jueves, 26 de septiembre de 2013

La verdad comienza a abrirse paso



Los Misiles con Gas [Tóxico] 'no fueron vendidos a Siria'
ROBERT FISK                    22-Sep-13
FUENTE: http://www.independent.co.uk/voices/comment/gas-missiles-were-not-sold-to-syria-8831792.html


Los documentos de exportación parecen[1] respaldar la negativa de Assad sobre el ataque con sarín —pero los rusos no entrarán en detalles.

Mientras que el régimen de Assad en Damasco ha negado responsabilidad por los misiles con gas sarín que mataron alrededor de 1,400 sirios en el suburbio de Ghouta el 21-Ago-13, ahora está circulando información en la ciudad de que la nueva “evidencia”[2] de Rusia en relación al ataque incluye las fechas de exportación de los cohetes específicos utilizados —y más importante— los países a los cuáles se vendieron originalmente. Aparentemente fueron fabricados en la Unión Soviética en 1967[3] y vendidos por Moscú a tres países árabes: Yemen, Egipto y la Libia del coronel Gaddafi. Estos detalles no pueden ser verificados en documentos[4] y Vladimir Putin no ha revelado las razones por las que dijo a Barack Obama que él sabe que el ejército de Assad no disparó los misiles de (gas) sarín; pero si la información es correcta —y se cree que haya venido de Moscú— Rusia no vendió este lote particular de armas químicas a Siria[5].
Desde la caída de Gaddafi en 2011, vastas cantidades de sus abandonadas armas de fabricación soviética han caído en manos de grupos rebeldes y de insurrectos afiliados a al-Qaeda. Muchas fueron más tarde encontradas en Mali, algunas en Argelia y una gran cantidad en el Sinaí. Desde hace largo tiempo los sirios han alegado que una sustancial cantidad de armamento soviético había encontrado su camino desde Libia a las manos de los rebeldes en la guerra civil con la ayuda de Qatar[6] —que apoyó a los rebeldes libios contra Gaddafi y ahora paga por los embarques de armas a los insurgentes sirios.
No hay duda de que Siria tiene un sustancial arsenal de armas químicas[7]. Ni que los depósitos sirios contienen grandes cantidades de misiles de gas sarín, de 122mm. Pero si los rusos realmente han sido capaces de identificar las características específicas de los misiles de los fragmentos encontrados en Ghouta —y éstas son de municiones jamás exportadas a Siria —el régimen de Assad se jactará[8] que su inocencia ha sido probada.
En un país —en realidad, un mundo— donde la propaganda es más influyente que la verdad, descubrir el origen de los químicos que sofocaron a tantos sirios hace un mes es una investigación plagada de peligros periodísticos. Los reporteros enviando despachos desde partes de Siria mantenidas por los rebeldes son acusados por el régimen de Assad de confabularse con terroristas. Los periodistas reportando desde el lado gubernamental de las líneas del frente en Siria son regularmente acusados de ser portavoces de la propaganda del régimen. Y aun si el régimen de Assad no fuera responsables por el ataque del 21-Ago, sus fuerzas han cometido crímenes de guerra en abundancia a través de los pasados dos años[9]. Tortura, masacres, bombardeo de objetivos civiles han sido probados hace largo tiempo[10].
Sin embargo, también tiene qué decirse que serias dudas han estado siendo expresadas por la ONU y otras organizaciones internacionales en Damasco de que los misiles de gas sarín fueran disparados por el ejército de Assad. Mientras estos empleados internacionales no pueden ser identificados[11], algunos de ellos estaban en Damasco el 21-Ago y formularon una serie de preguntas a las que nadie ha dado respuesta todavía. ¿Por qué, por ejemplo, Siria esperaría hasta que los inspectores de la ONU se hubieran puesto cómodos en Damasco el 18-Ago antes de usar gas sarín poco más de dos días después —y solamente a 6.4km del hotel en que los de la ONU se habían registrado? Habiendo así presentado a la ONU con evidencia del uso de gas sarín —que los inspectores rápidamente recogieron en la escena— el régimen de Assad, si fuera culpable, seguramente se habría dado cuenta que un ataque militar sería montado por las naciones occidentales.
En la situación actual, Siria ahora debe perder enteramente sus defensas químicas estratégicas de largo plazo contra Israel armado de armas nucleares —debido, si los líderes occidentales han de ser creídos, quiso disparar siete misiles de casi medio siglo de antigüedad en un suburbio rebelde en el que solamente 300  de las 1,400 víctimas (si los rebeldes mismos han de ser creídos) eran combatientes. Como lo expresó ayer una ONG occidental: “si Assad realmente quería utilizar gas sarín, por amor de Dios, ¿por qué esperó dos años y luego lo usaría justo cuando la ONU estaba en el terreno investigando?”.[12]
Los rusos, por supuesto, han hecho negativas similares de la responsabilidad de Assad por ataques anteriores con sarín. Cuando al menos 26 sirios murieron por envenenamiento con sarín en Khan al-Assal el 19-Marzo —una de las razones de porqué los inspectores de la ONU fueron despachados a Siria el mes pasado— Moscú responsabilizó a los rebeldes[13]. Más tarde los rusos presentaron a la ONU un reporte de 100 págs. conteniendo su “evidencia”. Al igual que la evidencia de Putin sobre los ataques del 21-Ago, sin embargo, no ha sido revelada.
Un testigo que estuvo con las tropas sirias de la 4ª División del ejército el 21-Ago —un exoficial de las Fuerzas Especiales considerado una fuente confiable —dijo que no vio evidencia de que proyectiles de gas sarín hubiesen sido disparados, aun cuando estaba en uno de los suburbios, Moadmaiya, que era un objetivo para el sarín. Él recuerda a los soldados expresando interés cuando vieron las primeras imágenes de YouTube de civiles sofocados —no por simpatía, sino porque temían que tendrían que luchar enmedio de nubes venenosas.
“Tal vez esté más allá de las teorías de conspiración decir que el gobierno no estuvo implicado”, dijo un periodista sirio la semana pasada, “pero estamos seguros que los rebeldes han conseguido el sarín. Ellos necesitarían que los extranjeros les enseñen cómo dispararlo. O ¿hay una ‘tercera fuerza’ que no conocemos?[14]. Si Occidente necesitaba una excusa para atacar a Siria, la consiguieron justo a tiempo, en el lugar correcto y enfrente de los inspectores de la ONU”.



