jueves, 20 de agosto de 2015

¡Descubrimiento mundial del agua tibia!



Jimmy Carter Está en lo Cierto: USA ya no es una Democracia

Por Eric Zuesse                              03-Ago-15
FUENTE: http://www.globalresearch.ca/jimmy-carter-is-correct-that-the-u-s-is-no-longer-a-democracy/5466597




El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traductores.

El 28-Jul, Thom Hartmann entrevistó al ex presidente estadounidense Jimmy Carter, al final de su espectáculo (como si esta importante pregunta fuera una ocurrencia tardía), le preguntó su opinión sobre las decisiones Citizen United de 2010 y McCutcheon del 2014, ambas decisiones por los cinco jueces republicanos de la Suprema Corte de USA. Estas dos históricas decisiones hacen posible que una ilimitada cantidad de dinero secreto (incluso extranjero) sea canalizado a las campañas políticas y judiciales en USA. Carter respondió:
Viola la esencia de lo que hizo grande a USA en su sistema político. Ahora es simplemente una oligarquía con ilimitado soborno político siendo la esencia de lograr las nominaciones para presidente o para ser electo presidente. Y lo mismo se aplica a gobernadores, senadores y congresistas. Así, ahora simplemente hemos visto la subversión de nuestro sistema político como una recompensa para los mayores donantes, que quieren y esperan, y a veces consiguen [por favor, Eric, se supone que es un artículo serio. Eso de que «a veces consiguen» es un insulto a tus lectores. Si no consiguieran SIEMPRE lo que quieren y esperan, dejarían de ser donantes. Así de simple], favores para sí mismos luego de que concluye la elección... Actualmente los candidatos, sean demócratas o republicanos, miran estos ilimitados recursos como un gran beneficio para sí mismos. Alguien que ya está en el Congreso tiene mucho por vender.
Él fue entonces interrumpido por el programa, aunque esa declaración de Carter debería haber estado al inicio y no al final del programa. (Y éste no terminó con una invitación a volver para discutir a profundidad este punto crucial —algo para lo que él está calificado).
Así: ¿Esta provocadora suposición fue meramente su opinión? ¿O fue en realidad bastante más que eso? Fue mucho más que eso.
En realidad, sólo un estudio empírico se ha hecho en las ciencias sociales respecto a si el registro histórico muestra que USA ha sido, durante el período de investigación, que en este caso fue entre 1981 y 2002, una democracia (una nación cuyos líderes representan al pueblo en su conjunto), o en cambio una aristocracia (u oligarquía) —una nación en la que solamente los deseos de los ciudadanos más ricos terminan reflejándose en las acciones gubernamentales. [Dos observacioness al respecto: 1) la desaparición de la democracia en USA no data de 1981. Desapareció con bastante anterioridad, fácilmente 1 siglo antes. Ni Gilens y Page son los primeros en abordar el tema; sin ir más lejos, Ferdinand Lundberg y Antony Sutton escribieron bastante tiempo antes, aunque el autor puede ser que no los haya leído y pretenda haber descubierto el agua tibia; y 2) lo de aristocracia suena lambiscón y esa lambisconería se repite una y otra vez a lo largo del artículo. El hecho de valerse de la riqueza para ejercer el poder se llama plutocracia; de otra forma, hasta los jefes de los cárteles de la droga podrían caber en la definición de “aristócratas”, que de acuerdo a su etimología significaría “gobierno de los mejores”].
Este estudio fue titulado “Probando las Teorías en la Política Estadounidense”, y fue publicado por Martin Gilens y Benjamin I. Page en la publicación Perspectivas Sobre Política, emitida por la Asociación Estadounidense de Ciencia Política, en Sep de 2014. Yo lo resumí con anterioridad, el 14-Abr-14, mientras el artículo aun está en espera de publicación.
El encabezado de mi resumen fue “USA es una Oligarquía no una Democracia Dice Estudio Científico”. Yo reseñé:
“El claro descubrimiento es que USA es una oligarquía, no un país democrático en absoluto. La democracia estadounidense es una farsa, no importa cuanto (dinero) sea invertido por los oligarcas que manejan el país (y que controlan los medios ‘noticiosos’ del país)”.
