viernes, 25 de enero de 2013

En todos lados se cuecen habas

HSBC: La Impunidad de los Oligarcas
Por Tom Burghardt              31-Dic-12
FUENTE: http://dissidentvoice.org/2012/12/hsbc-impunity-of-the-oligarchs/


Las notas de pie de página, texto en negrita y lo marcado en amarillo, NO VIENEN en el original. Fueron puestas por el traductor.


En otra vergonzosa decisión del Depto de Justicia norteamericano, al inicio de este mes los fiscales federales llegaron a un acuerdo de procesamiento diferido (DPA por sus siglas en inglés) con el gigante bancario británico HSBC, el mayor banco de Europa.
Vergonzoso tal vez, pero completamente predecible. Después de todo, en una era caracterizada por el colapso económico debido a una crasa criminalidad de los principales actores financieros, las decisiones de política y el ambiente legal enmarcando dichas decisiones han sido conformadas por los oligarcas que literalmente han “capturado” al estado.
Fundado en 1865 por los acaudalados mercaderes del opio luego de que la Corona Británica tomó Hong Kong de China como resultado de la Primera Guerra del Opio, el HSBC ha sido un objetivo permanente en el radar de los agentes de la ley y agencias reguladoras de USA por más de una década.
No que algo tan insignificante como financiar el terrorismo o el narcotráfico global le importara mucho a la administración Obama.
Como reporté antes (aquí, aquí, aquí y aquí), cuando el Subcomité Permanente del Senado sobre Investigaciones emitió su gigantesco reporte de 335 págs, “Vulnerabilidades de USA hacia el Lavado de Dinero, las Drogas y el Financiamiento al Terrorismo: Historia del Caso HSBC”, supimos que entre los “servicios” ofrecidos por las subsidiarias y bancos corresponsales del HSBC hubo “adorables” acuerdos, a escala de cientos de miles de mdd, con entidades financieras con vínculos al terrorismo internacional y al siniestro comercio de narcóticos.
Acusado con múltiples violaciones al Acta de Secreto Bancario por su papel en el lavado del ensangrentado dinero de los cárteles mexicanos y colombianos de la droga, como un giro suplementario, los amos del HSBC Canary Wharf condujeron un negocio altamente lucrativo con los financieros de los ataques del 9/11 quienes lavaron fondos a través del Al Rajhi Bank de Arabia Saudita en las cuentas manejadas por quienes controlaban a los secuestradores.
Mientras que los medios reportaban incesantemente reportaban que la DPA impondría multas por 1,920 mdd, que incluyen 655 mdd en sanciones civiles, la mayor sanción de su tipo impuesta contra un banco, bajo los términos del acuerdo ningún funcionario senior será procesado criminalmente. De hecho, esas multas serán pagadas por los accionistas que incluyen inversionistas municipales, fondos de pensión y público en general.
Con unas 7,200 oficinas en más de 80 países y utilidades en el 2011 sobrepasando los 22,000 mdd (~13,600 md£), los investigadores del Senado encontraron que la red del HSBC de 1,200 bancos corresponsales proveyó a traficantes de drogas, otros grupos del crimen organizado y terroristas con “servicios en dólares estadounidenses, incluyendo servicios para mover fondos, intercambio de monedas, instrumentos monetarios a la vista y realización de otras transacciones financieras. Los bancos corresponsales pueden llegar a ser una vía importante para los flujos ilícitos de fondos a menos que las leyes estadounidenses para evitar el lavado de dinero sean seguidas”. Ya que no se obedecieron, los balances del banco fueron inflados por los ingresos ilícitos de terroristas y narcogangsters.
Las revelaciones de difundida criminalidad institucional difícilmente son un fenómeno reciente. Hace más de una década el periodista Stephen Bender publicó una nota en Z Magazine que encontró que “el 99.9% del dinero criminal lavado que es presentado para depósito en USA entra confortablemente a cuentas seguras”.
De acuerdo a Bender: “La institución clave para posibilitar el lavado de dinero es el ‘banco privado’, una subdivisión de todas las principales instituciones financieras estadounidenses. Los bancos privados exclusivamente buscan que su clientela sea adinerada, a menudo siendo el límite inferior un ingreso anual por arriba de 1 mdd.  Con las prerrogativas de la riqueza viene una cierta deferencia”.
