jueves, 11 de marzo de 2021

Una nota tan impopular como el discurso de Solzhenitsyn en Harvard (08-Jun-1978)

 

Si USA se Disuelve

Por Larry Romanoff                                                                                              31-Ene-21

FUENTE: https://thesaker.is/if-america-dissolves/

 

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente, lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

Este ensayo es una introducción al tema de la Propaganda de Masas y, quizás lo más importante, a una breve serie de artículos que detallan cómo USA ha sido durante más de 100 años la nación más sujeta a la propaganda y más lavada del cerebro del mundo. La historia de esto ha estado enterrada durante generaciones, pero los hechos son indiscutibles. Uno de los elementos más importantes de esta historia, como veremos, es el empleo de la propaganda en el promoción de guerra estadounidense.

Parafraseando a Michael Lewis, “Una de las cualidades que distingue a los estadounidenses de otras personas es su ingenua convicción de que todo extranjero desea ser uno de ellos, pero incluso el patriota japonés más celoso no se hace ilusiones de que otros pueblos quieran ser japoneses”. Los estadounidenses no solo creen que todos secretamente quieren ser como ellos, sino que creen que ninguna nación puede tener éxito o incluso progresar sin ser como ellos y sin adoptar todo el sistema de valores estadounidense. No es posible. No hay alternativas al estilo estadounidense y, si hubiera alternativas, Dios estaría disgustado con ellas.

Las élites del gobierno y la corporatocracia de USA inventaron, y durante 200 años promulgaron, el concepto del "destino manifiesto", una proposición teológica que "fusionó la ilusión religiosa con la hipocresía y el racismo ilimitados" en una teoría popular de que Dios estaba encargando a los estadounidenses gobernar el mundo. Reinhold Niebuhr escribió que lo que prometía un sinfín de dolor era la arrogante convicción de los estadounidenses de que "la Providencia ha convocado a USA para que asesore a toda la humanidad en su peregrinaje hacia la perfección" (1). Estas ideas del Excepcionalismo Estadounidense y el Destino Manifiesto descansan sobre la piedra angular de una cultura política generalizada impregnada con el concepto religioso de una especie de pacto con Dios. "El empaquetado de guerras de agresión, genocidio e imperialismo en el camuflaje andrajoso de la libertad con un giro divinamente dirigido son viejos trucos de propaganda que se han utilizado para engañar a las masas estadounidenses a lo largo de la historia del país hasta el momento presente" (2). Hasta el día de hoy, la mayoría de los estadounidenses creen fervientemente que todas las guerras criminales e injustificadas de su nación se llevaron a cabo para "hacer del mundo un lugar seguro para la democracia".

Los políticos estadounidenses y sus aliados en el ejército, en Hollywood, en la industria editorial, en los negocios y la banca, deliberadamente crearon y luego explotaron la lealtad nacionalista de un público crédulo y desinformado para moldear percepciones y valores a una escala masiva. Los estadounidenses han sido programados con políticas basadas en la religión durante generaciones, se les ha enseñado a ver el mundo como blanco y negro, bueno y malo, a creer que solo las virtudes y los valores estadounidenses son buenos para la humanidad y siempre triunfarán. Sus mitos históricos fabricados les enseñaron que ellos, sus líderes y su nación eran benefactores desinteresados ​​del mundo, justos y rectos, y que luchaban contra el mal dondequiera que se encontrara [de allí la proliferación de comics como Superman, Batman, el Capitán América, etc]. Todo estaba distorsionado, basado no solo en información errónea sino en un engaño absoluto. La imagen de USA de sí mismo, y su imagen de las naciones y pueblos del mundo, fueron trágica y superficialmente distorsionadas para crear la narrativa de la superioridad moral estadounidense.

La mayoría de las fiestas estadounidenses, además de las obviamente religiosas como Navidad, están impregnadas de connotaciones políticas y religiosas, muchas de las cuales refuerzan los mitos históricos de la fundación o el desarrollo de su nación [el concepto sobre los Padres Fundadores, casi como si hubieran sido apóstoles]. Se despiertan sus falsos recuerdos históricos, sus emociones patrióticas y sus convicciones espirituales, formando una especie de adhesivo que crea un falso sentido de identidad social. Todo el concepto de nacionalidad estadounidense se basa en esta religión política pervertida, creando una identidad nacional extremadamente ideológica que se refuerza casi a diario para evitar su colapso.

Pero es todo lo que tienen. Ser estadounidense no significa estar atado por una raza o idioma común, ni por la historia, ni por la cultura o la tradición. En todos estos aspectos, los estadounidenses están vacíos, desprovistos de cultura y civilización, carecen de tradiciones, creencias o historia comunes. Los estadounidenses solo tienen su religión política deficiente para unirlos, y no hay nada más para ellos, ninguna comunidad o pertenencia más allá de ser un miembro de este "equipo", siendo su ideología política el único adhesivo. Toda su existencia estadounidense se basa en esta falsa narrativa ideológica, todo el régimen se basa en estos mitos y fábulas político-religiosas moralistas. Si exponemos y destruimos los mitos, obligando a los estadounidenses a enfrentar las verdades desnudas de su nación, toda la narrativa colapsa, y si la narrativa colapsa, el régimen no puede mantenerse en pie.

