lunes, 14 de mayo de 2012

El Máximo Buscapleitos Lleva el Mundo a la Anarquía

Las perversas recompensas del globalismo

PAUL CRAIG ROBERTS   13-Abr-12
FUENTE: www.counterpunch.org

 

Las notas de pie de página NO vienen en el artículo original y son de Rrealismo.

El gobierno norteamericano pretende vivir bajo el imperio de la ley, respetar los derechos humanos y proporcionar libertad y democracia a los ciudadanos. La pretensión de Washington y la dura realidad no pueden ser más opuestos.

Los funcionarios norteamericanos rutinariamente critican a otros gobiernos por no ser democráticos y violar los derechos humanos. Sin embargo, ningún otro país salvo Israel envía bombas, proyectiles y aviones-robot en países soberanos a asesinar poblaciones civiles. Las prisiones de tortura de Abu Ghraib, Guantánamo y los sitios secretos de interrogatorio de la CIA son las contribuciones de los regímenes Bush/Obama a los derechos humanos.

Washington viola los derechos humanos de sus propios ciudadanos. Washington ha suspendido las libertades civiles garantizadas en la constitución y declaró su intención de detener a sus ciudadanos indefinidamente sin el debido proceso legal. El presidente Obama ha anunciado que él, a su discreción, puede asesinar a ciudadanos norteamericanos que considere una amenaza para EUA.

El congreso no respondió a estos anuncios extraordinarios con los procedimientos de enjuiciamiento. No hubo clamor de las cortes federales, de las escuelas legales o de las asociaciones de abogados. Glenn Greenwald reporta que el Depto. de Seguridad Inter-na hostiga a los periodistas que se niegan a ser presstitutas (prostitutas periodísticas) y hemos visto videos de la brutal opresión policíaca de pacíficos manifestantes del OWS (Occupy Wall St). Chris Floyd ha descrito en CounterPunch los pervertidos torturadores que gobiernan EUA.

 

Ahora Washington[1] está forzando a todo el mundo que pueda para derogar tratados y la ley internacional. Washington ha emitido un ukase de que su sola palabra es ley internacional. Cualquier país, salvo los que reciben dispensa de Washington, que se ocupen en comercio con Irán o compren petróleo iraní serán sancionados por EUA. A estos países les serán bloqueados los mercados norteamericanos y sus sistemas bancarios no serán capaces de usar bancos que procesen pagos internacionales. En otras palabras, las “sanciones de Washington contra Irán” se aplicarán no solamente a Irán sino a los países que desafíen a Washington y satisfagan sus necesidades energéticas con petróleo iraní.

De acuerdo al Christian Science Monitor, hasta ahora Washington ha concedido privilegios especiales a Japón y 10 países de la Unión Europea para que continúen comprando petróleo iraní. Requerir que los países paren sus economías para cumplir la vendetta contra Irán (una vendetta que ha estado operando desde que los iraníes derrocaron al Sha de Irán, un títere de Washington, hace más de tres décadas), es algo que queda fuera del alcance de Washington. Éste ha permitido que Japón continúe importan do entre el 78-85% de sus importaciones petroleras desde Irán.

Las dispensas de Washington son, sin embargo, arbitrarias. Las dispensas no han sido concedidas a China, India Turquía y Corea del Sur. India y China son los mayores importadores de petróleo iraní y Turquía y Corea del Sur están entre los 10 importadores más grandes. Antes de analizar las posibles consecuencias indeseables de la vendetta de Washington contra Irán, ¿cuál es el alegato de Washington contra Irán?

Francamente, Washington no tiene ningún caso. Están buscando reciclar el fraude de las “armas de destrucción masiva”. Irán, a diferencia de Israel, firmó el tratado de no-proliferación. Todos los países que firman el tratado tienen el derecho a la energía nuclear. Washington reclama que Irán está violando el tratado desarrollando un arma nuclear. No hay ninguna evidencia para esa afirmación de Washington. Las 16 agencias de inteligencia de Washington son unánimes en que Irán no tiene ningún programa de armas nucleares desde 2003. Además, los inspectores de armas de la Agencia Internacional de Energía Atómica están en Irán y consistentemente han reportado que no hay desviación de material nuclear del programa energético al programa de armas.