[1] Los medios toman como verdades las meras afirmaciones del idiota de John Kerry; pero, en cambio, los documentos de exportación sólo “parecen respaldar”. Y eso en un medio que, hasta en su nombre, se ostenta como “independiente”.
[2] Nótense las comillas, que jamás se usan en las declaraciones contra el gobierno sirio.
[3] ¡Hace 46 años! ¿Y no se utilizan sino hasta que los inspectores de la ONU andan verificando precisamente si se usaron? ¡Qué oportunísima coincidencia!
[4] ¿Por qué no? Seguramente no se entregaron “de palabra”.
[5] Muy probablemente el gas sarín no se vende en tiendas de conveniencia y su producción debe estar bastante bien identificada. Resulta raro que en los medios de comunicación NADIE se haya propuesto verificar su procedencia y se insista obsesivamente en la culpabilidad del gobierno sirio.
[6] Qatar, USA, Arabia Saudita, Turquía, Francia, etc. ayudan a los rebeldes y envían armas y dinero. Y todas estas actividades que constituyen violaciones al Derecho Internacional y son verdaderos crímenes, pasan como lo más normal del mundo un día sí y el otro también. Y NADIE ha buscado enjuiciar a dichos países por sus conductas criminales. Y sus dirigentes siguen apareciendo como si fueran gente decente.
[7] Dada la guerra de mentiras que los medios occidentales han implantado, hace falta presentar evidencias y no simples declaraciones como ésta. Es evidente que USA tiene armas nucleares y tras las denuncias de Vanunu, también es evidente que Israel tiene dichas armas. ¿Por qué ellos pueden tenerlas y otros países no (p.e. Irán)? ¿USA e Israel son más responsables que Irán? Por otro lado, nadie menciona que la aplicación de armas químicas surgió en la 1GM (1914-18) y que desde entonces, NINGÚN PAÍS las ha utilizado ni como defensa ni como ataque en gran escala. Y si no se han usado, no ha de ser por falta de ganas, sino porque su utilidad resulta bastante dudosa, salvo para montar operaciones de falsa bandera y acusar al enemigo.
[8] Que se demuestre la falsedad de una grave acusación, en el caso del presidente al-Assad, ¿es jactarse? ¿Cómo debería declararse para que no fuera tachada de jactancia? ¿Ahora resulta que haber dicho la verdad es jactarse y, en cambio, no se dice una sola palabra sobre la otra parte que UTILIZO LA CALUMNIA?
[9] Aquí se ve la mala leche. No importa que en el caso ESPECÍFICO al que se refiere el artículo sea inocente, porque se saca otra acusación genérica sin ofrecer la más mínima prueba.
[10] Si no das las pruebas de tus afirmaciones, por lo menos podrías dar las referencias dónde los lectores puedan encontrarlas. De otro modo, no pasan de ser acusaciones gratuitas, simple y deshonesta propaganda. En un medio supuestamente “independiente”.
[11] Esto es una mentira FLAGRANTE. El informe no fue de “empleados internacionales que no pueden ser identificados”, sino del equipo de la ONU encabezado por Carla del Ponte, famosísima abogada suiza (Véase: http://sp.rian.ru/international/20130506/ 157006937.html). No resulta creíble que el autor ignore este reporte de Carla del Ponte; y si no es posible que lo ignore, entonces ¿dónde dejó su integridad periodística? Obviamente, los países occidentales han tratado de restarle credibilidad o reducir la difusión de este informe de la Sra del Ponte;  dado que el asunto era suficientemen- te importante, al día siguiente de las declaraciones de Carla del Ponte, la propia Comisión buscó restarle contundencia al reporte agregando términos como “parece” y “no en forma concluyente”.
[12] Resultan demasiados obvias las mentiras de Barack Obama y John Kerry. Por otro lado, no es la primera vez que mienten; ¿por qué debemos creerles ahora?
[13] No sólo Moscú. El reporte oficial de la representante de la ONU, Carla del Ponte, así lo declaró (véase referencia en la nota 11).
[14] A estas alturas plantearlo como duda, constituye una ofensa para los lectores. Es cuestión de preguntarse a quién beneficia el caos y la agudización de los conflictos.

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