jueves, 23 de enero de 2014

Sigue el silencio sobre la persecución a los cristianos en el Medio Oriente



Las comunidades cristianas más antiguas del mundo están siendo destruidas — y a nadie (parece)  importarle
Los cristianos en el Medio Oriente han sido víctimas de matanzas y persecución. ¿Dónde está la indignación de Occidente?
Por Michael Brendan Dougherty               23-Ene-14
FUENTE: http://theweek.com/article/index/255403/the-worlds-most-ancient-christian-communities-are-being-destroyed-mdash-and-no-one-cares


                                                                          El texto en rojo NO viene en el original y fue agregado

                                                                          por el equipo de traducción.



                           Cristianos coptos egipcios lloran durante una misa funeral en 2011

(REUTERS/Amr Abdallah Dalsh) Como muchos cristianos coptos en Egipto, Ayman Nabil Labib tenía el tatuaje de una cruz en su muñeca. Y como un joven de 17 años de cualquier parte, podía ser asertivo en cuanto a su identidad. Pero en 2011, después de la revolución en Egipto, ese tipo de asertividad podría significar problemas.
El maestro de árabe de Ayman le dijo que cubriera su tatuaje en clase. En vez de obede cer, el joven desafiante sacó la cruz que colgaba de su cuello, haciéndola visible. Su maestro montó en cólera y comenzó a estrangularlo, incitando a los compañeros musulmanes del joven diciendo, “¿Qué van a hacer con él?”.
Entonces los compañeros de Ayman comenzaron a golpearlo hasta matarlo. Se dieron falsas declaraciones a la policía y dos muchachos fueron llevados en custodia sólo después que la familia de Ayman afectada por el terror denunció el caso.
El sufrimiento de Ayman no es un caso aislado en la región o en Egipto.
La Primavera Árabe, y en menor grado el derrocamiento de Saddam Hussein, fueron publicitados como catalizadores de un histórico cambio en la región. Desde Egipto a Siria e Iraq, las dictaduras del Medio Oriente serían reemplazadas por regímenes liberales, democráticos. Años más tarde, sin embargo, muy poca liberalidad o democracia existen. En realidad, lo que estos trastornos han dejado a la historia es un siniestro, y apenas notado legado: La casi aniquilación de las comunidades cristianas más antiguas del mundo.
La persecución de los cristianos a través de todo el Medio Oriente, así como el silencio con que ha sido manejada en Occidente, son el tema del libro electrónico del periodista Ed West «El Silencio de Nuestros Amigos». El folleto es una enérgica y escalofriante letanía de horrores: Leyes discriminatorias, tumbas masivas, matanzas extraoficiales y exilio. Los perseguidos no son solamente cristianos coptos o nestorianos que tienen relativamente pocos correligionarios en Occidente, sino también católicos, ortodoxos y protestantes.
A través de todo el Medio Oriente la pauta es la misma. Los cristianos son asesinados en la violencia multitudinaria o por grupos militares. Sus iglesias son bombardeadas, sus tiendas destruidas y sus hogares saqueados. Se aprueban leyes que los hacen ciudadanos de segunda clase y la mayoría eventualmente emigran.


