jueves, 7 de marzo de 2019

Una descripción bastante clara de la actual situación


USA Ya Está en Guerra con China y Rusia: Los Demás Somos Daño Colateral

Por James O’Neill                                                                                     01-Mar-19
FUENTE: https://journal-neo.org/2019/03/01/us-already-at-war-with-china-and-russia-the-rest-of-us-are-collateral-damage/



El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

Al final de la 2GM USA era la economía y la potencia militar más fuerte del planeta. Y usó esa posición para imponerse sobre el mundo en los siguientes 60 años. Las amenazas potenciales a su hegemonía fueron aplastadas a través de persuasión, chantaje económico vía la posición dominante del dólar estadounidense, cambio de régimen para los gobiernos recalcitrantes y, en muchos casos, invasiones y ocupaciones. Decenas de millones murieron y las estructuras sociales quedaron devastadas.
La falta de cualquier rival serio durante esas décadas engendró una mentalidad de excepcionalismo: de que las reglas ordinarias de conducta civilizada no se le aplicaban; que su camino era el único camino aceptable; y que su monopolio hegemónico duraría para siempre.
A pesar de la constante propaganda, la Unión Soviética nunca fue una amenaza seria, y China estaba demasiado preocupada por las convulsiones internas para tener mucha influencia más allá de sus propias fronteras nacionales o de aquellos países inmediatamente adyacentes.
Las últimas dos décadas, sin embargo, han visto cambios significativos, cuyo ritmo se está acelerando. Después de la era Yeltsin en los 1990s, Rusia comenzó un rejuvenecimiento constante de su economía y de su status político. China comenzó su verdadero Gran Salto Adelante tras la reforma y apertura de su economía y sociedad bajo Deng Xiaoping a fines de los 1970s [a instancias de la élite globalista para utilizar la mano de obra china y frenar los incrementos de salario en el resto del mundo; aunque, a la larga, ha tenido un efecto no-deseado para la propia élite globalista]. Los resultados no tienen paralelo en la historia moderna. El ingreso per cápita en China es 25 veces mayor que cuando se iniciaron las reformas de Deng. Los niveles de pobreza, medidos por el Banco Mundial, se han reducido de más del 90% de la población en 1978 a menos del 2% en la actualidad.
La tasa de crecimiento del PIB de China se ha mantenido a un nivel aproximadamente tres veces mayor que la de la mayoría de las economías desarrolladas, y lo ha hecho durante varias décadas. Sobre la base del poder de compra paritario, China es ahora la mayor economía del mundo, y esa posición económica superior continuará y crecerá en el futuro previsible.
Una de las razones más importantes para el crecimiento dinámico de China es su inversión en educación y, en particular, en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM). Alrededor de una cuarta parte de todos los trabajadores de CTIM en el mundo de hoy son chinos. La expectativa es que para 2025 (una fecha clave en la planificación china) habrá más trabajadores CTIM chinos que en toda la OCDE combinada.
Aunque en una escala mucho más pequeña, Rusia también ha realizado grandes inversiones en la promoción de la excelencia educativa en las materias CTIM. El contraste con USA no podría ser mayor. Desde 2001, USA ha gastado aproximadamente 6 bdd en guerras en el extranjero, a la vez que aplaza alrededor de 4 bdd en necesarios gastos de infraestructura.
El complejo industrial militar ha florecido [y no se diga el complejo financiero], mientras que el resto de USA languidece. De acuerdo con las estadísticas de la ONU, USA ocupa el puesto 42 en el mundo en esperanza de vida. Éste es un indicador muy sensible que señala una serie de deficiencias en educación, atención médica, estándares nutricionales e infraestructura social.
Cada año se requieren grandes sumas para mantener una red de más de 800 bases militares en todo el mundo. Este imperio de bases es necesario para mantener el control sobre los estados vasallos y "contener" tanto a Rusia como a China. Ninguno de esos países, a pesar de la propaganda masiva, ha mostrado el menor interés en expandirse más allá de sus fronteras existentes.