Alguien escribió apropiadamente que el patriotismo estadounidense puede entenderse mejor como el mayor caso de histeria colectiva en la historia. Pero de nuevo, es todo lo que tienen. No hay nada más. Esto es todo lo que ancla la vida individual. Toda su sociedad, su identidad, el núcleo mismo de la psique estadounidense, se basan en esta orgía histérica de una religión política que lo incluye todo. Debido a que no tienen nada más sustancial como pueblo o nación, este macartismo moderno es todo lo que evita el colapso de la identidad estadounidense. Como alguien señaló, si Francia se disuelve, los franceses seguirán siendo franceses. Si USA se disuelve, los estadounidenses no son nada.

De todo esto y mucho más, USA es un país extremadamente ideológico con el nacionalismo estadounidense que forma una poderosa patriotería fabricada que descansa sobre los pilares gemelos de un sistema político multipartidista [más bien, bi-partidista] disfuncional y mal representado y un capitalismo brutal y egoísta, todo envuelto en un sudario de un [falso] cristianismo peligrosamente primitivo y sacrílego.

Los estadounidenses tampoco pueden comprender o sondear los conceptos de civilización en otras sociedades. Para ellos, las referencias de una nación a la cultura o la civilización son sólo excusas baratas para evitar lo inevitable, que es convertirse en clones estadounidenses, adoptando los llamados valores e instituciones estadounidenses. Los estadounidenses no saben nada sobre otras naciones o culturas, aparte de su supuesta inmensa inferioridad. Pocos estadounidenses tienen la capacidad o la inclinación para aprender otro idioma, y ​​aún menos conocen la historia o la cultura de otras civilizaciones milenarias más antiguas que la suya. Entienden el consumismo y se enorgullecen de sus derechos, utilizando la beligerancia y el darwinismo social (el sueño americano) como sustituto de la civilización, la cultura y la humanidad.

Los estadounidenses han estado tan abrumados desde su nacimiento con la propaganda, tan impregnados de su superioridad natural y el excepcionalismo dado por Dios que simplemente no pueden tolerar que ningún pueblo sea diferente de ellos, y su primitivo y violento cristianismo dicta que o convierten o matan a cualquiera que sea diferente. Estas actitudes profundamente arraigadas afectan todo el espectro de la experiencia humana, exhibida en un patriotismo sin sentido donde cada actitud o creencia estadounidense, sin importar cuán vacía sea, se convierte automáticamente en un valor universal y un derecho humano. Un conocido estadounidense [¿quién?] afirmó una vez que el derecho de su mascota a la comida para perros era un "derecho humano" y, por lo tanto, estaba incluido en la definición de democracia.

Los estadounidenses no solo universalizan casi todo, sino que, debido a la infusión del cristianismo en sus creencias políticas, lo moralizan todo, lo que se traduce en "Tu camino no solo es diferente, sino que está mal" es decir, moralmente incorrecto. Y esta actitud, que les permite tomar una posición moral superior en cada tema debatible, se obtiene de su herencia cristiana de derecha la creencia de que todo lo que hacen es "correcto" porque Dios está de su lado. Por lo tanto, adoptan una posición inexpugnable (en su mente) de que todo lo que hacen, por brutal, repulsivo, inhumano o deshonesto que sea, está justificado por su justicia moral inherente derivada de la aprobación de Dios. Dada la beligerancia natural de los estadounidenses, estas actitudes se manifiestan en un alarmante afán de utilizar la violencia para imponer sus valores, instituciones y voluntad sobre todas las demás naciones.

Ésta es en parte la razón por la que los estadounidenses se entrometen tanto [no debe confundirse a las élites que saben lo que están haciendo con el ciudadano promedio, víctima de las primeras] y la razón de su enfoque patológico sobre otras formas de gobierno. Es por eso que un editorial de un periódico se pronunció recientemente sobre Siria: "Incluso si fuera ilegal que interfiriéramos, aún estaría bien". Así, deberíamos derrocar a un gobierno legítimo simplemente porque no sostiene nuestros valores estadounidenses los valores de Dios, y podemos ignorar las leyes del hombre porque respondemos a una autoridad superior. La muerte y miseria infligidas son irrelevantes en este contexto. El pueblo estadounidense ve el entrometerse en los asuntos de otras naciones porque "es lo correcto" y es lo correcto porque es la voluntad de Dios.

El pueblo estadounidense no es más que ingenuo, crédulo y de mente simple, al menos en los asuntos exteriores de su nación. Su gobierno siempre miente y ellos siempre creen en las mentiras. Los cientos de intervenciones extranjeras, guerras, golpes de estado, invasiones, siempre se han presentado como misiones para rescatar a las personas menos afortunadas, y los estadounidenses siempre vitorean, aparentemente ajenos a la carnicería y la miseria que infligen. El presidente de USA, McKinley, dijo que iba a la guerra en Cuba para detener “la opresión en nuestras mismas puertas”, y lo vitorearon. El presidente Taft dijo que estaba derrocando al gobierno de Nicaragua para promover el “verdadero patriotismo” [sic!], y lo vitorearon. George Bush destruyó y esclavizó a Irak para "encontrar las armas de destrucción masiva", y ellos lo vitorearon. Obama destruyó Libia para "liberarla" y ellos lo vitorearon [conste que estos ejemplos NO califican como “teorías de la conspiración”].

