jueves, 11 de julio de 2013

Un libro interesante, del cual todavía no hay traducción


La Historia Silenciada
Maurizio Blondet     22-Dic-12
FUENTE: http://effedieffe.com/index.php?option=com_content&view=article&id=33407:la-storia -taciuta&catid=83:free&Itemid=100021


A poco más de dos años de la salida de la primera edición, deseamos agradecer nuevamente al director Blondet por habernos dado esta obra fundamental. Gracias a un esfuerzo incansable que prosigue desde hace decenios, nadie mejor que Blondet habría podido encarnar el icono del investigador par excellence del cual, un tanto irónicamente, se ha prestado a vestir sus ropas para la portada. A continuación la presentación de Blondet, escrita para el lanzamiento del libro.
EFFEDIEFFE edizioni

He considerado necesario volver a publicar con esta nueva apariencia, titulada Todos los Complots, la serie completa de mis libros de título Complots (I, II y III), más el ensayo El Colapso, que es la continuación, más el apéndice Divagaciones, de 84 páginas, que actualiza la temática hasta el inicio de 2002, porque las antiguas ediciones ya están agotadas, pero continúan siendo solicitadas. Lo que es alentador para el autor, dado que los ensayos, aunque concebidos y publicados hace algún tiempo, evidentemente son considerados aun actuales por un número creciente de lectores; pero no es esto lo que importa. Importa el hecho de que estos ensayos e indagaciones permanecen —incluso llegan a ser siempre más— necesarios para quien desea comprender a fondo la catástrofe terminal del sistema llamado Occidente, en el cual todos estamos implicados, y somos víctimas.