Sin embargo, tanto Rusia como China, a pesar de que sus presupuestos militares son apenas una fracción de los niveles de USA, han desarrollado una gama de armamento de alta tecnología que es significativamente superior al de USA y sus aliados. Las revelaciones de Putin en su discurso de Marzo de 2018 a la Asamblea Federal Rusa sobre las capacidades de armas hipersónicas de Rusia fueron una profunda conmoción para las élites estadounidenses. Luego de las negativas iniciales, reconocieron la verdad de las afirmaciones de Putin e inmediatamente [montaron el show mediático de los Skripal, que hasta hoy siguen “desaparecidos” y no precisamente a manos de Rusia sino a manos de “los buenos”] buscaron un financiamiento militar aún mayor en un esfuerzo por ponerse al día. Ese gasto se realizará a expensas de la inversión en infraestructura civil, lo que llevará a un mayor deterioro de las instalaciones para la gente común.
Hay muy buenas razones para creer que las capacidades militares de China, aunque todavía no están a la altura de los estándares rusos, son formidables por derecho propio. La serie de misiles Dong Feng, por ejemplo, le da a China una capacidad defensiva y ofensiva que no tiene parangón para los estadounidenses.
Ese es el contexto en el que debe evaluarse la situación actual de sanciones, guerras comerciales y otras formas de guerra.
La administración Trump está de hecho librando una guerra tanto en China como en Rusia. El que no implique (todavía) una guerra con disparos no la hace menos guerra. Esa guerra toma muchas formas.
En el caso de Rusia, existen amplias sanciones aplicadas al gobierno ruso, a individuos y a empresas. Es una medida del desprecio estadounidense por el derecho internacional (nunca tan fuerte en el mejor de los casos) que estas sanciones son ilegales. Manifiestamente sirven una serie de objetivos geopolíticos. Nord Stream 2 es solo un ejemplo. El Secretario de Estado Pompeo estuvo recientemente en Europa, al igual que el Vicepresidente Pence [lo mismo que el autoconfeso embajador gay de USA en Alemania, Richard Grenell], amenazando con imponer sanciones a los países europeos y las empresas que han cooperado en el proyecto Nord Stream. Los estadounidenses preferirían que la dependencia europea descansara en el mucho más costoso GNL estadounidense [igualmente sacado del mercado europeo por la gigantesca planta rusa de Yamal y su flota de buques-tanque].
Los políticos y los medios de comunicación de USA reclaman constantemente la "interferencia rusa" en los asuntos internos de USA y otras naciones occidentales. La presión estadounidense sobre Nord Stream 2, o las amenazas a las naciones y organizaciones europeas por cooperar con Irán por el cumplimiento de éste último con los términos del JCPOA (a diferencia de USA que se ha retirado unilateralmente de ese acuerdo) es una interferencia flagrante en los asuntos de las naciones soberanas. Es una ironía totalmente perdida para los estadounidenses y sus acólitos.
La "guerra" contra China toma muchas formas, de las cuales la llamada guerra comercial es solo un ejemplo obvio. Las tarifas impuestas o amenazadas a las exportaciones de China perjudican no solo a los estadounidenses, sino también al comercio mundial en general.
Otras formas de guerra incluyen guerra cibernética, ejercicios militares en las proximidades del territorio chino, 400 bases militares dirigidas a China como parte de la estrategia de "contención" y un aluvión constante de propaganda sobre el presunto espionaje chino [que hasta ahora, el único país que se ha probado que espía tanto a amigos como enemigos es, precisamente, USA], el robo de propiedad intelectual y las "trampas de la deuda" para las naciones pobres que aceptan la asistencia china para el desarrollo [¿como los préstamos “condicionados” del Banco Mundial?].
Que ninguna de estas alegaciones resista un examen serio no es el punto. Son parte de una política de guerra decidida para intentar aislar a China, socavar su desarrollo e impedirle desafiar la hegemonía de USA en todos los continentes y regiones del mundo. No hay que mirar más allá de la «Evaluación de Amenazas Mundiales en 2019» de la comunidad de inteligencia de USA.
La evaluación concluye que China está utilizando la Iniciativa Región Camino para extender el alcance global, económico y político de China y "disminuir la influencia de USA". Para contrarrestar ese desafío, USA debe, según su Estrategia de Seguridad Nacional, "prevenir el éxito enemigo" y "proteger nuestros intereses". Los enemigos designados oficialmente son Rusia y China. Está claro que no hay límites en las formas que tomará esta "protección".
