Jimmy Carter Está en lo Cierto: USA ya no es una Democracia
Por Eric Zuesse 03-Ago-15
FUENTE:
http://www.globalresearch.ca/jimmy-carter-is-correct-that-the-u-s-is-no-longer-a-democracy/5466597
El texto [en rojo]
NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traductores.
El
28-Jul, Thom Hartmann entrevistó al ex presidente estadounidense Jimmy Carter,
al final de su espectáculo (como si esta importante pregunta fuera una
ocurrencia tardía), le preguntó su opinión sobre las decisiones Citizen United
de 2010 y McCutcheon del 2014, ambas decisiones por los cinco jueces republicanos
de la Suprema Corte de USA. Estas dos históricas decisiones hacen posible que
una ilimitada cantidad de dinero secreto (incluso extranjero) sea canalizado a
las campañas políticas y judiciales en USA. Carter respondió:
Viola la esencia de lo que hizo grande a USA
en su sistema político. Ahora es simplemente una oligarquía con ilimitado
soborno político siendo la esencia de lograr las nominaciones para presidente o
para ser electo presidente. Y lo mismo se aplica a gobernadores, senadores y
congresistas. Así, ahora simplemente hemos visto la subversión de nuestro
sistema político como una recompensa para los mayores donantes, que quieren y
esperan, y a veces consiguen [por favor, Eric, se
supone que es un artículo serio. Eso de que «a veces consiguen» es un insulto a
tus lectores. Si no consiguieran SIEMPRE lo que quieren y esperan, dejarían de
ser donantes. Así de simple], favores para sí mismos luego de que
concluye la elección... Actualmente los candidatos, sean demócratas o
republicanos, miran estos ilimitados recursos como un gran beneficio para sí
mismos. Alguien que ya está en el Congreso tiene mucho por vender.
Él fue entonces interrumpido por el programa,
aunque esa declaración de Carter debería haber estado al inicio y no al final
del programa. (Y éste no terminó con una invitación a volver para discutir a
profundidad este punto crucial —algo para lo que él está calificado).
Así: ¿Esta provocadora suposición fue
meramente su opinión? ¿O fue en realidad bastante más que eso? Fue mucho más
que eso.
En realidad, sólo un estudio empírico se ha
hecho en las ciencias sociales respecto a si el registro histórico muestra que
USA ha sido, durante el período de investigación, que en este caso fue entre
1981 y 2002, una democracia (una nación cuyos líderes representan al pueblo en
su conjunto), o en cambio una aristocracia (u oligarquía) —una nación en la que
solamente los deseos de los ciudadanos más ricos terminan reflejándose en las
acciones gubernamentales. [Dos observacioness al
respecto: 1) la desaparición de la democracia en USA no data de 1981.
Desapareció con bastante anterioridad, fácilmente 1 siglo antes. Ni Gilens y
Page son los primeros en abordar el tema; sin ir más lejos, Ferdinand Lundberg
y Antony Sutton escribieron bastante tiempo antes, aunque el autor puede ser
que no los haya leído y pretenda haber descubierto el agua tibia; y 2) lo de
aristocracia suena lambiscón y esa lambisconería se repite una y otra vez a lo
largo del artículo. El hecho de valerse de la riqueza para ejercer el poder se
llama plutocracia; de otra forma, hasta los jefes de los cárteles de la droga
podrían caber en la definición de “aristócratas”, que de acuerdo a su etimología
significaría “gobierno de los mejores”].
Este estudio fue titulado “Probando las
Teorías en la Política Estadounidense”, y fue publicado por Martin Gilens y
Benjamin I. Page en la publicación Perspectivas Sobre Política, emitida por la
Asociación Estadounidense de Ciencia Política, en Sep de 2014. Yo lo resumí con
anterioridad, el 14-Abr-14, mientras el artículo aun está en espera de
publicación.
El encabezado de mi resumen fue “USA es una
Oligarquía no una Democracia Dice Estudio Científico”. Yo reseñé:
“El claro descubrimiento es que USA es una oligarquía, no un país
democrático en absoluto. La democracia estadounidense es una farsa, no importa
cuanto (dinero) sea invertido por los oligarcas que manejan el país (y que
controlan los medios ‘noticiosos’ del país)”.
