viernes, 26 de abril de 2013

Aprendiendo a Pensar Críticamente


La Declinación del Pensamiento Crítico
El Problema de la Ignorancia
Por  LAWRENCE DAVIDSON     CounterPunch       Edición 5-7-Abr-13
FUENTE: http://www.counterpunch.org/2013/04/05/the-decline-of-critical-thinking/


Las notas de pie de página y lo marcado en amarillo NO aparecen en el original y fueron puestas por el traductor.

En el 2008 Rick Shenkman, editor-en-jefe de la History News Network, publicó un libro titulado Just How Stupid Are We? Facing the Truth about the American Voter (¿Sencillamente Cuán Estúpidos Somos? Enfrentando la Verdad Respecto al Votante Estadounidense), Basic  Books. En él demostró, entre otras cosas, que la mayoría de los estadounidenses eran: (1) Ignorantes de los eventos internacionales más relevantes, (2) sabían poco respecto a cómo opera su gobierno y quién lo maneja, (3) no obstante estaban dispuestos a aceptar posturas y políticas gubernamentales que incluso una moderada cantidad de pensamiento crítico sugería que ellas eran perjudiciales para el país, y (4) eran fácilmente influenciados por soluciones simplistas estereotipadas, temores irracionales y el parloteo de las relaciones públicas[1].
Shenkman gastó 256 páginas documentando estos alegatos, usando un gran número de encuestas y sondeo de fuentes muy confiables. En realidad, al final es difícil argüir con sus datos. Así, ¿qué podemos decir sobre esto?. Una cosa que puede decirse es que este estado de cosas es normal. Como se ha sugerido en análisis previos, la ignorancia de los sucesos internacionales (a menudo conduciendo a supuestos inexactos, aceptación pasiva de la autoridad y acciones ilógicas) es, de hecho, la posición estándar para cualquier población[2].

Para decirlo de otro modo, la mayoría de cualquier población pondrá poca o ninguna atención a las noticias o a las acciones del gobierno que parezcan no impactar sus vidas o las de sus asociados cercanos. Si algo no-local ocurre que sea presentado a su atención por los medios, pasivamente aceptará las explicaciones del gobierno y las soluciones simplistas.
La cuestión más importante es “¿afecta mi vida?”. Si lo hace, la gente prestará atención. Si parece no afectarles, no le prestarán atención. Por ejemplo, en el libro de Shenkman a veces se hacen comparaciones desfavorables entre estadounidenses y europeos. Los primeros a menudo se dice son mucho más ignorantes en cuanto a geografía mundial que los europeos. Esto puede deberse, irónicamente, a un accidente geográfico. Los estadounidenses ocupan un gran subcontinente aislado por dos océanos. Los europeos están apiñados en pequeños países contiguos que, hasta hace poco, repetidamente se invadían unos a otros así como poseían colonias de ultramar. Bajo esas circunstancias, el conocimiento de la geografía así como poner atención a lo que estaba ocurriendo al otro lado de la frontera, tenía mucha más relevancia para las vidas de los habitantes de Tolosa o Amsterdam que para alguien de Pittsburgh o Topeka.

Ideología y Burocracia
El localismo referido arriba no es la única razón para una ignorancia difundida. La fuerte adherencia a la ideología y el trabajo dentro de un esquema burocrático puede estrechar grandemente el punto de vista mundial y paralizar las capacidades críticas.
En efecto, la adhesión estrecha a una ideología llega a ser una localidad mental con límites y fronteras tan reales como la de la geografía. De hecho, si consideramos el nacionalismo una generalizada ideología moderna, hay una conexión directa entre las fronteras inducidas en la mente y las del terreno[3]. Además, no importa si la ideología es de izquierda o derecha, o si es secular o religiosa. Las capacidades críticas de uno serán suprimidas en favor de respuestas estandarizadas proveídas por la ideología.
Justo así se hace el trabajo en un ambiente burocrático. Las burocracias colocan al trabajador en departamentos estrechamente supervisados donde el éxito se equipara a hacer un trabajo específico conforme a reglas específicas. Dentrro de este mundo limitado uno aprende a no pensar en forma original, y así, excepto a como se aplica a la propia tarea, el pensamiento crítico es desalentado y la propia concepción del mundo llega a ajustarse con la de la burocracia. Esto es el por qué los burócratas son referidos tan a menudo como un engrane de la máquina.

