Rusia Puede Resolver por Sí Misma Todos sus Prolemas Económicos
Por F.
William Engdahl 03-Nov-15
FUENTE:
http://journal-neo.org/2015/11/03/russia-can-solve-all-economic-problems-itself/
El texto [en rojo] NO aparece en el original y fue agregado por
el equipo de traducción.
Desde que Washington y la UE impusieron
hostiles e injustificadas sanciones económicas y financieras sobre Rusia luego
de la primavera de 2014, el presidente Putin y el gobierno ruso han hecho
muchos y encomiables, y en ocasiones brillantes, movimientos para responder a
verdaderos actos de guerra financiera. Sin embargo, han evitado tratar con
distorsiones y vulnerabilidades más profundas en la economía rusa y en el orden
monetario. El fracaso en hacerlo así en el futuro puede resultar ser el talón
de Aquiles de Rusia si no son atendidas prontamente. Afortunadamente Rusia
puede hacer algo aun antes de disponer de una moneda alternativa al dólar
estadounidense. Requiere simplemente repensar un poco acerca de la
situación.
La clave a la economía rusa, a
cualquier economía de hecho, es la cuestión de quién contola la emisión y
circulación del crédito o dinero, y si lo hacen para servir, directa o indirectamente, a los intereses especiales
privados o al bien nacional común.
El caos barrió la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas luego de la caída del Muro de Berlín en
Noviembre de 1989. En Julio de 1990, uno de los primeros actos del “demócrata”
y héroe de los medios occidentales, Boris Yeltsin, el recién electo presidente
de la república socialista soviética rusa, un mes después de declarar la
independencia de la URSS, fue cambiar el Artículo 75 de la Constitución Rusa
para crear el Banco Central de la Federación Rusa.
En aquel entonces el especulador
estadounidense de fondos de cobertura, George Soros, había traído a Jeffrey
Sachs y a Anders Aaslund de Suecia a Rusia para “guiar” a los consejeros de la
“terapia de choque” de Yeltsin, tales como Yegor Gaidar y Anatoly Chubais. En
tandem, junto con la presión del FMI, ellos sumieron al país en un caos imposible
y en el colapso económico por la mayor parte de los 1990s. Las pensiones fueron
vaporizadas a medida que el Banco Nacional Ruso bajo el liderato de Viktor
Gerashchenko, imprimía interminables aprovisionamientos de rublos sin valor,
creando una gigantesca hiperinflación de precios. Un puñado de oligarcas rusos
cercanos a la familia Yeltsin, tales como Mikhail Khodorkovsky o Boris
Berezovsky, llegaron a ser oligarcas asombrosamente ricos mientras la vasta
mayoría apenas lograba sobrevivir. Este fue la placa de Petri en que fue
adoptado el Artículo 75 que ordenaba la creación del nuevo Banco Central de la
Federación Rusa.
Éste, el cual es hoy miembro del
Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) en Basilea
controlado por intereses occidentales, tiene el mandato constitucional
explícito de ser una entidad independiente, con la responsabilidad primaria de
proteger la estabilidad de la moneda nacional, el rublo. También tiene el
derecho exclusivo de emitir rublos en billetes y monedas. Tiene de facto poder
de vida o muerte sobre la economía de Rusia.
Con el Artículo 75, la
Federación Rusa cedió de facto la soberanía sobre su fuerza más esencial —el poder de emitir dinero y crear
crédito. [La cuestión es quién es el dueño del Banco
Central: el gobierno o entidades privadas. La “independencia”, en ocasiones
promocionada como “autonomía”, so pretexto de librar a los bancos centrales de
las influencias políticas, los hace dependientes de intereses privados (y por
tanto guiados por el afán de lucro de los accionistas no por el bien general) y,
con frecuencia, intereses que ni siquiera son nacionales (y, en consecuencia, no
buscan el bien del país sino, nuevamente, el bienestar para sus accionistas estén
donde estén). Esta misma situación se vive en USA con la Reserva Federal y en la
Unión Europea, donde el Banco Central Europeo no sirve a los intereses de la
Unión Europea sino a los bancos (centrales o no) que son sus accionistas y
constituye de hecho UN PODER SOBERANO al margen de los gobiernos nacionales y
de la propia Unión Europea].
