jueves, 6 de febrero de 2020

Terminada la distracción del impeachment...


¿Quién Gobierna USA?

Por Greg Felton                                                                                         22-Ene-20
FUENTE: https://www.paulcraigroberts.org/2020/01/22/who-rules-america-2/



El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.
Un gobierno, cualquiera que sea su naturaleza, gobierna como un poder imperial sobre su pueblo. La forma más segura de ejercer este control es apuntalar la ilusión de que actúa en interés público. Paul Craig Roberts y Alvin Rabushka explicaron este hecho destacado en la edición de marzo de 1973 de Public Choice, en su artículo "Una exposición esquemática de una teoría económica del imperialismo", y lo que escribieron entonces no es menos relevante hoy.
El acto de votar es uno de los apoyos que sostiene el engaño del autogobierno. La gente vota, pero los candidatos son decididos por la oligarquía de los grupos de interés organizados. Esta es también la conclusión de un estudio de 2014 realizado por los profesores Martin Gilens y Benjamin I. Page de la Universidad de Princeton sobre la medida en que la política del gobierno de USA refleja las preferencias públicas. Gilens y Page descubrieron que los votantes son, a todos los efectos, irrelevantes para su propio gobierno "democrático":
“[Las] preferencias del estadounidense promedio parecen tener solo un impacto minúsculo, cercano a cero, estadísticamente no significativo, en las políticas públicas. . . Además, debido al fuerte sesgo del statu quo integrado en el sistema político de USA, incluso cuando una mayoría bastante grande de estadounidenses favorece el cambio de políticas, generalmente no lo consiguen” (Perspectivas sobre la Política, Vol. 12, No. 3, págs. 575 76).
En lugar de representar el interés común de la gente, el gobierno responde a los grupos de interés organizados. Gilens y Page citan el dominio sobre la política de intereses especiales que utilizan la política pública para servir sus intereses en lugar de los públicos. Vemos los efectos de esta plutocracia en el fuerte aumento de la desigualdad de ingresos y riqueza, una brecha que se ha convertido en un abismo.
El análisis de Gilens y Page de La Plutocracia No-electa de USA es sobre el dinero, pero su comprensión de la amenaza a la democracia de USA no considera la política exterior, que está en parte, si no es que en gran parte, en manos de un país extranjero: Israel. No es suficiente poner el declive de la democracia estadounidense a los pies de intereses creados como Wall Street, los grandes bancos y el complejo de seguridad militar, porque no les interesa que el gobierno persiga una política exterior contraria al interés nacional.
Pero operar contrariamente al interés nacional es precisamente lo que Washington ha estado haciendo. En el siglo 21, Washington ha derrochado bdd en agresiones militares. Cientos de miles de militares estadounidenses han sido asesinados, mutilados o conducidos al suicidio. USA no ha obtenido ningún beneficio al provocar la enemistad de los musulmanes, intimidar a los aliados de la OTAN para incitar esta beligerancia o perseguir a quienes denuncian los delitos asociados. Incluso Donald Trump, que se postuló a la presidencia para terminar con las guerras de agresión derrochadoras, continúa este daño económico y político autoinfligido, más recientemente al librar una guerra económica contra Irán y bravuconear para provocar una guerra abierta.
La administración Trump es una continuación de décadas del sometimiento de Washington al Lobby de Israel. Reconocer la falta de independencia de la política exterior de USA requiere un acto de valor intelectual, pero pocos estadounidenses están equipados para el trauma de saber la verdad. Para tomar prestado de The Matrix, no muchos están dispuestos a tomar la "píldora roja" para ver la realidad detrás de la explicación controlada. La existencia de la "píldora azul" viene con una cosmovisión preparada basada en explicaciones controladas en las que los creyentes encuentran consuelo, significado y pertenencia. Cualquier cosa que desafíe esta ilusión, se descarta como teoría de la conspiración o antisemitismo. Las creencias reconfortantes pueden prevalecer sobre los intereses nacionales de USA.
