis de los misiles cubanos, provocada por la proximidad militar de la URSS con USA [esa fue una gigantesca farsa, porque como escribió el politólogo cubano-estadounidense Servando González, “así como la imagen de una pipa, NO ES una pipa; igualmente la imagen de un misil, NO ES un misil. La farsa aseguró la supervivencia de Fidel y su régimen, a cubierto de ataques anticastristas, fueran cubanos o estadounidenses].
Desafortunadamente, los tres imperialistas, incluso cuando quedaron acorralados por los argumentos de Cohen y Mearsheimer, simplemente los ignoraron o los mencionaron muy superficialmente. El imperialista más agresivo de todos fue, como era de esperarse, el ex agente de la CIA, que insistió en que la presencia de USA en Europa es necesaria no solo para mantener a raya a Rusia, sino también para evitar que los europeos desciendan a un estado de naturaleza hobbesiano y se destrocen mutuamente, como sucedió en dos guerras mundiales.
No es sorprendente que los argumentos utilizados por el ex agente de la CIA con respecto a la OTAN en Europa recibieran el acuerdo completo de Kori Schake y Derek Chollet. El recordatorio de Cohen a los presentes de que el golpe en Ucrania fue organizado y financiado por Occidente fue rechazado por falso y ridículo. Derek Chollet afirmó: "las manifestaciones del Maidan fueron espontáneas [con ese tipo de mentiras descaradas que no las cree ni su abuelita ¿Chollet está candidateándose para la presidencia en el 2020?], invocando una mayor proximidad a Europa ante un dictador en manos de Moscú". La segunda pregunta estaba relacionada con la primera, discutiendo sobre Rusia y su papel en el mundo. Una vez más, tanto Cohen como Mearsheimer tuvieron que reunir toda su paciencia y explicar al público en general cómo Putin siempre ha actuado en reacción a las provocaciones occidentales. La expansión de la OTAN hacia el este (a pesar de la promesa verbal de Bush a Gorbachov de no extender la OTAN más allá de Alemania) fue la causa de la guerra en Georgia en 2008 y en Ucrania en 2014 [de hecho, puesto que Afganistán no está en el Atlántico Norte, nadie ha explicado a cuenta de qué, la OTAN ha andado inmiscuida por allá]. Por supuesto, los tres imperialistas negaron estos argumentos, acusando a Putin de agresión no provocada, confirmando en su mente por qué se necesita la presencia estadounidense en Europa para oponerse a Rusia como actor negativo en la escena internacional. Ni siquiera Mearsheimer se hizo eco de la estrategia de Kissinger para dividir a Rusia y China convenció a los presentes de que la actitud agresiva hacia Moscú y Beijing solo estaba dañando a USA [como dice el dicho: “si ya es capricho, lléguele”], acelerando el final del momento unipolar y forjando el nacimiento de una realidad multipolar que dejará a Washington aislado de las otras grandes potencias.
Los tres imperialistas afirmaron que la cooperación entre Rusia, China e Irán no debería ser sorprendente, ya que los dictadores siempre se confederan [¿como lo hicieron Roosevelt, Churchill y Stalin?, porque según los libros de historia fueron Aliados; aunque luego se desaliaron y comenzó la Guerra Fría]; y además, dicen, esta situación no debería asustar a USA, que tiene la capacidad de enfrentar múltiples frentes simultáneamente. Afortunadamente, las palabras de Cohen, recordando los desastres en Afganistán, Irak, Siria y Libia, pusieron fin a ese optimismo ilusorio [¿optimismo ilusorio? Los desastres en Afganistán, Irak, Siria y Libia, efectivamente han sido desastres para cada uno de esos países, pero no para quienes los han promovido y lucrado con ellos], provocando la risa de la audiencia. Tales momentos sirvieron para poner de relieve cuán ridículos son los argumentos imperialistas. Dos o tres de tales argumentos fueron suficientes para abrir los ojos de los miembros de la audiencia que no estaban familiarizados con los argumentos opuestos a los presentados por los imperialistas.
Dos momentos tan instructivos se destacan. El primero fue en respuesta al ex agente de la CIA, que pidió un golpe de estado en Irán, afirmando que USA sabe cómo llevar a cabo éstos con éxito [¿quién se lo podría negar?]. Pero la respuesta de Mearsheimer, al recordar los fracasos en Irak, Libia, Siria y Afganistán [de nuevo, los fracasos han sido para esos países, no para los promotores], provocó fuertes aplausos de la audiencia. Mearsheimer recordó cómo estos argumentos fueron empleados por Obama y Trump durante sus campañas electorales para ganar el cargo. El segundo momento, aún más efectivo, se refirió a Irán. En respuesta a Kori Schake, quien abogó por una mayor presión sobre Irán debido a su supuesta interferencia en la región en un intento por expandir su influencia en muchos países vecinos (Siria, Irak, Líbano, Yemen), Mearsheimer señaló el asombroso nivel de hipocresía. involucrado, donde USA es el campeón mundial del cambio de régimen y la interferencia en los asuntos internos de otros países. El fuerte aplauso que siguió atestiguó la verdad indiscutible de esta observación.
Desafortunadamente, el debate terminó con la mayoría de la audiencia que siguió creyendo que la OTAN es de importancia fundamental, que Rusia es un actor malvado y que USA debe ejercer más presión sobre Irán [tómese en cuenta que el debate puede haber durado 2 horas; la propaganda opuesta lleva décadas, 24 horas diarias, 7 días a la semana]. El número de personas que cambiaron de opinión antes y después del debate fue importante (Mearsheimer y Cohen cambiaron las actitudes de aproximadamente el 10% de los presentes con respecto a las dos primeras preguntas) pero aún así son marginales en comparación con el total.
Como espectador en línea, experimenté diferentes sentimientos. Mi principal frustración radica en la naturaleza de David-y-Goliat del debate, con los argumentos de Cohen y Mearsheimer en contra de todas las mentiras acumuladas de los principales medios de comunicación, amplificados y repetidos por los tres imperialistas presentes. El público estaba ciertamente más acostumbrado a escuchar los argumentos de los imperialistas; Cohen y Mearsheimer apenas tuvieron tiempo suficiente para superar el condicionamiento de la audiencia. Sin embargo, una parte del público presente cambió completamente de opinión después del debate. Algunas personas entraron al salón con la convicción de que la OTAN era indispensable y Rusia agresiva, pero terminaron marchándose con la creencia de que la OTAN ahora está obsoleta y que Rusia no es el agresor aquí.
Entonces lo que surge de todo este debate es la conclusión obvia de que Mearsheimer y Cohen son dos mentes formidables que no temen enfrentar, desmantelar y destruir la sabiduría recibida. Estar informado es una parte fundamental de nuestras vidas hoy. Sin estar debidamente informados, no estamos debidamente equipados para votar y elegir a nuestros representantes. Así somos incapaces de configurar y determinar adecuadamente el curso de los acontecimientos en nuestras democracias putativas.
Este debate ha demostrado cuán desconectado del mundo real está el mundo imperialista de USA y, en especial, cuánto daño ha hecho realmente esta forma de pensar neocon-neoliberal, que ha logrado irónicamente resultados opuestos a los buscados, sirviendo solo para acelerar el fin de la dominación de USA sobre el mundo. A medida que la información se difunde y llegue a más y más personas, habrá una creciente comprensión de las acciones desastrosas del establecimiento euroamericano. Cohen y Mearsheimer están actuando al servicio de su país, advirtiendo que la dirección hacia la que se dirige USA solo tendrá consecuencias perjudiciales para el papel del país en el mundo.

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