Tal “deferencia regulatoria” en una era de “demasiado grandes para fallar” y su corola-rio, “demasiado grandes para acusar”, es una señal característica como se notó arriba, de la captura del estado por las élites financieras criminales.
En realidad, el brazo de banca privada del HSBC, el HSBC Private Bank, es el principal negocio de banca privada del Grupo HSBC. Una compañía holding totalmente poseída por el HSBC Bank Plc, sus subsidiarias incluyen el HSBC Private Bank (Suisse) SA, HSBC Private Bank (UK) Limited, HSBC Private Bank (CI) Limited, HSBC Private Bank (Luxembourg) SA, HSBC Private Bank (Monaco) SA y el HSBC Financial Services (Cayman) Limited. Todas estas entidades destacaron prominentemente en el lavado de dinero y en esquemas de evasión fiscal descubiertos por el Subcomité Permanente del Senado en su reporte. Los activos combinados de los clientes han sido estimados por los reguladores como ascendiendo a 352,000 mdd.
De acuerdo a los investigadores del Senado, HSBC Financial Services (Cayman) fue el principal conducto a través del cual el dinero de la droga proveniente del HSBC Mexico (HBMX) fue lavado. “Esta sucursal”, afirmó el personal del Senado, “es una operación de fachada sin presencia física en las Cayman y administrada por por personal de HBMX en la Cd. de México, quién permite que las cuentas en Cayman puedan ser abiertas por cualquier sucursal de HBMX en México”[1].
“Los activos totales en las cuentas de Cayman alcanzaron los 2,100 mdd en 2008. Documentos internos muestran que dichas cuentas habían operado por años con deficientes controles antilavado de dinero e (igualmente deficiente información) KYC (conozca a su cliente, por sus siglas en inglés). Un estimado de 15% de las cuentas carecían totalmente de información sobre el cliente, lo que significa que el HBMX no tenía idea de quién estaba tras ellas, mientras que otras cuentas eran, en palabras de un cumplido funcionario del HBMX, malutilizadas por el ‘crimen organizado’.
De hecho, el modelo “normal” de negocios utilizado por el HSBC y otras entidades rescatadas por los gobiernos occidentales coincide plenamente con el modelo de “fraude en el control” descrito por primera vez por el experto en crimen financiero, William K. Black.
De acuerdo a Black, un fraude en el control ocurre cuando un Director Gral y otros administradores senior suspenden las verificaciones y balances que impiden las conductas criminales, subvirtiendo de ese modo los requerimientos regulatorios que impiden cosas como lavado de dinero, déficits provocados por malas inversiones o la venta de instrumentos financieros tóxicos.
En (el libro) The Best Way to Rob a Bank Is to Own One (El mejor modo de robar un banco es poseer uno), Black nos informó: “Un fraude en el control es una compañía operada por un criminal que la utiliza como arma y escudo para defraudar a otros y que hace difícil detectar y castigar el fraude”.
“Los fraudes en el control”, reportó Black, “son superdepredadores financieros que provocan pérdidas mucho mayores que los ladrones ordinarios. Provocan quiebras catastróficas. Los fraudes en el control ocurren en oleadas que hacen peligrar la economía en su conjunto. El fiasco de las Savings & Loan (S&L) fue una de tales oleadas”.
En realidad, “los fraudes en el control” como el HSBC, “crean una cultura corporativa ‘favorable al fraude’ ocupando empleados borregos (obedientes). Combinan altos sueldos, manipulación del ego (p.e. llamando ‘genios’ a los empleados) y terror para lograr que los empleados no se opongan al Director Gral”. En tal ambiente “criminogénico”, el Director Gral (¡llamando a Lord Green![2]) “optimiza la empresa como vehículo de fraude y puede optimizar el ambiente regulatorio”.
En su reporte a la prensa, el Depto de Justicia anunció que el HSBC Group “ha acordado pagar una multa de 1,256 mdd y entrar a un acuerdo de procesamiento diferido con el Depto de Justicia por las violaciones del HSBC al Acta de Secreto Bancario (BSA, por sus siglas en inglés), al Acta de Poderes Económicos de Emergencia (IEEPA, en inglés) y el Acta de Comercio con el Enemigo (TWEA, en inglés)”.
