jueves, 12 de noviembre de 2015

Otro campo de batalla en la guerra global



Rusia Puede Resolver por Sí Misma Todos sus Prolemas Económicos

Por F. William Engdahl                              03-Nov-15
FUENTE: http://journal-neo.org/2015/11/03/russia-can-solve-all-economic-problems-itself/



El texto [en rojo] NO aparece en el original y fue agregado por el equipo de traducción.

Desde que Washington y la UE impusieron hostiles e injustificadas sanciones económicas y financieras sobre Rusia luego de la primavera de 2014, el presidente Putin y el gobierno ruso han hecho muchos y encomiables, y en ocasiones brillantes, movimientos para responder a verdaderos actos de guerra financiera. Sin embargo, han evitado tratar con distorsiones y vulnerabilidades más profundas en la economía rusa y en el orden monetario. El fracaso en hacerlo así en el futuro puede resultar ser el talón de Aquiles de Rusia si no son atendidas prontamente. Afortunadamente Rusia puede hacer algo aun antes de disponer de una moneda alternativa al dólar estadounidense. Requiere simplemente repensar un poco acerca de la situación.
La clave a la economía rusa, a cualquier economía de hecho, es la cuestión de quién contola la emisión y circulación del crédito o dinero, y si lo hacen para servir, directa o  indirectamente, a los intereses especiales privados o al bien nacional común.
El caos barrió la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas luego de la caída del Muro de Berlín en Noviembre de 1989. En Julio de 1990, uno de los primeros actos del “demócrata” y héroe de los medios occidentales, Boris Yeltsin, el recién electo presidente de la república socialista soviética rusa, un mes después de declarar la independencia de la URSS, fue cambiar el Artículo 75 de la Constitución Rusa para crear el Banco Central de la Federación Rusa.
En aquel entonces el especulador estadounidense de fondos de cobertura, George Soros, había traído a Jeffrey Sachs y a Anders Aaslund de Suecia a Rusia para “guiar” a los consejeros de la “terapia de choque” de Yeltsin, tales como Yegor Gaidar y Anatoly Chubais. En tandem, junto con la presión del FMI, ellos sumieron al país en un caos imposible y en el colapso económico por la mayor parte de los 1990s. Las pensiones fueron vaporizadas a medida que el Banco Nacional Ruso bajo el liderato de Viktor Gerashchenko, imprimía interminables aprovisionamientos de rublos sin valor, creando una gigantesca hiperinflación de precios. Un puñado de oligarcas rusos cercanos a la familia Yeltsin, tales como Mikhail Khodorkovsky o Boris Berezovsky, llegaron a ser oligarcas asombrosamente ricos mientras la vasta mayoría apenas lograba sobrevivir. Este fue la placa de Petri en que fue adoptado el Artículo 75 que ordenaba la creación del nuevo Banco Central de la Federación Rusa.
Éste, el cual es hoy miembro del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) en Basilea controlado por intereses occidentales, tiene el mandato constitucional explícito de ser una entidad independiente, con la responsabilidad primaria de proteger la estabilidad de la moneda nacional, el rublo. También tiene el derecho exclusivo de emitir rublos en billetes y monedas. Tiene de facto poder de vida o muerte sobre la economía de Rusia.
Con el Artículo 75, la Federación Rusa cedió de facto la soberanía sobre su fuerza más esencial el poder de emitir dinero y crear crédito. [La cuestión es quién es el dueño del Banco Central: el gobierno o entidades privadas. La “independencia”, en ocasiones promocionada como “autonomía”, so pretexto de librar a los bancos centrales de las influencias políticas, los hace dependientes de intereses privados (y por tanto guiados por el afán de lucro de los accionistas no por el bien general) y, con frecuencia, intereses que ni siquiera son nacionales (y, en consecuencia, no buscan el bien del país sino, nuevamente, el bienestar para sus accionistas estén donde estén). Esta misma situación se vive en USA con la Reserva Federal y en la Unión Europea, donde el Banco Central Europeo no sirve a los intereses de la Unión Europea sino a los bancos (centrales o no) que son sus accionistas y constituye de hecho UN PODER SOBERANO al margen de los gobiernos nacionales y de la propia Unión Europea].
Hoy eso ha regresado para perseguir al presidente Putin, a su gobierno y al pueblo ruso a medida que la guerra financiera impuesta por USA y las sanciones forzaron en Diciembre de 2014 al Banco Central a triplicar las tasas de interés clave hasta el 17% para defender un rublo en caída libre. Hoy, a pesar de la significativa estabilización del rublo, las tasas del banco central permanecen en un duro 11%.
El Banco Central Ruso, al margen de cuán patriótica sea la persona que lo maneje, es una institución monetarista no un brazo de política estatal soberana [de nuevo, ¿quién controla  entonces al Banco Central Ruso?]. Mantener el rublo “estable” significa estable contra el dólar de USA o el euro. Eso significa que el Banco Central Ruso es de hecho rehén del dólar estadounidense, una circunstancia difícilmente ideal en el actual estado de guerra de facto emprendida por la OTAN, el Depto del Tesoro de Obama, la CIA, el Pentágono y los círculos halcones neoconservadores de USA.
Durante el Foro Económico Internacional celebrado en San Petersburgo en Junio de 2015 un ministro veterano del gobierno ruso me dijo que había un intenso debate al interior del gobierno y alrededor de los asesores de Putin, respecto a restablecer un banco nacional público, como opuesto al banco central independiente modelado conforme al BIS impuesto a Rusia por Occidente en 1990.

