viernes, 19 de agosto de 2011

La protesta de los que quieren ser propietarios

por GILAD ATZMON

FUENTE: www.gilad.co.uk     10-Ago-11
Los comentarios de Realismo aparecen así: [comentarios]

 

giladaztmonEs bastante sorprendente ver cómo algunos entre los marxistas más convencionales se han involucrado tanto en las actuales protestas populares en Israel, que estúpidamente interpretan como una manifestación del «espíritu revolucionario israelí». Están convencidos que en este momento la «clase de los trabajadores» se está levantando y que la paz necesariamente prevalecerá.

De hecho, lo que está ocurriendo en Israel (al menos hasta este momento) es exactamente lo opuesto del despertar de la clase trabajadora. En cambio, algunos en Israel la están llamando la «Protesta Inmobiliaria» porque en sustancia los que protestan desean las riquezas: todos querrían una propiedad, una casa suya. Quieren ser dueños. Quieren las llaves y las quieren ya. Lo que vemos en Tel Aviv no tiene nada qué ver con las luchas que se han verificado en la plaza Tahrir o en Atenas. A lo más, las protestas israelíes aparentan ser manifestaciones de lucha por la justicia o socialistas.

Pero allí terminan las similitudes.

Motti Ashkenazi (una figura legendaria contra la dirigencia israelí), ayer ha escrito en Ynet que «hay necesidad de una izquierda bien diferente (en Israel), una izquierda que se preocupe primero de todos los pobres de la nación en lugar de las condiciones difíciles de nuestros vecinos» [¿Creando mitos geniales? Probablemente en el libro de geografía de Motti los vecinos deben ser Tibet y Nepal]. En la palabra pobre que no puede ser interpretada de otra manera: Motti Ashkenazi está analizando lo que considera un desarrollo necesario en el pensamiento progresista israelí, y sus conclusiones parecen querer decir que se deje perder Palestina [¿Neohabla orwelliana? “¿perder Palestina?” ¡Si nunca ha sido de Uds! La están ocupando ilegalmente, ¿lo recuerdas, verdad?], concentrémonos de una vez por todas en nosotros, los judíos. Ashkenazi continúa, diciendo que «necesitamos una izquierda diferente, más modesta. En lugar de una visión del Medio Oriente completo, sería mejor imaginar un punto de vista para el estado de Israel».

 

También el profesor Nissim Calderón (docente de Literatura judía) ha dicho conclusiones similares: «hemos creado una izquierda que se ha concentrado en la lucha por la paz [Seguramente se refiere a la paz en Tottenham o Birmingham; porque si se refiere a la Franja de Gaza y la Margen Occidental, esa izquierda ha fracasado estrepitosamente], y sólo en ella. Pero hay enormes lagunas en nuestra lucha: no hemos logrado luchar por la justicia social». Y nuevamente Calderón por izquierda se refiere a la lucha social al interior de la población judía en Israel.

La protesta de masas en Israel es, en realidad, exactamente lo opuesto a una genuina revolución social: aun si se presenta como una protesta popular, es un festival populista. Según las noticias reunidas de Israel, los dirigentes de las protestas son incluso renuentes a pedir la dimisión de Netanyahu. Lo mismo se aplica a los aspectos de seguridad, de la ocupación, de los fondos destinados a la Defensa, dado que los organizadores ni siquiera rozarán estos problemas para no ver evaporarse rápidamente su amplio apoyo.

A lo que asistimos en Israel no es ni siquiera una revolución socialista, ni tampoco una lucha por la justicia. Es en realidad una revolución de los aspirantes a burgueses y los israelíes han salido a la calle porque cada uno quiere ser propietario, poseer un inmueble.

 

 

No se preocupan gran cosa de la política, de la ética o de las cuestiones sociales, y mucho menos parecen interesarse en los crímenes de guerra de los cuáles son cómplices colectivamente.

La malnutrición en Gaza no es en absoluto una de sus preocupaciones. Parece que nada les importa, fuera de sentirse también propietarios.

Pero ¿por qué quieren tener una propiedad? ¿Por qué no adquieren una? ¿Por qué no lo logran? Porque obviamente son muy caras. ¿Y por qué son tan caras? Porque Israel es la encarnación definitiva de una sociedad corrupta, especuladora y capitalista. Creo que ésta sea la verdadera historia de la que no se habla. Si el sionismo fue una tentativa de resolver la Cuestión Judía —como el autor Shahid Alam ha explorado en forma detallada—, ha claramente fracasado visto que sólo ha transferido la Cuestión Judía a otros lugares, por ejemplo, en Palestina.

El sionismo se prometió formar un nuevo judío, tanto del lado productivo como del ético, totalmente opuesto a lo que ha definido el «capitalismo especulativo de la Diáspora Judía» (1). Lo que ha fallado manifiestamente, es el núcleo de la cuestión, es que en el estado judío, los judíos israelíes están ahora experimentando los síntomas de la propia cultura polémica (2).