Luego cité el propio resumen de los autores:
“Las preferencias del estadounidense promedio parecen tener apenas un
minúsculo, cercano a cero, impacto, estadísticamente no-significativo sobre la
política pública”. El estudio científico concluía diciendo: “En USA, nuestros
descubrimientos indican, que la mayoría no rige —al menos no en el sentido
causal de determinar realmente los resultados de la política”. Otras pocas
tolerablemente claras frases lograron abrirse camino en este bien investigado,
pero atrozmente escrito [Eric, tu prosa no te convierte
—en automático— en alguien calificado para juzgar el estilo de escribir],
artículo, tales como: “Las preferencias de las élites económicas (como son
medidas por nuestro indicador sustituto, las preferencias de los ciudadanos
‘adinerados’) tienen un impacto bastante mayor en los cambios de política que
las preferencias de los ciudadanos promedio”. En otras palabras, ellos
encontraron que: Los ricos manejan USA.
Su estudio investigó específicamente “1,779
casos entre 1981 y 2002 en que una investigación nacional del público en
general hizo una pregunta ‘a favor/en contra’ respecto a un cambio de política
propuesto”, y luego el seguimiento de dicha política, de si las preferencias
del público habían sido convertidas en políticas, o, alternativamente, si las
posiciones relevantes cabildeadas por las corporaciones habían en cambio
llegado a ser políticas públicas, sin considerar lo que el público había
querido al respecto.
El período de estudio, 1981-2002, cubrió la
secuela de la histórica decisión de la Suprema Corte en 1976, Buckley v. Valeo,
que había iniciado el asalto aristocrático sobre la democracia estadounidense,
y cuya trascendental (y bipartisana) decisión judicial pro-aristocrática es
descrita en wikipedia como sigue: “Anuló las bases en la Primera Enmienda de
varias provisiones de las Enmiendas de 1974 respecto a la Ley de Campañas para
la Elección Federal. Las partes más importantes del caso anularon los límites
en el gasto en campañas, pero mantuvieron la provisión limitando el tamaño de
las contribuciones individuales a las campañas. La Corte también estrechó, y
luego ratificó, las provisiones de divulgación de la Ley, y derogó (en base a
la separación de poderes) la formación de la Comisión Electoral Federal, que
como estaba escrita permitía al Congreso nombrar directamente a los miembros de
la Comisión, una agencia ejecutiva”.
Básicamente, la decisión Buckley, y las
subsecuentes decisiones de la Suprema Corte (crecientemente con apoyo
republicano), han permitido a los aristócratas comprar y controlar políticos.
Ya, los principales medios ‘noticiosos’ eran propiedad y controlados por la
aristocracia, y la ‘libertad de prensa’ era en realidad simplemente la libertad
de los aristócratas para controlar las ‘noticias’ [no
parece accidental que el autor se abstenga de ser más específico en cuanto a
sus supuestos “aristócratas”, que son los principales donantes para las
campañas políticas, compran políticos y controlan los medios masivos de
comunicación; quizá para evitar ser tildado de antisemita o quizá por
pertenecer al mismo grupo que denuncia, pero que casualmente no identifica. ¿Controlando la oposición, Eric?... No sería
el primer caso] —enmarcar o estructurar los problemas públicos de
maneras deseadas por los propietarios. Los gerentes de los medios que son
nombrados por esos dueños seleccionan, a su vez, a los editores quienes, a su
vez, contratan solamente a los reporteros que producen la propaganda que está
dentro del rango aceptable para los propietarios, para que sean ‘las noticias’
que el público llega a conocer.
Pero, ahora, en el mundo
post-Buckley-v.-Valeo, desde Reagan en adelante (y el resultante período de
estudio de 1981-2002), los aristócratas han llegado a ser casi totalmente libres
de comprar también a los candidatos políticos que deseen,. Los candidatos
“correctos”, más el “correcto” reportaje noticioso sobre ellos, ha comprado a
la gente “correcta” para “representar” al público, en la nueva “democracia”
estadounidense, que Jimmy Carter ahora apropiadamente llama la “subversión de
nuestro sistema político como recompensa a los principales donantes”.
Carter —que entró al puesto en 1976, al inicio
mismo de toda la era de transición a un USA controlado aristocráticamente [mito genial que el autor trata de vender a los lectores; USA
se transformó, más que en aristocracia como el autor insiste en querer hacernos
creer, en plutocracia desde quizá los 1880s y no desde que terminó la
presidencia de Jimmy Carter] (y
dejó el puesto en 1981, justo cuando inició el período de estudio)— expresó su
opinión de que, ahora siguiendo los pasos de las dos más extremas decisiones
pro-aristocráticas de la Suprema Corte de USA, en la historia (que son Citizen
United en 2010 y McCutcheon en 2014), la democracia estadounidense realmente
quedó en el pasado —y ya no existe en la realidad.