“Conforme a documentos de la corte”, la Oficina de Asuntos Públicos del DOJ (Depto de Justicia) nos informó, “el HSBC Bank USA[3] violó la BSA al fallar en mantener un efectivo programa antilavado de dinero y conducir una apropiada investigación sobre sus cuentahabientes extranjeros”[4].
El DOJ continúa declarando, “ una información criminal sobre 4 delitos graves fue pre-sentada hoy en la corte federal del Distrito Oriental de Nueva York acusando al HSBC con fallar voluntariamente en mantener un efectivo programa antilavado de dinero, voluntariamente fallar en realizar una investigación de sus afiliados extranjeros, violando la IEEPA y la TWEA”.
Sin embargo, “al HSBC se le ha condonado la formulación de cargos federales, al acordar brindar información y ha aceptado responsabilidad por su conducta criminal y la de sus empleados”.
En otras palabras, porque aceptaron la ‘responsabilidad’ de actos que al ciudadano promedio lo enviarían a la cárcel durante décadas, estos culpables de “asociarse con terroristas” o despejar el camino a medida que los milmillonarios narcotraficantes ocultaban su botín en la llamada “sociedad legítima”, consiguen un salvoconducto. De hecho, bajo los términos del acuerdo de “procesamiento diferido” del DOJ, será bastante “diferido”, es decir, ¡indefinidamente!.
¿Por qué puede ser ése el caso?[5]
El New York Times nos informó que los funcionarios estatales y federales, diligentes e incansables trabajadores cuando se trata de proteger la integridad de un sistema que carece de toda integridad, “decidieron en contra de acusar al HSBC en un caso de lava-do de dinero por la preocupación de que los cargos criminales pudieran poner en peli-gro a uno de los mayores bancos del mundo y finalmente desestabilizar al sistema financiero global”.
Recuerden que éste es un “sistema” que el exdirector de la Oficina de Drogas y Crimen de la ONU, Antonio Maria Costa, dijo al Observer que se desarrolla muy bien con los flujos ilícitos de dinero. En 2009, Costa dijo a la prensa serie londinense que “en muchos casos, el dinero de las drogas era el único capital de inversión líquido. En la segunda mitad del 2008, la liquidez era el principal problema del sistema bancario y de allí que el capital líquido llegara a ser un factor importante”. Costa dijo que “la mayoría de los 352,000 mdd (216,000 md£) de las narcoutilidades fue absorbida en el sistema económico como resultado”.
Glosando sobre estos hechos, los reporteros del Times, Ben Protess y Jessica Silver-Greenberg, advirtieron que “4 años después de que la quiebra de Lehman Brothers casi derrumbó el sistema financiero”, los reguladores federales “todavía están recelosos de que una sola institución pudiera debilitar la recuperación de la industria y la economía”.
“Dada la extensión de la evidencia contra el HSBC, algunos fiscales vieron la acusación como un saludable compromiso entre un acuerdo y una acusación más dura de lavado de dinero. Mientras que la acusación muy probablemente mancharía la reputación del banco, algunos funcionarios arguyeron que eso no evitaría una serie de devastadoras consecuencias”.
¿Devastadoras para quién? puede uno preguntar. ¿Para los 100,000 mexicanos brutalmente asesinados por los gangsters de la droga, la corrupta policía y soldados del ejército mexicano cuya campaña de tierra-quemada extermina la competencia por cuenta de una de las mayores organizaciones de narcóticos, el Cartel de Sinaloa, operado por el milmillonario señor de las drogas el Chapo Guzmán?[6]
“Una acusación de lavado de dinero, o una declaración de culpabilidad de tales cargos”, afirmó el Times, “esencialmente sería una sentencia de muerte para el banco. Tales acciones excluirían al banco de ciertos inversionistas como fondos de pensión y finalmente le costarían su licencia para operar en USA, dijeron los funcionarios”.
Muchas de las mismas lastimosas excusas para la inacción procesal fueron rasgos destacados en la prensa británica.
El Daily Telegraph reportó que los “mayores bancos han llegado a ser demasiado grandes para ser procesados por el impacto que los cargos criminales tendrían sobre la confianza en ellos, admitió uno de los más experimentados reguladores bancarios de Gran Bretaña”.
“En una variante del problema ‘demasiado grandes para fallar’, Andrew Bailey, ejecutivo jefe designado de la Prudential Regulation Authority, dijo que ejercer acción legal contra una institución financiera principal presentaba ‘aspectos muy difíciles’.”