Luego cité el propio resumen de los autores: “Las preferencias del estadounidense promedio parecen tener apenas un minúsculo, cercano a cero, impacto, estadísticamente no-significativo sobre la política pública”. El estudio científico concluía diciendo: “En USA, nuestros descubrimientos indican, que la mayoría no rige —al menos no en el sentido causal de determinar realmente los resultados de la política”. Otras pocas tolerablemente claras frases lograron abrirse camino en este bien investigado, pero atrozmente escrito [Eric, tu prosa no te convierte —en automático— en alguien calificado para juzgar el estilo de escribir], artículo, tales como: “Las preferencias de las élites económicas (como son medidas por nuestro indicador sustituto, las preferencias de los ciudadanos ‘adinerados’) tienen un impacto bastante mayor en los cambios de política que las preferencias de los ciudadanos promedio”. En otras palabras, ellos encontraron que: Los ricos manejan USA.
Su estudio investigó específicamente “1,779 casos entre 1981 y 2002 en que una investigación nacional del público en general hizo una pregunta ‘a favor/en contra’ respecto a un cambio de política propuesto”, y luego el seguimiento de dicha política, de si las preferencias del público habían sido convertidas en políticas, o, alternativamente, si las posiciones relevantes cabildeadas por las corporaciones habían en cambio llegado a ser políticas públicas, sin considerar lo que el público había querido al respecto.
El período de estudio, 1981-2002, cubrió la secuela de la histórica decisión de la Suprema Corte en 1976, Buckley v. Valeo, que había iniciado el asalto aristocrático sobre la democracia estadounidense, y cuya trascendental (y bipartisana) decisión judicial pro-aristocrática es descrita en wikipedia como sigue: “Anuló las bases en la Primera Enmienda de varias provisiones de las Enmiendas de 1974 respecto a la Ley de Campañas para la Elección Federal. Las partes más importantes del caso anularon los límites en el gasto en campañas, pero mantuvieron la provisión limitando el tamaño de las contribuciones individuales a las campañas. La Corte también estrechó, y luego ratificó, las provisiones de divulgación de la Ley, y derogó (en base a la separación de poderes) la formación de la Comisión Electoral Federal, que como estaba escrita permitía al Congreso nombrar directamente a los miembros de la Comisión, una agencia ejecutiva”.
Básicamente, la decisión Buckley, y las subsecuentes decisiones de la Suprema Corte (crecientemente con apoyo republicano), han permitido a los aristócratas comprar y controlar políticos. Ya, los principales medios ‘noticiosos’ eran propiedad y controlados por la aristocracia, y la ‘libertad de prensa’ era en realidad simplemente la libertad de los aristócratas para controlar las ‘noticias’ [no parece accidental que el autor se abstenga de ser más específico en cuanto a sus supuestos “aristócratas”, que son los principales donantes para las campañas políticas, compran políticos y controlan los medios masivos de comunicación; quizá para evitar ser tildado de antisemita o quizá por pertenecer al mismo grupo que denuncia, pero que casualmente no identifica. ¿Controlando la oposición, Eric?... No sería el primer caso] —enmarcar o estructurar los problemas públicos de maneras deseadas por los propietarios. Los gerentes de los medios que son nombrados por esos dueños seleccionan, a su vez, a los editores quienes, a su vez, contratan solamente a los reporteros que producen la propaganda que está dentro del rango aceptable para los propietarios, para que sean ‘las noticias’ que el público llega a conocer.
Pero, ahora, en el mundo post-Buckley-v.-Valeo, desde Reagan en adelante (y el resultante período de estudio de 1981-2002), los aristócratas han llegado a ser casi totalmente libres de comprar también a los candidatos políticos que deseen,. Los candidatos “correctos”, más el “correcto” reportaje noticioso sobre ellos, ha comprado a la gente “correcta” para “representar” al público, en la nueva “democracia” estadounidense, que Jimmy Carter ahora apropiadamente llama la “subversión de nuestro sistema político como recompensa a los principales donantes”.
Carter —que entró al puesto en 1976, al inicio mismo de toda la era de transición a un USA controlado aristocráticamente [mito genial que el autor trata de vender a los lectores; USA se transformó, más que en aristocracia como el autor insiste en querer hacernos creer, en plutocracia desde quizá los 1880s y no desde que terminó la presidencia de Jimmy Carter]  (y dejó el puesto en 1981, justo cuando inició el período de estudio)— expresó su opinión de que, ahora siguiendo los pasos de las dos más extremas decisiones pro-aristocráticas de la Suprema Corte de USA, en la historia (que son Citizen United en 2010 y McCutcheon en 2014), la democracia estadounidense realmente quedó en el pasado —y ya no existe en la realidad.