"Tomar la píldora roja" requiere una mente inquisitiva para rechazar la ilusión y cuestionar los supuestos fundamentales. Si es irracional que un estado democrático como USA dañe a su propia gente, dañe su propia economía e invite a la hostilidad al provocar guerras innecesarias, tal vez USA no sea realmente un estado democrático y realmente no esté a cargo de su propia política. Desde un punto de vista estadounidense, los actos aparentemente inexplicables de beligerancia y castigo de los que no representan una amenaza para USA pueden entenderse como la consecuencia de permitir que el dinero y la influencia israelíes den forma a la política exterior estadounidense en el Medio Oriente y, en algún grado en otros lugares si afecta los intereses israelíes.
USA que se fundaron en 1776 no son los mismos USA que existen en la actualidad. Los padres fundadores advirtieron contra enredos extranjeros, pero Washington ha buscado enredarse. Desde finales de los 1940s, USA se ha enredado al servicio de los intereses de Israel. La importancia del interés de Israel para la política exterior de USA ha sido incrementada por un generalizado  prejuicio cristiano, en el que los judíos son vistos como religiosamente emparentados y los musulmanes como religiosamente hostiles.
En 1948, el presidente Harry Truman recibió un infame soborno de campaña electoral de 2 mdd de un sionista estadounidense para apoyar la creación de Israel. Al hacerlo, Truman se convirtió en comadrona de un crimen de guerra en curso que ha resultado en que Washington ayude e incite al robo de Palestina por parte de Israel. Washington chantajeó e intimidó a varias delegaciones de la ONU para que apoyaran la partición de Palestina en 1947. Para un país que se jactaba de su compromiso con la democracia y el apoyo a la Carta de la ONU, la conducta de Washington no tenía sentido. Sin embargo, si uno reconoce que Washington estaba actuando en nombre de Israel, se vuelve comprensible.
Con un punto de apoyo ganado por el oportunismo electoral de Truman, el Lobby Israelí dentro de USA gradualmente ganó influencia sobre el gobierno del país hasta el punto de que hoy Washington sirve a los intereses de Israel sin pensar en su impacto en los intereses nacionales de USA y sin tener en cuenta los efectos adversos en los intereses estadounidenses o los de otras personas.
Después de años de servicio creciente de Washington a Israel, el presidente George H.W. Bush trató de retroceder. [¡lastimaaaa, Margarito, too late!] El presidente Bush pensó que podría lograr un tratado de paz final entre Israel y el liderazgo palestino en Madrid basado en "[devolver] tierra [palestina] por paz".
La afirmación de Bush de la independencia de la política exterior enfureció a Israel, que procedió a realizar ataques abiertos y encubiertos contra Bush. El ataque abierto ocurrió el 26-Feb-1992, cuando el grupo de presión nacional israelí que se hacía llamar, [irónica y] absurdamente, "Comité de Intereses de USA en el Medio Oriente", publicó un anuncio de página completa en The New York Times criticando severamente a Bush por "presionar" a Israel para iniciar negociaciones. Sus firmantes incluyeron firmes neoconservadores de Israel como Paul Wolfowitz, Richard Perle, Douglas Feith y Elliott Abrams.
Según un ex agente del Mossad, el ataque encubierto tomó la forma de un asesinato planificado del presidente Bush. Victor Ostrovsky en su libro, By Way of Deception  (=A modo de engaño) (pp. 281-282), escribe que el 01-Oct-1992 recibió una llamada nerviosa de Efraín, un oficial del Mossad amigo suyo, que se oponía al asesinato: "Ellos saldrán a matar a Bush... quiero decir, realmente matar, 'asesinar'... durante las conversaciones de paz de Madrid”. Ephraim le pidió a Ostrovsky que filtrara el complot con la esperanza de que el gobierno estadounidense actuaría para evitarlo. Ostrovsky lo hizo en un discurso el 01-Oct- 1992 en Ottawa. A partir de ahí, la filtración llegó al ex congresista de California, Pete McCloskey, el Servicio Secreto, el Departamento de Estado, la CIA, la embajada de USA en Ottawa y, finalmente, la prensa. El asesinato fue cancelado.