Momentos de Bochorno
Que la ignorancia estadounidense sea explicable no la hace menos desalentadora. Como mínimo a menudo produce vergüenza en la minoría que no es ignorante. Tómense de ejemplo las encuestas que muestran que más de la mitad de los estadounidenses adultos ignoran qué país dejó caer la bomba atómica sobre Hiroshima, o que el 30% no sabe qué fue el Holocausto[4]. Podemos explicar esto como resultado de fallas en la educación[5], sin embargo hay otros momentos, igualmente vergonzosos, que implican a los bien ilustrados. Tómense, por ejemplo, los empleados de Fox News. Lou Dobbs (graduado de la Universidad de Harvard) es el presentador del programa de debate de la Fox Business Network «Lou Dobbs Tonight». Hablando el 23-Mar-13 respecto al control de armas, él y la analista política de Fox, Angela McGowan (graduada de la Univ. de Mississippi) tuvieron el siguiente diálogo:
McGowan: “Lo que más de asusta es que tenemos un presidente... que quiere quitarnos nuestras armas, pero sin embargo quiere atacar a Irán y Siria. Así que si ellos vienen y nos atacan aquí, no tenemos el derecho de portar armas bajo la administración Obama”.
Dobbs: “Seguridad Nacional nos ha dicho que ya hay agentes de Al Qaeda operando aquí en este país. ¿Por qué razón querrías asegurarte que todos los ciudadanos estadounidenses no estuvieran armados y preparados?”
A pesar de la educación, la ignorancia más la ideología llevan a que la estupidez aparezca en términos más completos que esto. Baste decir que nada de lo que el presidente ha propuesto sobre el control de armas eliminará la gran mayoría de las armas en poder de estadounidenses, que las acciones del presidente apuntan al hecho de que no quiere atacar a Siria o Irán[6], y que ningún país tiene la capacidad de “venir y atacarnos aquí”. Por último, mientras puede haber un puñado de estadounidenses que simpatizan con Al Qaeda, no pueden ser descritos exactamente como “agentes” de alguna organización central que dicta sus acciones.
¿El hecho de que Dobbs y McGowan estuvieran hablando estupideces hace alguna diferencia para la mayoría de su audiencia?[7] Probablemente no. Su audiencia regular bien puede ser demasiado ignorante para saber que este episodio surrealista no tiene ninguna base en la realidad. Su ignorancia no les hará verificar contra la realidad las observaciones de Dobbs y McGowan[8]. Bien pueden racionalizarlos con hechos compensatorios si por casualidad llegan a toparse con la realidad. Y al hacerlo, mantienen todo confortablemente simple, lo que importa más que la a menudo complicada y embrollada verdad.
Desafortunadamente, uno puede multiplicar este escenario muchas veces. Hay millones de estadounidenses, la mayoría de los cuales tienen bastante instrucción, que creen que la ONU es una organización malvada que se propone destruir la soberanía estadounidense[9]. En realidad, en 2005 George W. Bush nombró a uno de ellos, John Bolton (un graduado de la Univ. de Yale), como embajador estadounidense ante la ONU[10]. Igualmente paranoides son los entusiastas de las armas (cuyo nivel de educación varía ampliamente) que cualquier supervisión realmente efectiva por parte del gobierno sobre el comercio estadounidense de armas sería visto como un paso gigantesco hacia la dictadura[11]. Por tanto, la National Rifle Association, ejerciendo su influencia sobre el congreso, por años exitosamente ha restringido a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, de usar computadoras para crear una base de datos sobre transacciones de armas[12]. Y, por último pero ciertamente no lo menos importante, hay una interminable guerra contra enseñar la evolución en las escuelas de USA. Este esfuerzo fundamentalista cristiano a menudo disfruta de éxito temporal en grandes secciones del país y recientemente ha sido mantenido bajo control mediante decisiones de la corte reflejando (hasta la fecha) un sólido sentido de la realidad sobre este asunto. Por cierto, la evolución es una teoría científica que tiene tanta evidencia de respaldo como la gravedad.