                          26-Ago-13: El Obispo-General Macario (derecha), un líder copto 
                        ortodoxo, camina alrededor de la dañada Iglesia Evangélica en Minya,
                        al sur del Cairo. (REUTERS/ Louafi Larbi)
En Egipto, un rumor de que una joven musulmana estaba saliendo con un muchacho cristiano condujo al incendio de múltiples iglesias y la imposición de un toque de queda sobre la población cristiana local. Niños analfabetos fueron mantenidos en custodia por la policía por orinar en un montón de basura, porque un imán alegó que páginas citando eal Corán estaban en el montón y habían sido profanadas. De nuevo, resultó en la persecución de las familias cristianas que tuvieron que abandonar sus hogares.
En Siria, la situación es aun peor. En Junio de 2013, un grupo de aldeas cristianas fueron totalmente destruidas. El P. Pierbattista Pizzaballa reportó que “de los 4,000 habitantes de la aldea de Ghassanieh.... no quedan más que 10”.
Dos obispos sirios han sido secuestrados por grupos rebeldes. Los militantes expulsaron al 90% de los cristianos de la ciudad de Homs. El Patriarca Gregorios III de Antioquía dice que de una población de 1.75 millones, 450,000 cristianos sirios simplemente han huido de sus hogares debido al temor.
En Iraq, la historia es la misma pero más dramática. De acuerdo a Occidente, entre 2004 y 2011 la población de cristianos caldeo-asirios cayó de más de un millón a tan pocos como 150,000. En 2006, Isoh Majeed, que abogaba por la creación de un cielo seguro para los cristianos alrededor de Nínive, fue asesinado en su hogar. El número de iglesias en Iraq ha declinado a apenas 57, de un total de 300 antes de la invasión. La baja en la población cristiana de Iraq desde la primera Guerra del Golfo es de aproximadamente 90%, con la mayor reducción ocurriendo desde la invasión del 2003.
USA y el RU tienen alguna [¿alguna? Quizá el 85% de la responsabilidad; pero no debe atribuirse ésta a la población estadounidense y británica sino a las élites anti-cristianas incrustadas en los estratos más altos del poder en esos países; élites que sintomáticamente no son ni cristianas ni musulmanas, pero se mimetizan como estadounidenses y británicas] responsabilidad en esta catástrofe, puesto que supervisaron la creación del gobierno iraquí de postguerra [no sólo supervisaron, hicieron la guerra y la invasión en base a mentiras: la existencia de armas de destrucción masiva que JAMÁS aparecieron] e hicieron poco para proteger la fe de las minorías.
El libro de Ed West menciona superficialmente la despistada e inhumana conducta de los gobiernos occidentales en tales episodios. La ayuda de USA para la reconstrucción de Iraq es distribuida conforme a las leyes iraquíes que discriminan contra los cristianos iraquíes. USA derrama miles de mdd de ayuda extranjera en Egipto, y sin embargo a los cristianos en ese país no se les permite construir iglesias (o incluso reparar los sanitarios en ellas) sin permiso explícito del jefe de estado, el cual casi nunca lo concede. [Esta referencia a la “ayuda” de USA a Egipto es absolutamente ridícula e ingenua. Los recursos que, por cierto no son 500 mdd sino el triple (y sin embargo, muy inferiores a lo regalado sin condiciones a Israel), USA “da” anualmente a Egipto, es un soborno al gobierno egipcio para que mantenga bloqueada la frontera con la Franja de Gaza, de modo que la población palestina no tenga vía libre en esa ruta de escape; es decir, es un soborno para que Egipto participe en el exterminio de la población palestina. Resulta por demás ingenuo sugerir que se condicione para la ayuda a la minoría cristiana. A principios del 2012, Hillary Clinton, entonces Sria de Edo de USA, amenazó con suspender la “ayuda” a Egipto si el gobierno militar no liberaba a 42 agitadores estadounidenses disfrazados de miembros de una ONG; obviamente, puesto que la “ayuda” estaba regida por los Acuerdos de Paz de 1979, Hillary no tenía ni con mucho, la autoridad para suspenderla y estaba fanfarroneando]. En Septiembre pasado, USA y Gran Bretaña intentaron hacer explícito y público su apoyo a los grupos rebeldes sirios [y en absoluta violación a las más elementales reglas del derecho internacional, debería aclararse], pero al mismo tiempo algunas de esas milicias estaban ejecutando una matanza contra los cristianos [Bienvenido a la realpolitik: las élites de USA y GB no son ni cristianas ni musulmanas y con esa política tratan de azuzar a unos contra otros, porque de ese modo, cristianos y musulmanes se verán debilitados].
En Ma’loula un tendero cristiano lo resumió en una cita de la BBC: “Díganle a la UE y a los estadounidenses que hace 2,000 años les enviamos a San Pablo para sacarlos de la oscuridad, y Uds nos envían terroristas para matarnos” [Resulta obvio que quienes envían esos terroristas no son cristianos ni musulmanes; así, dirigir estos comentarios a las élites de la UE y USA ha de provocarles una risotada].
En un correo a The Week, Ed West dice que hay cosas que USA y sus aliados pueden y deberían hacer para ayudar a los cristianos perseguidos:
Los países occidentales deberían hacer claro que nuestra amistad, cooperación, auxilio y ayuda depende de: 1) Libertad religiosa, que incluye el derecho a cambiar o abandonar la religión; 2) Una ley secular que trate a todas las personas de la misma forma. Esto no era el caso en el Egipto de Mubarak, que USA ayudó a impulsar con 500 mdd/año [Esto es el soborno pactado por la élite de USA para que Egipto fuera cómplice en convertir Gaza en la Franja de Exterminio]. Tampoco es el caso de Iraq, que bajo el control de USA instigó la sharia en su constitución. Eso no debería ser aceptable [No lo es para la generalidad de la población estadounidense que aun es nominalmente cristiana; pero es perfectamente lógica para la élite neocon-servadora que controla absolutamente todas las ramas del gobierno de USA]. En 2022, Qatar será el anfitrión de la Copa Mundial, un país donde la muerte por apostasía aun está en la legislación. ¿Por qué no estamos todos boycoteándola?
La última petición pone las dificultades de los cristianos del Medio Oriente en el contex-to global. Los activistas y medios occidentales han enfocado un considerable enojo por las leyes de Rusia contra la “propaganda homosexual” en vísperas de los Juegos Olím-picos de Invierno en Sochi en 2014. Parece muy adecuado que los occidentales [las actuales élites han nacido en Occidente y viven en Occidente pero no comparten los valores tradicionales de Occidente] también protestaran (o como mínimo, las hicieran notar) las leyes que castigan con la muerte la conversión a la Cristiandad. [De nuevo, la ingenuidad del autor: “esos activistas y medios occidentales” que protestan en defensa de la propaganda homosexual, son instrumentos, a sueldo, de las élites globalistas que usan la homosexualidad como ariete contra los valores de la sociedad cristiana. Pedirles que protesten por las leyes contra los cristianos es pedirle peras al olmo o creer en Santa Claus].