Bonos Nacionales de Desarrollo
Mientras que el muy positivo y necesario paso de devolver el poder sobre el dinero y el crédito al control estatal [la emisión de dinero es una prerrogativa irrenunciable del estado; no puede ser entregada a una entidad “independiente” o “autónoma” y si se entrega, constituye un acto ilegal. ¿Qué se pensaría si el estado renunciara a la impartición de justicia y la entregara a una entidad “independiente” o “autónoma” y para colmo, privada?] tiene todavía que ocurrir, Rusia puede hacer algo mientras tanto. Es elegante en su simplicidad y no requiere una alternativa al sistema del dólar para lograr el capital requerido para la aun inmensa tarea de reconstruir la infraestructura de Rusia desde Vladivostok a Rostov en el Don, de Murmansk a Omsk, de Yekaterinenburgo a Moscú y más allá. El capital monetario se originaría desde dentro de Rusia, de la creación de bonos del “Fondo Ruso para el Desarrollo Nacional” respaldados por estado y de los ahorros personales de los ciudadanos rusos. El nombre de Fondo Ruso para el Desarrollo Nacional es meramente un nombre funcional y completamente secundario. El contenido es lo esencial. ¿Cómo funcionaría?
La Duma aprobaría la creación de un fondo especial 100% de propiedad estatal para ser albergado dentro de la Tesorería Federal Rusa. Debe quedar claro que este Fondo dentro de la Tesorería tiene un carácter único, especial, dedicado al gasto público en grandes proyectos específicos de infraestructura de importancia nacional y no sea desviado a muchas otras reclamaciones en el presupuesto del gobierno. Si es necesario, puede constituirse una autoridad separada dentro de la Tesorería, con un Consejo de Directores diferente al existente de ministros del gabinete gubernamental. El objetivo es asegurar que los fondos asignados vayan a las demandas estipuladas de infraestuctura hechas en el proceso nacional de planeación, pero con un mínimo de nuevos niveles burocráticos.
El Fondo Ruso para el Desarrollo Nacional y esto es esencial emitiría bonos para la construcción de infraestructura nacional directamente por el gobierno, a través de la Tesorería Federal Rusa y no a través del independiente Banco Central de Rusia u otros bancos. Los bonos de infraestructura no serían vendidos a los bancos privados que prestan a interés sino directamente a la gente, si Uds quieren, “Bonos de los Ciudadanos”.
El Fondo Ruso para el Desarrollo Nacional podría emitir bonos con duración de 20 y 30 años, que pagarían un interés anual suficiente para atraer los ahorros de los ciudadanos rusos normales, en algún nivel digamos del 15% anual, suponiendo que la inflación se estabilice en un nivel abajo de eso.
Es importante que los nuevos bonos sean de al menos 20 años de modo de asegurar la continuidad del funcionamiento de grandes proyectos. La creación misma del fondo tendrá un impacto significativo en reducir la actual tasa de inflación dado que la inversión productiva en la infraestructura económica es contra-inflacionaria ya que incrementaría la circulación de bienes industriales y crearía puestos de trabajo productivos en proporción directa a los fondos reunidos y desembolsados por la autoridad. El interés anual de los bonos así como el principal sería también libre de impuestos, otro incentivo para invertir.