“Debido al problema de la confianza con  los bancos, una acusación criminal mayor, que no hemos visto y no estoy diciendo que vayamos a ver..... no es un acusación criminal ordinaria”, dijo Bailey al Telegraph.
Haciéndose eco de Bailey, el Fiscal Gral Asistente, Lanny Breuer, dijo que la decisión de no procesar al HSBC fue hecha porque “hoy en día tenemos que evaluar que la gente inocente enfrentará consecuencias muy grandes si Ud toma una decisión”[7].
Esto (viniendo) de una administración que continúa procesando y encarcelando— narcodelincuentes de poca monta ¡a niveles record!
“El argumento de Breuer es claramente absurdo”, de acuerdo a William K. Black. En una nota publicada por New Economic Perspectives, Black argumenta:
Procesar a los directivos del HSBC que manejaban el fraude no dañaría a nadie inocente aparte de sus familias —y virtualmente todos los procesos dañan a algunos miembros de las familias. Breuer reclama que virtualmente todos los altos funcionarios del HSBC han sido removidos, así su argumento es doblemente absurdo. Sin embargo, Breuer ignora a todos los inocentes dañados por los fraudes en el control. Las SDI (Ins-tituciones Sistémicamente Peligrosas, por sus siglas en inglés) que comenten fraude en los controles son armas de destrucción económica masiva que llevan a crisis globales y son los mayores enemigos de los mercados ‘libres’. También son la mayor amenaza a la democracia[8], porque crean un capitalismo de compinches. Todos somos víctimas inocentes de estos fraudes en los controles —y los gobiernos de Obama y Cameron están permitiéndoles cometer sus fraudes con impunidad, libres de procesamiento criminal. Los funcionarios a cargo del control se enriquecen sin temor de ser procesados.
Las SDI controladas por funcionarios criminales tienen que comprar una indulgencia, pero el precio de ella está cubierto por la doctrina ‘demasiado grande para procesar (criminalmente)’ en un nivel que no causará ninguna angustia. La aceptación por parte de Breuer y de Bailey de eso de ‘demasiado grandes para procesar’ debería haber conducido a su despido inmediato. Obama y Cameron deberían o despedirlos o anunciar que apoyan las empresas criminales y a sus fraudulentos funcionarios contra sus ciudadanos.
Como Rowan Bosworth-Davies, un ex-especialista en crímenes financieros de la Policía Metropolitana de Londres señaló en su website, “Cuando consigues que un banco admita, como lo acaba de hacer el HSBC, que no es más que un lavadero de dinero de bajos fondos para los capos de narcos mexicanos[9], y cuando sirve a poderosos intere-ses ocultos el evadir las sanciones ratificadas internacionalmente contra naciones bribonas, ¿qué beneficio se logra pretendiendo que ellos no pueden ser procesados y acusados de ofensas criminales?”.
“Oh, perdónenme”, escribió Bosworth-Davies, “¿eso puede impactar la confianza que disfrutan? ¿La confianza de quién. de sus narcotraficantes mexicanos[10], de sus infractores de sanciones internacionales, de sus evasores fiscales a nivel global, o de los clientes ordinarios, observantes de la ley, que tienen derecho a suponer que su banco obedecerá las leyes establecidas y que proveerá un lugar seguro para los depósitos?“.
“Confianza”, señaló el ex-detective metropolitano, “¿que sangrienta confianza puede tener alguien cuando sabe que su banco es criminal confeso?. ¿Cuando el dinero de ellos está depositado en un banco que viola las leyes criminales en todas las oportunidades posibles, que les hace trampa en cada oportunidad, les vende productos fraudulentos, lava narcodinero, evade las sanciones internacionales, maneja la evasión fiscal de los oligarcas extranjeros[11], salvaguarda las cuentas de depósito de los dictadores del Tercer Mundo[12] y sus familias, entonces, cuánto vale esa confianza?”.
En cambio, con el arreglo del 2010 con Wachovia Bank[13], los fiscales federales pavimentaron juntos un DPA que impuso una “multa” de 160 mdd (99.2 md£) por lavado de narcoutilidades que totalizaron 378,000 mdd (234,500 md£).
