jueves, 5 de marzo de 2020

Llamando al pan, pan y al vino, vino


Una Nueva Definición de Guerra

Por Philip Giraldi                                                                                       21-Ene-20
FUENTE: https://www.globalresearch.ca/new-definition-warfare/5701278


El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

Los partidarios de Donald Trump a menudo señalan que no ha comenzado ninguna guerra nueva. Uno podría señalar que no ha sido por falta de [ganas ni de] intentos, ya que sus ataques con misiles de crucero en Siria basados ​​en evidencia inventada y su reciente asesinato del general iraní Qassem Soleimani han sido indiscutiblemente actos de guerra. Trump también ha ampliado los niveles de tropas tanto en Medio Oriente como en Afganistán, al tiempo que aumenta la frecuencia y la letalidad de los ataques con aviones no tripulados armados en todo el mundo.
El Congreso ha estado jugando de manera poco seria con un endurecimiento de la ley de poderes de guerra de 1973 para dificultar que un presidente lleve a cabo actos de guerra sin ninguna deliberación o autorización de la legislatura. Pero quizás la definición de guerra en sí misma debería ampliarse. La única área donde Trump y su equipo de sociópatas narcisistas han sido más activos ha sido la imposición de sanciones con intención letal. El secretario de Estado Mike Pompeo ha sido explícito en sus explicaciones de que la afirmación de "presión extrema" sobre países como Irán y Venezuela tiene la intención de hacer que la gente sufra de tal manera que se levanten contra sus gobiernos y provoquen un "cambio de régimen" [la táctica de Churchill violando las convenciones internacionales al comenzar a bombardear a la población civil en Alemania durante la 2GM]. Según los retorcidos cálculos de Pompeo, así es como los lugares que Washington desaprueba volverán a ser "países normales".
Las sanciones pueden matar. Las impuestas por USA están respaldadas por el Depto del Tesoro, que puede bloquear las transferencias de efectivo a través del sistema bancario internacional denominado en dólares. Los bancos que no cumplen con las reglas impuestas por USA pueden ser sancionados, lo que significa que las sanciones de éste son de facto aplicables a nivel mundial, incluso si los bancos y gobiernos extranjeros no están de acuerdo con las políticas que los impulsan. Está bien documentado cómo las sanciones que tienen un impacto en la importación de medicamentos han matado a miles de iraníes. En Venezuela, el efecto de las sanciones ha sido el hambre, ya que las importaciones de alimentos han sido bloqueadas, obligando a una gran parte de la población a huir del país solo para sobrevivir.
El último ejercicio de guerra económica de USA se ha dirigido contra Iraq. En el lapso de una semana del 29-Dic al 03-Ene, el ejército estadounidense, que opera desde dos bases principales en Iraq, mató a 25 milicianos iraquíes que formaban parte de las Unidades de Movilización Popular del Ejército Iraquí. Los milicianos se habían involucrado recientemente en la exitosa lucha contra ISIS. Luego de ese ataque siguieron los asesinatos de Soleimani, el general de la milicia iraquí Abu Mahdi al-Muhandis y a otros ocho iraquíes en un ataque con aviones no tripulados cerca del aeropuerto internacional de Bagdad. Como los ataques no fueron aprobados de ninguna manera por el gobierno iraquí, no fue una sorpresa que siguieran los disturbios y el Parlamento iraquí votó para expulsar a todas las tropas extranjeras de su territorio. El decreto fue firmado por el primer ministro Adel Abdul Mahdi, basado en el hecho de que el ejército de USA estaba en Iraq por invitación del gobierno del país y esa invitación acababa de ser revocada por el parlamento.
Que Iraq sea, por decir lo menos, inestable es atribuible a la invasión desacertada de USA en 2003 [desacertada para Iraq pero no para los «de siempre» que se benefician con el caos de los demás]. La persistencia de las fuerzas estadounidenses en el país es supuestamente para ayudar en la lucha contra ISIS, pero la verdadera razón es servir como un control sobre la influencia iraní en Iraq, que es una demanda estratégica hecha por Israel y que no responde a ningún interés estadounidense real. De hecho, el gobierno iraquí probablemente esté más cerca políticamente de Teherán que de Washington, aunque la narrativa neoconservadora de que el país está dominado por los iraníes está lejos de ser cierta.
La respuesta de Washington a la legítima demanda iraquí de que sus tropas deberían ser retiradas consistió en amenazas. Cuando el primer ministro Mahdi habló por teléfono con Pompeo y solicitó discusiones y un calendario para crear un "mecanismo de retirada", el Secretario de Estado dejó en claro que no habría negociaciones. Una respuesta escrita del Depto de Estado titulada "La asociación continua de USA con Iraq" afirmó que las tropas estadounidenses están en Iraq para servir como una "fuerza para el bien" [de ya saben quién... y no es Iraq ni USA] en el Medio Oriente y que es "nuestro derecho" [oiga apá, ¿el derecho de quién?] mantener una "postura de fuerza apropiada" en la región.
