jueves, 25 de octubre de 2018

Definitivamente no es el déficit comercial



Lo que Verdaderamente Está en Juego en la Guerra Comercial USA-China

Por F. William Engdahl                                                                             03-Sep-18
FUENTE: https://journal-neo.org/2018/09/03/the-real-stakes-of-the-usa-china-trade-wars/


El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

La extraña y creciente "guerra comercial" que libra Washington contra los chinos no tiene nada que ver con los excedentes de la balanza comercial. Al parecer también los chinos han llegado recientemente a esa conclusión. Se trata de un asalto total a la estrategia de China para convertirse en una avanzada economía líder, autosuficiente, tecnológicamente a la par con Occidente, quizás incluso más avanzada. Este es el contenido básico de de la estrategia económica nacional de Xi Jinping denominada «Hecho en China: 2025».

USA, como superpotencia dominante en el mundo, de ningún modo lo permitirá. Así como el Imperio Británico dispuso el escenario para que la 1GM destruyera la potencial amenaza de la superpotencia alemana [eso fue un beneficio colateral,  los objetivos principales fueron otros], ahora Washington confronta al coloso económico chino y pondera sus opciones. Este choque probablemente se pondrá feo en los meses venideros a menos que USA retroceda, lo que actualmente  parece improbable.
Long Guoqiang, vicepresidente del Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado, en una reciente declaración que refleja la visión actual del gobierno y el partido chinos, declaró que lo que él llama con precisión "contención estratégica" es un objetivo estadounidense fundamental en la guerra comercial. Argumenta que esto se está haciendo mediante el "chantaje de intereses", como la amenaza, o realización efectiva, de guerras comerciales para forzar la apertura de mercados, con el objetivo de atacar el modelo chino de desarrollo de "capitalismo de estado" y preservar así la hegemonía estadounidense.
Washington lanzó un ataque similar en 1997, utilizando fondos de cobertura privados, para destruir las "Economías Tigre" asiáticas de Corea del Sur, Malasia, Singapur, Hong Kong y otras economías asiáticas en rápido desarrollo [al margen de si tenían finanzas estatales sanas o no; esa crisis fue una pelea “arreglada” para esquilmar a los apostadores incautos]. El resultado de los ataques especulativos y las subsiguientes crisis monetarias fue la reorganización forzada del modelo económico guiado por el estado a pedido del FMI, el llamado Consenso de Washington. Antes de eso, comenzando con el infame Acuerdo Plaza dólar-yen, Washington creó una burbuja japonesa de bienes raíces y de bolsa y la posterior deflación económica del Banco de Japón para controlar los enormes avances económicos de Japón. El hegemon global —Wall Street y sus representantes de Washington en la Fed, el FMI y el Tesoro— no aprecian a los iguales competitivos.
Esta vez, China, cuyos excedentes comerciales actuales se derivan en gran medida de la producción china con licencia para Apple, GM y muchas otras empresas estadounidenses y de la UE para la reexportación, está decidida a convertirse tan pronto como sea posible en una economía autosuficiente de alta tecnología, que ya no dependa del acceso a tecnologías críticas de USA, tales como los procesadores de computadoras. Es comprensible, especialmente a la luz de las recientes y agobiantes sanciones contra los principales líderes de la electrónica china, Huawei y ZTE, que China lea el mensaje manuscrito de Washington o, más precisamente, graffiti político en la Gran Muralla. Como recientemente destacó Mahatir de Malasia después de sus conversaciones en Beijing sobre la cancelación de miles de mdd de proyectos de infraestructura chinos en Malasia, la "revisión a fondo" pendiente de los términos acordados por el ex primer ministro, lo que permite a los chinos "salvar la cara" es importante . La estrategia de Washington en este momento es más bien robar la "cara" china y tratar de reemplazarla con una más del gusto de Washington por los estados clientes vasallos.