En las raras ocasiones cuando se le recuerdan los hechos a Washington, éste formula un alegato diferente. Washington afirma que no obstante los derechos de Irán bajo el tratado de no-proliferación nuclear, Irán no puede tener un programa de energía nuclear porque entonces Irán aprendería lo suficiente para ser capaz en el futuro de hacer una bomba. El campeón mundial en buscapleitos ha decidido unilateralmente que la posibilidad de que Irán algún día decida hacer una bomba nuclear es un riesgo demasiado alto para tomar. Es mejor, dice Washington, dejar que suba el precio del petróleo, trastocar la economía mundial, violar la ley internacional y arriesgar una guerra mayor que tener que preocuparse de que un futuro gobierno iranio hará un arma nuclear. Este es el enfoque tiránico de Jeremy Bentham a la ley que fue repudiado por el sistema le-gal anglo-norteamericano.

Es difícil caracterizar la posición de Washington como una de sano juicio. Además, Washington jamás ha explicado en qué consiste el gigantesco riesgo que ve en la posibilidad de una bomba nuclear iraní. ¿Por qué este riesgo es mucho mayor que el riesgo asociado con las bombas nucleares soviéticas o actualmente con las de EUA, Rusia, China, Israel, Pakistán, India y Corea del Norte? Irán es un país relativamente pequeño. No tiene las ambiciones mundialistas de Washington. A diferencia de Washington, Irán no está en guerra con media docena de países. ¿Por qué Washington está destruyendo la reputación de EUA como un país respetuoso de la ley y arriesgándose a una guerra mayor y al trastorno económico por un eventual desarrollo futuro, cuya probabilidad es incierta?

No hay una buena respuesta esta pregunta. Ante la falta de evidencia para un pleito contra Irán, Washington e Israel han sustituido la demonización. Se ha reemplazado la verdad con la mentira de que el actual presidente de Irán intenta borrar a Israel de la faz de la tierra.

Ésta es una mentira que ha tenido éxito como propaganda aun cuando numerosos expertos lingüistas han probado que la intención atribuida al presidente iraní por la propaganda norteamericana-israelí es una burda mala traducción de lo que el presidente iraní dijo. De nuevo, para Washington y sus press-titutas, los hechos no cuentan. La agenda es todo lo que importa y cualquier mentira será utilizada para llevar adelante la agenda.

Las sanciones de Washington podrían terminar mordiendo a Washington más duro de lo que pudieran morder a Irán. ¿Qué hará Washington si India, China, Turquía y Corea del Sur no sucumben a las amenazas de Washington?

De acuerdo a recientes reportes noticiosos, India y China no se inclinan a crearse incomodidades y dañar su desarrollo económico para apoyar la vendetta de Washington contra Irán. Habiendo observado la rápida elevación de China y la inmunidad de Corea del Norte al ataque norteamericano, Corea del Sur puede estarse preguntando cuánto tiempo intenta seguir como estado-títere de Washington. Turquía, donde el gobierno civil y algo islamista se las ha arreglado para llegar a ser independiente de los militares turcos controlados por EUA, parece que lentamente está dándose cuenta de que Washington y la OTAN tienen a Turquía en un “papel de servicio” en el que Turquía es el agente de Washington contra sus propios intereses.

El gobierno turco parece estar reevaluando los beneficios de ser un peón de Washington.

Lo que Turquía y Corea del Sur enfrentan es básicamente una decisión de si serán países independientes o serán absorbidos en el imperio de Washington. El éxito del asalto norteamericano-israelí sobre la independencia de Irán depende de India y China.

Si India y China fastidian a Washington, ¿éste qué puede hacer? Absolutamente nada. ¿Qué ocurriría si Washington, ahogándose en su gigantesca arrogancia, anunciara sanciones contra India y China?[2].