Aunque los altos funcionarios del Depto de Justicia acusaron al HSBC de lavar arriba de 881 mdd (546.5 md£) por cuenta de los cárteles de la droga de Sinaloa y del Norte del Valle de Colombia, los fiscales federales investigando el banco dijeron a Reuters en Septiembre que esto era meramente “la punta del iceberg”.
De hecho, como los investigadores del Senado descubrieron durante sus pesquisas, el banco falló en monitorear más de 670,000 mdd (415,600 md£) en transferencias electrónicas del HSBC Mexico (HBMX) entre 2006 y 2009[14], y fallaron en monitorear adecuadamente más de 9,400 mdd (5,830 md£) en compras de dólares físicos desde HBMX durante el mismo período.
El Fiscal Gral Asistente Lanny A. Breuer, dijo en declaraciones preparadas anunciando el DPA que “los traficantes no tuvieron que tratar muy duro” cuando vinieron al lavado del narcodinero. “Algunas veces depositaban cientos de miles de dólares en efectivo, en un solo día, en una sola cuenta”, dijo Breuer, “usando cajas diseñadas para ajustarse a las dimensiones exactas de las ventanillas de los cajeros en las sucursales del HSBC México”[15].
Mientras que el dramático relato de Breuer sobre el proceso de lavado de dinero puede haber ofrecido al crédulo cuerpo de prensa financiera uno o dos momentos apasionan-tes, una mirada más cuidadosa al CV de Breuer ofrece pistas en cuanto a por qué escogió no acusar criminalmente al banco.
Un conocedor de los altos círculos corporativos, después de representar al presidente Bill Clinton durante las animadas audiencias de acusación, Breuer llegó a ser socio en el elitista despacho legal de Covington & Burling, de Washington, DC. Desde su encumbrado puesto, representó al Servicio a Inversionistas de Moody’s luego del ignominioso colapso de Enron y a la antigua empresa de Dick Cheney, Halliburton/KBR, durante los escándalos del régimen de Bush. ¡Hablando de “manos seguras”!
Nombrado por Obama en el 2009 como jefe de la División Criminal del DOJ, Breuer presidió el procesamiento/persecución del soplón de la NSA, Thomas A. Drake, por cargos de haber violado el Acta de Espionaje de 1917 al dar a conocer a The Baltimore Sun un masivo fraude en los contratos de la NSA.
Más recientemente, junto con otros 14 funcionarios, Breuer fue señalado para potencial “acción disciplinaria” por la Oficina del Inspector Gral del DOJ por el escándalo de armamento Rápido y Furioso que puso 2,000 armas de fuego en manos de los asesinos de los cárteles en México[16].
“Un funcionario del DOJ dijo que Breuer había sido ‘amonestado’” por el Fiscal Gral, Eric Holder, “pero no será castigado”, reportó The Washington Post.
Breuer tuvo la temeridad de alegar que los acuerdos de procesamiento diferidos “tienen los mismos efectos punitivos, disuasivos y rehabilitadores como el declararse culpable”.[17]
 “Cuando una compañía entra en un acuerdo de procesamiento diferido, o de hecho un acuerdo de no procesamiento”, Breuer afirmó, “casi siempre debe reconocer el delito, acordar cooperar con la investigación del gobierno, pagar una multa, acordar mejorar su programa de cumplimiento y estar de acuerdo en enfrentar procesamiento si falla en satisfacer los términos del acuerdo”.
Como es evidente de esta breve sinopsis, cuando vino a ocuparse del HSBC, el arreglo estaba listo aun antes de una firma se hubiera puesto al DPA.
Sin pestañear, Breuer nos informó que el HSBC se ha “comprometido” a emprender “ampliadas medidas anti-lavado de dinero y otras obligaciones y cambios estructurales dentro de sus operaciones globales para evitar la repetición de la conducta que condujo a este proceso”.
“HSBC ha reemplazado a casi todos sus altos ejecutivos, ‘recuperó’ los bonos de compensación diferida dados a la mayoría de sus altos ejecutivos responsables del cumplimiento de medidas antilavado de dinero y ha acordado diferir parcialmente los bonos de compensación para sus más altos ejecutivos sus gerentes generales de grupo y directores administrativos de grupo— durante el período de DPA de cinco años”.
Sí, lo leyó Ud bien. A pesar de acusaciones que pondrían al ciudadano medio en un campo de detención federal durante décadas, los altos funcionarios ¡han “acordado diferir parcialmente los bonos de compensación” por la duración del DPA!