Él está diciendo, en efecto que, no importa en qué grado USA fuera una dictadura de los ricos durante 1981-2002 (la era del estudio Gilens-Page), ahora es bastante peor.
Aparentemente, Carter está correcto: La primera página del New York Times del domingo 02-Ago-15 desplegaba, “Un pequeño grupo de donantes ricos domina las aportaciones electorales”, y reportaba que:
Un análisis del New York Times de los reportes de la Comisión Federal Electoral y los registros de Hacienda (Internal Revenue Service) muestran que la competencia de recaudación de fondos ha hecho a la mayoría de los ‘suspirantes’ presidenciales profundamente dependientes de un pequeño grupo de los estadounidenses más ricos. La concentración de donantes es mayor  del lado republicano, de acuerdo al análisis del Times, donde los consultores y abogados han presionado más agresivamente para aprovechar las laxas reglas de recaudación de fondos lo que ha impulsado el surgimiento de super PACs. Apenas más o menos 130 familias y sus negocios han proporcionado más de la mitad del dinero recaudado durante Junio por los candidatos republicanos y sus super PACs
El estudio del Times muestra que el Partido Republicano ha sido abrumadoramente favorecido por el reciente aflojamiento del poder monetario de las grandes corporaciones. Toda la evidencia sugiere que aunque diferentes aristócratas [entiéndase plutócratas] compiten entre sí por los mayores pedazos de cualquier cosa que la nación tiene para ofrecer, todos compiten del mismo lado contra el público, para reducir los sueldos de sus trabajadores y reducir los estándares para la seguridad y bienestar de los consumidores, de modo de incrementar sus propios beneficios (transferir sus costos y pérdidas de inversión a otros); y así, ahora, USA está nuevamente dirigiéndose una Edad Dorada de desigualdad económica, que tal vez sobrepase la anterior época irrestricta de los barones ladrones [la primera referencia a éstos data de Agosto de 1870, en The Atlantic Monthly, según Wikipedia]. Y, el estudio del Times muestra: que aun en el Partido Demócrata, las megadonaciones irán solamente a los más conservadores (pro-corporaciones, anti-público) demócratas. La política de las bases podría ser residual, o incluso difunta, en el nuevo USA-
La pregunta ha llegado a ser si el poder irrestricto de la aristocracia está asegurado en esta época aun más permanentemente que antes. O, ¿habrá todavía otro FDR (Franklin Delano Roosevelt) que restaure la democracia que alguna vez existió? O, ¿Un presidente así ya no es ni siquiera posible en USA? [Por favor, Eric. FDR pertenecía a una de las familias más ricas de USA y su esposa también. Antes de ingresar a la política trabajó en Wall Street. Resulta ingenuo que a estas alturas quieras reciclar la propaganda de que FDR fuera algo diferente a la plutocracia a la que pertenecía él y su familia desde al menos 6 o 7 generaciones; salvo que tus “conocimientos” se limiten al History Channel].
En cuanto a los candidatos políticos de hoy, ahora tienen sus carreras como lo desean por un largo tiempo y están dispuestos a cumplir las órdenes de sus amos. Y, luego, cuando se retiren, ellos mismos llegar a ser nuevos miembros de la aristocracia, tal como han hecho los Clinton, y tal como harán los Obama. (Por supuesto, los Bush que ya eran aristócratas desde principios del siglo pasado [y los Roosevelt desde el siglo antepasado]).
Además, la nueva era del control aristocrático no es solamente nacional sino internacional en perspectiva; así, la aristocracia global [cosmopolita y apátrida, por cierto] probablemente ha encontrado la fórmula que los mantendrá en el control hasta que destruyan el mundo entero. Lo que es especialmente interesante es que, con todas las muchas ‘beneficencias’ ‘no-lucrativas’, exentas de impuestos, que los aristócratas han establecido [y los paraísos fiscales], ninguna de ellas está combatiendo para derrotar a la aristocracia misma —derrotar el sistema aristocrático de explotación de la gente. Ésta es la única cosa para la cual ellos no crearán una ‘beneficencia’; ninguno de ellos irá a la guerra contra los intereses explotadores propios ni de sus colegas explotadores. Están todos unidos en esto, aun cuando compitan entre sí por el dominio, de conducir la lucha contra la gente. Y la gente parece aceptar esta moderna forma de servidumbre mediante deuda, tal vez debido a las ‘noticias’ que ven, y debido a las noticias que no ven (como ésta [y particular y semánticamente amañadas, como ésta]).


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