Él está diciendo, en efecto que, no importa en
qué grado USA fuera una dictadura de los ricos durante 1981-2002 (la era del
estudio Gilens-Page), ahora es bastante peor.
Aparentemente, Carter está correcto: La
primera página del New York Times del domingo 02-Ago-15 desplegaba, “Un pequeño
grupo de donantes ricos domina las aportaciones electorales”, y reportaba que:
Un análisis del New York Times de los reportes de la Comisión Federal
Electoral y los registros de Hacienda (Internal Revenue Service) muestran que
la competencia de recaudación de fondos ha hecho a la mayoría de los
‘suspirantes’ presidenciales profundamente dependientes de un pequeño grupo de
los estadounidenses más ricos. La concentración de donantes es mayor del lado republicano, de acuerdo al análisis
del Times, donde los consultores y abogados han presionado más agresivamente
para aprovechar las laxas reglas de recaudación de fondos lo que ha impulsado
el surgimiento de super PACs. Apenas más o menos 130 familias y sus negocios
han proporcionado más de la mitad del dinero recaudado durante Junio por los
candidatos republicanos y sus super PACs
El estudio del
Times muestra que el Partido Republicano ha sido abrumadoramente favorecido por
el reciente aflojamiento del poder monetario de las grandes corporaciones. Toda
la evidencia sugiere que aunque diferentes aristócratas [entiéndase plutócratas] compiten entre sí por los mayores pedazos
de cualquier cosa que la nación tiene para ofrecer, todos compiten del mismo
lado contra el público, para reducir los sueldos de sus trabajadores y reducir
los estándares para la seguridad y bienestar de los consumidores, de modo de
incrementar sus propios beneficios (transferir sus costos y pérdidas de
inversión a otros); y así, ahora, USA está nuevamente dirigiéndose una Edad
Dorada de desigualdad económica, que tal vez sobrepase la anterior época
irrestricta de los barones ladrones [la primera
referencia a éstos data de Agosto de 1870, en The Atlantic Monthly, según
Wikipedia]. Y, el estudio del Times muestra: que aun en el Partido
Demócrata, las megadonaciones irán solamente a los más conservadores
(pro-corporaciones, anti-público) demócratas. La política de las bases podría
ser residual, o incluso difunta, en el nuevo USA-
La pregunta ha
llegado a ser si el poder irrestricto de la aristocracia está asegurado en esta
época aun más permanentemente que antes. O, ¿habrá todavía otro FDR (Franklin
Delano Roosevelt) que restaure la democracia que alguna vez existió? O, ¿Un
presidente así ya no es ni siquiera posible en USA?
[Por favor, Eric. FDR pertenecía a una de las familias más ricas de USA y su
esposa también. Antes de ingresar a la política trabajó en Wall Street. Resulta
ingenuo que a estas alturas quieras reciclar la propaganda de que FDR fuera
algo diferente a la plutocracia a la que pertenecía él y su familia desde al
menos 6 o 7 generaciones; salvo que tus “conocimientos” se limiten al History
Channel].
En cuanto a los
candidatos políticos de hoy, ahora tienen sus carreras como lo desean por un
largo tiempo y están dispuestos a cumplir las órdenes de sus amos. Y, luego,
cuando se retiren, ellos mismos llegar a ser nuevos miembros de la
aristocracia, tal como han hecho los Clinton, y tal como harán los Obama. (Por
supuesto, los Bush que ya eran aristócratas desde principios del siglo pasado [y los Roosevelt desde el siglo antepasado]).
Además, la nueva
era del control aristocrático no es solamente nacional sino internacional en
perspectiva; así, la aristocracia global [cosmopolita y
apátrida, por cierto] probablemente ha encontrado la fórmula que los
mantendrá en el control hasta que destruyan el mundo entero. Lo que es
especialmente interesante es que, con todas las muchas ‘beneficencias’
‘no-lucrativas’, exentas de impuestos, que los aristócratas han establecido [y los paraísos fiscales], ninguna de ellas está
combatiendo para derrotar a la aristocracia misma —derrotar el sistema
aristocrático de explotación de la gente. Ésta es la única cosa para la cual
ellos no crearán una ‘beneficencia’; ninguno de ellos irá a la guerra contra
los intereses explotadores propios ni de sus colegas explotadores. Están todos
unidos en esto, aun cuando compitan entre sí por el dominio, de conducir la
lucha contra la gente. Y la gente parece aceptar esta moderna forma de
servidumbre mediante deuda, tal vez debido a las ‘noticias’ que ven, y debido a
las noticias que no ven (como ésta [y particular y semánticamente
amañadas, como ésta]).
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