Se obtiene una respuesta pública idéntica con las muertes y asesinatos patrocinados por el gobierno de USA. En el pasado, éstas eran operaciones secretas, pero hoy se llevan a cabo abiertamente y se convierten en eventos de relaciones públicas. La ley estadounidense ha sido reescrita para permitir que el presidente de USA ordene el asesinato de personas en cualquier país sin proporcionar evidencia alguna a nadie, y hacerlo sin cargos ni juicio. Al igual que con la tortura, la maquinaria de propaganda ha redefinido 'democracia, libertad y derechos humanos' para incluir estos asesinatos como parte de la religión político-cristiana estadounidense, certificados por el Fiscal General de USA, Eric Holder, que afirmó rotundamente que estos asesinatos del gobierno “no son una desviación [sic y resic!] de nuestras leyes y valores estadounidenses" [pues, quizá lo dijo en un arranque de sinceridad].

Esta propaganda es eficaz. La misma ingenua simpleza de generaciones de intensa programación ha creado un amplio apoyo público para estos asesinatos. Bush hizo ejecutar a Saddam Hussein en un ahorcamiento público y los estadounidenses vitorearon en las calles. Moammar Khadaffi fue capturado, sodomizado con un cuchillo enorme, luego disparado en la cabeza y vitorearon en las calles. Obama fingió el asesinato de Osama bin Laden y ellos vitorearon en las calles. Los estadounidenses fabrican su historia creando mitos populares y haciendo que incluso un asesinato criminal sea una ocasión de celebración por estar en el equipo ganador. Solo en USA cientos de miles de personas festejarán en las calles la noticia de que su líder acaba de matar a alguien en otro país que no le agradaba.

En éste, como en prácticamente todos los demás aspectos de las relaciones exteriores, es necesario no olvidar nunca que la democracia es una moneda con una sola cara. Recordará la situación en Irak, donde USA deliberadamente colocó a Saddam Hussein en el asunto de la invasión de Kuwait [condonándole la deuda externa: 10,000 mdd] y luego lo traicionó [así paga el diablo]. Después de la "liberación" de Kuwait [y cobrada la factura de dicha liberación: 60,000 mdd], USA propagó acusaciones de que Saddam había firmado un contrato para asesinar a George Bush por el engaño. No se presentó ninguna prueba, pero si la acusación fuera cierta, difícilmente sería una sorpresa. En respuesta, USA bombardeó  y expulsó de Irak a los cristianos porque, según el presidente Clinton, el bombardeo "fue esencial para... afirmar la expectativa de un comportamiento civilizado entre las naciones". el bombardeo de civiles inocentes aparentemente se ajusta a la definición de "comportamiento civilizado". Puedo matarte, pero tú no puedes matarme. Amo la democracia.

Regresemos a Libia por un momento. Vimos el esquema de las verdaderas razones por las que el gobierno de USA destruyó esa nación y mató a su líder fue por una ventaja comercial, militar, política y financiera, pero, en las profundidades de la mente crédula estadounidense, su gobierno derrocó a un dictador brutal y liberó a su pueblo por motivos humanitarios. Escuchen a Hillary Clinton: “Estoy orgullosa de estar aquí en el suelo de una Libia libre. USA se enorgullece de estar con Uds en su lucha por la libertad y continuaremos apoyándolos mientras continúan esta jornada. Éste es el momento de Libia. Ésta es la victoria de Libia y el futuro pertenece a Uds". El presidente Obama, el gran cristiano [really?] estadounidense y ganador del Premio Nobel de la Paz, fue igualmente encantador, declaró la muerte de Kaddafi como "un día trascendental" y dijo con entusiasmo a la borregada estadounidense que debido a la completa destrucción de Libia "se han salvado innumerables vidas". Las mentiras de esta magnitud deberían castigarse con la horca.

Y aquí radica parte de la tragedia de USA, y la razón por la que el país eventualmente tendrá que implosionar: la enorme desconexión entre la ideología propagandística del pueblo y la brutal realidad de la delgada capa de élites que dirigen su gobierno, sus fuerzas armadas, sus corporaciones, bancos y medios de comunicación. No hay otra nación cuya población tenga una brecha tan grande entre el mito y la realidad, entre lo que la gente cree que ha hecho su gobierno y lo que realmente ha hecho. Cuando la gente un día junte las piezas, USA tendrá otra revolución; No creo que nada pueda impedirlo. No en vano, George Bush padre dijo: "Si la gente supiera lo que estamos haciendo, nos colgarían en las calles". Quizás algún día pronto lo hagan.

 

 

Notes

(1) https://williamblum.org/aer/read/100

(2) He perdido la fuente de esta cita.

 

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