Hoy eso ha regresado para
perseguir al presidente Putin, a su gobierno y al pueblo ruso a medida que la
guerra financiera impuesta por USA y las sanciones forzaron en Diciembre de
2014 al Banco Central a triplicar las tasas de interés clave hasta el 17% para
defender un rublo en caída libre. Hoy, a pesar de la significativa
estabilización del rublo, las tasas del banco central permanecen en un duro
11%.
El Banco Central Ruso, al margen
de cuán patriótica sea la persona que lo maneje, es una institución monetarista
no un brazo de política estatal soberana [de nuevo,
¿quién controla entonces al Banco
Central Ruso?]. Mantener el rublo “estable” significa estable contra el
dólar de USA o el euro. Eso significa que el Banco Central Ruso es de hecho
rehén del dólar estadounidense, una circunstancia difícilmente ideal en el
actual estado de guerra de facto emprendida por la OTAN, el Depto del Tesoro de
Obama, la CIA, el Pentágono y los círculos halcones neoconservadores de USA.
Durante el Foro Económico
Internacional celebrado en San Petersburgo en Junio de 2015 un ministro
veterano del gobierno ruso me dijo que había un intenso debate al interior del
gobierno y alrededor de los asesores de Putin, respecto a restablecer un banco
nacional público, como opuesto al banco central independiente modelado conforme
al BIS impuesto a Rusia por Occidente en 1990.
Bonos Nacionales de Desarrollo
Mientras que el muy positivo y
necesario paso de devolver el poder sobre el dinero y el crédito al control
estatal [la emisión de dinero es una prerrogativa
irrenunciable del estado; no puede ser entregada a una entidad “independiente”
o “autónoma” y si se entrega, constituye un acto ilegal. ¿Qué se pensaría si el
estado renunciara a la impartición de justicia y la entregara a una entidad “independiente”
o “autónoma” y para colmo, privada?] tiene todavía que ocurrir, Rusia
puede hacer algo mientras tanto. Es elegante en su simplicidad y no requiere
una alternativa al sistema del dólar para lograr el capital requerido para la
aun inmensa tarea de reconstruir la infraestructura de Rusia desde Vladivostok
a Rostov en el Don, de Murmansk a Omsk, de Yekaterinenburgo a Moscú y más allá.
El capital monetario se originaría desde dentro de Rusia, de la creación de
bonos del “Fondo Ruso para el Desarrollo Nacional” respaldados por estado y de
los ahorros personales de los ciudadanos rusos. El nombre de Fondo Ruso para el
Desarrollo Nacional es meramente un nombre funcional y completamente
secundario. El contenido es lo esencial. ¿Cómo funcionaría?
La Duma aprobaría la creación de
un fondo especial 100% de propiedad estatal para ser albergado dentro de la
Tesorería Federal Rusa. Debe quedar claro que este Fondo dentro de la Tesorería
tiene un carácter único, especial, dedicado al gasto público en grandes
proyectos específicos de infraestructura de importancia nacional y no sea
desviado a muchas otras reclamaciones en el presupuesto del gobierno. Si es
necesario, puede constituirse una autoridad separada dentro de la Tesorería,
con un Consejo de Directores diferente al existente de ministros del gabinete
gubernamental. El objetivo es asegurar que los fondos asignados vayan a las
demandas estipuladas de infraestuctura hechas en el proceso nacional de
planeación, pero con un mínimo de nuevos niveles burocráticos.
El Fondo Ruso para el Desarrollo
Nacional —y esto es esencial— emitiría bonos para la construcción
de infraestructura nacional directamente por el gobierno, a través de la
Tesorería Federal Rusa y no a través del independiente Banco Central de Rusia u
otros bancos. Los bonos de infraestructura no serían vendidos a los bancos
privados que prestan a interés sino directamente a la gente, si Uds quieren,
“Bonos de los Ciudadanos”.