Como comentó el periodista financiero Matt Taibbi: “Wow. ¿De modo que los ejecutivos que pasaron una década lavando miles de millones de dólares tendrán sus bonos parcialmente diferidos durante el acuerdo de cinco años? ¿Se están pitorreando de mí? ¿Ese fue el castigo? ¿Los negociadores del gobierno no pudieron mantenerse firmes forzando a los funcionarios del HSBC a esperar todo el plazo a recibir sus bonos malhabidos? ¿Tuvieron que negociar para hacerlos esperar ‘parcialmente’? Cada fiscal honesto en USA tiene que estar vomitando ante tales tácticas de negociación. ¿Cuál fue la oferta de apertura (de la negociación) del DOJ —pedir a los ejecutivos que restrinjan su tiempo de vacaciones en el Caribe a nueve semanas al año?”.
“Así Ud puede preguntar”, escribe Taibbi, “¿cuál es el castigo apropiado para un banco en la posición del HSBC? ¿Exactamente cuánto dinero podría uno extraer de una empresa que ha estado desvergonzadamente beneficiándose de un negocio con criminales durante años y años? Recuerde, estamos hablando de una compañía que ha admitido un revoltijo de serios crímenes bancarios. Si Ud fuera el fiscal, Ud agarraría a ese banco de los “desos”. Así, ¿cuánto dinero debería Ud tomar?”
“¿Qué le parece todo? ¿Qué le parece hasta el último dólar que el banco haya ganado desde que inició su actividad ilegal? ¿Qué le parecería zambullirse en cada cuenta ban-caria de cada ejecutivo envuelto en este desgarriate y quitarles hasta el último dólar que hubiesen “ganado”? Luego decomisar sus casas, sus automóviles, las pinturas que compraron en las subastas de Sotheby’s, la ropa en sus closets, el cambio suelto en las jarras del desayunador, todas sus excentricidades. Llevarse todo y no pensarlo dos veces. Y luego arrojarlos en la cárcel”.
Pero no falta el pelo en la sopa. El gobierno no puede y no tomará tales medidas. Lejos de ser árbitros imparciales que juraron defendernos de los depredadores financieros, especuladores, señores de la droga, terroristas, belicistas y buitres corporativos fuera de control ocultando billones de dólares gravables en paraísos fiscales, los funcionarios de este estado criminalizado son sirvientes selectos de una clase gobernante totalmente corrupta.
Escribiendo para la página web de World Socialist, Barry Grey señaló: Al HSBC “se le permitió un pago simbólico —menos del 10% de sus utilidades del 2011 y una fracción del dinero obtenido lavando el dinero sangriento de los patrones de la droga. Mientras que los pequeños narcotraficantes y adictos, a menudo entre los sectores más empobrecidos y oprimidos de la población, son rutinariamente arrestados y encerrados por años en el gulag carcelario estadounidense”.
“Los parásitos financieros que mantienen funcionando el comercio global de drogas y toman la parte del león del dinero de la devastación social que provocan permanecen por arriba de la ley”, notó Grey.
“En resumen”, escribió Grey, “éste es el principio aristocrático que prevalece detrás de la harapienta ‘democracia’ actual. Los barones ladrones de la finanza[18] de hoy son su propia ley. Pueden robar, saquear, incluso asesinar a voluntad, sin temor de ser llamados a cuentas. Dedican una porción de su fabulosa riqueza a sobornar políticos, reguladores, jueces y policías —desde las alturas del poder en Washington para abajo hasta la circunscripción de la policía local— para asegurarse que su riqueza esté protegida y ellos sean inmunes al procesamiento criminal.
Considerando la fraudulenta “Guerra a las Drogas” de USA, el investigar Oliver Villar, que conjuntamente con Drew Cottle escribió el libro esencial, «Cocaine, Death Squads, and the War on Terror: US Imperialism and Class Struggle in Colombia», dijo a Asia Times Online, es una “guerra” que el estado y los principales bancos e instituciones financieras no tienen interés en “ganar”.