Los anaqueles de Wal-Mart se vaciarían y el mayor minorista de EUA estaría dando aldabonazos en la puerta de la Casa Blanca.

Apple Computer e innumerables y poderosas corporaciones norteamericanas, que han llevado sus instalaciones de producción a China, verían evaporarse sus beneficios. Juntos con sus aliados de Wall Street, estas poderosas corporaciones asaltaría a EUA con mayor fuerza que el Ejército Rojo. El excedente comercial chino cesaría de fluir en la deuda de la Tesorería norteamericana. Las operaciones de trastienda llevadas a la India por bancos, compañías de tarjetas de crédito y departamentos de atención al cliente de empresas de servicio público en todo los EUA cesarían de funcionar.

En EUA imperaría el caos. Éstas son las recompensas del globalismo para el Imperio.

Obama y los belicistas neoconservadores e israelíes que le urgen a más guerras no entienden que EUA ya no es un país independiente. Los EUA son propiedad de las corporaciones en el extranjero y de los países en que las corporaciones han localizado su producción[3] para los mercados norteamericanos. Las sanciones sobre China e India (y Corea del Sur) significan sanciones para las corporaciones norteamericanas. Las sanciones sobre Turquía significan sanciones sobre un aliado de la OTAN.

China, India, Corea del Sur y Turquía ¿se dan cuenta de que tienen cartas ganadoras?[4] ¿Entienden que pueden fastidiar al Imperio Norteamericano y llevarlo al colapso, o están tan lavados del cerebro como Europa y el resto del mundo que creen que los norteamericanos no pueden ser vencidos?

¿China y la India ejercerán su poder sobre EUA o ambos países evadirán el problema y adoptarán una pose que le permita a Washington salvar su imagen mientras continúan comprando petróleo iraní?

La respuesta a la pregunta es: ¿cuánto pagará Washington a China y la India en concesiones secretas, tales como la expulsión de los EUA del mar del Sur de la China, a cambio de la pretensión de que China y la India reconozcan los poderes dictatoriales de Washington sobre el resto del mundo?

Sin concesiones a China y la India, Washington probablemente sea ignorado mientras ve evaporarse su poder. Un país que no puede producir bienes industriales y manufac-turados, sino que sólo puede imprimir dinero e instrumentos de deuda no es un país poderoso. Es un gastado y barato rufián que puede continuar bravuconeando hasta que el proverbial niño dice: “el emperador no trae ropa”.

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PAUL CRAIG ROBERTS fue editor del Wall Street Journal y Srio. asistente del Tesoro norteamericano. Su último libro «Cómo se Perdió la Economía», acaba de ser publicado por CounterPunch/AK Press.


[1] A lo largo del artículo se irá viendo que no es “Washington”, sino la pequeñísima élite que se ha apoderado del gobierno norteamericano y que aquí muy convenientemente (as usual) se mimetiza bajo ese nombre.

[2] Dice un dicho que no hay loco que coma lumbre; en el corto plazo EUA sencillamente no puede establecer sanciones contra China. El excedente comercial chino de 150,000 mdd/año, durante los últimos 20 años le permitiría al régimen chino sobrevivir más de una década. EUA, en cambio, no sobreviviría ni 6 meses, cuando tuviera que comenzar a pagar sus importaciones con bienes reales y no con los papelitos que imprime. Los precios dentro de EUA se dispararían y así lo harían los sueldos. Esta situación es semejante al paciente que cuando el dentista va a comenzar a tratarlo, toma a éste de los testículos y le dice: ¿Verdad que no nos va a doler?

[3] No en todos; sólo aquellos (como China) que venden más de lo que compran y que tienen un férreo control de su población.

[4] Sí lo saben; pero no debe subestimarse la capacidad de corromper que tienen las corporaciones norteamericanas y su gobierno. No vacilarían lo más mínimo para instigar revueltas contra los gobiernos que traten de oponerse. Recuérdese el financiamiento a los disturbios en los países árabes (particularmente Libia) en el 2011 y la actual subversión en Siria.

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