Una reconciliación China-Japón
La primera respuesta de China fue tratar de capitalizar la escalada de tensiones entre Washington y la UE no solo sobre el comercio, sino también sobre la financiación de la OTAN. China primero fue a proponer una forma de frente comercial contra Washington junto con la UE en julio. El primer ministro de China, Li Keqiang, propuso una cooperación que se oponga a las acciones de la guerra comercial de USA tanto en la Unión Europea como en China, solo para obtener un rechazo directo. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, declaró sin rodeos que no ve "ninguna perspectiva a corto plazo" para las conversaciones entre la UE y China sobre un acuerdo de libre comercio común, señalando sarcásticamente que "si China desea abrirse, puede hacerlo".
A raíz de ese rechazo directo de la UE a un frente unido, China recurrió a su reciente rival económico y político asiático, Japón [la hipótesis de que Japón es más independiente que la UE no luce muy realista, simplemente recuérdese quién entró y quién no entró como socio en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura]. Las conversaciones comerciales de nivel inferior comenzaron ya en abril entre los gobiernos de China, Japón y Corea del Sur, las tres principales naciones económicas de Asia. Las conversaciones bilaterales entre China y Japón han adquirido recientemente un mayor significado. Se están finalizando los preparativos para una reunión extraordinaria en Beijing entre el primer ministro de Japón, Abe y Xi Jinping de China, la primera visita a China de un primer ministro japonés desde que las tensiones comenzaron a aumentar en 2011, aumentando dramáticamente cuando Washington presionó a Japón para iniciar una disputa territorial predecible sobre las islas Senkaku, llamadas Diaoyu en China, cuando Japón se movió para ponerlas bajo control estatal en septiembre de 2012.
Una señal adicional de las crecientes defensas comunes contra las escalaciones de la guerra financiera de USA es que Japón y China acaban de acordar renovar los acuerdos bilaterales de intercambio de divisas que se establecieron en 2002 a raíz de la crisis de Asia para defenderse mejor contra los ataques especulativos. Los canjes se suspendieron en 2013 debido a que las tensiones entre Japón y China alcanzaron su punto máximo. Los japoneses están amargados por las sanciones de USA al acero y el aluminio japoneses, así como por las nuevas amenazas de los aranceles estadounidenses contra las importaciones de automóviles de Japón. Éste respondió llegando a un acuerdo de libre comercio entre la UE y Japón y ahora está tratando de reparar las relaciones con su mayor rival de Asia, China.

La estrategia estadounidense para una guerra larga
Los escurridizos poderes que controlan la profunda estrategia geopolítica de USA intentarán por todos los medios a su disposición literalmente quebrar a China mediante sanciones, humillación, presión sobre los derechos humanos en Xinjiang, guerra financiera e incluso amenazas militares [faltó incluir sobornos, chantajes y atentados a nivel estatal o personal y azuzamiento y financiamiento de opositores y de cualquier otra fuente/motivo de división interna: racial, ideológica, religiosa, social, económica, etc]. Como declaró el fallecido Zbigniew Brzezinski, si USA pierde el control sobre Eurasia, el juego termina para la única superpotencia. China debe ser quebrada para evitarlo. Es una empresa dudosa para decirlo suavemente. La guerra podría ser una consecuencia, una cuyo resultado sería catastrófico para la humanidad.
Hay un gran obstáculo para una guerra financiera estadounidense contra China. A diferencia de Japón, en la década de los 1980s, las deudas de China son abrumadoramente internas, principalmente de bancos estatales controlados por un banco central del estado, el Banco Popular de China (PBOC, por sus siglas en inglés). Por lo tanto, mientras que la impresionante deuda de China de 36 bdd es un número sorprendente, como la mayoría de las cosas en China, todavía está controlada por el estado, a diferencia de Japón. Para que Washington pueda controlar efectivamente a China en este punto, debe hacer lo que Washington hizo en la década de los 1990s en la Federación Rusa cuando quebró el control estatal sobre la cuestión del dinero y ordenó a su vasallo Boris Yeltsin la creación de un Banco Central independiente de Rusia. Hasta que los Dioses del Dinero puedan romper el control estatal del PBOC, China tiene los medios para hacer frente a sus deudas en gran medida independientes del chantaje del dólar, a diferencia de Turquía o Argentina o la mayoría de los otros países con bancos centrales privados que controlan la cuestión del dinero.

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