En estos años la sociedad en Italia, Europa y USA, ha sido reducida a un nivel intelectual y cultural tan bajo, ha sido tan desinformada por el sistema mediático total que el capitalismo ha instaurado, de haber dado cumplimiento al hombre nuevo proyectado por los poderes ocultos del mundialismo: o sea el hombre-comunicacional, permanentemente conectado a una docena de dispositivos de comunicación, y precisamente por ello apegado al presente inmediato, a lo instantáneo, superficial (y falso) de los telediarios y de la TV en general.
Hoy, este hombre plano (plano como una ameba) siente confusamente que las promesas instiladas por el Sistema —bienestar creciente para todos, la estabilidad ofrecida por el euro, la paz universal garantizada por la interdependencia de los mercados y por la libre circulación de bienes, hombres y capitales— han sido traicionadas. Pero reacciona con rabia ciega, dirigida a los actores últimos (aquellos en escena en el presente inmediato), que con frecuencia, aunque culpables por omisión, no son los culpables que lo provocaron, los que han planeado y operado para encerrarnos en el sistema. La rebelión que nace de eso —Tea Party, manifestaciones en Europa—, corpuscular, formada de multitudes separadas y manipuladas, es en sí misma una contribución a la desestructuración del sistema, que continúa proclamando estar en marcha para realizar su propia esencia y avanza hacia una sustancia informe, lo amorfo. La opinión pública, amebizada, agitada por impulsos curpusculares que se neutralizan entre sí, no sabe manifiestamente cómo sustituir el sistema que rechaza. Y la rebelión no se traduce en revolución.
Esto ocurre porque la humanidad reducida al presente no sabe cómo hemos llegado a este punto. Pongo un ejemplo: la antropóloga Ida Magli ha publicado (en Nov. de 2010) un ensayo titulado  La Dictadura Europea, en el cual desenmascara la construcción de la UE como un imperio de los banqueros. Libro valeroso, que denuncia —y no es poco— la promoción desde arriba de la homosexualidad como agente de homologación deseado por las oligarquías, la judaización de la Iglesia y su pequeñez intelectual y espiritual frente a la Europa de los banqueros, que está procediendo —ni más ni menos— a la extinción del hombre en cuanto a tal, hasta el secreto indecible de las Bancas Centrales en manos de banqueros privados. Así, en este meritorio ensayo, jamás es mencionado el padre de todo esto: Jean Monnet. El ciudadano privado al cual el consorcio de bancos estadounidenses que se apoderó de los fondos del Plan Marshall (dinero de los contribuyentes estadounidenses, no de los banqueros), conducido por los Lazard, confió la tarea de distribuirlo, con la condición de que los países beneficiados en la Europa destruída renunciaran a partes de su soberanía.
Ida Magli no lo sabe. No sabe la resistencia heroica que el general De Gaulle opuso a este proyecto de aquellos que llamó sin-patria (apátridas) y sinarquistas. No es culpa ni mala fe, es falta de información. Y la pregunta que Magli repite en todo su libro: ¿Cómo ha sido posible? ¿Cómo es que los políticos, gobiernos, periodistas, han callado? ¿Con cuáles mecanismos ha sido mantenido el secreto sobre tal conspiración para nuestro perjuicio?, queda sin respuesta.
Ahora, quien leerá el libro que tiene entre manos, Todos los Complots, encontrará en cambio la historia de este presente inmediato. Cuando lo escribí todavía no existía el euro, que principalmente ha llevado al retroceso del nivel de vida para tantos de nosotros. La globalización no estaba todavía terminada. Ciampi todavía no había internacionalizado la deuda pública italiana sin ninguna lógica racional (dado que los ahorradores italianos la compraban por completo): sin embargo, quien leerá los capítulos Conozcamos a los nuevos dueños, Genealogía de Napolitano (el actual presidente de la semi-república), Oligarquías, entenderá quienes y cuales ambientes y fuerzas, preparaban nuestro presente. El proyecto mundialista todavía no había sido interceptado por el proyecto de los llamados neocon israelo-americanos, que han llevado al último imperio dominante a la guerra sin fin por Israel, en el cual nosotros también participamos, después del falso atentado del 11-Sep. Pero quién lea el capítulo Israelitas británicos, la doctrina oculta, verá las raíces y el germen de esta letal irrupción de la religión (o de las pseudo-religiones, grotesca imitación de la espiritualidad) como impulsores irracionales, mesiánicos y delirios del político. Cosa del todo imprevisible hace años, en la época de la presunta secularización total, y del triunfo del laicismo sobre las mentes.
Ahora alborea la vaga conciencia que nuestro presente, con sus devastaciones, genocidios y guerra, tenía una valencia escatológica, si queremos apocalíptica, y para un cristiano, preludia el triunfo del Anticristo, que la antigua sabiduría de los Padres preveía no como un dominador laico, sino más bien como el jefe de la falsa religión última, el Mono de Dios, el impostor (Dajjal) para los musulmanes.
Al leer estos ensayos míos, se entenderá mejor el progreso de esta impostura. Según René Girard, una de las tareas de lo sagrado en las sociedades tradicionales era una autoexteriorización con la cual la violencia humana se auto-limitaba, en sacrificios rituales, prácticas litúrgicas, sistemas de reglas (dictadas por Dios, el Exterior por excelencia; el trascendente). Hoy, un pensador francés, J.P. Dupuy, escribe que la economía es la continuación (o sustitución) de lo sacro en la época de la secularización. Mono del antiguo Dios que habíamos matado, ése es el nuevo Externo que nos da sus reglas objetivas (la mano invisible del mercado), los dogmas (pensamiento único), los ritos (la Bolsa mundial abierta 24 horas sobre 24) a la cual sacrificamos cuerpos y mentes humanas. Sin embargo, un Orden.
No por casualidad Hegel ya decía que «la economía es la esencia del mundo moderno». En base a esta hipótesis, la desestructuración terminal del capitalismo, operada por los financieros usureros y especuladores, va intentada como el resultado último de la desacralización del mundo, del laicismo realizado y aun más avanzado. Los sacerdotes —los banqueros— han violado sus propias reglas; se han liberado de las reglas extremas que regulaban al capitalismo y lo contenían de la violencia inherente. Hoy esta liberación significa también el desencadenamiento terminal de la violencia de un capitalismo financiero que se ha arrancado toda máscara (se convierte en belicista, policíaco, más gravoso cuanto más se disgrega), y al mismo tiempo —contemporánea mente— su desestructuración final: formadora de la violencia desde abajo, anárquica, sin límites, de la cual la forma más avanzada son las matanzas de la criminalidad en Cd. Juárez en México, pero que se ve hasta demasiado bien en Israel, pero también en Calabria, en Campania y Sicilia. Se entiende, enmedio, florece la criminalidad política, corrupción e ineficiencia en estado puro.
El mundo entero está tal vez afianzado en la muerte de Dios, y ahora la muerte del último falso dios lo entrega a la delincuencia pura, tenedora de la fuerza pura, de la capacidad de matar.
Por tanto este libro es necesario —lo digo con modestia, porque el mérito va a los ángeles de la inspiración— porque es la historia de nuestro presente escatológico. Estos ensayos míos han sido marginalizados, censurados un largo tiempo con la censura del silencio, etiquetados como complotismo. Pero si nuestra historia reciente ha sido un complot, no es culpa de quien escribe.
Un día, si los hombres europeos llegan de nuevo a ser dignos de la libertad (si la saben retomar), los historiadores del futuro encontrarán que las circunstancias y las fuentes para una historiografía de nuestra desviación colectiva hacia la aceptación del poder oligárquico más totalitario que jamás hayamos soportado y sufrido, hacia el mundo orwelliano plenamente realizado de la finanza especulativa, que nos ha reducido a este nivel de sus esclavos y ovejas, y adicionalmente sub-humanos y contentos de serlo.

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