jueves, 14 de marzo de 2013

No hay nada que no llegue a saberse.... tarde o temprano



Los secretos De De Gasperi y Churchill: Dos sucesos por reescribir
Por Eugenio Ragno                       25-Sep-12
FUENTE:
http://www.corrispondenzaromana.it/i-segreti-di-de-gasperi-e-churchill-due-vicende-da-riscrivere/

Las notas de pie de página NO vienen en el original y fueron colocadas por el traductor.


El libro de Ubaldo Giuliani-Balestrino, La correspondencia Churchill-Mussolini, a la luz del proceso Guareschi (publicado en Roma por Settimo Sigilo) ha sido presentado en Milán, al cuidado de la UNUCI (Unión Nacional de Oficia-les con Licencia de Italia, por sus siglas en italiano) frente a un público atento e interesado. Después del saludo del general Giovanni Fantasia, han hablado el periodista e historiador Luciano Garibaldi y el autor, famoso jurista y también apasionado de la historia militar y autor de libros históricos de éxito, como El Secreto de Waterloo (2008).
En su intervención, Giuliani-Balestrino ha enfocado los reflectores sobre la ilegalidad del proceso que condenó al gran escritor Giovannino Guareschi, autor de Don Camillo, demostrando que con aquella condena se quiso desmentir la validez de la correspondencia entre Mussolini y Churchill, correspondencia que contenía acuerdos precisos, visto que Mussolini había declarado: «Estas cartas valen la pérdida de una guerra».
Guareschi había publicado en “Candido” el semanario del que era fundador y director dos cartas escritas por De Gasperi con las cuales el futuro líder DC pedía a los ingleses, en el ’44, bombardear la periferia de Roma. Las dos cartas provenían de un expediente vendido a Rizzoli, editor de “Candido”, por un ex-oficial de la RSI[1] que lo había tenido en consignación de Mussolini, pocos días antes del fin, para que pusiera en algún lugar seguro en Suiza. El expediente contenía copias fotográficas de los originales, celosamente guardadas por el Duce en una bolsa que lleva siempre consigo, de día y de noche. Los documentos habían comenzado a publicarse en el semanario “Oggi”, entonces dirigido por Edilio Rusconi y con seguridad el semanario italiano más leído. Pero, inesperadamente, luego de los tres primeros episodios, que habían alcanzado un enorme éxito de ventas, la publicación había sido suspendida, sin dar ninguna explicación a los lectores. Evidentemente, una intervención desde arriba. Guareschi, sin embargo, había puesto las manos sobre las dos cartas de De Gasperi y las había publicado para hacerle una broma al premier democristiano, al que en el pasado siempre había apoyado, pero que, en aquel año de 1953, juzgaba que no era suficientemente anticomunista.
Demostrar que las cartas de De Gasperi eran auténticas habría significado que era auténtico todo el expediente, incluidas las cartas intercambiadas al inicio de la 2GM entre Mussolini y Churchill, en virtud de un acuerdo secreto entre los dos líderes para frenar el excesivo poder de Hitler. Según la reconstrucción de Giuliani-Balestrino, en lugar de apoderase del norte de África y del mundo árabe, controlados por Gran Bretaña, Mussolini adoptó el distractor ataque a Grecia, de acuerdo con Churchill[2]. Cosa que el premier británico jamás habría tolerado que saliera a la luz.
De allí el interés de Churchill y de sus cercanos colaboradores (el gral. Alexander y el coronel Bonham Carter, que se reunieron en Londres con los emisarios de De Gasperi), en aquel 1953, para calificar de falsificación aquella correspondencia. Lo que ocurrió, precisamente, con la condena de Guareschi a un año de reclusión por haber difamado a De Gasperi. Por su parte, Luciano Garibaldi, notable estudioso de las últimas horas de Mussolini, ha aclarado por qué Mussolini, al momento de su captura, refiriéndose a la bolsa de documentos de la que jamás se separaba, y que le fue confiscada por Urbano Lazzaro[3] (el partisano «Bill») dijo a éste último: «Estas cartas valen la pérdida de una guerra».
Pero las cartas desaparecieron para siempre: consignadas, como Garibaldi ha relatado, del PCI a Churchill. Excepto las copias llevadas a Suiza, terminadas también en nada luego del proceso a Guareschi. En síntesis, como ha afirmado Luciano Garibaldi, lo que convalida la ya famosa teoría de la pista inglesa según la cual fue Churchill el responsable de la muerte del jefe del fascismo y de Claretta Petacci, que conocía todos sus secretos.




[1] Republica Social Italiana (Sep ’43-Abr ‘45), proclamada por Mussolini, con capital en Saló, junto al lago Garda, luego de su espectacular rescate por Skorzeny.
[2] Tiene mucha lógica. Todos los movimientos aliados al inicio de la 2GM tenían como objetivo retardar o disminuir lo más posible el ataque alemán a la URSS. Ésa fue la razón para la declaración de guerra de Francia, buscando que el ataque fuera en dirección opuesta a la URSS; sin embargo, Francia cayó demasiado rápido y era necesario lanzar nuevos movimientos de distracción. Aquí fue donde entró la aventura de Mussolini en Grecia (19-Oct-1940), que seguramente fue sugerida por Churchill aunque éste no iba a hablar con tanta franqueza con Mussolini. Quizá lo comprometedor para Churchill haya sido lo que ofreció a Mussolini para convencerlo.
[3] De acuerdo a Wikipedia: «Urbano Lazzaro (1924-2006),....De joven, se unió a la Guardia di Finanza (responsable de crímenes de cuello blanco) antes de la guerra. Cuando la alianza de Italia con Alemania colapsó en 1943, Lazzaro estuvo entre los muchos oficiales italianos arrestado por los alemanes. Lazzaro escapó de la detención alemana y se unió a los partisanos comunistas en el norte de Italia. Para 27-Abr-1945, él estaba sirviendo como comisario político de la 52ª Brigada Partisana Garibaldi».
    No deja de llamar la atención la meteórica carrera del tal Lazzaro para que, escapado de Alemania y con apenas 21 años, se convirtiera en “comisario político” de una brigada comunista; y demasiada casualidad que sea él quién esté en el momento justo para arrestar al Duce y apoderarse de esa documentación, que le permitirá contactar a los ingleses (y no con los soviéticos, que hubiera sido lo lógico, dada su filiación comunista; a menos que fuera “comisario inglés”). ¿Tendría vínculos con el Irgún, dado que el Mossad todavía no existía?

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