El principal sería devuelto al ciudadano tenedor del bono al vencimiento.
El comprador inicial del bono no necesita mantenerlo durante todos los 20 años hasta el vencimiento. Podría establecerse alguna forma de mercado secundario tal como la recompra por la oficinal postal bajo condiciones fijas y la subsecuente reventa a un nuevo inversionista.
Además, como se señaló, los bonos no serían vendidos a través de bancos privados sino a través del sistema postal nacional ruso, eliminando el costo y arriesgado comercio secundario de bonos de los bancos privados. Para que esto funcione, el control del correo debe permanecer en manos estatales. Los boos no serían una entrada digital en una computadora sino reales bonos impresos emitidos en papel especial de seguridad que no pueda ser falsificado con facilidad.
Si se decidiera crear un fondo estatal separado para desarrollo de infraestructura dentro, pero separado de la Tesorería por las razones declaradas antes, un Consejo de Directores compuesto por ciudadanos del mayor respeto e integridad sería útl para dar confianza a la gente en la nueva institución.
Ahora respecto a los principios básicos: Digamos que un trabajador ruso ordinario o un empleado asalariado va a la oficina postal local donde puede comprar los bonos especiales de desarrollo, a un valor nominal de 20,000 rublos, cerca de 300 dls actuales y al alcance de la mayoría de los rusos, a una tasa de interés de 15% anual. Obtendría 3,000 rublos anuales de ingreso libre de impuestos durante 20 años y al vencimiento, la cantidad inicial comprada de bonos, lo que además de los 60,000 rublos de intereses, sumarían 80,000 rublos, libres de impuestos.
El progreso de diversos proyectos financiados podría mostrarse regularmente mediante “reportes de avance” en forma de documentales en la TV nacional o videos en el sitio web del Fondo. Esto reforzaría la identificación del público inversionista al ver lo que están creando sus ahorros.
En un tiempo cuando los mercados de valores están desvaneciéndose al ritmo de billones de dólares en valor de activos y divisas y los precios internacionales de los bienes fluctúan en forma salvaje, los bonos rusos para infraestructura garantizados por el estado serían una isla de estabilidad en medio de esas tormentas extranjeras, y el motor del verdadero y vital crecimiento económico para la nación. El gobierno obtendría el uso del dinero invertido para construir la infraestructura nacional que a su vez incrementaría significativamente los ingresos fiscales ordinarios por arriba del servicio de la deuda de los bonos. Ello evitaría imponer onerosos nuevos impuestos para financiarla.
A través de los 20 años, el gobierno emitiría licitaciones para proyectos nacionales de infraestructura de prioridad específica tales como la modernización de la red eléctrica, la construcción de una red nacional de transporte ferroviario de alta velocidad conforme al modelo general y plenamente integrado con la red ferroviaria china de alta velocidad. Estos proyectos traerían empleos calificados bien pagados para cientos de miles de rusos. Estos nuevos empleos a su vez pagarían el impuesto normal al ingreso sobre las utilidades de contruir la nueva Rusia. Eso a su vez permitirá al gobierno ruso financiar sus necesidades, sin preocuparse de las sanciones financieras occidentales o el corte en el crédito occidental.