¿Enseñando el Pensamiento Crítico?
Tan problemático como es este perenne problema de la ignorancia, es igualmente frustrante escuchar los trillados esquemas para enseñar el pensamiento crítico a través de las escuelas públicas. Por supuesto que el hábito de formular preguntas críticas puede enseñarse. Sin embargo, si Ud no tiene una base de conocimiento desde la cual considerar la situación, es difícil pensar críticamente. Así, a menudo la ignorancia impide el pensamiento crítico efectivo aun si la técnica es adquirida. En cualquier caso, los sistemas de escuelas públicas siempre han tenido dos propósitos primarios y el pensamiento crítico no es uno de ellos. Las escuelas están diseñadas para preparar a los estudiantes para el mercado y hacerlos ciudadanos leales. El mercado en su gran mayoría es un mundo autoritario y la lealtad proviene de la formación de mitos y el establecimiento de vínculos emocionales. En ambos casos, en realidad el pensamiento crítico efectivo bien puede resultar incompatible con el fin deseado.
Recientemente, se hizo una sugerencia para olvidarse de las escuelas coomo lugares para aprender a pensar críticamente. De acuerdo al artículo de Dennis Bartels, “El Pensamiento Crítico se Enseña Mejor Fuera del Salón de Clase”, que apareció en Scientific American online, las escuelas no pueden enseñar el pensamiento crítico porque están muy ocupadas enseñando pruebas estandarizadas. Por supuesto hubo un tiempo cuando a las escuelas no se les ordenaba con tanta energía enseñar de ese modo y no hay evidencia que en ese tiempo enseñaran el pensamiento crítico. En cualquier caso, Bartels cree que la gente aprende el pensamiento crítico en ambientes informales tales como los museos y viendo el Daily Show con Jon Stewart. Él concluye que “la gente debe adquirir esta habilidad en alguna parte. Nuestra sociedad depende de que ellos sean capaces de tomar decisiones críticas”. Si esto fuera cierto haría que esto fuera un problema fácil de resolver.
Bien puede ser que las sociedades (consciente o inconscientemente) se organicen para mantener el pensamiento crítico en un mínimo. Esto significa tolerarlo hasta el punto que sea necesario para llevar la existencia del día-a-día y para resolver aquellos aspectos de la profesión propia que pueden requerir un pensamiento crítico estrechamente enfocado. Pero más allá de eso, entramos en aguas peligrosas y desestabilizadoras. Las sociedades, democráticas o no, no animarán el pensamiento crítico respecto a las ideologías o las políticas gubernamentales prevalecientes. Y, si es el caso que la mayoría de la gente no piensa críticamente de nada a menos que caiga en la arena local en que sus vidas se desenvuelven, tanto mejor. Bajo tales condiciones se puede confiar que la gente permanezca pasiva sobre eventos fuera de su escenario local hasta que el gobierno decida que es tiempo de despertarlos mediante alguna meddida propagandista.
La verdad es que la gente que es activa consistentemente como pensadores críticos no van a ser populares, ni con el gobierno ni con sus vecinos. Son llamados tábanos. Como Sócrates, que probablemente sea el pensador crítico mejor conocido de la historia occidental. Y, al menos los bien informados entre nosotros saben lo que le ocurrió.
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Lawrence Davidson es profesor de historia en West Chester University, en West Chester PA.