El Fondo Ruso para el Desarrollo
Nacional podría emitir bonos con duración de 20 y 30 años, que pagarían un
interés anual suficiente para atraer los ahorros de los ciudadanos rusos
normales, en algún nivel digamos del 15% anual, suponiendo que la inflación se estabilice
en un nivel abajo de eso.
Es importante que los nuevos
bonos sean de al menos 20 años de modo de asegurar la continuidad del
funcionamiento de grandes proyectos. La creación misma del fondo tendrá un
impacto significativo en reducir la actual tasa de inflación dado que la
inversión productiva en la infraestructura económica es contra-inflacionaria ya
que incrementaría la circulación de bienes industriales y crearía puestos de
trabajo productivos en proporción directa a los fondos reunidos y desembolsados
por la autoridad. El interés anual de los bonos así como el principal sería
también libre de impuestos, otro incentivo para invertir.
El principal sería devuelto al
ciudadano tenedor del bono al vencimiento.
El comprador inicial del bono no
necesita mantenerlo durante todos los 20 años hasta el vencimiento. Podría
establecerse alguna forma de mercado secundario tal como la recompra por la
oficinal postal bajo condiciones fijas y la subsecuente reventa a un nuevo
inversionista.
Además, como se señaló, los
bonos no serían vendidos a través de bancos privados sino a través del sistema
postal nacional ruso, eliminando el costo y arriesgado comercio secundario de
bonos de los bancos privados. Para que esto funcione, el control del correo
debe permanecer en manos estatales. Los boos no serían una entrada digital en
una computadora sino reales bonos impresos emitidos en papel especial de
seguridad que no pueda ser falsificado con facilidad.
Si se decidiera crear un fondo
estatal separado para desarrollo de infraestructura dentro, pero separado de la
Tesorería por las razones declaradas antes, un Consejo de Directores compuesto
por ciudadanos del mayor respeto e integridad sería útl para dar confianza a la
gente en la nueva institución.
Ahora respecto a los principios
básicos: Digamos que un trabajador ruso ordinario o un empleado asalariado va a
la oficina postal local donde puede comprar los bonos especiales de desarrollo,
a un valor nominal de 20,000 rublos, cerca de 300 dls actuales y al alcance de
la mayoría de los rusos, a una tasa de interés de 15% anual. Obtendría 3,000
rublos anuales de ingreso libre de impuestos durante 20 años y al vencimiento,
la cantidad inicial comprada de bonos, lo que además de los 60,000 rublos de
intereses, sumarían 80,000 rublos, libres de impuestos.
El progreso de diversos
proyectos financiados podría mostrarse regularmente mediante “reportes de
avance” en forma de documentales en la TV nacional o videos en el sitio web del
Fondo. Esto reforzaría la identificación del público inversionista al ver lo
que están creando sus ahorros.
En un tiempo cuando los mercados
de valores están desvaneciéndose al ritmo de billones de dólares en valor de
activos y divisas y los precios internacionales de los bienes fluctúan en forma
salvaje, los bonos rusos para infraestructura garantizados por el estado serían
una isla de estabilidad en medio de esas tormentas extranjeras, y el motor del
verdadero y vital crecimiento económico para la nación. El gobierno obtendría
el uso del dinero invertido para construir la infraestructura nacional que a su
vez incrementaría significativamente los ingresos fiscales ordinarios por
arriba del servicio de la deuda de los bonos. Ello evitaría imponer onerosos
nuevos impuestos para financiarla.
A través de los 20 años, el
gobierno emitiría licitaciones para proyectos nacionales de infraestructura de
prioridad específica tales como la modernización de la red eléctrica, la
construcción de una red nacional de transporte ferroviario de alta velocidad
conforme al modelo general y plenamente integrado con la red ferroviaria china
de alta velocidad. Estos proyectos traerían empleos calificados bien pagados
para cientos de miles de rusos. Estos nuevos empleos a su vez pagarían el
impuesto normal al ingreso sobre las utilidades de contruir la nueva Rusia. Eso
a su vez permitirá al gobierno ruso financiar sus necesidades, sin preocuparse
de las sanciones financieras occidentales o el corte en el crédito occidental.