La afirmación de Bush de independencia de Israel resultó en la intromisión de Israel en las elecciones presidenciales de 1992, que le costó la reelección y marcó la última vez que un presidente de USA se atrevería a desafiar el autoproclamado derecho de Israel de asesinar, torturar, desposeer y desplazar a los palestinos.
Los ocho años de la presidencia de Bill Clinton vieron una consolidación del poder de Israel sobre Washington. Clinton mostró su disposición a actuar en interés de Israel al acordar establecer cantidades de ayuda a Israel –– tributo imperial a juicio de algunos– incluso antes de que tomara juramento como presidente. Fue la administración Clinton la que respondió a la presión israelí para actuar contra Iraq creando las ilegales zonas de exclusión aérea sobre Iraq, que causaron la muerte de 500,000 niños iraquíes. Cuando un periodista le preguntó sobre esto, la Sria de Estado de Clinton, Madeleine Albright, dijo: "el precio valió la pena". En otras palabras, la muerte de medio millón de niños iraquíes sirvió a los intereses estadounidenses e israelíes.
La influencia de Israel sobre la política exterior de USA alcanzó un cenit con George W. Bush. En nombre de la "guerra contra el terror", es decir, la guerra contra los enemigos de Israel, el régimen de Bush subvirtió la Constitución de USA. El gobierno de Bush estaba lleno de neoconservadores asociados con el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano. La Ley PATRIOTA, redactada, según su propia admisión tres semanas antes de los acontecimientos del 11-Sep-2001 [¡¡¡!!!], por el neoconservador Philip Zelikow, quien más tarde encabezó la Comisión del 11 de septiembre, se convirtió en ley a pesar de que el Congreso de USA no tuvo tiempo para leer y discutir la legislación tiránica antes de aprobarla. El hecho de que existiera un borrador de la Ley PATRIOTA antes del 11 de septiembre plantea muchas preguntas. La aprobación de la ley le dijo a los estadounidenses que los musulmanes eran una amenaza tal que los estadounidenses tendrían que aceptar infracciones de sus libertades civiles. El presidente Bush lo dejó aún más claro cuando anunció que dejaría de lado la Constitución de USA y suspendería el hábeas corpus.
Durante la administración de Obama, Israel demostró dramáticamente su poder sobre el gobierno de USA cuando el Congreso intervino en la disputa entre Obama y Netanyahu sobre el poder de quién era supremo en la política estadounidense, el poder del presidente estadounidense o el de Israel. Repudiando a su propio presidente, el Congreso invitó a Netanyahu a dirigirse a una sesión conjunta de la Cámara y el Senado y respondió a Netanyahu con muchas ovaciones de pie.
Trump ha perpetuado el control israelí sobre la política exterior de USA. Trump rompió la política universal y reconoció a Jerusalén como capital de Israel. Le dio los Altos del Golán de Siria a Israel, que no le correspondía a Trump “dar” [pura saliva; no puede dar lo ajeno]. Cortó la ayuda a Palestina. Aceptó la política de Israel de incorporar ilegalmente a Palestina ocupada en Israel.
El nombramiento por Trump del sionista David Wurmser, del [difunto] Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, arquitecto de la invasión de Irak en 2003 por Washington, es el último indicio de que Israel continúa dominando la política estadounidense en el Medio Oriente. Según un informe en Mint Press News, Trump admitió que su beligerancia hacia Irán está impulsada por intereses israelíes, no por los estadounidenses.
La subordinación de Trump a Israel pone de relieve las famosas palabras de Patrick Buchanan: Washington es "territorio ocupado por Israel".

No hay comentarios:

Publicar un comentario