La posición iraquí también produjo inmediatamente amenazas presidenciales [todo sea por fomentar la democracia] y tuits sobre "sanciones como nunca antes habían visto", [y defender la libertad... de Washington y Wall St.] con la implicación de que USA estaba más que dispuesto a destruir la economía iraquí si no se salía con la suya. La última amenaza que surgió implica bloquear el acceso de Iraq a su cuenta bancaria de la Reserva Federal de Nueva York, donde se mantienen los ingresos por venta internacional de petróleo, creando una devastadora crisis de efectivo en el sistema financiero de Iraq que podría destruir la economía iraquí. Si tomar medidas para arruinar económicamente un país no se considera guerra por otros medios, es difícil discernir qué podría encajar en esa descripción.
Después de tratar con Iraq, la Administración Trump apuntó con sus armas a uno de sus aliados más antiguos y cercanos. Gran Bretaña [dice el dicho que “cuando la perra es brava, hasta los de casa muerde”], que como la mayoría de los otros signatarios europeos del Plan de Acción Integral Conjunto 2015 (JCPOA, por sus siglas en inglés) se ha mostrado reacio a retirarse del acuerdo por la preocupación de que Irán, como resultado, decidirá desarrollar armas nucleares. Según The Guardian, un representante del Consejo de Seguridad Nacional de USA llamado Richard Goldberg, visitó Londres recientemente para aclararle al gobierno británico que si no sigue el liderazgo estadounidense y se retira del JCPOA y vuelve a aplicar las sanciones, podría ser difícil llegar a un acuerdo comercial con Washington después del Brexit. Es una amenaza importante, ya que parte del voto pro-Brexit se derivó claramente de una promesa de Trump de compensar parte de la disminución prevista en el comercio europeo al aumentar el acceso del Reino Unido al mercado estadounidense. Ahora el quid pro quo está claro: Gran Bretaña, que normalmente sigue el liderazgo de Washington en política exterior, ahora se espera que esté completamente a bordo todo el tiempo y en todas partes, particularmente en el Medio Oriente.
Durante su visita, Goldberg le dijo a la BBC: "La pregunta para el primer ministro Johnson es: 'A medida que avanza hacia Brexit ... ¿qué va a hacer después del 31 de enero cuando venga a Washington para negociar un acuerdo de libre comercio con USA? Es absolutamente de [su] interés y del de la gente de Gran Bretaña unirse al presidente Trump, con USA, para realinear su política exterior lejos de Bruselas y unirse a la campaña de máxima presión para mantenernos a todos [nosotros] seguros".
Y hay una historia interesante sobre Richard Goldberg, un protegido del anti-iraní de línea dura John Bolton, que amenazó a los británicos en nombre de Trump. James Carden, escribiendo en The Nation, postula "Considere el siguiente escenario: una organización exenta de impuestos con sede en Washington, DC, que se anuncia a sí misma como un grupo de expertos dedicado a mejorar la reputación de un país extranjero dentro de USA, financiado por milmillonarios estrechamente alineados con dicho país extranjero, tiene uno de sus operativos de alto rango (a menudo referidos como "compañeros") integrado al personal de seguridad nacional de la Casa Blanca con el fin de promover la agenda de su organización local, la que, casualmente, también está pagando su salario durante su estancia de un año allí. Resulta que esto es exactamente lo que, según los informes, el grupo de expertos pro-israelí de la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD) logró en un acuerdo negociado por el ex asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton".
El alto asesor de la FDD en cuestión, que fue colocado en el Consejo de Seguridad Nacional, fue Richard Goldberg. La FDD es financiada en gran parte por milmillonarios judíos estadounidenses, incluido el capitalista de fondos buitre Paul Singer y el socio de Home Depot, Bernard Marcus. Sus funcionarios se reúnen regularmente con funcionarios del gobierno israelí y la organización es mejor conocida por sus incansables esfuerzos para provocar la guerra con Irán. Impulsó implacablemente una política estadounidense temerariamente militarista dirigida contra Irán y también de manera más general en Oriente Medio. Es un portavoz confiable para Israel e, [inexplicable e] inevitablemente, nunca se le ha requerido registrarse bajo la Ley de Registro de Agentes Extranjeros de 1938.
Sin duda, Trump también tiene otros neoconservadores [todos los cuales ni son “nuevos” y mucho menos son “conservadores”] que lo asesoran sobre Irán, incluido David Wurmser, otro asociado de Bolton, que tiene el oído del presidente y es consultor del Consejo de Seguridad Nacional. Wurmser ha presentado recientemente una serie de memos a la Casa Blanca en los que aboga por una política de "interrupción del régimen" con la República Islámica que la desestabilizará y eventualmente conducirá a un cambio de gobierno. Puede haber jugado un papel clave en dar luz verde al asesinato de Soleimani.
La buena noticia, si hay alguna, es que Goldberg renunció el 3 de enero, supuestamente porque la guerra contra Irán no se estaba desarrollando lo suficientemente rápido como para adaptarse a él y a la FDD, pero él es sintomático de los muchos halcones neoconservadores que han infiltrado la Administración Trump en niveles secundarios y terciarios, donde gran parte del desarrollo e implementación de la política realmente tiene lugar. También explica que cuando se trata de Irán y la continuación irracional [y perjudicial para USA] de una presencia militar estadounidense significativa en el Medio Oriente, son Israel y su Lobby quienes dirigen el barco del estado.

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