El poco conocido secreto
Hay un secreto respecto a la
inversión en infraestructura económica. A diferencia de los diversos proyectos
subsidiados actualmente por el gobierno en USA y la UE, literalmente
“construcción de molinos de viento”, la construcción de la infraestructura
económica necesai tales como los proyectos ferroviarios de alta velocidad que
hacen que agilizan y eficientizan los flujos en la economía nacional e
internacional —tales proyectos
de infraestructura producen múltiples ganancias económicas en la economía
general. Este es el “secreto” largamente olvidado de la inversión en
infraestructura descubierto en USA durante la Gran Depresión cuando el gobierno
emitió bonos para construir el gigantesco complejo hidroeléctrico de la
Autoridad del Valle del Tennessee y otros masivos proyectos de infraestructura.
Diversos estudios
estadounidenses de los 1960s, cuando USA aun invertía en su infraestructura
nacional, encontraron que gastar en tal vital infraestructura económica reditúa
al estado en nuevos ingresos fiscales aproximadamente 11 dólares por cada dólar
gastado inicialmente. Ése es el secreto del bien concebido gasto en
infraestructura.
El conde Sergei Witte, ministro
de ferrocarriles, que luego llegaría a ser ministro de finanzas y luego primer
ministro bajo el zar Nicolás II, comprendió el papel vital de la
infraestructura nacional de transporte al construir y modernizar la nación
rusa. Él fue el padre del entonces masivo proyecto de ferrocarril
trans-siberiano, un proyecto que incomodó a Inglaterra porque desafiaba el
poder mundial británico en los mares.
Los británicos y más tarde USA,
lucharon en dos guerras mundiales en el siglo pasado para impedir desarrollos
similares al ferrocarril trans-eurasiático a través de lo que Mackinder llamaba
la zona central eurasiática. Ahora, China y Rusia han unido fuerzas para hacer
justo eso.
La vreación de la Autoridad Rusa
para el Desarrollo Nacional permite a Rusia maximizar su parte en esa
revolución en la economía mundial, en las relaciones geopolítcas y culturales
del mundo utilizando sus recursos internos sin pedir prestado dinero
extranjero.
Haciendo que los ciudadanos
compren bonos directamente, el gobierno ruso evita tener que dirigirse a los
mercados extranjeros de capital, aun los amistosos como China, para reunir
capital. Esto evita la carga y responsabilidad de la deuda externa.
Dependiendo de cómo sea
presentada a la población la compra de bonos para la infraestructura nacional,
en la actual crisis fácilmente podrían llegar a ser un símbolo de patriotismo y
de compromiso individual con el próspero futuro de Rusia. En un próximo artículo
discutiremos la ventaja esencial de crear un Banco Nacional de propiedad
gubernamental en lugar de un banco central independiente.
Rusia tiene en abundancia todo
lo que cualquier nación pudiera necesitar para construir un nuevo mundo de
estabilidad y prosperidad para su pueblo y llegar a ser un imán para que otras
naciones la imiten por remoto que eso pueda sonar actualmente. Rusia tiene carácter,
la determinación moral como quedó de manifiesto los meses pasados en medio de
brutales sanciones y ataques. Tiene tal vez la más educada mano de obra científica
del planeta y una calificada fuerza de trabajo. Todos los recursos existen en
super-abundancia. Simplemente es cuestión de dejar que el flujo de bienes y gente
trabajen en la dirección correcta.
Con la nación unida y bien como
no lo ha estado en la memoria, en medio de las hostiles sanciones y ataques
occidentales, y con un presidente gozando de la confianza de más del 85% de su población,
el momento es ideal para introducir ese fondo de infraestructura. Ofrece a cada
ruso la posibilidad de apoyar a construir su nación mientras que también gana
una suma para sus años posteriores.
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