[1] En descargo de los gringos, las poblaciones de todos los países adolecen de esas mismas deficiencias.
[2] Quizá ésta es la explicación del slogan de G.Orwell en “1984”: «La Ignorancia es Fuerza».
[3] Aunque hay algo de cierto en esa afirmación contra el nacionalismo, la creación de «opinión pública» a  través de los medios masivos de comunicación es mucho más importante. Y no puede negarse que dichos medios TIENEN una agenda propia y no se limitan a informar desde un punto de vista neutral. Resulta por demás sospechoso, dado el tema del artículo, que el autor ni siquiera lo mencione.
[4] Lo que resulta sorprendente es que más de la mitad ignore quién arrojó la bomba sobre Hiroshima y que solamente el 30% no sepa del Holocausto. Sorprendente, porque de éste último se les ha hablado mañana tarde y noche desde al menos 60 años, en tanto que las referencias a Hiroshima han sido más bien esporádicas.
Debe señalarse que en cuanto a Hiroshima puede haber interés en no difundirlo; mientras que en cuanto a lo otro hay un interés obsesivo en implantarlo en la memoria colectiva pero, paradójicamente, mantenerlo lejos de la investigación; es decir, lejos del pensamiento crítico.
[5] Una explicación más simple, directa y, sobretodo, creíble, es que es el resultado de la propaganda incesante. Véase el video de George Carlin, «El Sueño Americano» (http://www.youtube.com/watch?v=O7Z3tzeJAEc).
[6] Sic! El original dice: «that the president’s actions point to the fact that he does not want to attack Syria or Iran». Aplicando el pensamiento crítico, uno puede preguntarse: ¿entonces qué quiere cuando recientemente entregó 27 mdd a los rebeldes sirios en ayuda dizque “no-letal”?. Lamentablemente el autor omite mencionar este detallito.
[7] No podemos subestimar que McGowan y Dobbs estuvieran hablando estupideces de su propia cosecha; pero, aplicando el pensamiento crítico preconizado por el autor, podemos estar seguros que Fox News no le proporcionará a nadie una tribuna con una audiencia masiva para externar sus puntos de vista independientes a menos que, por supuesto, coincidan con el punto de vista de los dueños de la empresa. Esto es una variante de aquella anécdota de Henry Ford Sr, respecto a que los clientes de Ford podían disfrutar de cualquier color de automóvil que desearan, siempre y cuando fuera el color negro (el favorito de H.Ford).
[8] ¿No resulta extraño que dos graduados de Harvard y de la U.de Mississippi, frente a las cámaras, no logren articular sino estupideces, que curiosamente resultan “políticamente correctas”? Parece más lógico pensar que están actuando como mercenarios y siguiendo un libreto engaña-pendejos. ¿Por qué el autor no aplicó aquí, en el caso específico de McGowan y Dobbs, el pensamiento crítico, en vez de aplicarlo vagamente al público en general?
[9] ¡Por amor de Dios, Lawrence, despábilate y aplica el pensamiento crítico!. Las aportaciones de USA para la ONU son mayores que las de muchos países juntos; el terreno donde se asienta dicha organización fue donado por los Rockefeller. Como maestro de historia deberías saber que su Carta Constitutiva fue redactada, entre otros, por Eleanor Roosevelt y Alger Hiss. ¿De verdad crees, y quieres hacernos creer, que la ONU pretende destruir la soberanía estadounidense? Sí es malvada, y en cierto sentido, sí puede querer destruir no sólo la soberanía estadounidense (porque, ¿sabes?, hay otras soberanías, además de la estadounidense); pero lo que jamás podría hacer es desobedecer a quienes la constituyeron y financian hasta el día de hoy. El día que la ONU actúe en contra de los intereses que la crearon, ese día desaparece toda la organización.
[10] Calificar al neocon John Bolton como “uno de ellos” no puede sino considerarse un burdo intento de crear un mito genial
[11] Ahora que lo mencionas, ¿en qué dirección podemos interpretar los pasos de las operaciones «Gun Runner» y «Fast and Furious», implementadas por la BATFE, bajo la dirección de K.Melson y la complicidad del Fiscal Federal Eric Holder, y que puso en manos de delincuentes mexicanos más de 30mil armas de fuego de alto poder? ¿Será paranoico pensar que este par de macuarros no estaban promoviendo precisamente la democracia?
[12] En eso de evitar el registro de armas, mucho más exitosa ha sido la propia BATFE (véase nota anterior).

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