Cuando se le preguntó por qué alegaba que la “guerra a las drogas no es un fracaso en absoluto, sino un éxito”, Villar señaló: “Llego a esa conclusión porque ¿qué sabemos acerca de la guerra a las drogas?. Bueno, USA ha gastado 1 bdd alrededor del mundo. ¿Podemos decir simplemente que ha fallado? ¿Han quebrado los bancos lavadores del narcodinero? No. ¿Han quebrado los centros financieros occidentales clave? No. ¿Ha quebrado la narcoburguesía en Colombia —o en Afghanistán, donde podemos ver patrones similares emergentes? No. ¿Es un éxtio el mantenimiento de esa economía? Absolutamente sí.”
Igualmente importante, ¿qué dice de nosotros esa desvergonzada impunidad disfrutada por tan repugnantes parásitos?
¿Hemos llegado a ser tan indiferentes al crimen y corrupción aprobados oficialmente, la miríada de pequeñas tiranías y tiranuelos, desde la sala de consejo al puesto de vigilancia en el trabajo, para no mencionar las asesinas policías del estado que han transformado las llamadas democracias “avanzadas” en odiosos y repugnantes estados parias, quiénes somos realmente?[19]
Como el finado autor J.G. Ballard señaló en su magistral novela Kingdom Come, “El fascismo consumista[20] nos proporciona su ideología, nadie necesita sentarse y dictar Mein Kampf[21]. El mal y la psicopatía han sido reconfiguradas en declaraciones de estilo de vida”.
¿Fantasía paranoide?. Despierte y huela el estado policía corporativo.
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Tom Burghardt es un investigador y activista establecido en el área de la Bahía de San Francisco.





[1] ¿Y requiere una investigación del Senado gringo descubrir esto? Parece un cuento para engañar a quienes no conocen el tamaño del mercado financiero mexicano. El tamaño de esas operaciones las harían detectables de inmediato. La realización de tales operaciones  requiere una cultura global de corrupción en la institución y conste que aunque la sucursal esté en México y nuestro país no sea precisamente un dechado de legalidad, esa “cultura” y esa institución NO son mexicanas.
[2] Menos mal que no se afirma que Lord Green sea ciudadano mexicano.
[3] Puede uno preguntar si fallaron los programas de supervisión de la SEC, dado que se habla que el esquema llevaba bastantes años operando.
[4] ¿Alguna información sobre sus cuentahabientes nacionales? Sería interesante, ¿no creen?.
[5] En el rancho llamarían a eso un simple caso de soborno.
[6] Nótese la ausencia de mención de gringos, ingleses u otros extranjeros en este párrafo; el silencio sobre los cárteles de Canary Wharf, del Potomac o de Upper East Side. ¿Nombres? ¡Por favor! Todos son gente decente, no como el Chapo.
[7] De esta simple frase puede deducirse el “chayote” que recibió. ¿El tal Breuer no trabajará también en la PGR?
[8] Por lo que puede verse, la Fiscalía General tiene méritos suficientes para clasificar como SDI.
[9] Precisamente esto fue lo que salvó al banco. Si ha dicho que lavaban dinero para los capos de narcos británicos o gringos, ¡seguro le cancelan la licencia de operar como banco!.
[10] La confianza de los narcotraficantes británicos, ¡por supuesto!
[11] Ojo: los oligarcas SIEMPRE son extranjeros.
[12] ¡Por supuesto! Los dictadores SIEMPRE y  exclusivamente son del Tercer Mundo, JAMAS del Primero.
[13] Bastante mexicana la razón social.
[14] Véanse notas 1 y 3.
[15] El tal Bauer es aficionado a las telenovelas. Cualquiera que conozca las ventanillas de los bancos en México sabe que limitan el contacto entre cliente y cajero; por tanto, Breuer está MINTIENDO. La cuestión ahora es determinar por qué el Fiscal Gral Asistente tendría interés en mentir de manera tan burda.
[16] ¡Vaya referencias de Lanny Breuer!. Se ve que los seleccionan bien.
[17] Si las barrabasadas que declaró son indicios del soborno recibido, entonces éste debe haber sido sustancioso.
[18] Que con absoluta seguridad NO SON ni mexicanos ni colombianos, pero que el autor convenientemente calla.
[19] Son los frutos del relativismo, my friend.
[20] Esto es un mito genial, tratando de aprovechar la connotación peyorativa sobre el fascismo, creada precisamente por ese mismo ambiente que denuncia.
[21] Sería más adecuado citar aquí alguna de las (s)obras de Ayn Rand, en vez de insistir en el villano favorito de los mass media.

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