La guerra comercial en la que USA está involucrado actualmente contra China tiene en realidad poco qué ver con el desequilibrio comercial entre los dos países [claro, no resulta lógico que proteste quien paga lo que compra con meros “papelitos verdes impresos”]. Como Michael Klare señala citando documentos filtrados, el objetivo de la guerra comercial es sabotear el programa «Hecho en China 2025». El objetivo de este programa chino es desarrollar una excelencia mundial en una variedad de campos técnicos. El objetivo estadounidense en las actuales negociaciones comerciales es forzar a China a aceptar un papel subordinado a los deseos estadounidenses en todos los campos en el futuro. Es delirante pensar que los chinos alguna vez aceptarían tal status, y mucho menos reducir o disminuir su propio impulso hacia la excelencia y el liderazgo.
La campaña contra Huawei es solo una faceta [bastante torpe y quizá hasta desesperada] de la estrategia estadounidense más amplia. Huawei es acusada de ser un agente del gobierno chino, y su tecnología 5G, en la que es líder mundial, según los estadounidenses y otros, en realidad es un vehículo para que China espíe al mundo.
Una vez más, los acusadores aquí han tenido un irónico libramiento. Al menos desde el proyecto Echelon (que comenzó a fines de los 1960s), los estadounidenses y sus aliados de Five Eyes (Australia, Canadá, Nueva Zelanda y el R.Unido) han estado interceptando comunicaciones privadas y gubernamentales de todo el mundo. Las revelaciones de Edward Snowden proporcionaron una confirmación adicional del espionaje electrónico al por mayor por parte de la Agencia de Seguridad Nacional de USA.
Cada uno de los socios de Five Eyes monitorea una sección del mundo, desde lugares como Menwith Hill en Yorkshire (R.Unido), Pine Gap en Australia, Waihopai en la Isla Sur de Nueva Zelanda y la base de la Fuerza Aérea en Buckley, Colorado (USA). La tecnología moderna simplemente ha ampliado la escala y el alcance de este espionaje electrónico.
Gran parte de ese espionaje tiene como objetivo obtener una ventaja comercial para las empresas estadounidenses [es que el librecomercio para todos resulta más libre para algunos]. Esto no es nada nuevo. Los estadounidenses se dedicaron al espionaje industrial contra los británicos en el siglo XIX en un momento en que Gran Bretaña era una potencia industrial líder. El robo de propiedad intelectual no es un invento reciente.
China ahora es líder mundial en solicitudes de patentes, con 1.38 millones de solicitudes de este tipo en 2017, en comparación con poco menos de 607,000 en USA. Si un país es más probable que sea víctima de un robo de propiedad intelectual, es el chino. Ya hay evidencia de que una de las reacciones de USA a las revelaciones de superioridad de los misiles rusos fue aumentar sus esfuerzos para robar la propiedad intelectual rusa en esa área.
La reacción de la mayoría de los países del mundo a esta ofensiva de origen estadounidense contra Rusia y China indica que es poco probable que tenga éxito. Una razón para la mayor disposición de los países a desafiar las demandas hegemónicas de USA es darse cuenta en forma creciente que el acoso de éste se apoya en una estructura financiera que está al borde del colapso.
Según el Financial Times, USA necesitará vender 12 bdd en bonos durante la próxima década. Tanto China como Rusia han dejado de comprar bonos del Tesoro de USA, y otros compradores importantes están reduciendo tanto sus tenencias como su disposición a comerciar en dólares. USA necesitará encontrar compradores alternativos (lo que es improbable) o reducir su gasto (aún más improbable). El grado en que las naciones dejen de usar el dólar como medio de intercambio acelerará la desaparición de la capacidad de USA para dominar.
Trump ha anunciado recientemente un compromiso para mejorar el gasto militar, que ya se encuentra en niveles récord, y para competir con China en el mercado 5G. Esto es construir castillos en el aire. Actualmente USA no tiene la capacidad de competir con los chinos o los rusos, como lo ha dejado bastante claro la enorme brecha en la tecnología de misiles hipersónicos.
Esta incapacidad para competir es lo que está impulsando el actual conflicto de guerras arancelarias, guerras híbridas, sanciones, acoso, intimidación y sabotaje económico. En el mejor de los casos, esta guerra tendrá un efecto de retraso en el inevitable y continuo ascenso de China, que después de todo no es más que la restauración de una posición histórica interrumpida por cinco siglos de dominación colonial europea. En el peor de los casos, como se desprende de la retirada de USA de las obligaciones de múltiples tratados, un sintomático mayor desprecio a los derechos y responsabilidades de la comunidad de naciones, conducirá a una verdadera guerra basada en la engañosa creencia de que su hegemonía de los años de posguerra puede ser mantenida indefinidamente.

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