El poco conocido secreto
Hay un secreto respecto a la inversión en infraestructura económica. A diferencia de los diversos proyectos subsidiados actualmente por el gobierno en USA y la UE, literalmente “construcción de molinos de viento”, la construcción de la infraestructura económica necesai tales como los proyectos ferroviarios de alta velocidad que hacen que agilizan y eficientizan los flujos en la economía nacional e internacional tales proyectos de infraestructura producen múltiples ganancias económicas en la economía general. Este es el “secreto” largamente olvidado de la inversión en infraestructura descubierto en USA durante la Gran Depresión cuando el gobierno emitió bonos para construir el gigantesco complejo hidroeléctrico de la Autoridad del Valle del Tennessee y otros masivos proyectos de infraestructura.
Diversos estudios estadounidenses de los 1960s, cuando USA aun invertía en su infraestructura nacional, encontraron que gastar en tal vital infraestructura económica reditúa al estado en nuevos ingresos fiscales aproximadamente 11 dólares por cada dólar gastado inicialmente. Ése es el secreto del bien concebido gasto en infraestructura.
El conde Sergei Witte, ministro de ferrocarriles, que luego llegaría a ser ministro de finanzas y luego primer ministro bajo el zar Nicolás II, comprendió el papel vital de la infraestructura nacional de transporte al construir y modernizar la nación rusa. Él fue el padre del entonces masivo proyecto de ferrocarril trans-siberiano, un proyecto que incomodó a Inglaterra porque desafiaba el poder mundial británico en los mares.
Los británicos y más tarde USA, lucharon en dos guerras mundiales en el siglo pasado para impedir desarrollos similares al ferrocarril trans-eurasiático a través de lo que Mackinder llamaba la zona central eurasiática. Ahora, China y Rusia han unido fuerzas para hacer justo eso.
La vreación de la Autoridad Rusa para el Desarrollo Nacional permite a Rusia maximizar su parte en esa revolución en la economía mundial, en las relaciones geopolítcas y culturales del mundo utilizando sus recursos internos sin pedir prestado dinero extranjero.
Haciendo que los ciudadanos compren bonos directamente, el gobierno ruso evita tener que dirigirse a los mercados extranjeros de capital, aun los amistosos como China, para reunir capital. Esto evita la carga y responsabilidad de la deuda externa.
Dependiendo de cómo sea presentada a la población la compra de bonos para la infraestructura nacional, en la actual crisis fácilmente podrían llegar a ser un símbolo de patriotismo y de compromiso individual con el próspero futuro de Rusia. En un próximo artículo discutiremos la ventaja esencial de crear un Banco Nacional de propiedad gubernamental en lugar de un banco central independiente.
Rusia tiene en abundancia todo lo que cualquier nación pudiera necesitar para construir un nuevo mundo de estabilidad y prosperidad para su pueblo y llegar a ser un imán para que otras naciones la imiten por remoto que eso pueda sonar actualmente. Rusia tiene carácter, la determinación moral como quedó de manifiesto los meses pasados en medio de brutales sanciones y ataques. Tiene tal vez la más educada mano de obra científica del planeta y una calificada fuerza de trabajo. Todos los recursos existen en super-abundancia. Simplemente es cuestión de dejar que el flujo de bienes y gente trabajen en la dirección correcta.
Con la nación unida y bien como no lo ha estado en la memoria, en medio de las hostiles sanciones y ataques occidentales, y con un presidente gozando de la confianza de más del 85% de su población, el momento es ideal para introducir ese fondo de infraestructura. Ofrece a cada ruso la posibilidad de apoyar a construir su nación mientras que también gana una suma para sus años posteriores.

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