Israel, que debía ser el estado del pueblo judío, se ha convertido en un puerto seguro para los judíos más ricos y más corruptos provenientes de todo el mundo:

Según The Guardian, «de las 7 oligarquías que controlaban el 50% de la economía rusa en los años 90s, seis eran judías».

En el curso de los últimos dos decenios, muchos oligarcas rusos han obtenido la ciudadanía israelí. Han también puesto bajo resguardo seguro su dinero sucio en el puerto financiero Azul & Blanco. Wikileaks ha revelado últimamente que «Fuentes de la Policía (israelí) estiman que el crimen organizado ruso (la mafia rusa) ha reciclado 10 mil mdd. a través de holdins israelíes» (3). Los mega-defraudadores como Bernie Madoff han domiciliado sus propios capitales a través de instituciones sionistas e israelíes durante decenios.

Israel también es el líder en el comercio de diamantes sangrientos.

Y no es ciertamente una sorpresa que Israel esté el cuarto puesto mundial en el comercio de armas. Obviamente los diamantes ensangrentados y los fusiles son un asunto importante. Y la cosa no para aquí, porque…

cada vez con más frecuencia se ha verificado que Israel toma parte en el tráfico y recolección de órganos.

Cada vez más Israel parece sin duda que es una máquina de lavar dinero para los oligarcas judíos, para los defraudadores, los traficantes de armas y de órganos, para el crimen organizado y para los comerciantes de diamantes ensangrentados. Pero sobre todo los judíos ricos compran sus casas para vacacionar en Tel Aviv y Jerusalén: hay informaciones de que, solamente en Tel Aviv, millares de casas para vacacionar, están vacías todo el año, mientras los israelíes locales no encuentran un techo.

El pueblo judío está todavía lejos de entender su propio papel en el espectáculo de horror: el pueblo israelí debe todavía darse cuenta de no ser otra cosa que tropas terrestres en este escenario cada vez más pesado. No logran ni siquiera entender que su estado mantiene uno de los ejércitos más fuertes del mundo, para defender los bienes de algunos de los más ricos e inmorales judíos que andan en circulación.

Me pregunto de verdad si los israelíes lograrán entender todo esto. Lo que corresponde a la realidad es que los dirigentes de la actual revolución inmobiliaria israelí quieren que la lucha siga siendo una cacería del tesoro materialista, y que están claramente evitando la política: los sentimientos que guían y las motivaciones son, claramente, expresadas por «denos las llaves de nuestras casas y limpiamos la plaza».

Creo que no sea en absoluto sorprendente que, en una sociedad tan ávida en sus fundamentos y tan orientada racialmente, el desacuerdo que manifiesta sea inevitable, si bien se reducirá al más adusto materialismo.

 

 

Parece que los israelíes no lograrán salvarse por sí solos de su propio ruinoso destino, porque están ciegamente desviados por su propia cultura destructiva. Como yo y otros pocos prevén desde hace más de una década, la sociedad israelí está por implosionar. Es sólo cuestión de tiempo.


 

1)     El marxista sionista Ber Borochov (1881-1917), evidenciaba que la estructura de clases de la comunidad judía europea parecía una «pirámide de clases» invertida, una estructura en la cual un número relativamente pequeño de judíos ocupaba el papel de trabajadores al interior de los «sectores productivos», mientras un número más significativo estaban colocados en los comercios capitalistas y especulativos como la banca.

2) En Haaretz, Beni Ziper ha escrito: «He visto en la TV algunas personas que gritaban contra los ricos, o contra los magnates que controlan el país. Parece que todos piensan que sea excitante y audaz y ninguno reflexiona en la espantosa equivalencia histórica con la Depresión en Alemania al tiempo de la República de Weimar, cuando los ‘judíos ricos que nos controlan’ eran el objetivo de todos’ Ziper está muy atento en notar una repetición similar y perturbadora en la historia judía. Sin embargo, Ziper también es muy crítico con sus connacionales. ‘Siempre estoy a favor de las protestas contra el estado, pero jamás contra personas o grupos de personas, que sean ‘ricos’ o (judíos) ortodoxos’ o incluso ‘colonos’». Se puede o no estar de acuerdo con Ziper, pero es evidente que también él ha admitido la existencia de similares argumentos presentados en Israel contra los ricos y la actitud anti-semita de la derecha alemana entre los años ’20 y ’30.

3) Para información adicional sobre las conexiones del likud y demás partidos mayores israelíes con el crimen organizado global, sigan el link:

http://cosmos.ucc.ie/cs1064/jabowen/IPSC/php/topic.php?tid=147

 

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