                                25-Dic-08: Cristianos iraquíes asisten a la Misa de Navidad en
                                la iglesia de la Virgen María en Baghdad, Iraq. | (Wathiq Khuzaie
                                /Getty Images).
Y sin embargo el mundo occidental está grandemente ignorante o desentendido de la violencia programada contra los cristianos. Ed West, citando al filósofo francés Regis Debray, destila el problema de esta manera: “Las víctimas son ‘demasiado cristianas’ para excitar a la Izquierda, ‘demasiado extranjeras’ para excitar a la Derecha”. [Las “democracias” occidentales no representan a la población y así “sus” élites mantienen valores en directa oposición a los de aquélla. Puesto que esas élites no son ni cristianas ni musulmanas, las comunidades cristianas les resultan literalmente prescindibles].
Los líderes de Ia Iglesia fuera del Medio Oriente están temerosos de expresarse, parcialmente por el temor de precipitar mayor violencia. (Siete iglesias fueron incendiadas en Iraq luego de que el Papa Benedicto XVI citó una antigua crítica al Islam en un discurso académico en Alemania). Extrañamente, a diferencia de Irán, Arabia Saudita, Israel, Rusia, USA y el RU, son las únicas potencias actuando en el Medio Oriente y no toman ningún interés especial en la seguridad de aquellos con los que tienen alguna afinidad religiosa histórica. [Aun los extremistas islámicos extrañamente tienen víctimas cristianas, sunnitas y chiitas, pero jamás israelíes, lo que habla  enormidades acerca de sus patrocinadores].
Éstas son las tierras en las que los apóstoles de Jesús y sus discípulos hicieron algunos de los primeros conversos cristianos. En una entrevista, West señaló que estas comunidades “eran cristianas cuando nuestros ancestros estaban adorando árboles y piedras”. Ahora están en peligro de una inminente extinción.
En 2013, Raphael I Sako, el patriarca caldeo de Baghdad, dijo lo siguiente en la homilía de su instalación: “Aun la sombra del temor, la ansiedad y la muerte está colgando sobre nuestro pueblo”. Advirtió: “Si la emigración continúa, Dios no lo quiera, no habrá más cristianos en el Medio Oriente. Ya no será más que un recuerdo distante”. El libro de West es un soberbio recordatorio de que la política occidental ha ayudado a formar este sombrío destino para los cristianos del Medio Oriente —y el silencio occidental permite que continúe.

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